Los
nuevos contratos firmados por Evo Morales
Gas:
la mayor tajada se queda con las petroleras
Econoticiasbolivia,
06/11/06
En
el multimillonario negocio del gas, las gigantescas y poderosos
transnacionales que operan en Bolivia seguirán llevándose la mayor
tajada. La torta pequeña, del gas como materia prima, aunque reducida
a la mitad por el precio barato de exportación, se distribuirá entre
el Estado y las petroleras. La torta grande, del gas industrializado,
queda sólo para los dueños y señores del gran capital
La
Paz.– El Estado boliviano recibirá más ingresos con la legalización
de los contratos petroleros, pero mucho menos que las transnacionales
como Repsol, Petrobras, Total, British Gas y otras que se han
apoderado con mil mañas y menos inversiones del derecho para explotar
durante los próximos 30 años los ricos yacimientos de gas y petróleo
del centro de Sudamérica.
Los
últimos convenios y contratos firmados por el presidente indígena
Evo Morales han definido que, en el multimillonario negocio del gas,
las gigantescas y poderosos transnacionales que operan en Bolivia
seguirán llevándose la mayor tajada. La torta pequeña, del gas como
materia prima, reducida a la mitad por los bajos precios, se
distribuirá entre el Estado y las petroleras; mientras que la torta
grande, del gas industrializado, quedará en exclusiva para los dueños
y señores del gran capital.
En
el mundo petrolero, los ingresos por la exportación de gas natural
como materia prima son millonarios, pero son tres a 10 veces menores a
los ingresos generados en su industrialización, según sean usados en
la petroquímica, en la termoelectridad, en su uso para la generación
de diesel, gas licuado, metanol, úrea, amoniaco y otros derivados de
masivo uso industrial.
Por
decisión del gobierno de Morales, ––que paradójicamente prometió
"nacionalizar e industrializar" el gas en la campaña
electoral que ganó con el 54% de los votos––, Bolivia no
participará de los beneficios de la industrialización y no recibirá
ninguna tajada de la gran torta, aspirando sólo a agrandar su
participación en la torta pequeña.
Venta
barata de materia prima
En
las negociaciones con los gobiernos vecinos y aliados político–ideológicos
de Morales (como son Lula en Brasil y Kirchner en la Argentina) y con
las transnacionales petroleras, la pretensión del gobierno boliviano
fue sólo la de agrandar al máximo la torta pequeña del gas como
materia prima, aunque los resultados no fueron satisfactorios: en términos
reales, la torta pequeña se redujo a la mitad, al definirse contratos
de exportación sobre un valor de 4 a 5 dólares, cuando el precio
internacional actual es de 8 dólares promedio el millón de BTUs de
gas (unidad térmica británica).
Con
ello, Bolivia renunció a la mitad de sus potenciales ingresos en
beneficio directo de las transnacionales como Repsol, Petrobras y
otras, que operan a ambos lados de la frontera, y en beneficio de las
industrias y consumidores de Brasil y Argentina.
Torta
pequeña: Bolivia 35, petroleras 65
Según
los contratos suscritos con las transnacionales los últimos días de
octubre y los compromisos en marcha con Brasil y Argentina, los
ingresos para el Estado boliviano provendrán casi en su totalidad por
la exportación 26 millones de metros cúbicos diarios de gas natural
como materia prima al mercado del primer país y de 27,7 millones al
mercado del segundo.
Por
ello, de la mitad de la pequeña torta de la materia prima, Bolivia
recibirá durante las próximas dos décadas el 70 por ciento de los
ingresos y las petroleras el restante 30 por ciento, según dijo el
ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas. La otra mitad de la pequeña
torta quedará en manos de las petroleras. Así, tomando en cuenta, la
torta real del gas como materia prima (valorada sobre un precio de 8 dólares
el millón de BTUs), la verdadera distribución de la renta petrolera
sería de 35 por ciento para Bolivia y de 65 por ciento para las
petroleras.
Esta
distribución se mantendrá a lo largo de las siguientes dos a tres décadas.
El convenio suscrito con la Argentina incluye especificaciones técnicas
y matemáticas para mantener en el tiempo un precio de exportación
bilateral que sea la mitad del que rige a nivel internacional. Con
Brasil, hay un convenio que mantiene este mismo principio, aunque el
gobierno de Morales intenta, aunque con escaso éxito, mejorar este
precio hasta 8 dólares.
Según
las estimaciones gubernamentales, aún preliminares y sujetas a revisión,
los ingresos del Estado alcanzarían a un poco más de 1.200 millones
de dólares en los siguientes dos años y a cuatro mil millones a
partir del 2010, cuando se acrecienten las exportaciones a la
Argentina. Con Brasil existe un contrato de compra venta de gas desde
el año 2000 hasta el 2019, en tanto que con la Argentina el contrato
fue suscrito el año 2004 por el ex presidente Carlos Mesa y ampliado
por Evo Morales, hasta el año 2026.
Aumento
de ingresos
Con
relación al pasado, la participación del Estado en los beneficios de
la explotación del gas como materia prima irá en aumento, tanto
porque se duplicará la cantidad de gas a exportarse como por la nueva
distribución de la renta petrolera y el aumento de la cotización
internacional de los hidrocarburos. Los ingresos brutos de las
transnacionales también se acrecientan por estos mismos factores.
Las
cifras, sin embargo, aún son muy contradictorias y las sumas no
cuadran. Así, el propio ministro Villegas anunció inicialmente que
el nuevo contrato suscrito con la Argentina, que duplica el actual
nivel de ventas que se tiene con Brasil, le reportaría al Estado
boliviano un poco más de 17 mil millones de dólares en los
siguientes 20 años. Días después, tras la firma de los contratos
con las petroleras, dijo que los ingresos del Estado boliviano, tanto
por las ventas a Brasil y Argentina, podrían llegar a 67 mil millones
de dólares. De todos modos, estas cifras representarían un poco más
de un tercio de los ingresos por la venta de la materia prima,
quedando los restantes dos tercios para las transnacionales.
Eje
de distribución
Con
estos emprendimientos, Bolivia estaría consolidándose como el eje
central de la distribución de gas natural barato en América del Sur,
con todo lo bueno y malo que ello significa. Los especialistas
bolivianos, como Saúl Escalera y Luis Carlos Kinn, ya han advertido
que "es un grave error histórico y es un grave daño al país,
el continuar basando principalmente nuestra política de hidrocarburos
en solamente en la exportación del gas como materia prima
barata".
Es
más, por sus cualidades, el gas boliviano tendría que venderse en un
precio superior al internacional. "Una gran ventaja de nuestro
gas es que no contiene azufre. El de Venezuela tiene un alto contenido
de azufre, la presencia de este elemento es castigada cuando se vende
el gas internacionalmente, es como un componente no deseado, entonces
el precio del gas baja. En cambio, a nuestro gas le deberían aumentar
el precio por su calidad, no tiene azufre, es un gas ecológico",
señalan los especialistas, que creen que un precio "justo"
sería de 9 a 10 dólares por millón de BTUs.
Los
pobres subvencionan a los más ricos
Sin
embargo, este argumento no ha sido utilizado por el gobierno de
Morales, que vende la materia prima barata y mantiene en pie el
criterio de la "solidaridad" del país más pobre (un tercio
pasa hambre y otro tercio apenas tiene para comer lo mínimo) hacia
los más desarrollados de la región.
No
hay, por lo menos hasta ahora, la intención del presidente Morales de
lograr que sus pares y socios como Kirchner y Lula accedan a cambiar
la dirección de esta subvención. Desde la firma de contratos de
compra–venta de gas, el precio de venta ha sido de
"solidaridad" del país más pobre (Bolivia) hacia los
relativamente más prósperos (Brasil y Argentina) y con evidente
beneficio para las transnacionales, que lo revenden directamente a
terceros país (Chile) a un precio mayor o lo utilizan como insumo
para los procesos industriales de la petroquímica, acrecentando sus
multimillonarias ganancias.
Torta
grande: todo para las transnacionales
La
exportación de gas como materia prima barata desde Bolivia rinde
miles de millones en el bolsillo de las transnacionales y en Argentina
y Brasil. En el sur del continente, los que hacen los mayores negocios
con el gas boliviano son Repsol y Petrobras, que operan en Argentina y
Brasil. Repsol es el mayor vendedor de gas para Chile, que a su vez
industrializa el energético no contaminante, lo convierte en metanol
y lo vende con altas utilidades. Así, en el extremo de la paradoja,
Chile, que no produce gas natural y que importa todo para su consumo,
transforma la materia prima en metanol, logrando entre 2000 y 2002 una
beneficio de casi mil millones de dólares.
El
negocio es multimillonario. Tan sólo en el 2005, Repsol logró, según
la información de la propia transnacional, ingresos por 4.186
millones de euros en la petroquímica derivada (amoniaco, urea,
metanol y otros), proveniente en gran de sus plantas instaladas en
Argentina, y que usan materia prima de ese país y Bolivia.
Según
el más reciente informe sobre Comercio y Desarrollo de las Naciones
Unidas, las petroleras que operan en la Argentina (y que son las
mismas que lucran con el gas boliviano) se apropiaron entre 1999 y
2004 de casi 30 mil millones de dólares. El informe de la ONU
establece que estas petroleras acrecentaron sus ingresos al producir y
comercializar gas y petróleo con bajos costos, venderlos a los
elevados precios internacionales y reduciendo la participación del
Estado. Otras organizaciones populares, que luchan por la
nacionalización de los hidrocarburos, señalan que cada segundo las
petroleras ganan 42 mil dólares.
Los
ingresos de Petrobras son también multimillonarios al industrializar
el gas boliviano en la petroquímica, la termoelectricidad y otras
industrias ligadas a los fertilizantes, plásticos y fibras textiles.
Las
claves de los nuevos contratos
Según
la empresarial Cámara Boliviana de Hidrocarburos (CBH), que aglutina
a todas las petroleras que operan en el país, el contrato de venta de
gas a Argentina que a partir del 2010 llegará a 27,7 millones de
metros cúbicos diarios y el "buen precio del energético"
fueron claves para firmar los 69 nuevos contratos petroleros que
esperan ser autorizados y ratificados por el Congreso Nacional.
En
ese contexto, Magela Bernardes señaló que la que la ratificación
congresal de los 69 contratos les otorgará la seguridad jurídica que
necesitan para operar en el país con tranquilidad.
"Nosotros
hemos manifestado que durante varios años Bolivia no pudo tener
inversiones por parte de las empresas sociales de ese sector porque no
había seguridad jurídica. A partir del 28 de octubre del 2006,
nosotros contamos con parte de la seguridad jurídica y contamos con
contratos que ojalá sean aprobados por el Congreso Nacional en el más
corto espacio de tiempo", precisó.
Con
estos contratos y el anunciado aval del Congreso, Evo Morales legaliza
los contratos de Repsol, Petrobras y otras petroleras, a las que
"blanquea" todos sus delitos, perdona sus fraudes y
garantiza nuevos y millonarios ingresos. El compromiso oficial del
gobierno es que los contratos serán refrendados por el Parlamento
para tener total seguridad jurídica, no serán modificados en el
tiempo y garantizarán altas ganancias para las transnacionales, que
operan con los costos de producción más bajos del mundo y cometiendo
delitos que van desde la defraudación y evasión fiscal, el
contrabando de carburantes, la subfacturación y otras irregularidades
denunciadas por las propias autoridades del gobierno boliviano. (ver: Bolivia:
Borrón y cuenta nueva con las petroleras, en www–socialismo–o–barbarie.org,
edición del 05/11/06 ).
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