Soliz
Rada: sigue el saqueo petrolero
Econoticiasbolivia,
19/03/07
La
Paz.– El ex ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada,
considerado hasta hace poco por el presidente Evo Morales y el
gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) como el principal ícono en
la defensa de los recursos naturales y la “nacionalización” del
gas, ha lanzado una dura advertencia: los nuevos contratos petroleros
firmados por Evo Morales causarán un grave daño a Bolivia.
En
un reciente artículo de prensa (“El nuevo orden mundial y el saqueo
de Bolivia”), Soliz Rada asegura que el imperialismo “continuará
succionando al país con los contratos petroleros, aún no
protocolizados, si no se logra introducir cambios sustanciales”.
Según
el ex ministro, que dirigió el primer equipo petrolero gubernamental
de Morales y las negociaciones con las trasnacionales que operan en
Bolivia, los nuevos contratos están muy lejos de ser los “más
ventajosos del mundo”, como asegura la public idad oficial, que
intenta convencer a los bolivianos que hubo una “nacionalización”
del gas y el petróleo, cuando en realidad lo que se hizo fue
legalizar las ilegales operaciones de las petroleras a cambio de la
promesa de pagar más impuestos.
Los
contratos “causarán graves daños a la economía nacional al
considerar al Impuesto al Valor Agregado (IVA), al Impuesto a la
Remisión de Utilidades al Exterior y al Impuesto a las Transacciones
(IT) “costos recuperables” para las compañías”, advierte el
hombre que, según su sucesor, el actual ministro de Hidrocarburos,
Carlos Villegas, fue el responsable de la negociación de más del 70
por ciento de los contratos.
Promesas
y lucha popular
Estos
documentos han sido presentados por el gobierno de Morales como una
muestra del cumplimiento de las demandas populares de nacionalización
del gas y el petróleo, enarboladas en las jornadas insurreccionales
de octubre del 2003 y mayo – junio del 2005, cuando la empobrecida
población boliviana se levantó para echar a los presidentes
neoliberales Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa y expulsar a las
transnacionales como Repsol, British Petroleum, Petrobras, Vintage,
Enron, Shell, Total y otras que se apoderaron de las riquezas
hidrocarburíferas valuadas en al menos 200 mil millones de dólares.
La
lucha popular logró la caída de los dos ex presidentes, pero no pudo
expulsar a las transnacionales, que operaban ilegalmente en Bolivia,
según dictamen del Tribunal Constitucional de la República. En mayo
del 2006, el nuevo gobierno de Morales, el líder indígena que
defendió los cultivos de coca y ganó las elecciones en diciembre del
2005 con el 54 por ciento de apoyo electoral, decretó la
“nacionalización sin indemnización ni reversión” de las
petroleras, procediendo a legalizar su situación en Bolivia,
renegociar sus contratos y garantizar los privilegios y derechos que
les otorgaron los gobiernos neoliberales.
Condiciones
onerosas
Con
esta nacionalización ficticia, las transnacionales mantienen el
monopolio de la exploración y producción de hidrocarburos y el
Estado rige relegado en la fase de control de sus operaciones e
intenta avanzar con escaso éxito en el control efectivo de la
comercialización y de la exportación.
Los
44 nuevos contratos establecen, en lo nominal, un aumento de impuestos
a favor del Estado por la explotación y exportación del gas como
materia prima a mitad de precio a los mercados de Argentina y Brasil,
en los que se paga entre 4 a 5 dólares por millón de BTUs (unidad térmica
británica) cuando a nivel internacional se cotiza en 8 dólares.
Desde
Bolivia, las petroleras siguen exportando materia prima y no hay ningún
avance en la anunciada industrialización del gas, lo que mantendrá a
la población boliviana sumida en la pobreza (un tercio pasa hambre y
otro apenas tiene lo suficiente para comer), lo que contrasta con sus
ingentes riquezas naturales.
Más
subvenciones
Según
Soliz Rada, el public itado aumento de ingresos, emergentes de los
nuevos contratos, no sería de magnitud anunciada por el Gobierno.
“El
Impuesto a las Utilidades (IU) casi habrá desaparecido, si se toman
en cuenta las supuestas inversiones de las petroleras y no las
auditorias del gobierno. Todo el riesgo de la inversión lo asume YPFB
(la estatal petrolera), entidad que subvencionará, con 10 millones de
dólares año, a las compañías que operan en campos marginales”.
“¿Por
qué Petrobras, pese a una aclaración del Ministro Villegas, continúa
asegurando que anotará como suyas el valor de las reservas probadas
del país? ¿Por qué las petroleras pretenden cobrar precios
internacionales al consumidor interno?”, cuestionó el ex ministro
que durante su breve gestión tuvo una política de enfrentamiento
verbal con las transnacionales, especialmente con Repsol y Petrobras,
a las que acusó de vulnerar las leyes, realizar fraudes y contrabando
en contra del país.
Más
saqueo
“Toda
la cadena productiva, salvo mínimas excepciones, sigue en manos foráneas.
No se ha avanzado nada en lograr que YPFB controle el 50 por ciento
mas uno de las empresas capitalizadas del sector petrolero. La auditoría
a Andina–Repsol demuestra que esta empresa es un modelo de estafa.
Se mantiene congelada la Resolución Ministerial 207, dictada en mi
gestión como ministro, que cortaba los beneficios extraordinarios,
por más de 40 millones de dólares año, en favor de las refinerías
en manos de Petrobras”, señala el ex periodista y ex parlamentario
de la populista Conciencia de Patria.
“En
síntesis, en materia petrolera, el saqueo de Bolivia podría
prolongarse con cambios epidérmicos”, concluye.
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