La
disputa por la sede de los poderes se convirtió en un escollo
formidable
La
Asamblea boliviana, un fracaso
Por
Pablo Ortiz, desde Sucre
Página
12, 08/11/07
Se
cayeron las negociaciones para zanjar las disputas entre Sucre y La
Paz por la sede de los poderes. El vicepresidente, Alvaro García
Linera, acusa a una minoría “fascista y racista” de bloquear los
cambios y de tener secuestrada a la Asamblea Constituyente. Ahora habría
dos textos fundacionales que deben ser votados.
La
Asamblea Constituyente boliviana languidece y tiene muy pocas
probabilidades de concluir con éxito el próximo 14 de diciembre. La
noche del martes se rompió el diálogo para zanjar la disputa por la
sede de los poderes que mantienen las ciudades de Sucre y La Paz y es
muy difícil que se puedan reinstalar las sesiones sin que haya
fuertes choques en las calles.
Desde
el 15 de agosto, la Asamblea no puede sesionar, ya que buena parte de
la población sucrense, sede de las deliberaciones de la
Constituyente, se opone a que ésta siga sin considerar su pedido de
regreso de los poderes Ejecutivo y Legislativo, que fueron trasladados
a La Paz en la Guerra Federal de 1899. Desde hace más de un siglo,
los sucrenses han visto cómo su progreso se ha detenido mientras La
Paz se ha convertido en la provincia más poblada del país. Fue por
ello que, aprovechando la Asamblea Constituyente, introdujeron en seis
de las veintiuna comisiones del cónclave su pedido de regreso de
ambos poderes. En julio, el vicepresidente de la República, Alvaro
García Linera, hizo oficial la posición del gobierno al respecto:
“La sede no se mueve” y la frase se convirtió en el lema de campaña
de La Paz.
El
15 de agosto pasado, el partido oficialista, Movimiento Al Socialismo,
quitó por mayoría absoluta el tema de la discusión de la Asamblea,
cuando el reglamento interno de la misma exigía dos tercios. Desde
entonces Sucre ha sido escenario de manifestaciones, disputas legales
y políticas que no han logrado devolver su pedido a la Constituyente.
Cuando todo parecía resolverse, con un acuerdo firmado el pasado fin
de semana, los representantes paceños endurecieron su posición y no
permitieron que parte de las sesiones del Congreso se trasladen a La
Paz junto a algunas instituciones. Eso provocó que la oferta para
Sucre sea considerada como migajas y que una reunión de sus
instituciones haya decidido la noche del martes rechazarla.
Minutos
antes del rechazo, García Linera dio un mensaje al país en el que
acusaba a una minoría de dirigentes sucrenses de haberse aliado con
la minoría política de Podemos y con empresarios de Santa Cruz para
conformar un bloque racista y fascista que quiere frenar los cambios
en Bolivia. Aseguró que este grupo tenía secuestrada y chantajeada a
la Asamblea y llamó al pueblo boliviano a salvar la Asamblea. Esto
provocó la reacción de los sucrenses, que decidieron cercar los
edificios de la Constituyente para evitar que los documentos y equipos
sean sacados del lugar, mientras que la mayoría de los representantes
del oficialismo pedía que la sede de la Asamblea sea llevada a Oruro.
Cuando
el cambio se hacía inminente, la directiva del cónclave, dominada
por el MAS, decidió esperar un día más para decretarlo, pero
durante toda la jornada de ayer no se reunió, por lo que el tiempo
sigue transcurriendo y no hay decisiones sobre qué hacer con la
Constituyente. Es por ello que García Linera salió a los medios para
pedirles a los movimientos sociales que salven la Asamblea. “Hay que
defender la Asamblea Constituyente, no la dejemos en manos de la minoría
política secuestradora y es el pueblo el que tiene que defender con
su movilización esta conquista democrática, que es la más
importante de los últimos 50 años”, dijo.
Esto
causó la ira entre los sindicatos. Jaime Barrón, presidente del
Comité Interinstitucional de Sucre, aseguró que no son culpables de
nada y que lo único que hacen es defender la legalidad y la
democracia en la Constituyente. Los empresarios privados cruceños
expresaron que ellos nunca se han inmiscuido en el cónclave, mientras
que Gamal Serham, de Podemos, le dio la razón al vicepresidente y
aseguró que sí se opondrá a una nueva Constitución comunista.
También pidió a García Linera que deje de amenazar y que si tiene
otras ideas con los movimientos sociales, que deje su cargo y que se
verán en las calles. “Pero en primera línea y no escondido detrás
de un escritorio”, añadió.
Sin
definición en el horizonte, el MAS pide que se convoque a una sesión
en Sucre para intentar seguir con la Constituyente, mientras varios
movimientos sociales, a la cabeza de los cocaleros de Chapara y
pobladores de El Alto, anuncian que marcharán sobre Sucre para
defender la Constituyente.
Por
su parte, un grupo de nueve fuerzas minoritarias de oposición
anunciaron anoche que no se moverán de Sucre y que quieren que
funcionen los mecanismos de consenso dentro de la Asamblea. Pero la
directiva no aparece ni toma decisiones.
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