V Encuentro en Porto Alegre
El Foro en la encrucijada
Por Roberto Sáenz
Socialismo o Barbarie, periódico,
17/02/05
En las páginas que siguen
presentamos el informe de la actividad de Socialismo o Barbarie
Internacional en el V Foro Social Mundial. [1] En esta
oportunidad, nos hicimos presentes con una delegación conjunta con
los compañeros de Socialismo Revolucionario de la Argentina,
así como con compañeros de nuestro grupo hermano en el Brasil, grupo
Praxis, integrante del P-SOL. Con los jóvenes de estas
delegaciones llenamos un micro y realizamos uno de los acampes
juveniles de la izquierda más importantes entre los presentes en el
foro, llevando a cabo a la vez, sendas charlas con una asistencia
total de más de 300 personas.
Entre el 26 y el 31 de enero pasado
se realizó la V edición del Foro Social Mundial. Nuevamente en Porto
Alegre (Brasil), con una asistencia récord de unas 160.000 personas
provenientes de los más dispares rincones del mundo y una importante
movilización de apertura con la participación de varias decenas de
miles.
Con Lula, otro mundo es...
imposible
Sin embargo, a pesar de esta
asistencia, el Foro expresó una crisis evidente. Con Lula en
el gobierno hace ya dos años, el que debía ser el “hijo pródigo”
del FSM se ha revelado como un gobierno capitalista neoliberal,
continuista con la orientación que se viene imponiendo en el
Brasil desde principios de la década del ’90.
Peor aún: el hijo pródigo, el
“obrero presidente”, se muestra más consecuente aún que
sus antecesores (Collor, Franco y Cardoso) en este camino de contrareformas
antiobreras y antipopulares. Habiendo dado pasos en el 2003 para la
privatización del sistema de jubilaciones, en el 2004 se mantuvieron
las altísimas tasas de interés y el superávit fiscal récord, que sólo
sirve para pagar la astronómica deuda externa, mientras los salarios
siguieron por el piso. Para colmo, en la agenda del 2005 están las
reformas sindical y laboral, que apuntan a burocratizar y estatizar aún
más la estructura de los sindicatos, así como a llevar adelante una
mayor flexibilización laboral. También están a la orden del día
una reforma universitaria que busca fortalecer la universidad privada,
una ley general de privatizaciones y otras tantas medidas de igual
signo reaccionario.
El inocultable carácter burgués
y neoliberal del gobierno Lula, sumado a las características
tibias, timoratas e impotentes de la mayoría de las reivindicaciones
encarnadas por la dirección reformista del Foro (supuestamente
antiliberal, pero de ninguna manera anticapitalista), abrió una
evidente crisis entre los organizadores del Foro, así como apuró la
salida del propio Foro del Brasil.
Según palabras de Emir Sader
(integrante de la dirección del FSM): “El Foro Social Mundial (...)
enfrenta el dilema más grave desde su nacimiento. Creado bajo
el lema ‘otro mundo es posible’, se enfrenta hoy a una realidad
dominada por las guerras, por la hegemonía imperial y por las no
menos devastadoras políticas de ‘libre mercado’, sin haber
conseguido hasta ahora avanzar en la construcción de ese otro mundo.
A qué se debe esto y cómo caminar para esa construcción debe ser el
tema central del próximo foro, de cuya respuesta depende su
futuro”.[2]
Un importante integrante de la
conducción del FSM reconocía entonces cómo la propia dirección
ideológica y política del FSM (que alentó todo tipo de expectativas
en Lula y el PT y en un supuesto curso “antineoliberal”), ha
llevado al propio Foro a una crisis notoria. Porque como decía
una consigna cantada en la marcha de apertura, “con Lula otro mundo
es imposible”...
En este marco, a nuestro modo de
ver, esta crisis que se ha abierto en el FSM puede y debe ser una oportunidad
para llevar a cabo una iniciativa internacional de la izquierda
revolucionaria, que se expresó con bastante presencia en el propio
Foro [3] y que hasta ahora viene desechando la ocasión que estos
mismos eventos ofrecen de aparecer, de conjunto, como alternativa.
Esto lo retomaremos más abajo.
Descentralización y vaciamiento
Así describía la situación el
historiador I. Wallerstein: “Cuando comenzó, el FSM adoptó el
principio de ‘espacio abierto’. Al centro de este concepto se
encuentra la idea de que no predomine ninguna postura política en el
FSM (...). Así, el FSM no adopta resoluciones ni coordina actividades
políticas. El FSM no es un movimiento. Ni siquiera es un movimiento
de movimientos. Se define como una familia de movimientos (...). Así,
por un lado se puede decir que el FSM ha sido un éxito. En unos pocos
años la participación activa ha crecido enormemente, tanto numérica
como geográficamente. Ha logrado la atención de la prensa mundial y
sirve como un enfrentamiento al Foro Económico Mundial, que es mucho
más antiguo y mejor financiado. Ha conseguido convertirse en el
espacio central de encuentro de las acciones antisistémicas en el
sistema-mundo. No obstante, hay una sensación omnipresente de
incertidumbre sobre el futuro entre los partidarios más ardientes”.[4]
Efectivamente, como dice
Wallerstein, hace varios meses se venía cocinando una crisis entre
los organizadores del foro. En este marco, para evitar mayores
problemas frente a lo que se sabía un foro con crecientes manifestación
de oposición, los organizadores idearon un sistema, una “geografía
política” particular: descentralizaron los ámbitos de reuniones
del foro a lo largo de una extensa franja de territorio de varios kilómetros,
de manera tal de evitar que el mismo tuviera un ‘centro político’
como en los años anteriores.[5]
Y no sólo esto, sino que, apelando
a la “demagogia” de moda se desentendieron de toda
responsabilidad política sobre el destino del foro: “el foro
del 2005 será, por más increíble que parezca, totalmente
autogestionado. Ninguna actividad será programada por los
organizadores (...). Dentro estrictamente del papel de
‘facilitadores’ (...) ellos ofrecerán a las personas y
organizaciones que consideran que otro mundo es posible, un espacio
(...) para lanzar nuevas iniciativas para efectivamente cambiar el
mundo”. Pero “coherente con su carta de principios, el foro no
tendrá un documento final. Mas de él surgirán infinidad de
propuestas transformadoras concretas”.[6]
O sea, los organizadores se lavaron
las manos y buscaron, a la vez, atarle
las manos a todas las organizaciones que quisieran debatir, dar
batallas políticas y sacar resoluciones de acción comunes,
supuestamente en virtud de que “coherente con su carta de
principios”, el foro sólo puede discutir, discutir y discutir, pero
no resolver ni votar nada, ni políticamente, ni en el terreno de la
lucha.
En las ediciones del 2001, 2002 y
2003, el centro político (convenientemente alejado del Campamento de
la Juventud) había estado concentrado en la PUC (Universidad Católica
de Porto Alegre). Esto hacía que decenas de miles de personas se
vieran obligadas a transitar por las mismas calles para ir a sus
respectivas charlas o “palestras”, lo que las exponía a la
propaganda y agitación de las diversas tendencias políticas y
sociales. Ahora, con la “descentralización” claramente se buscó
evitar esto, con el objetivo de proteger a Lula y al PT, evitando
en todo lo posible la radicalización de los asistentes al foro.
Esto no fue todo. No contentos con
sacarlo del Brasil (para que Lula no se vea nuevamente obligado a
“rendir examen”), para el año 2006 han resuelto que se haga
“simultáneamente” en varios continentes, aparentemente llevando
su versión latinoamericana a Venezuela, buscando convertir a Chávez
en el nuevo ídolo.[7] Recién en el 2007 volvería un foro unificado,
probablemente en Marruecos (África): “En la víspera del 5º FSM
(...) la principal discusión trata de su propio futuro,
respecto del espacio y el tiempo. Todavía no se sabía
(...) si el evento continuará siendo anual y si ocurrirá en
apenas una ciudad (...). Respecto de la periodicidad, parte de los
organizadores entiende que, por cuestiones económicas, lo ideal sería
realizar el evento apenas cada dos años. Quien desacuerda con un FSM
bianual, sustenta que esto podría ‘vaciarlo’ en relación
a Davos, que ocurre anualmente”.[8]
O sea, la crisis política de la
orientación restringidamente “antineoliberal” ha derivado también
en una crisis organizativa del propio foro, condenándolo a un
vaciamiento cada vez mayor. Se repite así el papel clásico de
las organizaciones reformistas, que siempre terminan llevando al
desastre incluso las limitadas y timoratas iniciativas que ponen en
marcha.
Esta crisis se vivió durante el
transcurso del foro. Si bien desde su dirección fue adelgazado
convenientemente, por abajo estuvo más abierto que en el 2003, en
pleno carnaval por el triunfo de Lula.[9] Hoy, el carnaval
ha terminado: entre amplios sectores, sobre todo jóvenes, se
respiraba un clima de crítica a Lula y a los propios límites
reformistas del foro. Un clima más abierto para las corrientes
revolucionarias que no pudo ser aprovechado hasta el final, por
la completa ausencia de propuestas e iniciativas comunes, de frente único
entre tendencias revolucionarias. Este podría haber sido el caso si
se hubiera impulsado paralelamente al propio foro la realización
de una gran Conferencia Anticapitalista Latinoamericana o alguna
iniciativa de similar carácter, tal como venimos impulsando desde
Socialismo o Barbarie Internacional acompañados por los compañeros
de SR de Argentina.
El foro y la izquierda brasilera
Esto nos lleva a la cuestión de la
presencia que tuvo la izquierda revolucionaria en el propio foro, aun
a pesar de la falta de iniciativas internacionalistas comunes. Fue
un impacto la experiencia que amplios sectores de la vanguardia
y un sector de las masas están haciendo con Lula, así como con el PT
y la CUT.[10] Esto ha redundado, en el terreno político general,
en la constitución del P-SOL, y a nivel sindical, del Conlutas.[11]
Ambas organizaciones se dieron cita en el FSM con sendos eventos de
importancia.
En el terreno político, el P-SOL muestra
una creciente simpatía e influencia política general entre amplios
sectores que comienzan a romper con Lula y el PT. Esto mismo se
reflejó en el IIº Encuentro Nacional en la ristra de nuevas
adhesiones por parte de militantes y simpatizantes en ruptura con el
PT, muchos de ellos provenientes de la tendencia Democracia Socialista
del SU, organización que sigue cargando con la traición de tener un
dirigente suyo como ministro del gobierno burgués de Lula.[12]
Esta claro, entonces, que este
partido configura un fenómeno político enormemente progresivo a la
izquierda del gobierno Lula, experiencia que estamos siguiendo y
apoyando por intermedio de nuestros compañeros del grupo Praxis. Sin
desmedro de que, al mismo tiempo, está planteado en su interior un
debate y lucha política firme en torno de sus orientaciones estratégicas
para lograr romper realmente con el frente populismo y el
electoralismo que han sido las marcas registradas del PT.[13]
En el terreno de las luchas y
sindical, se mostró la reunión nacional del Comlutas (Coordinadora
Nacional de Luchas), una iniciativa con fuerte peso del PSTU, que
busca proyectarse como alternativa de dirección a la CUT.
Participando de este encuentro, y más allá de las discusiones a que
esta experiencia está dado lugar, se puede decir que se trata de una experiencia
real de reorganización de la vanguardia obrera y que, además, está
pensada como algo más que una mera alternativa sindical.
En todo caso, un debate legítimamente
planteado es en qué medida puede trascender el carácter meramente de
coordinadora de luchas, aspirando a superar y suplantar a la propia
CUT, o si hoy debe tender a ser más bien una tendencia clasista al
interior de todas las organizaciones, centrales y sindicatos de la
clase trabajadora, las dirija quien las dirija. Este es un debate abierto
que debe ser apreciado desde el propio Brasil y a partir del
desarrollo de un ascenso real de la clase trabajadora de ese país,
ascenso que, a nuestro modo de ver, todavía no ha comenzado
realmente.
Así, el proceso de recomposición
de la clase trabajadora y la izquierda se sigue expresando tanto en el
P-SOL como en el Conlutas en los terrenos político y sindical,
desarrollo desigual que aparece gravemente escindido y separado.
Esta fragmentación por lo pronto lo debilita de conjunto frente al PT
y la CUT y, necesariamente, deberá tender a encontrar algún tipo
de confluencia y / o
combinación más allá de las actuales divisiones, so pena de
reincidir en el electoralismo y el sindicalismo.
En el Foro, estas dos experiencias
impactaron
sobre parte importante de los asistentes.
Esto se pudo ver en los principales
diarios del Brasil: “El NO a Lula y el 100% Lula disputan la marcha
de apertura del FSM (...). Los sindicatos, el PSOL y el PSTU traían
banderas criticando las ‘reformas neoliberales’ de Lula (...). Al
inicio de la marcha, un manifestante del P-SOL intentó entonar la
consigna ‘o paran las reformas o paramos el Brasil’ (...). También
el PSTU gritaba consignas contra Lula: ‘Qué traición, qué cosa
triste, un ex obrero gobernando para la elite’”.[14]
El propio Lula se vio obligado a
responder a los “radicales”: “Los de afuera no se asusten.
Porque esos que no quieren oír, son hijos del PT que se rebelaron. Es
propio de la juventud, un día ellos madurarán y a casa retornarán.
Y nosotros estaremos con los brazos abiertos para recibirlos”.[15]
Esto no hizo más que mostrar el
peso de las corrientes de la izquierda en la oposición a Lula y en la
vida política del país, aun cuando esto no se haya expresado en las
últimas elecciones municipales. Es que siguiendo un patrón
que se está haciendo presente en varios países importantes
(Argentina, Brasil, Inglaterra, Francia), la vanguardia de izquierda
en general y las corrientes provenientes de la tradición del
trotskismo en particular están apareciendo en este comienzo del
siglo XXI como un factor objetivo de la vida política.
Notas:
1- El Foro Social Mundial nació en
enero de 2001 con la primera edición realizada en Porto Alegre. A
diferencia de lo que se encargan de promover sus organizadores, no fue
este evento el que dio nacimiento al movimiento “anticapitalista”
mundial, sino la movilización en la ciudad de Seattle a fines del
año 1999. Más bien, el foro ha venido configurando un intento
(plagado de contradicciones) de contener, “institucionalizar” y
evitar una radicalización ulterior del movimiento, cosa que hasta
ahora se ha venido logrando en gran medida. Sin embargo, es un
hecho que las propias organizaciones reformistas hegemónicas
en el Foro están llevándolo a la crisis. Al mismo tiempo, es
importante destacar que en general las ediciones del FSM europeo han
sido algo más radicalizadas que las ediciones realizadas en Porto
Alegre, aunque en ningún caso hayan
podido superar el tono reformista general.
2- Folha de San Pablo,
24-1-05.
3- Las columnas del PST (u) y el
P-SOL fueron las más destacadas por los medios de todo Brasil
tanto en oportunidad de la marcha de apertura como en todo el
operativo montado por el PT y la CUT para evitar que Lula sufriera
“vagas” (chiflidos) cuando dio su discurso en el “Gigantinho”
(un miniestadio con capacidad para unas 15.000 personas). Esto no
impidió que estas mismas organizaciones protestaran afuera de este
gimnasio y que Lula no tuviera más alternativa que referirse a
ellas. Estas protestas expresaron un importantísimo sector de una
muy amplia vanguardia y sectores minoritarios de las masas que vienen
rompiendo con el gobierno, el PT y la CUT, si bien todavía no se vive
un gran ascenso de las luchas obreras en el Brasil (más allá de las
importantes huelgas de estatales y bancarios) ni se pueda decir que la
ruptura con Lula sea de las amplias masas.
4- “El Foro Social Mundial en la encrucijada”, Immanuel
Wallerstein, ALAI-amlatina, 27/01/05, tomado de la página web de
Socialismo o barbarie internacional.
5- Otras organizaciones como el SWP
inglés y el PSTU han denunciado en sus periódicos esta maniobra de
fragmentar y “descentralizar” el foro.
6- Folha de San Pablo,
25-1-05.
7- “Quemado” Lula, Chávez
viene fantástico como recambio y supuesta demostración de un curso
“consecuentemente” antiimperialista y antiliberal que, está
claro, no es anticapitalista. Entonces, entra de maravillas
entre los cánones reformistas de la dirección del Foro, tomando la
bandera que el “obrero presidente” ya no puede enarbolar.
8- Folha de San Pablo,
25-1-05.
9- Según informan compañeros
participantes del Foro del 2004 en India, la atmósfera de éste habría
sido más radicalizada que los que se han llevado adelante en Porto
Alegre.
10- La CUT (Central Única de
Trabajadores), central sindical fundada a principios de los 80 con
bastantes rasgos independientes y de democracia obrera y que, luego de
un largo proceso de burocratización y estatización, hoy cumple el
papel de correa de trasmisión de las políticas del gobierno de Lula
al interior del movimiento obrero organizado.
11- El P-SOL es la organización
política de la izquierda surgida como reacción frente al curso
neoliberal del gobierno Lula y el PT encabezada por los legisladores
“radicales” expulsados en el año 2003. El Conlutas es una
coordinadora y / o reagrupamiento sindical de los que se oponen a la
subordinación de la CUT y los sindicatos a la política del gobierno
petista.
12- Rossetto es el ministro de una
tramposa “reforma agraria”... de mercado. Esta no es más que un
nuevo y jugoso negocio para los latifundistas capitalistas del campo
del Brasil, que le venden sus tierras menos productivas al gobierno,
para que éste a la vez las redistribuya entre los Sin Tierra, sin
afectar así en nada la continuidad y desarrollo de la explotación
capitalista en el país, tanto en la ciudad como en el campo. Más
bien, parece servir al propio gobierno de válvula de escape frente a
los números históricos del desempleo que está ostentando Brasil,
expresión del “reformismo de la miseria” al que también nos
tiene acostumbrados Kirchner en nuestro país.
13- En la experiencia del P-SOL y
en su II Encuentro Nacional realizado en Porto Alegre se puede
apreciar la inquietud de un amplio sector de base de no repetir los
“errores” que llevaron al desastre al PT.
14- Folha de San Pablo,
27-1-05.
15- Folha de San Pablo,
28-1-05.
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