Brasil bajo Lula

 

Lula bate su propia marca: ahora propone privatizar el Amazonas

La segunda muerte de Chico Mendes

Socialismo o Barbarie, periódico, 04/03/05

Es un dato mundialmente conocido la destrucción salvaje de los bosques amazónicos practicada por las empresas y, también, por los terratenientes que talan árboles con el objetivo de ganar espacio para criar ganado.

También es harto conocida la lucha contra esto llevada a cabo por el socialista-ecologista Chico Mendes, asesinado por gángsteres al servicio de los capitalistas. Chico Mendes era militante del PT de Lula, en la época en que ese partido todavía tenía algún vínculo con las luchas populares. La historia de Chico Mendes no la contaremos ahora. Solamente diré que es una de las personalidades más interesantes que dio la izquierda latinoamericana.

Más de quince años después de su asesinato, el partido al que perteneció envío un proyecto de ley al Congreso para privatizar amplias regiones del Amazonas. Lula fundamenta su propuesta en la necesidad de “reglamentar el uso sostenido de los bosques públicos brasileños” (Clarín 22/02/05). Lula llegó a la conclusión de que la mejor forma de evitar que los capitalistas destruyan los recursos amazónicos es... entregándoselos. Una lógica completamente consecuente con lo que ha sido su gobierno hasta ahora.

Para colocar una púdica hoja de parra a semejante descaro, Lula afirmó que “los concesionarios deberán explotar racionalmente los recursos naturales de la región” (idem). Este proyecto forma parte del “paquete para solucionar los problemas ambientales” (Folha de San Pablo 21/02/05). El problema aquí es que lo que es racional para la utilización de los recursos naturales no lo es cuando se trata de aplicarlo a los negocios capitalistas, regidos por la búsqueda de ganancias y no por la espera de los tiempos que la naturaleza se toma para renovar recursos.

Lula, al parecer, no pierde sus ambiciones: quiere seguir siendo el más neoliberal de los gobiernos del país vecino, el mayor verdugo social del pueblo brasileño. No hay caso: la traducción al portugués de Menem se escribe Lula.

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