Un
fallo contra la ex alcaldesa de San Pablo complica más a Lula y
al PT
IAR-Noticias,
23/06/05
La
imagen del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil
sufrió dos nuevos golpes. La Justicia de ese país suspendió por
tres años los derechos políticos de la ex alcaldesa de San Pablo,
Marta Suplicy, por mal uso del dinero público.
Y,
por otro lado, el Supremo Tribunal Federal decidió que el Congreso
debe abrir una investigación sobre un viejo caso de corrupción
vinculado al juego ilegal, que salpica a José Dirceu, ex jefe de
Gabinete y mano derecha de Luiz Inácio Lula da Silva hasta que debió
renunciar hace una semana, tras un escándalo por sobornos en el
Congreso.
El
Tribunal ordenó el miércoles designar una comisión investigadora
(CPI) por las relaciones con la mafia del juego que tenía Waldomiro
Diniz, ex subjefe de Asuntos Parlamentarios de la Presidencia, quien
hasta hace dos años trabajaba directamente con Dirceu.
En
cuanto al caso de Marta Suplicy, según una sentencia del 9 de junio,
difundida el miércoles, la jueza Christiane Santini decidió
suspender hasta 2008 los derechos políticos de la ex alcaldesa y
precandidata a la gobernación del estado de San Pablo y la condenó a
pagar una multa equivalente al salario que ganaba como titular de la
alcaldía en marzo de 2003.
Esto
significa un duro golpe a la carrera política de Suplicy. Si la
sentencia es ratificada, la ex funcionaria quedaría imposibilitada de
disputar por el PT la gobernación del estado de San Pablo en las
elecciones de octubre de 2006, como se proponía.
La
jueza consideró que Suplicy, vicepresidenta del PT y amiga del
presidente Lula, contrató sin licitación en 2003 a una ONG para
capacitar profesores de las escuelas municipales en orientación
sexual. Se trata del Grupo de Trabajo de Pesquisa en Orientación
Sexual (GTPOS), que la propia funcionaria ayudó a fundar en los años
90, cuando trabajaba como sexóloga, y presidió en forma honoraria
hasta el año 2000.
La
alcaldía pagó cerca de 2 millones de reales (unos 835.000 dólares
al cambio actual) a la ONG y alegó en su momento que no haría falta
la licitación porque era una organización sin fines de lucro y con
experiencia en el área educativa, según el diario Folha de Sao
Paulo.
El
Ministerio Público Estadual intentó anular la contratación del
GTPOS, pues se consideró que hubo favorecimiento irregular.
Por
este caso también fue condenada la ex secretaria de educación
municipal, María Aparecida Pérez, con una multa similar al sueldo
que ganaba como funcionaria. Y al GTPOS se le impuso una multa de 30%
de los montos recibidos por los contratos.
Pero
el fallo no tendrá efecto práctico por ahora. El abogado de la ex
intendenta, Pedro Serrano, afirmó que apelará ante el Tribunal de
Justicia. Para hacerlo tiene un plazo de 15 días.
"Respetamos
la conducta de la magistrada, pero diferimos con la forma en que
procedió", afirmó el abogado. Según él, la jueza no respetó
los plazos del proceso, ya que el 7 de junio el Tribunal lo había
suspendido, y la sentencia contra Suplicy fue registrada dos días más
tarde.
Para
Serrano, las multas a las ex funcionarias y al GTPOS no tienen sentido
pues, afirmó, no se perjudicaron las arcas públicas, porque el
trabajo se hizo.
El
director de la ONG, Antonio Carlos Egypto, negó cualquier conflicto
de intereses en el hecho de que la ex intendenta sea fundadora de la
entidad. "Tenemos proyectos con el gobierno federal desde la
presidencia de Itamar Franco" (1992-1994), afirmó.
Suplicy
fracasó en 2004 en su intento de reelección, al ser derrotada por el
socialdemócrata José Serra, quien había perdido en 2002 como
candidato a presidente frente a Lula. La ex funcionaria busca dentro
del PT presentarse a gobernadora del estado más poblado de Brasil.
La
condena a Suplicy se convirtió en un nuevo problema para el PT,
involucrado en un escándalo de corrupción a nivel nacional por el
supuesto pago de coimas a legisladores de otros partidos para asegurar
su apoyo en el Congreso a proyectos del gobierno.
En
medio de la peor crisis del PT, ayer Dirceu, hasta hace pocos días
uno de los hombres más cercanos a Lula, volvió al Congreso como
diputado en un duro debate sobre las denuncias de corrupción. Y fue
insultado por legisladores de la oposición, que lo acusaron de ser
"el jefe de la mafia" de los sobornos.
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