Brasil:
Dilema en la izquierda del PT
Incómodos
adentro, ¿peor afuera?
Por
Ernesto Herrera
[*], Rebelión, 5/09/03
La
"prudencia" fue dando paso a la "perplejidad"...hasta
llegar a lo que hoy es incontestable. No se trata de un "resbalón
social-liberal", sino del curso irreversible del gobierno Lula.
Hoja
de ruta neoliberal
El
sociólogo y economista André Gunder Frank,(1) fue más lejos todavía:
comparó a Lula con el dirigente de Solidarnosc, Lech Walesa, quien al
tomar la presidencia de Polonia, hizo una política económica más
conservadora que sus antecesores. ¿Exagera?
Al
asumir el 1º de enero, el presidente Lula prometió "el rescate
de las centenarias deudas sociales de este país." y comenzar a
remontar la "herencia maldita" dejada por Fernando Henrique
Cardoso y los sucesivos gobiernos neoliberales. Nada de eso se vislumbra
vaya a suceder. Por el contrario, el cambio cedió paso al continuismo más
descarnado.
El
gobierno Lula terminó por aceptar las reglas de juego del capital
transnacional. Acordó con el monitoreo del FMI, de los banqueros, y de
los principales accionistas del Estado brasilero privatizado. Impuso la
"reforma" de la Previdencia (sistema de seguridad social) para
satisfacción de los fondos de pensión privados; y encamina la otra
"reforma" ordenada por Washington: la tributaria.
Siguiendo
la hoja de ruta neoliberal, prepara la flexibilización de las leyes
laborales (exigida por las patronales y el FMI); aumenta la deuda pública
en relación al PIB; y tramita la "autonomía" de un Banco
Central que es, en verdad, el brazo local de la FED norteamericana.
Todo
sigue igual...o peor. El desempleo alcanza el 20% en las grandes ciudades;
los ingresos de las familias cayeron un 16% en julio; y más del 50% de
los que trabajan, están sin ninguna seguridad social. Entre tanto, el
plan Hambre Cero apenas alcanza a 350.000 personas. Es decir, está
paralizado. Y depende, más que nunca, de que en la próxima negociación
con el FMI se incluya una "cláusula social" y una rebaja del
"superávit primario", además de la "comprensión"
del Banco Mundial...y de las "donaciones" de multinacionales
como Coca Cola.
La
Reforma Agraria que los sin tierra exigen, se tuerce hacia un modelo agrícola
de mercado exportador y responde a los intereses de las multinacionales
del alimento. La reciente destitución del presidente del INCRA (Instituto
Nacional de Colonización y Reforma Agraria) Marcelo Resende (ligado a la
Comisión Pastoral de la Tierra), es un golpe letal a la esperanza de
millones de campesinos. Y el anuncio que sólo habrá 7.000 familias
asentadas este año (cuando se prometían 60.000) indica que el gobierno
ha optado por ceder a las presiones del latifundio representado por el
ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues.
En
este paisaje, el papel del ministro de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto,
es cada vez más subordinado.
Mientras
tanto, se agudiza la guerra en el campo: los pistoleros del latifundio ya
han asesinado a 30 sin tierra en lo que va del año...y el único preso es
un dirigente del MST, José Rainha.
El
Presupuesto 2004, presentando al Congreso, reduce todos los recursos
destinados a las políticas sociales, aunque el pago de los intereses de
la deuda externa permanece intocable.
Compromisos
incompatibles
Se
explica. Antes de llegar al gobierno, Lula y la fracción dirigente del PT,
establecieron una alianza con sectores decisivos de la clase dominante
brasilera para "desarrollar el mercado interno", el
"capitalismo productivo" y efectuar una muy publicitada "redistribución
equitativa del producto nacional". Y pactaron con los mercados
financieros.
Esto,
implicó adoptar dos compromisos incompatibles: el cambio (reivindicado
por el pueblo pobre y trabajador) y el respeto de los contratos y acuerdos
con el FMI, los banqueros y, en fin, con los grandes capitalistas.
Obviamente,
casi nadie esperaba la apertura de un escenario de "transición
al socialismo", en la medida que la fracción dirigente del PT
-Lula y la Articulaçao- subordinarían cualquier programa de cambio a la
institucionalidad capitalista. Al adaptarse política y materialmente al
aparato del Estado, la fracción dirigente del PT se volvió irrecuperable
para la lucha revolucionaria.
De
la misma manera, muy pocos creían todavía en la posibilidad de iniciar
un proceso de "ruptura democrática". Ni siquiera, en una
extensión de la experiencia del Presupuesto Participativo, focalizada
siempre en Porto Alegre.
La
fracción dirigente del PT, se fue convirtiendo en un componente de
sustento del orden burgués...aunque se mantenía como oposición a los
sucesivos gobiernos neoliberales, adecuando el tono de su discurso al
voltaje de las luchas sociales. La asimilación ideológica, y la
incorporación de la tesis sobre la "neutralidad" de las
instituciones democrático-burguesas, aplastaron no solo cualquier
perspectiva clasista y anticapitalista, sino también, una tímida opción
antineoliberal.
La
capa de burócratas con aspiraciones a "hombres de Estado" que
se fue galvanizando a lo largo de años de electoralismo, prebendas
parlamentarias, y práctica empresaria-gerencial (estadual y municipal),
terminó por reafirmar, definitivamente, la estrategia de llegar al
Planalto (palacio de gobierno en Brasilia) como "una alternancia de
cambio sin ruptura" para asegurar una "gobernabilidad democrática".
(2)
Para
ello, hay que evitar a todo precio, el "caos social" y la
"ingobernabilidad" que generan el "exceso de demandas"
y "la incapacidad para atenderlas". Si esto exige mover a las
tropas de choque, apelar a los oportunistas que "defienden al
gobierno" por encima de los intereses de los trabajadores, y expulsar
a los "radicales" que no renuncian a la historia de luchas y al
compromiso del partido con los de abajo, al gobierno y al lulismo no les
temblará el pulso.
Ocho
meses después, dos haberes en el "saldo favorable". Por un
lado, una política exterior pintada de "independiente" y
"progresista", donde se mezclan: el sermón crítico a la
globalización en los foros internacionales, con la condena al
"terrorismo"; las iniciativas para fortalecer el MERCOSUR y la
"alianza estratégica" con Argentina; los acuerdos comerciales
con Venezuela y con la Comunidad Andina; y la apuesta a un ALCA light, en
la vana ilusión que negociar con Bush (y todo lo que él representa)
puede implicar alguna concesión.
Por
el otro lado, la encuestas de "opinión pública": mecanismo de
manipulación de la "ciudadanía", con el cual se ha desplazado
el funcionamiento del partido y cualquier otra instancia de democracia
participativa. Al 23 de agosto, el desempeño del presidente Lula era
considerado "optimo por el 45% de los entrevistados", tres
puntos más que en junio; el 42 % lo considera "regular", y solo
un 10% "malo". (3) Aplausos de la tribuna. Bajo esta lógica de
puro markenting político, es un dato anecdótico que, ya en abril, el 38%
de los entrevistados, considerara al presidente Lula, de
"centro" o "centro- derecha".
Como
para confirmar la palabra del propio presidente en su reciente visita a
Venezuela: "En toda mi vida, nunca me gustó ser considerado de
izquierda".
Inicio
de una ruptura
Al
decir de la senadora Heloísa Helena (4) opositora intransigente al curso
neoliberal del gobierno Lula y una de las principales referencias de la
izquierda revolucionaria y de los movimientos sociales resistentes (entre
otras cosas porque se negó a aprobar la designación de Henrique
Meirelles como presidente del Banco Central, y actualmente está
suspendida de la bancada del PT), los que votaron la contrarreforma solo
pueden calificarse de "pusilánimes y cobardes", y
definió al Congreso como "un vergonzoso mostrador de
negocios". (5)
Es
un punto de inflexión. Con la votación favorable (6) el gobierno Lula
obtiene una doble victoria política: emite una señal de confianza al FMI
y a los inversores extranjeros de fondos de pensión, reafirmando su
conversión al mercado y, simultáneamente, consigue la capitulación de
un sector de diputados federales del llamado "campo
de izquierda".
Con
esta capitulación, el "campo de izquierda" que votó las
contrarreformas, se neutraliza como polo de resistencia contra la política
del gobierno y de la fracción dirigente del PT...a no ser que cambie
radicalmente su estrategia y rompa con su institucionalizada comodidad.
Simultáneamente,
el gobierno utiliza esa capitulación para poner fin a la preocupación de
sectores de la burguesía y los medios de prensa nacionales y extranjeros
en torno al mapa interno petista que mostraba a los "radicales"
con el 30% del partido y su bancada parlamentaria.
Sin
embargo, esta primera victoria del gobierno Lula (todavía falta la votación
en el Senado, aunque la única que anuncia su voto en contra es Heloísa
Helena), no le ha salido gratis.
Los
60.000 manifestantes en Brasilia, la masiva huelga de los funcionarios públicos,
y el crecimiento de una oposición clasista a la burocracia de la CUT,
tanto como el repudio a la fracción dirigente del PT por parte de amplios
sectores de luchadores sociales y militantes políticos, marcan el inicio
de un proceso de ruptura política.
Proceso
que se acelera a partir de que un amplio sector del activismo resistente y
de los movimientos sociales, "hacen la experiencia" a partir del
gobierno Lula. Como los miles de estudiantes que se rebelan en Salvador,
protestando contra el aumento del precio del transporte.
Es
decir, se trata de la culminación del recorrido político-estratégico
del PT. Un proceso de decantación que -estaría de mas decirlo- será
marcado por expectativas, ritmos y experiencias diferenciadas.
Decenas
de miles de luchadores sociales y militantes petistas se niegan a caer en
la complicidad. Manifiestan su indignación, y se rebelan ante lo que
consideran una rendición incondicional del gobierno Lula y el PT.
Volantes y carteles callejeros, multitudinarias marchas, asambleas
sindicales y congresos estudiantiles, seminarios y debates públicos en
diversas ciudades, acusan ya de "traición" al gobierno...y a
los diputados federales que votaron la contrarreforma de la Previdencia.
Los
sin tierra y los sin techo se cansaron de las promesas ministeriales y han
pasado a la acción directa tomado latifundios y predios públicos y
privados. Numerosos intelectuales y economistas del partido, critican sin
piedad el continuismo económico neoliberal.
La
"luna de miel" de los sectores más concientes y politizados del
movimiento popular con el gobierno empieza a terminarse. Una fase de
inestabilidad, de aceleración de las experiencias y de enfrentamiento con
el régimen político de dominación, se abre. En este cuadro, una nueva
vanguardia social desvinculada del pasado petista se reorganiza en la búsqueda
de un nuevo polo de referencia política.
Pero,
"si tal referencia no se construye en el próximo período, viviremos
un proceso de dispersión y la decepción con el gobierno dará lugar a la
desorganización y al retroceso. El vacío abierto a la izquierda no
quedará así mucho tiempo". (7)
Mientras
tanto, los movimientos sociales se organizan en torno a la elaboración de
un programa alternativo para "organizar la esperanza", y "para
dar respuesta a la necesidad de unificar las acciones de los movimientos
sociales en el nuevo escenario que vive el país luego de la victoria de
Lula, buscando definir una plataforma común de propuestas y organizar
acciones conjuntas, con el objetivo de fortalecer el campo de los cambios,
del desarrollo y de la valorización del trabajo". (8)
La
idea de que el curso del gobierno está en "disputa" se esfuma o
permanece como coartada tacticista para "evitar
el aislamiento".
La
relación de fuerzas entre los conservadores y los "nichos
progresistas", fue y es aplastante. No hay dos proyectos antagónicos
enfrentados. La fracción dirigente del PT y sus nuevos aliados
(banqueros, empresarios, latifundistas, políticos corruptos del PMDB como
Sarney y otros tránsfugas) comandan la nave ...desde el inicio de la
travesía.
Para
la izquierda revolucionaria no caben dudas en cuanto al programa económico
en sus aspectos fundamentales, Luciana Genro lo precisa: "El
camino elegido es muy categórico en el sentido de la profundización del
modelo neoliberal. No hay ningún síntoma de fuerzas internas en el
gobierno que pretendan realizar un viraje. Por otro lado, las alianzas
imponen límites a la voluntad de algunos sectores del gobierno (...)
Usted no puede decir me gané la confianza de los mercados y luego hago lo
que quiero, porque esa confianza hay que ganarla todos los días. El PT ha
optado de forma clara por seguir pagando la deuda externa y no se pueden
hacer cambios sin promover rupturas". (9)
Podrán
haber giros más o menos al centro, más o menos a la izquierda, y hasta
muecas de un regreso a la sensibilidad social. Pero el círculo se cierra.
En tal sentido, tanto la participación en el gobierno, como la táctica
de cohabitar críticamente con la fracción dirigente del partido, es
incompatible con una política de acumulación revolucionaria y
socialista.
Nueva
alternativa
La
intoxicación mediática de la derecha monta su circo: "Radicales
del PT discuten creación de nuevo partido de izquierda" (10) o "radicales
del PT anuncian nuevo partido" (11)
La
fracción dirigente del partido y el propio presidente Lula desprecian el
fenómeno político: "aprendí que hay determinado tipo de gente
que es mejor que esté en contra de uno a que esté a favor" (12).
Los
aliados oportunistas del lulismo, lo ridiculizan al reducirlo a una pequeña
minoría nostálgica de otras épocas: "Quiero alertar a los más
desinformados que la opción que algunos hicieron por tensionar hasta las
últimas consecuencias hace parte de una estrategia política. Quieren ser
expulsados del PT. Creen que llegó la hora de la construcción de un
nuevo partido, este verdaderamente revolucionario. En el fondo, están
presos de un viejo esquema: el de la Revolución Rusa de 1917". (13)
Otros,
agitan entre sus militantes desconcertados y descontentos, el peligro de
que el proceso de ruptura y reorganización termine en un nucleamiento de "los
trotskismos" doctrinarios.
Unos
y otros trazan una tramposa operación para disminuir el significado de la
ruptura a un puñado de militantes. Y a tres diputados y una senadora. Se
niegan a reconocer que en las bases del partido, universidades, empresas,
fábricas, y movimientos populares, ya son decenas de miles los que toman
conciencia y extraen conclusiones políticas. Se niegan a digerir, que la
columna vertebral del movimiento obrero, campesino y popular, no contrajo
un matrimonio indisoluble con el lulismo.
La
construcción de una nueva alternativa de la izquierda está colocada ...y
es inevitable. ¿Izquierdismo febril?
El
economista y reconocido dirigente del partido, Plinio Arruda Sampaio Jr,
quien impulsa un documento firmado por más de 2.000 militantes (14) ha
sido tajante en cuanto al diagnóstico: "Estamos viviendo una
nueva onda neoliberal. Y la ironía de la historia, es que sea un obrero
quien lidera esta nueva onda neoliberal. Estamos en un momento muy grave.
El partido que construimos en 25 años, se hace pedazos". (15)
Por
su parte Waldemar Rossi, ex-dirigente sindical metalúrgico y miembro de
la Pastoral Obrera, afirma que "la fidelidad partidaria, es por
lo tanto, relativa, Solo es válida si estuviera al servicio y en el
camino correcto de la práctica de la justicia social" (16)
Es
bajo estas nuevas condiciones políticas, que toma cuerpo tanto el debate
como el movimiento por la construcción de una alternativa de izquierda
con una fisonomía programática definida. Un primer paso, ha sido la
iniciativa lanzada por los diputados, Luciana Genro, Joao Bautista Babá y
Joao Fontes.
"Nuestra
responsabilidad es organizar la resistencia y la construcción de una
nueva alternativa con esos millares de luchadores que dicen no al New PT.
El primer lugar discutiremos a fondo con los militantes petistas, con los
dirigentes sindicales luchadores y los activistas sociales cual es la
alternativa que necesitamos. Decidiremos junto con ellos y la senadora
Heloísa Helena cuales son los caminos a seguir. No está demás recordar
que la opinión de Heloísa Helena es para nosotros de enorme importancia.
La apoyaremos y la acompañaremos si su decisión fuera la de disputar la
alcaldía de Maceió y estaremos con ella exigiendo la democracia en el
partido en el tiempo que nos fuera posible mantener de pié esa exigencia.
En ese sentido, nuestra expulsión es nuestro límite, como es el límite
de millares de petistas que firmaron con nosotros el ´Manifiesto de
Urgencia contra el hambre, la miseria y el desempleo` (...) Vamos a
mantener y profundizar nuestros vínculos con esos millares de luchadores
sociales que no cambiaron de lado. Vamos a llamar a la construcción de
una nueva herramienta política, un nuevo partido anticapitalista,
antiimperialista, democrático, de lucha y de clase que incluya la
pluralidad de la izquierda socialista incorporando a todos los sectores
del PT que quieran participar, como a los compañeros del PST-U que ya
llamaron a la construcción del nuevo partido". (17)
El
PST-U (Partido Socialista de los Trabajadores-Unificado), (18) había
convocado a construir "un movimiento por un nuevo partido que una
a todos los luchadores, radicales del PT, PST-U, activistas de los
movimientos sociales para que podamos luchar por una alternativa militante
y de masas para los trabajadores brasileros" . (19)
Sin
embargo, ha puesto el pié en el freno. Ahora considera apresurado la
creación de ese nuevo partido. Propone discutir un proyecto para no hacer
"un acuerdo de cúpula", y ofrece su legalidad para
participar en las elecciones municipales de octubre 2004. (20)
Más
allá de este tipo de contorsiones, y de los cruces tácticos (que
envuelven diferencias políticas legítimas, miopías sectarias y/o
pretensiones hegemonicistas), lo cierto es que los tiempos de una
alternativa de la izquierda han comenzado a andar; y tiene, como lo dice
Valerio Arcary, un primer desafío "construir un movimiento
unitario, a partir de este momento dramático que vive la izquierda
brasilera. Un movimiento que incorpore todas las fuerzas vivas que vienen
de la lucha de clases en la construcción de una nueva alternativa política."
(21) Un movimiento que, en definitiva, "combine renovación con
radicalidad". (22)
Todas
las corrientes internas de la izquierda petista (donde, indiscutiblemente
se concentra la mayor acumulación política, marxista y revolucionaria)
se ven atravesadas por este dilema estratégico. Lo mismo ocurre en el
PST-U donde existen divergencias. Tensiones, reorientaciones y rupturas
con la rutina institucional, estarán en el orden del día.
Lo
decisivo, sin embargo, es el vínculo de estas corrientes con la
intensidad de los movimientos sociales, y con el proceso de extensión y
radicalización de las luchas de resistencia. Allí se juega el desenlace
la batalla abierta.
Repercusiones
exteriores
El
"PT de los orígenes" se (des)construye como partido de
clase, como opción real de cambio, como expresión de masas de la
resistencia antineoliberal y antiimperialista. Su derrota, en tal sentido,
es un hecho de trascendencia.
Si
desde las fuerzas populares que han articulado una feroz resistencia al
neoliberalismo, y han protagonizado incontables protestas, rebeliones, y
levantamientos revolucionarios como el "argentinazo", si desde
el movimiento "alter-mundialización" que enfrenta la ofensiva
depredadora y guerrerista del imperialismo, si desde la izquierda
socialista que se construye al calor de las luchas y la radicalización de
masas, el PT y un gobierno Lula, eran "un laboratorio social y político
de experiencias" con dimensión internacional, el "momento muy
grave" no lo es solamente para la izquierda brasilera.
La
transformación de la naturaleza del PT y el curso irreversible del
gobierno Lula, refuerzan todas las tendencias "social-liberales"
de un sector de la izquierda "cultura de gobierno" en América
Latina y, la idea conservadora, de que las relaciones de fuerzas
desfavorables y la trágica herencia social del neoliberalismo, impiden,
siquiera, un camino de "reformas estructurales" que apunten a la
satisfacción de las necesidades sociales básicas más urgentes.
En
un escenario de recolonización imperialista acelerada (Plan Colombia,
ofensiva desestabilizadora contra Chávez, bloqueo y agresiones a Cuba,
Plan Puebla- Panamá, ALCA, ajustes fondomonetaristas, deuda externa, y
reglas draconianas de la OMC), la rendición incondicional del gobierno
Lula y la fracción dirigente del PT, se torna en un pesado lastre a
remontar.
Su
derechización y fracaso introduce una carga de confusión, desconcierto y
desesperanza, justamente, cuando la crisis de legitimidad del
"modelo" neoliberal enfrenta un proceso de organización,
movilización y radicalización de una izquierda social a escala
continental.
En
tal contexto, el desafío es doble para las fuerzas marxistas
revolucionarias: por un lado, recomponer una perspectiva programática
transicional desde las luchas sociales. Perspectiva renovadora y radical.
Y,
por el otro lado, relanzar en la práctica -sin calculo mezquino y
"orgánico" de ningún tipo- una estrategia de reagrupamiento de
la izquierda anticapitalista y socialista a escala nacional, regional e
internacional, con campañas, iniciativas y tareas comunes, que vayan más
allá de congresos autoproclamatarios, de foros académicos, y de
seminarios estilo ONGs con discusiones más o menos eruditas.
Evidentemente,
hay un insoslayable primer punto de encuentro: el apoyo y la solidaridad
política con la lucha de la izquierda y los movimientos sociales de
Brasil, que inician con todas las dificultades imaginables, y sin plazo
fijo, la (re)construcción de una alternativa revolucionaria.
Como
único camino hacia la recuperación de ese "mandato popular"
que Pachakutik y el movimiento indígena ecuatoriano reivindican, al
romper con el gobierno neoliberal de Lucio Gutiérrez.
Notas:
*
Ernesto Herrera es miembro de la dirección nacional de la Corriente de
Izquierda, reagrupamiento radical en el Frente Amplio de Uruguay. Durante
muchos años fue miembro de la dirección de la Cuarta
Internacional-Secretariado Unificado, y hasta febrero 2003, coordinador
del trabajo latinoamericano. Desde julio 1999, edita el Correo
de Prensa de la Cuarta Internacional (boletín
electrónico para América Latina y el Caribe). Colabora regularmente con
las revistas Desde los Cuatro Puntos (México) e Inprecor
(Francia). Recientemente, participó en Brasil de diversas
actividades organizadas por el Movimento Esquerda Socialista y movimientos
sociales.
(1)
Folha de Sao Paulo 24-8-03. Gunder Frank fue uno de los invitados
principales en el Seminario "Hegemonía y contra-hegemonía:
impasse de la globalización y los procesos de regionalización". Río
de Janeiro, agosto 2003.
(2)
Marco Aurelio García, uno de los promotores de la socialdemocratización
del PT y asesor de Lula para la política exterior. Coloquio "Sistema
de partidos y el rol de los partidos políticos en el sistema democrático".
Montevideo, julio 2003.
(3)
Encuesta Datafolha, Folha de Sao Paulo, 31-8-03.
(4)
Senadora por el estado de Alagoas y militante de Democracia Socialista (DS).
Su posición política está en plena contradicción con la orientación
de la DS que participa en el gabinete del gobierno Lula, con Miguel
Rossetto como ministro de Desarrollo Agrario.
(5)
Correo de Prensa de la Cuarta Internacional (boletín
electrónico para América Latina y el Caribe) Nº 855, 7-8-03.
(6)
Solamente votaron en contra de la "reforma", los diputados
Luciana Genro, estado de Río Grande del Sur, militante del Movimento
Esquerda Socialista (MES); Joao Bautista Babá, estado de Pará, militante
de la Corrente Socialista dos Trabalhadores (CST); y Joao Fontes, estado
de Sergipe, que no está afiliado a ninguna de las tendencias internas del
PT. La mayoría de los diputados federales del PT votaron a favor. También
la mayoría de los diputados de la DS y de la Articulacao de Esquerda (AE)
que, aún con diversas críticas, lo hicieron por "disciplina
partidaria". Ocho diputados, de los cuales dos de la DS se
abstuvieron en la primera votación en la Cámara. Para la segunda, el
diputado Walter Pinheiro DS- estado de Bahía, también votó en contra.
(7)
Infor-MES, 12-8-03. Documento MES sobre coyuntura nacional y orientación
política.
(8)
Coordinación de los Movimientos Sociales. Participan entre otros
el MST, CUT, UNE, Pastoral Obrera. Se realizaron durante el mes de agosto,
cinco encuentros regionales. El documento se puede leer en Rebelión: http://www.rebelion.org/brasil/030821cms.htm
(9)
Lula es el continuismo de Cardoso. Entrevista en el semanario
Brecha, Montevideo, 22-8-03.
(10)
Folha de Sao Paulo, 30-8-03.
(11)
Folha de Sao Paulo, 2-9-03.
(12)
Estoy jugando mi historia en este mandato. Entrevista en la
revista Veja, Sao Paulo, 20-8-03.
(13)
Lindberg Farias, diputado federal, Río de Janeiro ¿Lo que no hacer?
Folha de Sao Paulo, 16-8-03.
(14)
"Rescate del PT", documento presentado publicamente en
Sao Paulo, que propone retomar banderas históricas como la defensa de la
Previdencia. Los promotores de este documento, no plantean la construcción
de una nueva alternativa de la izquierda.
(15)
Ponencia en el seminario internacional "Otro mundo es posible. La
construcción de una izquierda anticapitalista". Organizado por
el MES, Porto Alegre, 15-8-03.
(16)
Infor-Mes, Porto Alegre, agosto 2003.
(17)
"Nota pública a los militantes del PT", acto público
en Río de Janeiro, 1-9-03. [Publicada integra en ANDALUCIA LIBRE 195]
(18)
El PST-U es la mayor de las fuerzas trotskistas de Brasil. Con una
importante implantación sindical, universitaria y juvenil, supera los
2.000 miembros rígidamente organizados. Esta afuera del PT desde hace
diez años. En las elecciones presidenciales del 2002, su candidato y
presidente nacional José María de Almeida (Ze María), obtuvo 400.000
mil votos. No tiene representación parlamentaria. Considera al gobierno
Lula como un "frente popular, de colaboración de clases y por lo
tanto burgués anormal, en el sentido de que la mayoría de la burguesía,
si fuera posible, preferiría y tendría mas confianza en un gobierno
directamente suyo..." Marxismo Vivo No
6, noviembre 2002.
(19)
Opinión Socialista No 156, 8-8-03.
(20)
La legalidad es una cuestión importante, la ley electoral brasilera no
permite presentar candidaturas si no se está afiliado a un partido antes
del 2 de octubre 2003. Los 8 puntos de la nueva propuesta del PST-U, se
pueden leer en su sitio web: http://www.pstu.org.br/
(21)
Dirigente del PST-U, y miembro del Instituto de Estudios Socialistas que
edita la revista Octubre. Ponencia en el seminario
internacional "Otro mundo es posible. La construcción de una
izquierda anticapitalista"...
(22)
Ricardo Antunes, sociólogo, militante del PT, editor de la revista Margen
Izquierdo. Ibidem.
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