Guatemala

 

A diez días de que se celebren los comicios presidenciales y legislativos se cuentan las víctimas por decenas en todo el espectro político

La violencia se adueñó de la campaña

Por José Elías
Corresponsal en Guatemala
El País / Página 12, 30/08/07

La violencia está jalonando la campaña electoral de Guatemala, que el 9 de septiembre renovará la presidencia, el Congreso y las 332 alcaldías. Desde enero, una veintena de candidatos de todos los partidos, o incluso sus familiares, han muerto en medio centenar de ataques que las autoridades vinculan con el crimen organizado. El último asesinato fue el de una candidata a concejal del partido de Rigoberta Menchú, Clara Luz López. El clima de inseguridad se mezcla con una considerable apatía ciudadana. La Conferencia Episcopal y varias organizaciones sociales han llamado a la participación y a rechazar a los aspirantes políticos sospechosos de estar ligados con el narcotráfico.

Los catorce candidatos a la presidencia de Guatemala queman sus últimos cartuchos, si bien sólo dos aspirantes tienen posibilidades de llegar al poder. Se trata de Alvaro Colom, del Partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE, de tendencia social–demócrata), quien últimamente se ha visto sacudido por escándalos internos, y el general retirado Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP, derecha), cuyo ofrecimiento de "mano dura" para enfrentar los problemas del país, particularmente la inseguridad y la violencia, le ha merecido el respaldo de amplios sectores de la población.

Según las encuestas, ninguno de los dos logrará la mayoría absoluta, por lo que se prevé una reñida segunda vuelta el 4 de noviembre.

El tercero en discordia es el oficialista Alejandro Giammattei, de la Gran Alianza Nacional (GANA), quien arrastra el desgaste del gobierno de Oscar Berger, a lo que se suma lo que parece ser una tendencia histórica: ningún partido ha repetido mandato desde que terminaran las dictaduras militares, en 1985. Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz y candidata de la izquierda, está relegada a un quinto puesto en las encuestas, por detrás de Eduardo Suger, un académico centrista.

En el anecdotario propio de unas elecciones presidenciales, cabe destacar la debacle de Efraín Ríos Montt, cuyo partido–iglesia, el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), arrasó hace ocho años llevando a la primera magistratura a Alfonso Portillo y al viejo general a la presidencia del Congreso, desde donde el ex dictador hizo y deshizo a su antojo, al grado de nombrar un Tribunal Constitucional capaz de autorizar su candidatura a la presidencia de la República, a pesar de la prohibición que contempla la Carta Magna para quienes ejercieran el poder como producto de un golpe de Estado. Ríos Montt derrocó en 1982 al también general Romeo Lucas García.

En esta ocasión Ríos Montt sólo aspira a alcanzar un escaño en el Congreso. A nadie escapa que su candidatura es solamente una trinchera para burlar la orden internacional de captura librada por la Audiencia Nacional Española en contra del militar, sobre quien pesan acusaciones de delitos como genocidio y tortura. Su candidato presidencial es Luis Ra–bbé, cuyo mérito principal es ser el "cuñadísimo" del propietario del monopolio de la televisión guatemalteca. Sus intenciones de voto apenas rondan el 2,5 por ciento.

En tanto, Rigoberta Menchú, convencida de que su gran oportunidad serán las elecciones de 2011 como rezan todos los pronósticos de la cosmogonía maya, no parece mayormente preocupada por lo que pareciera ser un serio déficit en materia de convocatoria. "Estoy muy feliz. Voy teniendo más logros de los que había pensado. Hasta podría haber alguna sorpresa", confesó a este diario la semana pasada, en una breve conversación de pasillos.

Al margen de la lucha partidista, lo que sí constituye una preocupación mayoritaria es la infiltración del crimen organizado en las estructuras de poder. El 16 de agosto, el llamado Foro Guatemala, que aglutina a 18 organizaciones de reconocida ascendencia en la sociedad guatemalteca, entre otras se destacan la Conferencia Episcopal, las iglesias evangélicas y la estatal Universidad de San Carlos, lanzó una campaña masiva de prensa, radio y televisión que busca evitar que candidatos ligados a las mafias alcancen puestos de elección popular.

La crudeza de los mensajes no deja lugar a dudas: "Si das tu voto a un narcotraficante, tú también eres un narcotraficante. No te conviertas en cómplice", rezan algunos de los spots publicitarios. "La campaña busca fomentar el voto sano, responsable y libre", explicó en su oportunidad el rector de la universidad nacional, Estuardo Gálvez. Según se indicó, el mayor peligro radica en las municipalidades de las regiones fronterizas, que las mafias del narcotráfico buscan convertir en zonas permeables para el tránsito de la droga hacia el gran mercado estadounidense.

La violencia, una dolorosa constante en Guatemala (5885 asesinados en 2006, según la página web del Ministerio del Interior; 3450 hasta el 15 de agosto del año en curso, de acuerdo con el recuento del matutino local Nuestro Diario), también ha alcanzado al sector político. Según la organización independiente Acción Ciudadana, de marzo de 2006 al 22 de agosto de 2007 se han cometido 83 ataques contra candidatos y activistas de trece de los 21 partidos políticos reconocidos en Guatemala. De ellos, 42 han muerto.


Nuevo asesinato opaca los comicios

Una campaña electoral manchada de sangre

Por Leonardo Montero
APM, 28/08/07

La violencia no cesa en la etapa preelectoral de Guatemala. Más de 40 personas fueron asesinadas desde mayo por cuestiones políticas. El país enfrenta una grave crisis social que condiciona al futuro presidente.

Desde que el pasado 2 de mayo se convocara a las elecciones presidenciales, la ola de violencia en Guatemala no ha cesado de crecer. Amenazas, ataques y crímenes empañan el proceso que culminará el próximo 9 de septiembre con el acto electoral. En la jornada de ayer se dio a conocer la noticia de un nuevo asesinato.

En esta oportunidad, la víctima fue la candidata a concejala de la ciudad de Casillas, Clara Luz López. El hecho ocurrió en dicha ciudad, en el suroeste del país. López, de 32 años, pertenecía al partido Encuentro por Guatemala (ENG) que promueve la candidatura presidencial de la líder indígena, Rigoberta Menchú.

En una ronda de prensa, Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992, manifestó que López recibió varios disparos y se esta tratando de establecer si antes de ser asesinada fue violada.

"Entendemos que estos hechos son un mensaje rotundo en contra de nosotros (...). Nosotros nos hemos centrado en estimular la participación ciudadana, y dar una esperanza a los miles y miles de guatemaltecos que están confundidos con tanta guerra psicológica", declaró Menchú.

Desde la convocatoria a elecciones, el 2 de mayo, se han denunciado más de 40 asesinatos en el país centroamericano. Entre las víctimas se cuentan activistas políticos, candidatos y familiares de éstos. En total se han registrado más de 50 hechos violentos de tinte político, en la que se considera la contienda electoral más sangrienta desde el retorno a la institucionalidad en 1985.

Todas las facciones políticas que se presentarán en los comicios, han denunciado algún acto de violencia en su contra. El ENG ha sido uno de los más afectados por la violencia. La candidata presidencial manifestó públicamente que su partido ha sido objeto de múltiples agresiones, entre ellas las "campañas negras" y la destrucción sistemática de su propaganda.

En este contexto, la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), solicitó a las autoridades guatemaltecas esclarecer si existen motivaciones políticas en los asesinatos ocurridos en los últimos meses. Aún no han recibido respuestas.

El jefe de esa misión Diego García Sayán, ex canciller peruano, declaró que las autoridades competentes deben "esclarecer estos deplorables sucesos", que han ensombrecido el proceso de elecciones "para avanzar en la construcción de un ambiente que garantice la seguridad ciudadana".

Por otra parte, esta misión de la OEA, que tiene la tarea de supervisar las elecciones, también denunció graves deficiencias en la información a los electores sobre cómo y donde sufragar. Este problema se agrava aún más en las zonas rurales.

Los observadores consideran indispensable garantizar una alta presencia de fiscales de los partidos políticos con el fin de asegurar la transparencia del proceso, al cual califican de "complejo".

Además, García Sayán requirió a las autoridades electorales y a los entes de seguridad guatemaltecos "los mayores esfuerzos para garantizar el ejercicio del derecho al sufragio, así como el orden y respeto a los resultados".

En este marco, el Partido Socialista (PS) de Francia emitió un comunicado en el que se solicita mayor compromiso por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para fortalecer la paz civil y la democracia en el país centroamericano teniendo en cuenta el actual contexto de violencia política.

Esta claro que los comicios se llevaran a cabo en un clima muy tenso y que los responsables de la votación deberán ser más que cuidadosos para que el acto eleccionario sea lo más límpido posible y no se lamenten más hechos desgraciados.

El próximo domingo 9 de septiembre cerca de 6 millones de guatemaltecos podrán elegir presidente y vicepresidente, 158 diputados del Parlamento y los 332 representantes municipales.

Son 14 los candidatos al sillón presidencial. Según los sondeos, Álvaro Colom de la Unión Nacional de la Esperanza (UNE) y el derechista General Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), serían quienes logren llegar a la segunda vuelta a realizarse el 4 de noviembre. Aunque aún queda por dilucidar hacia que facción se inclinara el tercio de la población que se mantiene indeciso. Esto podría variar las estimaciones de cara al ballotage.

Colom se manifiesta como hombre de centro izquierda y socialdemócrata. Sin embargo, es probable que continúe con las políticas económicas actuales del gobierno de Óscar Berger, condicionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cercanas a la elite empresarial.

Por otro lado, Pérez Molina promete mano dura para terminar con el grave problema de la inseguridad social que es eje de la campaña. También manifiesta su apoyo al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Su lema electoral es "Vota con mano dura". No hace falta agregar palabras.

Más allá de los nombres y de las propuestas hay una realidad que es innegable. El próximo presidente de Guatemala se enfrentará a un panorama muy delicado.

Por un lado, deberá atacar el elevado nivel de violencia existente en el país. Día a día se suceden ataques contra defensores de los derechos humanos, miembros de partidos políticos y se registran cientos de feminicidios, con denuncias de torturas, violaciones y mutilación de genitales.

Según estadísticas del 2006, Guatemala contaba con la triste denominación de ser el segundo país del mundo con más feminicidios, sólo superado por Rusia. Organizaciones de derechos humanos revelan que la mayor parte de estos hechos tienen que ver con la problemática del narcotráfico y el crimen organizado.

Por otra parte, quien asuma el cargo presidencial deberá lidiar con el flagelo de la pobreza. Recientemente, el Instituto nacional de estadística (INE) dio a conocer que la mitad de los guatemaltecos vive en la pobreza y cerca del 20 por ciento en pobreza extrema.

Otra cifra preocupante es la que coloca al país con el índice de mortalidad materna infantil más alta de América Latina. Guatemala invierte en salud el 0.87 por ciento del Producto Interno Bruto, la cifra más baja de Centroamérica. Además, la cobertura en salud no alcanza a la mitad de la población. Es decir, existe un problema sanitario grave.

En conclusión, el panorama preelectoral de violencia se condice con una situación social atravesada por graves problemáticas comunes al conjunto de la sociedad. Sin importar el nombre del futuro presidente, se sabe que este recibirá un legado muy complicado que podrá acrecentarse teniendo en cuenta las pronunciadas diferencias que provocan estos comicios.