Costa Rica

 

Balance del PST

Después del Referéndum: ¿Qué sigue?

Partido Socialista de las y los Trabajadores, 26/10/07

A modo de introducción

El pasado 7 de octubre, tuvo lugar en Costa Rica el primer referéndum en la historia para decidir la suerte de un proyecto de ley, en este caso el Tratado de Libre Comercio. Éste, fue convocado desde el 13 de abril del presente año, desatando algarabía entre muchas y muchos de las y los opositores honestos al TLC. Pero lastimosamente y tras un proceso electoral sumamente viciado a favor de la oligarquía y del imperialismo, el SI al TLC se impuso con un 51,6% frente a un 48,3% del NO.

Este resultado electoral adverso para quienes por más de cuatro años nos hemos opuesto al TLC, ha sido un golpe difícil de asimilar, produciéndose en estas semanas pos-referéndum una sensación de desorientación política. Esto último se debe principalmente al rol conciliador de los principales dirigentes del NO (Ottón Solís, Eugenio Trejos, José Merino, etc.), quienes con tal de no violentar la “institucionalidad” del Estado burgués y cotizarse de mejor manera para las elecciones presidenciales y legislativas del 2010, han comenzado ya sea a negociar con los hermanos Arias (Solís y PAC), hacerse a un lado de la lucha (Trejos), o simplemente a sabotear los espacios de discusión para reorientar la lucha en las calles (Merino y FA[1]).

Desde el Partido Socialista de las y los Trabajadores (PST) y su brazo juvenil, la Juventud Socialista (JS), siempre denunciamos al referéndum como una trampa del gobierno Arias, que por medio de la misma perseguía que el destino del TLC se decidiera en las urnas y no en las calles, es decir, llevar al Movimiento del NO al terreno que mejor conoce y maneja la oligarquía costarricense. De esta manera, toda la maquinaria electoral de los principales partidos pro-TLC y las instituciones estatales (Sala Constitucional y TSE), junto con los incontables recursos financieros de los grupos exportadores y las transnacionales, entraron en acción para opacar mediáticamente y anular políticamente al Movimiento del NO.

Por todo ello, desde el PST quisiéramos exponer y compartir con las y los miles de opositores al TLC nuestros principales elementos de balance sobre esta derrota electoral, pero ante todo, nuestras perspectivas y sugerencias en torno al nuevo rumbo que debe tomar esta prolongada resistencia anti-neoliberal.

Primera parte - La lucha contra el TLC antes del referéndum

Es de nuestro criterio, que antes de entrar de lleno al análisis concreto sobre lo acontecido durante el proceso del referéndum y el futuro de nuestra resistencia contra el TLC, es necesario retomar algunos elementos de caracterización que hemos detallado en anteriores publicaciones. Consideramos que sólo de esta manera es posible tener conciencia sobre los errores y puntos de quiebre durante este proceso, los que de una u otra forma, nos llevaron a la trampa y derrota electoral del referéndum.

Ascenso y caída de las movilizaciones contra el TLC

1. El 17 de Noviembre, cerca de 75 mil personas marchan por las calles de San José. Esta movilización es convocada por la CNL.

2. El 8 de mayo del 2006, 8 mil personas protestan contra el TLC en la toma de poder de Oscar Arias.

3. El 23 y 24 de Octubre de ese mismo año, la CNL pone en práctica su esbozo de “Huelga General”, y convoca a una gran marcha nacional en San José (50 mil personas) y organiza movilizaciones regionales por todo el territorio nacional.

4. El 26 de Febrero del presente año, alrededor de unas 150 mil personas marchan por San José, teniendo como eje central la convocatoria a un referéndum para dirimir el futuro del tratado comercial. Dicha movilización fue convocada por el recién fundado (para ese entonces) Frente Nacional de Apoyo (FNA).

5. A partir de la convocatoria al referéndum, disminuyen la cantidad y caudal de manifestaciones. Se llevó a cabo una marcha en defensa de la autonomía universitaria a mediados de septiembre, con cerca de 5 mil personas pero extremadamente pasiva, reflejando el ambiente electoral. Además, se realizó una protesta en Cartago el 14 de setiembre, la cual fue muy combativa debido al escándalo del Memorando.

¿Quiénes conformamos el NO?

Desde nuestra agrupación hemos insistido en la gran variedad de sectores sociales que conforman el llamado Movimiento del NO. Así, dentro de éste podíamos encontrar[2] sindicatos, partidos de izquierda radical y reformistas, organizaciones comunales, estudiantiles y campesinas, ecologistas, feministas, empresarios y partidos burgueses, etc.

Evidentemente, toda esta gama de sectores y organizaciones sociales representadas en el NO, conllevaron a que prevaleciera la heterogeneidad política del movimiento anti-TLC y el único punto en común fuese la oposición al TLC, pero sosteniendo diferentes argumentos y políticas para derrotar al mismo. Desde nuestra óptica, consideramos que el NO puede clasificarse en dos bandos: 1) el que se opone rotundamente al TLC y al libre comercio como tal, por lo que rechaza la “renegociación”, y 2) quienes se oponen a este tratado y abogan por un TLC mejor negociado. De lo anterior, se desprende el que durante muchos años el NO se encontrara discutiendo dos líneas principales para derrotar al TLC: la Huelga General y la renegociación respectivamente[3].

Ambas tesis eran comunes de apreciar en los diferentes espacios de discusión y organización contra el TLC, pero pasaban a un “segundo plano” ante la insistencia del gobierno de aprobar velozmente el TLC en la Asamblea Legislativa, en la que contaba con el respaldo de la llamada “mayoría mecánica”. Esta ofensiva desde el Ejecutivo, de una u otra manera, obligó a la gran mayoría de opositores al TLC a salir a las calles en reiteradas ocasiones, independientemente de si su línea era de Huelga General o la renegociación.

En síntesis, a pesar de la gran heterogeneidad política de la oposición al TLC, desde los diferentes sectores opositores al TLC había unidad con relación a que tal y como estaba la realidad política del país, el no salir a marchar (aunque fuese ocasionalmente) contra el TLC era simple y llanamente suicida. Por este motivo y al ser las calles el principal escenario para medir fuerzas con el gobierno de Arias, durante este período pre-referéndum, la dirección de la lucha recayó principalmente en las organizaciones sindicales y populares, ocupando la burguesía opositora al tratado un segundo plano.

Las Coordinaciones contra el TLC

En cuanto al plano organizativo, el NO tuvo diferentes “coordinaciones” según el momento en que se encontrará la pelea contra el TLC. En nuestra organización consideramos que la resistencia al TLC ha tenido cuatro fases organizativas[4]:

a) Oposición disgregada: al inicio de las negociaciones y cuando progresivamente se fueron vislumbrando los principales acuerdos, la oposición se fue nutriendo poco a poco de diferentes sectores, especialmente de estudiantes, algunos sindicatos, organizaciones campesinas y partidos políticos. Tal como se indica en el subtítulo, su principal característica consistió en la disgregación, es decir, la inexistencia de un ente sindical y popular que aglutinara al conjunto de la oposición y desde allí se platearan acciones de carácter nacional.

b) Centralización inicial: luego de que se incluyera la apertura de las telecomunicaciones como parte del TLC, fue cuando la oposición tomó un carácter más fuerte, especialmente porque todavía estaba fresca en la memoria popular las jornadas de lucha contra la apertura del ICE en el 2000 (COMBO ICE), y de ese proceso la dirigencia sindical del FIT-ICE salió victoriosa y fuertemente prestigiada.

Nuevamente ante el anuncio de la apertura, este sector sindical se incorporó de lleno a la resistencia, y así se conformaría posteriormente la Comisión Nacional de Enlace (CNE). Ésta estuvo dirigida políticamente por el sector de la burocracia sindical del FIT-ICE, vinculada al Consejo de Defensa de la Institucionalidad (CDI) del ex presidente Rodrigo Carazo (1978-1982).

La CNE significó un avance organizativo para la lucha, puesto que vino a concretar la existencia de un ente “oficial” de la lucha contra el TLC, y su principal premisa fue el anunció de la Huelga General en caso de que  éste fuera enviado a la Asamblea Legislativa, aunque al fin de cuentas nunca sucedió. ¿Por qué? En términos generales, consideramos que la gran deficiencia que tuvo la CNE fue su método del consenso, muy típico entre las organizaciones burocráticas, que en los hechos viene a significar que ninguna resolución sea de carácter vinculante.

c) Regionalización centralizada: la CNE feneció, al menos como dirección oficial de la lucha contra el TLC, en el segundo semestre del 2005. Además de su incapacidad de poder tomar resoluciones de carácter vinculante para las organizaciones participantes, también fue “desprestigiada” por la prensa burguesa luego de que el 14 de abril del 2005, se resolviera no reconocer un eventual gobierno de Oscar Arias. Esto asustó de sobremanera a importantes sectores de la burocracia sindical, que ante dicho ataque optaron por retirarse progresivamente de la CNE y al fin de cuentas, conformar otra coordinadora “limpia de toda culpa”. [5]

Fue así como en el segundo semestre del 2005 y por convocatoria de la ANDE (principal sindicato magisterial), se llevó a cabo una reunión para estructurar una nueva “central” contra el TLC. De esta sesión se originó la Coordinadora Nacional de Lucha (CNL), la que sin duda alguna representó un salto cualitativo para la organización de la pelea contra el tratado, especialmente porque incorporó a gran cantidad de sindicatos y organizaciones populares, pero sobre todo porque dio los primeros pasos por lograr una regionalización de la lucha, creando Coordinadoras regionales en varios puntos del país.

Este avance se vio demostrado en las movilizaciones que organizó la CNL, empezando por su prueba de fuego el 17 de noviembre del 2005, donde marcharon por las calles de San José cerca de 70 mil personas, además de las jornadas de lucha del 23 y 24 de octubre del 2006, donde hubo movilizaciones por todo el territorio.

Pero al igual que la CNE, esta nueva Coordinadora contó (cuenta) con un funcionamiento burocrático de consenso, que ha significado una verdadera descoordinación entre las organizaciones participantes. Esto se vio reflejado particularmente con la discusión en torno a la viabilidad o no de una Huelga General, especialmente con relación a la posición de ANDE, APSE y SEC de solicitar un referéndum sobre el TLC a finales del 2006.

d) Centralización de la oposición burguesa: aunque muchas figuras y grupos empresariales se habían declarado contra el TLC, lo hicieron de manera dispersa, cada uno desde su respectiva trinchera partidaria o cámara empresarial. Ante esta dispersión de la burguesía opositora, la dirección de la lucha recayó más claramente sobre los sindicatos y organizaciones populares, las cuales convocaban y capitaneaban políticamente las diferentes manifestaciones.

Las cinco principales razones de la trampa del referéndum

1. Nos llevó (acorraló) al terreno de la oligarquía, donde se impone el bando que posea un mejor aparato logístico (dinero, transporte, prensa). Evidentemente, el beneficiado fue la oligarquía exportadora, que maneja a la perfección la maquinaria electoral.

2. Posibilitó una mayor injerencia del imperialismo a través de las empresas transnacionales, las cuales aportaron grandes sumas de dinero. Además, tanto el gobierno así como ciertos dirigentes del NO, se encargaron de pedir la bendición de sectores del imperialismo, produciéndose una injerencia política directa de la Casa Blanca y de senadores demócratas.

3. Le restó fuerza humana al NO al suprimir el peso directo de las y los estudiantes de secundaria. Éstos se limitaron a ser apoyo logístico, siendo guías el día de las votaciones.

4. El principal árbitro del juego fue el TSE, institución afín con la oligarquía y el imperialismo, que se encargó de dictar las reglas del juego a favor del SI. Por ejemplo, Arias tuvo vía libre para hacer campaña electoral utilizando recursos del Estado.

5. Permitió que el control de la lucha pasará de los sindicatos y organizaciones populares a manos de la burguesía opositora, la que se encargó de contener el movimiento anti-TLC bajo las reglas de la institucionalidad, o sea, jugar según las reglas de la oligarquía.

 

 

Esto último se revirtió en diciembre del 2006, cuando se conformó el Frente Nacional de Apoyo (FNA), el cual pasó a convertirse en la dirección indiscutida de la lucha contra el TLC, pasando a un segundo plano a la CLN, el FNA convocó a una movilización nacional el 26 de febrero, que a pesar de su magnitud contaba con una gran contradicción: su eje era la convocatoria a un referéndum, con lo que tanto la Sala Constitucional pero ante todo el TSE, se convertirían en los árbitros de la contienda electoral.

A estas alturas de la pelea contra el TLC (febrero del 2006) se hizo notoria la gran dialéctica de la resistencia contra el TLC, puesto que mientras por un lado se llevó a cabo la más grande marcha jamás vista en Costa Rica[6], su consigna central era totalmente desmovilizadora.  Contradictoriamente cuando más fuerza en las calles demostraba el NO, la política desde la cúpula del movimiento fue la de presionar al gobierno de los Arias, para así obtener una salida pactada que impidiera que la resistencia al TLC se radicalizara aún más. Sin duda alguna, este fue un punto de quiebre nefasto para los intereses del NO.

Segunda parte - La trampa de Arias: de las calles a las urnas

Tal y como apuntamos en la primera parte de este documento, ante la ofensiva de Arias por imponer el TLC lo más pronto posible y la dispersión de la burguesía opositora, el movimiento sindical y popular se erigió durante tres años como la dirección política del NO[7]. Indudablemente, este escenario “callejero” no era del agrado de las burocracias sindicales así como de la burguesía opositora.

Paralelo a esto, conforme continuaba la lucha contra el “Mal Tratado” y fueron más abundantes los argumentos contra el TLC, la oposición al mismo fue creciendo. De esta manera, se pasó de un pequeño grupo de unos 150 manifestantes al TLC durante la primera ronda de negociaciones en Costa Rica, a concentrar 150 mil personas el 26 de febrero del 2007 por las calles de San José.

Junto con esto último, el gobierno de Arias se vio imposibilitado de aprobar sus “reformas” al funcionamiento parlamentario (art. 41 bis), las que perseguían establecer una “vía rápida” (definir tiempos de discusión y votación) con respecto a los proyectos de la llamada Agenda de Implementación[8].

Ante este panorama, la salida de Arias fue tremendamente astuta: tomó como suya la consigna del referéndum sobre el TLC, pero la adecuó según sus intereses con la complicidad de la Sala Constitucional y el TSE. Este referéndum, tenía como norte desmovilizar a la oposición contra el TLC, sacarla de las calles y llevarla al terreno electoral, el cual dicho sea de paso, es el “territorio natural” de la oligarquía costarricense. Al respecto, consideramos que las declaraciones de Luis Antonio Sobrado son elocuentes: “Parecía que este país era una sola línea con trenes en dirección contraria y renuentes a frenar. El referendo viene a dar una línea institucional y civilizada ante ese disenso social.”(La Nación, 15/04/07, p. 5A)

Esta de más señalar, que desde la misma convocatoria, era palpable que el referéndum iba a estar plagado de irregularidades a favor del SI. Por ejemplo, a pesar de que el 12 de abril el TSE le dio vía libre al referéndum sobre el TLC que solicitó José Miguel Corrales (ex diputado liberacionista y opositor al TLC), un día después el gobierno convocó (de manera irregular) al referéndum por decreto, con lo que evitó que se diera la recolección de firmas y su respectiva campaña de información con los argumentos del NO.

Lo irónico del caso, es que la convocatoria al referéndum fue aplaudida por la dirigencia del NO y calificada en su momento de un “avance” para la democracia costarricense. Por ejemplo, Ottón Solís declaró que le envió una carta al presidente solicitándole que convocara directamente al referéndum; Merino alegó que “Al final, creo que una mayoría social, a favor o en contra del TLC, entenderá que este (referéndum) es un buen camino para Costa Rica…” (La Nación, 22/04/07, p. 10A); Fabio Chávez (ASDEICE) argumentó que “…el referéndum para el TLC lo logramos los sectores sociales y no el gobierno” (Extra, 20/04/06, p. 6).

Por nuestra parte, siempre fuimos enfáticos en denunciar la trampa que implicaba la convocatoria del gobierno Arias al referéndum. Desde un inicio planteamos que “…con  la aprobación de realizar el referendo sobre el TLC, el TSE y el gobierno, mataron dos pájaros con un solo tiro: evitaron el peligro de que el TLC y su agenda de implementación no se aprobara en la fecha que expira el plazo límite para su aprobación y, además,  lograron desmontar el largo y poderoso ascenso de lucha del movimiento de masa que había generado el TLC desde hace varios años. Juntaron elecciones con desmovilización y sin  lucha” (El Trabajador Centroamericano, abril 2007, p. 2)

Con el referéndum, el destino de la lucha contra el TLC ya no dependía de nuestra propia capacidad de movilización en las calles, sino que ahora quien arbitraría el juego sería el TSE, institución controlada totalmente por la oligarquía costarricense. Por si esto fuera poco, al convertir la lucha contra el tratado en un asunto electoral, el gobierno de Arias con la complicidad de un sector de la dirigencia opositora al tratado comercial, se encargó de mutilar de golpe una gran base de apoyo del NO: las y los estudiantes de secundaria, que mayoritariamente estaban contra el TLC.

¿Por qué perdimos el referéndum?

Habiendo planteado nuestros principales puntos de vista con relación al desarrollo de la resistencia contra el TLC y el significado político de la trampa del referéndum, quisiéramos apuntar los principales factores que desde el PST consideramos que nos llevaron a la derrota.

a) Una dirección burguesa, reformista y burocrática del NO

Tal y como apuntamos en la primera parte, la característica principal de los diferentes espacios de dirección de la lucha contra el TLC (ya fuera CNE, CNL o FNA), radicaba en su carácter burocrático, o más claramente, anti-democrático. Las decisiones se tomaban en reuniones cerradas, sin consultarle directamente a las bases. Así, el rumbo y principales orientaciones de la pelea, quedaron a criterio exclusivo de unas y unos pocos dirigentes, los cuales en muchas ocasiones actuaban en contra de sus mismas bases.

A pesar que, por ejemplo, los representantes estudiantiles de la UCR en la CNE y la CNL (uno de ellos militante del PST) insistieron reiteradamente en la necesidad de llevar a cabo Asambleas Populares en las que se discutiera y votara democráticamente un plan de lucha nacional, en la mayoría de las ocasiones las burocracias sindicales descartaron esta sugerencia y cuando se realizaron  algunas “asambleas” por parte de la CNL, las mismas  fueron simples pantomimas, sin facilitar verdaderos espacios democráticos para las y los asistentes.[9]

Indudablemente, este funcionamiento burocrático impidió el que se pudiera elaborar un verdadero pliego de peticiones nacionales, por medio del cual se lograra ligar la lucha contra el TLC y su Agenda de Implementación, con las reivindicaciones más sentidas en las diferentes regiones. Pero principalmente, el temor tanto de la burocracia sindical, del reformismo y de la burguesía opositora a la convocatoria de verdaderas Asambleas Nacionales, se debió (y debe) a que en ellas las bases pueden decidir un rumbo combativo de la resistencia, y por que no, hasta removerlas de la dirección del proceso.

Finalmente, creemos que durante esta última fase la gran responsable de la derrota fue la burguesía opositora, representada principalmente en el NO por Ottón Solís y Eugenio Trejos. El primero fue el principal promotor del referéndum antes del 26 de febrero,  mientras que el segundo se encargó de ser el “perro de traba” de la burguesía opositora para negociar con los sindicatos.  Entre ambos y con la complicidad del FA y las burocracias sindicales[10], se encargaron de contener al movimiento contra el TLC dentro del marco constitucional, frenando movilizaciones y hasta declaraciones que cuestionaran abiertamente la parcialidad del TSE.

Por ejemplo, ante el escándalo que se desató con el Memorando de Casas y Sánchez, la dirección del Movimiento Patriótico del NO se limitó a entregarle una carta al mismo TSE, quejándose de lo que se planteaba en dicho texto. Lo correcto y necesario, hubiese sido convocar a una gran movilización nacional o paralizar el país en las diferentes regiones, para exigir la destitución inmediata de los autores del memorando. Tal y como se vio, Casas “renunció” por su cuenta (fue sacrificado) y Sánchez continúa en su puesto, y ya declaró que no piensa renunciar.

Además, la dirección burguesa se encargó de limitar a los Comités Patrióticos (CP) a la lógica electoral. Trejos y la dirección del NO, nunca habilitaron un espacio abierto para la coordinación entre los diferentes CP, restándoles su capacidad de movilización comunal. Eugenio Trejos se limitó a funcionar como un caudillo, quien desde la televisión y por medio de sus acólitos, bajaba una línea para los CP.

Otro aspecto que no debe pasar desapercibido, fue que la dirección burguesa por medio de Otón Solís, se encargó de inmiscuir directamente al imperialismo en la lucha contra el TLC.  La invitación a Costa Rica de dos senadores estadounidenses y la posterior carta de Nancy Pelossi (presidenta de la Cámara de Representantes), es algo que indignó a gran cantidad de opositoras y opositores honestos al tratado comercial, puesto que la actual disputa entre demócratas y republicanos no es un asunto de “buenos y malos”, sino que es fruto de una pugna preelectoral entre dos alas del imperialismo, las cuales defienden diferentes formas de  explotar a las semicolonias.

Esta intromisión de los demócratas no fue cuestionada por ningún miembro de la dirección  Movimiento Patriótico del NO, puesto que en esencia todos vieron con buenos ojos el que un representante del imperialismo alegara que se iba a mantener la ICC y que no era imposible la posibilidad de la renegociación de un nuevo TLC. De hecho, Eugenio Trejos se dejó decir en una conferencia televisiva, que el 8 de octubre había que dar inicio a una renegociación del TLC, algo que nunca fue votado por el conjunto del movimiento contra el TLC.

En síntesis, las diferentes direcciones del proceso de resistencia contra el TLC, se han caracterizado por ser antidemocráticas, conciliadoras con el gobierno y respetuosas de la “institucionalidad” del Estado, lo que sin duda alguna es y será suicida para cualquier lucha popular contra la oligarquía y el imperialismo.

b) El gobierno de Arias y los “confites” electorales

No es un secreto para nadie, que en cada elección presidencial, el oficialismo se encarga de realizar “obras sociales”, aumentos salariales y aprobar ciertas leyes en favor de algunos gremios, todo con la finalidad de ayudar a su candidato en las elecciones. Para este referéndum no fue la excepción, sino que por el contrario se profundizó este proceso de clientelismo electoral, puesto que el TSE se encargó de allanarle el terreno al Presidente Arias para que realizara abiertamente campaña electoral[11].

Nuestras cinco sugerencias para reorganizar la lucha

1. Continuar la lucha contra la Agenda de Implementación en las calles. Las vías institucionales, tales como el trabajo de las bancadas legislativas, deben estar en función de las movilizaciones callejeras.

2. Realizar una gran Asamblea Nacional de luchadoras y luchadores contra el TLC, en la que se reorganice el movimiento del NO a través de un nuevo plan de lucha escalonado. En esta Asamblea deben garantizarse todas las garantías democráticas, además de votar una nueva dirección del movimiento surgida de las bases mismas de los comités patrióticos y un pliego unificado de reivindicaciones de todas las regiones del país, que permita ligar la lucha contra la Agenda de Implementación con los conflictos locales.

3. Estas Asambleas deben ser regulares nacional y regionalmente, permitiendo una discusión constante entre todos los sindicatos, partidos y CP de todo el país.

4. Que los Comités Patrióticos se conviertan en instancias que organicen a sus comunidades para la lucha contra la Agenda de Implementación.

5. Iniciar una campaña en defensa de cualquier persona perseguida política y laboralmente por oponerse al TLC. La misma debe iniciar con la defensa de Luis Salas y Alicia Vargas, sindicalistas del INS que fueron despedidos el 17 de octubre sin responsabilidad patronal.

Desde el mismo instante en que se convocó al referéndum, el gobierno empezó a repartir “confites” electorales. Por ejemplo, envió al parlamento una reformar a la Ley de Carrera Docente, con la que se prometía asegurarles 40 lecciones a todos los docentes con propiedad. También, el 12 de abril, el mismo día en que el TSE avaló la convocatoria a Referéndum, el Consejo Directivo del ICE aprobó un aumento salarial extraordinario de hasta un 30% para los trabajadores de la institución.

Esta piñata electoral se produjo durante todo el referéndum, y en cada entrega de bonos de vivienda o cualquier tipo de ayuda estatal, el presidente Arias se encargó de hacer campaña electoral por el SI. Otro caso fue el de la utilización de los espacios mediáticos de la Presidencia, tales como las cadenas televisivas y radiales, en las cuales Arias no tuvo reparo en realizar una campaña del miedo (principalmente a las y los trabajadores de empresas exportadoras) y llamar a votar por el SI.

Finalmente, no es desdeñable el apoyo del Solidarismo al gobierno, puesto que agrupa a cerca de 300 mil trabajadores, principalmente del sector privado. Por ejemplo, en Walmart Centroamérica, se repartían volantes del SI a la salida de los turnos de trabajo. Además, no es descabellado que este sector aportara gran ayuda financiera a la campaña del SI.

c) La injerencia del imperialismo

Tanto desde el SI como de la dirección burguesa del NO, se invocó la injerencia explícita del imperialismo en una contienda electoral en Costa Rica.  La solicitud de Otón Solís de una “bendición” de un ala del imperialismo yanqui (los demócratas), dio paso a que la otra ala (los republicanos y el presidente Bush) corrieran en auxilio de sus voceros costarricenses, es decir, Arias y la oligarquía exportadora.

Aún dentro de la lógica electoral del referéndum, la movida de Otón Solís fue suicida, puesto que quien actualmente decide si se renegocia o no, si se suprimen o mantienen las preferencias de la ICC, es el gobierno republicano de Bush, y ante el comunicado de  la representante de comercio estadounidense, Susan Schwab, en el que alegó que no se iba a renegociar, muy seguramente infligió temor en un sector de los votantes, lo que los pudo volcar por el SI y darle el triunfo electoral.

TERCERA PARTE - ¿Qué sigue después del referéndum?

Desde el PST consideramos que lo primero que debemos realizar las y los opositores al TLC, debe ser un análisis entre todas las organizaciones sindicales y populares sobre las causas de la derrota electoral y las actuales condiciones políticas para derrotar la Agenda de Impelmentación. Por este motivo, quisiéramos exponer sucintamente algunas de nuestras caracterizaciones y sugerencias en torno a lo que sigue luego del referéndum.

a) ¿Hubo fraude electoral?

Luego de que el TSE promulgara los primeros resultados electorales el 7 de Octubre, la primera reacción de muchas y muchos fue la de anunciar un fraude electoral. Hasta el momento se han recopilado considerables irregularidades, pero su impacto político ha sido muy bajo[12].

Algunos sectores han empezado ha hablar de un “fraude mediático”, haciendo alusión a la parcialidad de algunos medios de comunicación y las irregularidad del proceso en general. Esa es una justificación para “no reconocer los resultados del referéndum”. Para nuestra organización el problema no es reconocer o no los resultados del referéndum amañado, así como no reconocimos al gobierno de Arias cuando subió al poder, no tenemos por que reconocer cualquier resultado de esta democracia fraudulenta, lo que debemos hacer es registrar el resultado y prepararse para luchar en estas nuevas condiciones.

Desde nuestra organización, consideramos que si bien es cierto hubo gran cantidad de irregularidades durante el día de la votaciones, éstas no son tan claras ni contundentes como para afirmar que hubo un chorreo de votos o que se alterara el padrón electoral. A pesar de esto, consideramos que es necesario continuar reuniendo lo más pronto posible todas las pruebas desde los diferentes sectores del país, y en caso de que se compruebe el fraude electoral, llamar a la destitución de Arias, todas y todos sus ministros y de todas y todos los magistrados del TSE.

Con relación al “fraude mediático”, consideramos que es necesario explicar que significado le dan a esta categoría los distintos sectores. Que hubo parcialidad de los medios de comunicación por el SI es algo claro, más era totalmente predecible que esto ocurriera desde un inicio, puesto que esperar la imparcialidad de la oligarquía en sus medios de comunicación es algo totalmente errado. Que el TSE arbitró a favor del SI, era igual de predecible puesto que es una institución más del Estado burgués, en el cual todas sus instituciones están en función de la burguesía exportadora.

El debate sobre los Comités Patrióticos

Dentro de las organizaciones políticas de izquierda y el activismo popular en general se está empezando a dar un debate sobre ¿Qué son y en que se deben convertir los comités patrióticos?

En términos generales hay un acuerdo que los CP son las herramientas de las que se dotó la ciudadanía para enfrentar la lucha contra el referéndum y que en ella una amplio sector de la vanguardia hizo sus primeras armas políticas, desarrollando una vigorosa y abnegada militancia anti tlc. Los CP fueron el corazón mismo de la lucha contra el TLC en el terreno electoral.

El otro acuerdo general es que no son partidos políticos, sino que son organismos heterogéneos donde los partidos políticos que estaban en contra del TLC intervenían en ellos junto con miembros de otras organizaciones sindicales o populares.

Existen varias posiciones sobre que hacer con los CP, de parte de la dirección de la ex Junta Patriótica hay un claro interés de normalizar, normativizar e institucionalizar los CP para transformarlos en una fuerza política orgánica dirigida y controlada por la propia Junta Patriótica y hacer que esta fuerza política eventualmente se exprese en las elecciones del 2010.

Esta claro que desde ya los luchadores anti TLC deben combatir esta posición que transformaría a los CP de instrumentos de lucha popular en obstáculos y frenos para el movimiento.

Otras posiciones, sobretodo de sectores que estuvieron vinculados a la izquierda plantean que los CP serían “centro de unidad de fuerzas patrióticas”,  “nueva mayoría nacional que ha sido capaz de unirse por encima de cualquier denominación organizativa o política” es decir en el modelo de esta izquierda domesticada los CP se deberían transformar en la base social de un proyecto de colaboración clasista permanente.

Otras posiciones más a la izquierda, sostenida por ejemplo por el PVP y el Frente Amplio, es que los Comités Patrióticos son el nuevo Poder Popular, señalando que tendrían similitudes con los Comités Bolivarianos Venezolanos, y que por lo tanto serian la base social para una versión costarricense de un movimiento bolivariano.

Nuestra opinión en este interesante debate es que los CP son organismo heterogéneos y poli clasistas, híbridos socialmente, que jugaron un rol muy progresivo durante el referéndum, como organismo de unidad de acción electoral, pero que tuvieron como límite que se auto confinaron al terreno electoral, no se constituyeron como organismos de movilización y lucha permanente, justamente en este momento en que está en debate el futuro de los Comités Patrióticos creemos que se hace más imperioso que nunca que las organizaciones sindicales, populares y de izquierda conjuntemos esfuerzos para derrotar el intento de vaciar de contenido los comités y por transformarlos en auténticos organismo de lucha permanentes del pueblo trabajador.

 

 

En el PST, analizamos que las irregularidades que se produjeron durante el proceso electoral son parte de la lógica de la democracia burguesa, en la cual se imponen los grandes exportadores y su control del aparato del estado.

A pesar de que creemos que en todas las elecciones y procesos, de esta podrida democracia para los ricos, se producen  “fraudes mediáticos”, creemos que es positivo que una buena parte de las y los activistas independientes, amas de casa, jóvenes, docentes, etc., denuncien las irregularidades que presenciaron en carne y hueso, ya que esto implica que un importante sector de la población está tomando conciencia del carácter antidemocrático de las elecciones burguesas y las instituciones “imparciales” que supuestamente la resguardan.

Pero contrario a esta denuncia de sectores de luchadoras y luchadores honestos, de base y en muchos casos, de personas que realizaron actividad política por primera vez en su vida, nos parece bochornoso que sectores políticamente organizados, tales como sectores de la burocracia sindical y del reformismo, utilicen esta denuncia del “fraude mediático”. ¿Por qué decimos esto? Puesto que consideramos que estos sectores, que en su momento fueron los que más insistieron y aplaudieron la convocatoria al referéndum, se escudan en el supuesto “fraude mediático” para ocultar el hecho de que ellos son los principales culpables de la derrota del NO. ¡Su política reformista y de confiar en las instituciones burguesas nos llevó a un callejón sin salida!

Para denotar claramente su uso malintencionado del llamado “fraude mediático”, les preguntamos a la burocracia sindical y al reformismo el ¿por qué no rechazaron el referéndum desde el día 13 de abril, cuando el gobierno de manera irregular convocó al mismo por decreto?, o mejor aún, ¿por qué no lo hicieron cuando estalló el escándalo del memorando?

Las respuestas a estas interrogantes nos parecen simples: 1) por un lado, la burocracia sindical fue siempre temerosa de llamar a una Huelga General y por ende, de desconocer el referéndum cuando se produjeron todas las irregularidades, 2) la dirección burguesa del NO buscó desde un inicio canalizar la lucha contra el TLC por la vía institucional, ya fuera por la renegociación, llamando a votar por el PAC y finalmente por el referéndum, y 3) tanto el Frente Amplio así como el PAC, durante todo este proceso del referéndum tenían un claro interés electoral, que era el fortalecer su organización electoral de cara a las elecciones del 2010.

b) ¿Luchar o no luchar? He ahí nuestro dilema

Independientemente de los análisis que se defiendan en torno al referéndum, lo primordial en este momento, el punto de encuentro entre todos los sectores, se define sobre si hay o no disposición a luchar contra la Agenda de Implementación, además de la forma en que se pretenda hacerlo.

El que hubo una revés político es algo innegable, y obviamente esto significará que ciertos activistas y organizaciones se replieguen. Pero a pesar de ello, la derrota no fue contundente, no hay despidos masificados[13] ni muertos, las estructuras sindicales y políticas contra el TLC no han sido disueltas, etc.

Pero sobretodo es importante señalar que el gobierno, con los millones que le aportaron los empresarios nacionales y extranjeros, con el espaldarazo de los yanquis, con la mayoría mecánica en el parlamento, con los recursos del Estado y el apoyo incondicional de los medios de comunicación apenas pudo ganar y en ese triunfo debió sacrificar a su vicepresidente. El gobierno sale golpeado del referéndum, pero más importante aún la “institucionalidad democrática” (Vaca Sagrada de los reformistas y los burgueses opositores) sale aún más golpeada y expuesta en su verdadero carácter ante los ojos de amplios sectores de la población.

Esta situación nos permite hablar de una reorganización de la pelea, que actualmente debe tener como eje la derrota en las calles de la Agenda de Implementación.

Por este motivo, consideramos que es urgente la realización de una verdadera Asamblea Nacional de las y los luchadores contra el TLC, en la cual permita el uso libre de la palabra a todas y todos los delegados, además de realizar votaciones vinculantes para todo el NO. Con relación a este punto, es preciso realizar la reorganización de los Comités Patrióticos, los cuales deben convertirse en organismos para la lucha en las calles, que se encarguen de trabajar junto con los sindicatos, organizaciones políticas, ecologistas, feministas y de homosexuales, etc., en la realización de una gran Huelga Nacional para detener la Agenda de Implementación.

Junto con esto, es necesario que todos los partidos con representación legislativa, pongan su bancada en función de la lucha en las calles. Esto significa que deben obstruir la Agenda de Implementación desde el Congreso durante el tiempo que sea necesario con tal de reorganizar a todos los sectores que se oponen al TLC y avalar los métodos de lucha que el movimiento de masas elija en determinado momento (marchas, piquetes, bloqueos). Esta solicitud debe estar dirigida principalmente al PAC, que además de tener la mayor representación legislativa de oposición, también es el partido que desde ya está negociando con los Arias la aprobación de la Agenda de Implementación. En caso de que no desistan de esta política, el movimiento del NO debe declararlos como los nuevos agentes del SI, ya que en los hechos se niegan a continuar la pelea contra el TLC.

c) Una lección dura de aprender

Para finalizar, en el PST quisiéramos destacar que a pesar de la trampa del referéndum, de la derrota electoral y el desgano que puedan presentar algunas y algunos activistas de base, el NO demostró que posee una gran fuerza y capacidad de organización. Lastimosamente, todas nuestras energías en los últimos meses estuvieron concentradas en un terreno que no es el nuestro, donde las reglas las imponen los magistrados o “representante legales” de la oligarquía en el Estado. Es virtualmente imposible derrotar a los grupos exportadores por medio de las instituciones que ellos mismos dominan.

La gran lección que nos deparó el referéndum, es la de que no debemos depositar ni un ápice de confianza en las instituciones del Estado mientras este continúe en manos de los capitalistas. Las calles son nuestro terreno, tanto así que el mismo Arias tuvo que convocar a un referendo debido a las y los miles de personas que marcharon el 26 de febrero por San José. En estos momentos de derrota electoral, es necesario reorganizarnos políticamente, haciendo un llamado a las calles y revivir la olvidada consigna (y odiada por los burgueses, burócratas sindicales y reformistas) de la HUELGA GENERAL. En el referéndum el gobierno logró aprobar las siglas TLC, pero el contenido del mismo, la Agenda de Implementación, es una historia que no se ha terminado de escribir.

San José, 25/10/2007


[1] Por ejemplo, durante la reunión de varios sectores anti-TLC el lunes 8 de Octubre en el auditorio de FUNDATEC, varios miembros del Frente Amplio y burócratas sindicales afines, se retiraron progresivamente cuando se sugirió la posibilidad de convocar a una Asamblea Nacional de los Comités Patrióticos, que tuviera como eje reorientar la lucha contra la Agenda de Implementación en las calles. Por si esto fuera poco, en dicha reunión se acordó convocar a una asamblea para el sábado 13 de Octubre, ante lo cual varios miembros de FA se encargaron de circular una cadena de correos saboteando a la misma. Dichosamente, esta asamblea fue todo un éxito: 77 Comités Patrióticos y 650 personas de todo el país.

[2] Hablamos en pretérito, puesto que luego de la derrota electoral del referéndum, no sabemos a ciencia cierta quienes continuarán dentro del Movimiento del No. Por ejemplo, el PAC ya declaró que no obstacularizará la Agenda de Implementación y empezó negociaciones con el gobierno, lo que objetivamente lo convierte en un agente más del SI.

[3] Quisiéramos señalar que dentro de estos dos bandos, también se presentan subdivisiones, principalmente con relación a los métodos de lucha y conducción de la pelea.

[4] Le aclaramos a nuestros lectores que los puntos a,b,c y d fueron escritos originalmente para el documento Referéndum: ¿avance o retroceso para la lucha?, en abril del presente año. Lo reproducimos casi de manera íntegra, puesto que consideramos que el análisis entonces planteado mantiene su validez para efectos de nuestra actual exposición.

[5] Viéndolo retrospectivamente, desde este entonces era claro el “terror” que le provocaba a los principales dirigentes sindicales, el que se les asociara con resoluciones y espacios de coordinación que tendieran a “violentar la institucionalidad democrática”.

[6] Si bien es cierto el 30 de setiembre del 2007, a una semana del referéndum, se concentraron alrededor de 200 mil personas del NO en San José, dicho acto fue una “plaza pública electoral” y no una marcha.

[7] La única pausa que podríamos identificar con relación a este escenario “callejero” y de dirección sindical y popular, se produjo durante la campaña electoral del 2006, donde un importante sector de la burocracia sindical le capituló a Otón Solís del PAC (el llamado voto útil), en un primer intento por “resolver” el TLC en las urnas.

[8] Además de la forma apresurada en que se votó dicha reforma, este traspié legislativo se produjo pocos días después de la marcha del 26 de febrero, cuando la Sala Constitucional ante la gran movilización nacional, tuvo que frenar dicho mecanismo legislativo.

[9] Por ejemplo, se llevó a cabo una asamblea en Cañas, Guanacaste, que tenía como eje permitir la organización regional de una CNL. Pero el acto simplemente fue un “show de variedades” sin la menor discusión, y dieron discursos figurones sindicales y políticos (Merino entre ellos) y ¡ni siquiera se votó la dirección de la Coordinadora Regional, tan solo se leyeron sus nombres y se les aplaudió!

[10] La burocracia sindical fue cómplice de que la burguesía opositora tomara las riendas del NO, puesto que no se opuso y de hecho, se sintió complacida con que unos figurones se pusieran a tomar decisiones por ellos.

[11] Para evidenciar la parcialidad del TSE, el magistrado Sobrado censuró el que los rectores de las universidades estatales pudieran realizar campaña por el NO durante sus horas de trabajo.

[12] El Movimiento del No después de varias semanas logró recopilar 147 irregularidades distinto signo y alcance, en todo caso el conjunto de las mismas no alcanzan para modificar la desventaja electoral del NO.

[13] A pesar de que no hay despidos masivos, lastimosamente el triunfo del SI envalentonó al gobierno para despedir al dirigente sindical de UPINS, Luis Salas, a quien se le acusó falsamente y fue despedido sin responsabilidad patronal. Indudablemente, una de las tareas del No debe ser defender a todas y todos los perseguidos por haber estado contra el TLC.