Balance del PST
Después del Referéndum: ¿Qué sigue?
Partido Socialista de las y los Trabajadores,
26/10/07
A
modo de introducción
El pasado 7 de octubre, tuvo lugar en Costa Rica
el primer referéndum en la historia para decidir la suerte de un proyecto
de ley, en este caso el Tratado de Libre Comercio. Éste, fue convocado
desde el 13 de abril del presente año, desatando algarabía entre muchas
y muchos de las y los opositores honestos al TLC. Pero lastimosamente y
tras un proceso electoral sumamente viciado a favor de la oligarquía y
del imperialismo, el SI al TLC se impuso con un 51,6% frente a un 48,3%
del NO.
Este resultado electoral adverso para quienes por más
de cuatro años nos hemos opuesto al TLC, ha sido un golpe difícil de
asimilar, produciéndose en estas semanas pos-referéndum una sensación
de desorientación política. Esto último se debe principalmente al rol
conciliador de los principales dirigentes del NO (Ottón Solís, Eugenio
Trejos, José Merino, etc.), quienes con tal de no violentar la
“institucionalidad” del Estado burgués y cotizarse de mejor manera
para las elecciones presidenciales y legislativas del 2010, han comenzado
ya sea a negociar con los hermanos Arias (Solís y PAC), hacerse a un lado
de la lucha (Trejos), o simplemente a sabotear los espacios de discusión
para reorientar la lucha en las calles (Merino y FA).
Desde el Partido
Socialista de las y los Trabajadores (PST) y su brazo juvenil, la Juventud
Socialista (JS), siempre denunciamos al referéndum como una trampa
del gobierno Arias, que por medio de la misma perseguía que el destino
del TLC se decidiera en las urnas y no en las calles, es decir, llevar al
Movimiento del NO al terreno que mejor conoce y maneja la oligarquía
costarricense. De esta manera, toda la maquinaria electoral de los
principales partidos pro-TLC y las instituciones estatales (Sala
Constitucional y TSE), junto con los incontables recursos financieros de
los grupos exportadores y las transnacionales, entraron en acción para
opacar mediáticamente y anular políticamente al Movimiento del NO.
Por todo ello, desde el PST quisiéramos exponer y
compartir con las y los miles de opositores al TLC nuestros principales
elementos de balance sobre esta derrota electoral, pero ante todo,
nuestras perspectivas y sugerencias en torno al nuevo rumbo que debe tomar
esta prolongada resistencia anti-neoliberal.
Primera
parte - La lucha contra el TLC antes del referéndum
Es de nuestro criterio, que antes de entrar de lleno
al análisis concreto sobre lo acontecido durante el proceso del referéndum
y el futuro de nuestra resistencia contra el TLC, es necesario retomar
algunos elementos de caracterización que hemos detallado en anteriores
publicaciones. Consideramos que sólo de esta manera es posible tener
conciencia sobre los errores y puntos de quiebre durante este proceso, los
que de una u otra forma, nos llevaron a la trampa y derrota electoral del
referéndum.
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Ascenso
y caída de las movilizaciones contra el TLC
1. El 17 de Noviembre, cerca de 75 mil personas
marchan por las calles de San José. Esta movilización es convocada por
la CNL.
2. El 8 de mayo del 2006, 8 mil personas protestan
contra el TLC en la toma de poder de Oscar Arias.
3. El 23 y 24 de Octubre de ese mismo año, la CNL
pone en práctica su esbozo de “Huelga General”, y convoca a una gran
marcha nacional en San José (50 mil personas) y organiza movilizaciones
regionales por todo el territorio nacional.
4. El 26 de Febrero del presente año, alrededor de
unas 150 mil personas marchan por San José, teniendo como eje central la convocatoria a un referéndum para dirimir
el futuro del tratado comercial. Dicha movilización fue convocada por
el recién fundado (para ese entonces) Frente Nacional de Apoyo (FNA).
5. A partir de la convocatoria al referéndum,
disminuyen la cantidad y caudal de manifestaciones. Se llevó a cabo una
marcha en defensa de la autonomía universitaria a mediados de septiembre,
con cerca de 5 mil personas pero extremadamente pasiva, reflejando el
ambiente electoral. Además, se realizó una protesta en Cartago el 14 de
setiembre, la cual fue muy combativa debido al escándalo del Memorando.
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¿Quiénes
conformamos el NO?
Desde nuestra agrupación hemos insistido en la gran
variedad de sectores sociales que conforman el llamado Movimiento del NO.
Así, dentro de éste podíamos encontrar
sindicatos, partidos de izquierda radical y reformistas, organizaciones
comunales, estudiantiles y campesinas, ecologistas, feministas,
empresarios y partidos burgueses, etc.
Evidentemente, toda esta gama de sectores y
organizaciones sociales representadas en el NO, conllevaron a que
prevaleciera la heterogeneidad política
del movimiento anti-TLC y el único punto en común fuese la oposición al
TLC, pero sosteniendo diferentes argumentos y políticas para derrotar al
mismo. Desde nuestra óptica, consideramos que el NO puede clasificarse en
dos bandos: 1) el que se opone rotundamente al TLC y al libre comercio
como tal, por lo que rechaza la “renegociación”, y 2) quienes se
oponen a este tratado y abogan por un TLC mejor negociado. De lo anterior, se
desprende el que durante muchos años el NO se encontrara discutiendo dos
líneas principales para derrotar al TLC: la Huelga General y la
renegociación respectivamente.
Ambas tesis eran comunes de apreciar en los
diferentes espacios de discusión y organización contra el TLC, pero
pasaban a un “segundo plano” ante la insistencia del gobierno de
aprobar velozmente el TLC en la Asamblea Legislativa, en la que contaba
con el respaldo de la llamada “mayoría mecánica”. Esta ofensiva
desde el Ejecutivo, de una u otra manera, obligó a la gran mayoría de
opositores al TLC a salir a las calles en reiteradas ocasiones,
independientemente de si su línea era de Huelga General o la renegociación.
En síntesis, a pesar de la gran heterogeneidad política
de la oposición al TLC, desde los diferentes sectores opositores al TLC
había unidad con relación a que tal y como estaba la realidad política
del país, el no salir a marchar (aunque fuese ocasionalmente) contra el
TLC era simple y llanamente suicida. Por este motivo y al ser las calles
el principal escenario para medir fuerzas con el gobierno de Arias,
durante este período pre-referéndum,
la dirección de la lucha recayó principalmente en las organizaciones
sindicales y populares, ocupando la burguesía opositora al tratado un
segundo plano.
Las
Coordinaciones contra el TLC
En cuanto al plano organizativo, el NO tuvo
diferentes “coordinaciones” según el momento en que se encontrará la
pelea contra el TLC. En nuestra organización consideramos que la
resistencia al TLC ha tenido cuatro fases organizativas:
a)
Oposición disgregada: al inicio de las negociaciones y cuando
progresivamente se fueron vislumbrando los principales acuerdos, la
oposición se fue nutriendo poco a poco de diferentes sectores,
especialmente de estudiantes, algunos sindicatos, organizaciones
campesinas y partidos políticos. Tal como se indica en el subtítulo, su
principal característica consistió en la disgregación, es decir, la
inexistencia de un ente sindical y popular que aglutinara al conjunto de
la oposición y desde allí se platearan acciones de carácter nacional.
b)
Centralización inicial: luego de que se incluyera la apertura de las
telecomunicaciones como parte del TLC, fue cuando la oposición tomó un
carácter más fuerte, especialmente porque todavía estaba fresca en la
memoria popular las jornadas de lucha contra la apertura del ICE en el
2000 (COMBO ICE), y de ese proceso la dirigencia sindical del FIT-ICE salió
victoriosa y fuertemente prestigiada.
Nuevamente ante el anuncio de la apertura, este
sector sindical se incorporó de lleno a la resistencia, y así se
conformaría posteriormente la Comisión
Nacional de Enlace (CNE). Ésta estuvo dirigida políticamente por el
sector de la burocracia sindical del FIT-ICE, vinculada al Consejo de
Defensa de la Institucionalidad (CDI) del ex presidente Rodrigo Carazo
(1978-1982).
La CNE significó un avance organizativo para la
lucha, puesto que vino a concretar la existencia de un ente “oficial”
de la lucha contra el TLC, y su principal premisa fue el anunció de la
Huelga General en caso de que éste
fuera enviado a la Asamblea Legislativa, aunque al fin de cuentas nunca
sucedió. ¿Por qué? En términos generales, consideramos que la gran
deficiencia que tuvo la CNE fue su método del consenso,
muy típico entre las organizaciones burocráticas, que en los hechos
viene a significar que ninguna resolución sea de carácter vinculante.
c)
Regionalización centralizada: la CNE feneció, al menos como
dirección oficial de la lucha contra el TLC, en el segundo semestre del
2005. Además de su incapacidad de poder tomar resoluciones de carácter
vinculante para las organizaciones participantes, también fue
“desprestigiada” por la prensa burguesa luego de que el 14 de abril
del 2005, se resolviera no reconocer un eventual gobierno de Oscar Arias.
Esto asustó de sobremanera a importantes sectores de la burocracia
sindical, que ante dicho ataque optaron por retirarse progresivamente de
la CNE y al fin de cuentas, conformar otra coordinadora “limpia de toda
culpa”.
Fue así como en el segundo semestre del 2005 y por
convocatoria de la ANDE (principal sindicato magisterial), se llevó a
cabo una reunión para estructurar una nueva “central” contra el TLC.
De esta sesión se originó la Coordinadora Nacional de Lucha (CNL), la
que sin duda alguna representó un salto cualitativo para la organización
de la pelea contra el tratado, especialmente porque incorporó a gran
cantidad de sindicatos y organizaciones populares, pero sobre todo porque
dio los primeros pasos por lograr una regionalización de la lucha,
creando Coordinadoras regionales en varios puntos del país.
Este avance se vio demostrado en las movilizaciones
que organizó la CNL, empezando por su prueba de fuego el 17 de noviembre
del 2005, donde marcharon por las calles de San José cerca de 70 mil
personas, además de las jornadas de lucha del 23 y 24 de octubre del
2006, donde hubo movilizaciones por todo el territorio.
Pero al igual que la CNE, esta nueva Coordinadora
contó (cuenta) con un funcionamiento burocrático de consenso, que ha
significado una verdadera descoordinación
entre las organizaciones participantes. Esto se vio reflejado
particularmente con la discusión en torno a la viabilidad o no de una
Huelga General, especialmente con relación a la posición de ANDE, APSE y
SEC de solicitar un referéndum sobre el TLC a finales del 2006.
d)
Centralización de la oposición burguesa: aunque muchas figuras y
grupos empresariales se habían declarado contra el TLC, lo hicieron de
manera dispersa, cada uno desde su respectiva trinchera partidaria o cámara
empresarial. Ante esta dispersión de la burguesía opositora, la dirección
de la lucha recayó más claramente sobre los sindicatos y organizaciones
populares, las cuales convocaban y capitaneaban políticamente las
diferentes manifestaciones.
Las
cinco principales razones de la trampa del referéndum
1. Nos llevó (acorraló) al terreno de la oligarquía,
donde se impone el bando que posea un mejor aparato logístico (dinero,
transporte, prensa). Evidentemente, el beneficiado fue la oligarquía
exportadora, que maneja a la perfección la maquinaria electoral.
2. Posibilitó una mayor injerencia del imperialismo
a través de las empresas transnacionales, las cuales aportaron grandes
sumas de dinero. Además, tanto el gobierno así como ciertos dirigentes
del NO, se encargaron de pedir la bendición de sectores del imperialismo,
produciéndose una injerencia política directa de la Casa Blanca y de
senadores demócratas.
3. Le restó fuerza humana al NO al suprimir el peso
directo de las y los estudiantes de secundaria. Éstos se limitaron a ser
apoyo logístico, siendo guías el día de las votaciones.
4. El principal árbitro del juego fue el TSE,
institución afín con la oligarquía y el imperialismo, que se encargó
de dictar las reglas del juego a favor del SI. Por ejemplo, Arias tuvo vía
libre para hacer campaña electoral utilizando recursos del Estado.
5. Permitió que el control de la lucha pasará de
los sindicatos y organizaciones populares a manos de la burguesía
opositora, la que se encargó de contener el movimiento anti-TLC bajo las
reglas de la institucionalidad, o sea, jugar según las reglas de la
oligarquía.
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Esto último se revirtió en diciembre del 2006,
cuando se conformó el Frente
Nacional de Apoyo (FNA), el cual pasó a convertirse en la dirección
indiscutida de la lucha contra el TLC, pasando a
un segundo plano a la CLN, el FNA convocó a una movilización nacional el
26 de febrero, que a pesar de su magnitud contaba con una gran contradicción:
su eje era la convocatoria a un
referéndum, con lo que tanto la Sala Constitucional pero ante todo el
TSE, se convertirían en los árbitros de la contienda electoral.
A estas alturas de la pelea contra el TLC (febrero
del 2006) se hizo notoria la gran dialéctica de la resistencia contra el
TLC, puesto que mientras por un lado se llevó a cabo la más grande
marcha jamás vista en Costa Rica,
su consigna central era totalmente desmovilizadora. Contradictoriamente cuando más fuerza en las calles
demostraba el NO, la política desde la cúpula del movimiento fue la de
presionar al gobierno de los Arias, para así obtener una salida pactada
que impidiera que la resistencia al TLC se radicalizara aún más. Sin
duda alguna, este fue un punto de quiebre nefasto para los intereses del
NO.
Segunda
parte - La trampa de Arias: de las calles a las urnas
Tal y como apuntamos en la primera parte de este
documento, ante la ofensiva de Arias por imponer el TLC lo más pronto
posible y la dispersión de la burguesía opositora, el movimiento
sindical y popular se erigió durante tres años como la dirección política
del NO.
Indudablemente, este escenario “callejero” no era del agrado de las
burocracias sindicales así como de la burguesía opositora.
Paralelo a esto, conforme continuaba la lucha contra
el “Mal Tratado” y fueron más abundantes los argumentos contra el
TLC, la oposición al mismo fue creciendo. De esta manera, se pasó de un
pequeño grupo de unos 150 manifestantes al TLC durante la primera ronda
de negociaciones en Costa Rica, a concentrar 150 mil personas el 26 de
febrero del 2007 por las calles de San José.
Junto con esto último, el gobierno de Arias se vio
imposibilitado de aprobar sus “reformas” al funcionamiento
parlamentario (art. 41 bis), las que perseguían establecer una “vía rápida”
(definir tiempos de discusión y votación) con respecto a los proyectos
de la llamada Agenda de Implementación.
Ante este panorama, la salida de Arias fue
tremendamente astuta: tomó como suya la consigna del referéndum sobre el
TLC, pero la adecuó según sus intereses con la complicidad de la Sala
Constitucional y el TSE. Este referéndum, tenía como norte desmovilizar
a la oposición contra el TLC, sacarla de las calles y llevarla al terreno
electoral, el cual dicho sea de paso, es el “territorio natural” de la
oligarquía costarricense. Al respecto, consideramos que las declaraciones
de Luis Antonio Sobrado son elocuentes: “Parecía
que este país era una sola línea con trenes en dirección contraria y
renuentes a frenar. El referendo viene a dar una línea institucional y
civilizada ante ese disenso social.”(La Nación, 15/04/07, p. 5A)
Esta de más señalar, que desde la misma
convocatoria, era palpable que el referéndum iba a estar plagado de
irregularidades a favor del SI. Por ejemplo, a pesar de que el 12 de abril
el TSE le dio vía libre al referéndum sobre el TLC que solicitó José
Miguel Corrales (ex diputado liberacionista y opositor al TLC), un día
después el gobierno convocó (de manera irregular) al referéndum por
decreto, con lo que evitó que se diera la recolección de firmas y su
respectiva campaña de información con los argumentos del NO.
Lo irónico del caso, es que la convocatoria al
referéndum fue aplaudida por la dirigencia del NO y calificada en su
momento de un “avance” para la democracia costarricense. Por ejemplo,
Ottón Solís declaró que le envió una carta al presidente solicitándole
que convocara directamente al referéndum; Merino alegó que “Al
final, creo que una mayoría social, a favor o en contra del TLC, entenderá
que este (referéndum) es un
buen camino para Costa Rica…” (La Nación, 22/04/07, p. 10A);
Fabio Chávez (ASDEICE) argumentó que “…el
referéndum para el TLC lo logramos los sectores sociales y no el
gobierno” (Extra, 20/04/06, p. 6).
Por nuestra parte, siempre fuimos enfáticos en
denunciar la trampa que implicaba la convocatoria del gobierno Arias al
referéndum. Desde un inicio planteamos que “…con
la aprobación de realizar el referendo sobre el TLC, el TSE y el
gobierno, mataron dos pájaros con un solo tiro: evitaron el peligro de
que el TLC y su agenda de implementación no se aprobara en la fecha que
expira el plazo límite para su aprobación y, además,
lograron desmontar el largo y poderoso ascenso de lucha del
movimiento de masa que había generado el TLC desde hace varios años.
Juntaron elecciones con desmovilización y sin
lucha” (El Trabajador Centroamericano, abril 2007, p. 2)
Con el referéndum, el destino de la lucha contra el
TLC ya no dependía de nuestra propia capacidad de movilización en las
calles, sino que ahora quien arbitraría el juego sería el TSE, institución
controlada totalmente por la oligarquía costarricense. Por si esto fuera
poco, al convertir la lucha contra el tratado en un asunto electoral, el
gobierno de Arias con la complicidad de un sector de la dirigencia
opositora al tratado comercial, se encargó de mutilar de golpe una gran
base de apoyo del NO:
las y los
estudiantes de secundaria, que mayoritariamente estaban contra el TLC.
¿Por
qué perdimos el referéndum?
Habiendo planteado nuestros principales puntos de
vista con relación al desarrollo de la resistencia contra el TLC y el
significado político de la trampa del referéndum, quisiéramos apuntar
los principales factores que desde el PST consideramos que nos llevaron a
la derrota.
a)
Una dirección burguesa, reformista y burocrática del NO
Tal y como apuntamos en la primera parte, la
característica principal de los diferentes espacios de dirección de la
lucha contra el TLC (ya fuera CNE, CNL o FNA), radicaba en su carácter
burocrático, o más claramente, anti-democrático. Las decisiones se
tomaban en reuniones cerradas, sin consultarle directamente a las bases.
Así, el rumbo y principales orientaciones de la pelea, quedaron a
criterio exclusivo de unas y unos pocos dirigentes, los cuales en muchas
ocasiones actuaban en contra de sus mismas bases.
A pesar que, por ejemplo, los
representantes estudiantiles de la UCR en la CNE y la CNL (uno de ellos
militante del PST) insistieron reiteradamente en la necesidad de llevar a cabo Asambleas Populares en las
que se discutiera y votara democráticamente un plan de lucha nacional, en
la mayoría de las ocasiones las burocracias sindicales descartaron esta
sugerencia y cuando se realizaron algunas
“asambleas” por parte de la CNL, las mismas
fueron simples pantomimas, sin facilitar verdaderos espacios democráticos
para las y los asistentes.
Indudablemente, este funcionamiento burocrático
impidió el que se pudiera elaborar un verdadero pliego de peticiones
nacionales, por medio del cual se lograra ligar la lucha contra el TLC y
su Agenda de Implementación, con las reivindicaciones más sentidas en
las diferentes regiones. Pero principalmente, el temor tanto de la
burocracia sindical, del reformismo y de la burguesía opositora a la
convocatoria de verdaderas Asambleas Nacionales, se debió (y debe) a que
en ellas las bases pueden decidir un rumbo combativo de la resistencia, y
por que no, hasta removerlas de la dirección del proceso.
Finalmente, creemos que durante esta última fase la
gran responsable de la derrota fue la burguesía opositora, representada
principalmente en el NO por Ottón Solís y Eugenio Trejos. El primero fue
el principal promotor del referéndum antes del 26 de febrero,
mientras que el segundo se encargó de ser el “perro de traba”
de la burguesía opositora para negociar con los sindicatos.
Entre ambos y con la complicidad del FA y las burocracias
sindicales,
se encargaron de contener al movimiento contra el TLC dentro del marco
constitucional, frenando movilizaciones y hasta declaraciones que
cuestionaran abiertamente la parcialidad del TSE.
Por ejemplo, ante el escándalo que se desató con
el Memorando de Casas y Sánchez, la dirección del Movimiento Patriótico
del NO se limitó a entregarle una carta al mismo TSE, quejándose de lo
que se planteaba en dicho texto. Lo correcto y necesario, hubiese sido
convocar a una gran movilización nacional o paralizar el país en las
diferentes regiones, para exigir la destitución
inmediata
de los autores del memorando. Tal y como se vio, Casas “renunció”
por su cuenta (fue sacrificado) y Sánchez continúa en su puesto,
y ya declaró que no piensa renunciar.
Además, la dirección burguesa se encargó de
limitar a los Comités Patrióticos (CP) a la lógica electoral. Trejos y
la dirección del NO, nunca habilitaron un espacio abierto para la
coordinación entre los diferentes CP, restándoles su capacidad de
movilización comunal. Eugenio Trejos se limitó a funcionar como un
caudillo, quien desde la televisión y por medio de sus acólitos, bajaba
una línea para los CP.
Otro aspecto que no debe pasar desapercibido, fue
que la dirección burguesa por medio de Otón Solís, se encargó de
inmiscuir directamente al imperialismo en la lucha contra el TLC.
La invitación a Costa Rica de dos senadores estadounidenses y la
posterior carta de Nancy Pelossi (presidenta de la Cámara de
Representantes), es algo que indignó a gran cantidad de opositoras y
opositores honestos al tratado comercial, puesto que la actual disputa
entre demócratas y republicanos no es un asunto de “buenos y malos”,
sino que es fruto de una pugna
preelectoral entre dos alas del imperialismo, las cuales defienden
diferentes formas de explotar
a las semicolonias.
Esta intromisión de los demócratas no fue
cuestionada por ningún miembro de la dirección
Movimiento Patriótico del NO, puesto que en esencia todos vieron
con buenos ojos el que un representante del imperialismo alegara que se
iba a mantener la ICC y que no era imposible la posibilidad de la
renegociación de un nuevo TLC. De hecho, Eugenio Trejos se dejó decir en
una conferencia televisiva, que el 8 de octubre había que dar inicio a
una renegociación del TLC, algo que nunca fue votado por el conjunto del
movimiento contra el TLC.
En síntesis, las diferentes direcciones del proceso
de resistencia contra el TLC, se han caracterizado por ser antidemocráticas,
conciliadoras con el gobierno y respetuosas de la “institucionalidad”
del Estado, lo que sin duda alguna es y será suicida para cualquier lucha
popular contra la oligarquía y el imperialismo.
b)
El gobierno de Arias y los “confites” electorales
No es un secreto para nadie, que en cada elección
presidencial, el oficialismo se encarga de realizar “obras sociales”,
aumentos salariales y aprobar ciertas leyes en favor de algunos gremios,
todo con la finalidad de ayudar a su candidato en las elecciones. Para
este referéndum no fue la excepción, sino que por el contrario se
profundizó este proceso de clientelismo electoral, puesto que el TSE se
encargó de allanarle el terreno al Presidente Arias para que realizara
abiertamente campaña electoral.
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Nuestras
cinco sugerencias para reorganizar la lucha
1. Continuar la lucha contra la Agenda de
Implementación en las calles. Las vías institucionales, tales como el
trabajo de las bancadas legislativas, deben estar en función de las
movilizaciones callejeras.
2. Realizar una gran Asamblea Nacional de luchadoras
y luchadores contra el TLC, en la que se reorganice el movimiento del NO a
través de un nuevo plan de lucha escalonado. En esta Asamblea deben
garantizarse todas las garantías democráticas, además de votar una
nueva dirección del movimiento surgida de las bases mismas de los comités
patrióticos y un pliego unificado de reivindicaciones de todas las
regiones del país, que permita ligar la lucha contra la Agenda de
Implementación con los conflictos locales.
3. Estas Asambleas deben ser regulares
nacional y regionalmente, permitiendo una discusión constante
entre todos los sindicatos, partidos y CP de todo el país.
4. Que los Comités Patrióticos se conviertan en
instancias que organicen a sus comunidades para la lucha contra la Agenda
de Implementación.
5. Iniciar una campaña en defensa de cualquier
persona perseguida política y laboralmente por oponerse al TLC. La misma
debe iniciar con la defensa de Luis Salas y
Alicia Vargas, sindicalistas del INS que fueron despedidos el 17 de
octubre sin responsabilidad patronal.
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Desde el mismo instante en que se convocó al referéndum,
el gobierno empezó a repartir “confites” electorales. Por ejemplo,
envió al parlamento una reformar a la Ley de Carrera Docente, con la que
se prometía asegurarles 40 lecciones a todos los docentes con propiedad.
También, el 12 de abril, el mismo día en que el TSE avaló la
convocatoria a Referéndum, el Consejo Directivo del ICE aprobó un
aumento salarial extraordinario de hasta un 30% para los trabajadores de
la institución.
Esta piñata electoral se produjo durante todo el
referéndum, y en cada entrega de bonos de vivienda o cualquier tipo de
ayuda estatal, el presidente Arias se encargó de hacer campaña electoral
por el SI. Otro caso fue el de la utilización de los espacios mediáticos
de la Presidencia, tales como las cadenas televisivas y radiales, en las
cuales Arias no tuvo reparo en realizar una campaña del miedo
(principalmente a las y los trabajadores de empresas exportadoras) y
llamar a votar por el SI.
Finalmente, no es desdeñable el apoyo del
Solidarismo al gobierno, puesto que agrupa a cerca de 300 mil
trabajadores, principalmente del sector privado. Por ejemplo, en Walmart
Centroamérica, se repartían volantes del SI a la salida de los turnos de
trabajo. Además, no es descabellado que este sector aportara gran ayuda
financiera a la campaña del SI.
c)
La injerencia del imperialismo
Tanto desde el SI como de la dirección burguesa del
NO, se invocó la injerencia explícita del imperialismo en una contienda
electoral en Costa Rica. La
solicitud de Otón Solís de una “bendición” de un ala del
imperialismo yanqui (los demócratas), dio paso a que la otra ala (los
republicanos y el presidente Bush) corrieran en auxilio de sus voceros
costarricenses, es decir, Arias y la oligarquía exportadora.
Aún dentro de la lógica electoral del referéndum,
la movida de Otón Solís fue suicida, puesto que quien actualmente decide
si se renegocia o no, si se suprimen o mantienen las preferencias de la
ICC, es el gobierno republicano de Bush, y ante el comunicado de la representante de comercio estadounidense, Susan Schwab, en
el que alegó que no se iba a renegociar, muy seguramente infligió temor
en un sector de los votantes, lo que los pudo volcar por el SI y darle el
triunfo electoral.
TERCERA
PARTE - ¿Qué sigue después del referéndum?
Desde el PST consideramos que lo primero que debemos
realizar las y los opositores al TLC, debe ser un análisis entre todas
las organizaciones sindicales y populares sobre las causas de la derrota
electoral y las actuales condiciones políticas para derrotar la Agenda de
Impelmentación. Por este
motivo, quisiéramos exponer sucintamente algunas de nuestras
caracterizaciones y sugerencias en torno a lo que sigue luego del referéndum.
a)
¿Hubo fraude electoral?
Luego de que el TSE promulgara los primeros
resultados electorales el 7 de Octubre, la primera reacción de muchas y
muchos fue la de anunciar un fraude electoral. Hasta
el momento se han recopilado considerables irregularidades, pero su
impacto político ha sido muy bajo.
Algunos sectores han empezado ha hablar de
un “fraude mediático”, haciendo alusión a la parcialidad de algunos
medios de comunicación y las irregularidad del proceso en general. Esa es
una justificación para “no reconocer los resultados del referéndum”.
Para nuestra organización el problema no es
reconocer o no los resultados del referéndum amañado, así como no
reconocimos al gobierno de Arias cuando subió al poder, no tenemos por
que reconocer cualquier resultado de esta democracia fraudulenta, lo que
debemos hacer es registrar el resultado y prepararse para luchar en estas
nuevas condiciones.
Desde nuestra organización, consideramos que si
bien es cierto hubo gran cantidad de irregularidades durante el día de la
votaciones, éstas no son tan claras ni contundentes como para afirmar que
hubo un chorreo de votos o que se alterara el padrón electoral. A pesar
de esto, consideramos que es necesario continuar reuniendo lo más pronto
posible todas las pruebas desde los diferentes sectores del país, y en
caso de que se compruebe el fraude electoral, llamar a la destitución de
Arias, todas y todos sus ministros y de todas y todos los magistrados del
TSE.
Con relación al “fraude mediático”,
consideramos que es necesario explicar que significado le dan a esta
categoría los distintos sectores. Que hubo parcialidad de los medios de comunicación por el
SI es algo claro, más era totalmente predecible que esto ocurriera desde
un inicio, puesto que esperar la imparcialidad de la oligarquía en sus
medios de comunicación es algo totalmente errado. Que el TSE arbitró a
favor del SI, era igual de predecible puesto que es una institución más
del Estado burgués, en el cual todas sus instituciones están en función
de la burguesía exportadora.
El debate sobre los Comités Patrióticos
Dentro de las organizaciones políticas
de izquierda y el activismo popular en general se está empezando a dar un
debate sobre ¿Qué son y en que se deben convertir los comités patrióticos?
En términos generales hay un acuerdo
que los CP son las herramientas de las que se dotó la ciudadanía para
enfrentar la lucha contra el referéndum y que en ella una amplio sector
de la vanguardia hizo sus primeras armas políticas, desarrollando una
vigorosa y abnegada militancia anti tlc. Los CP fueron el corazón mismo
de la lucha contra el TLC en el terreno electoral.
El otro acuerdo general es que no son
partidos políticos, sino que son organismos heterogéneos donde los
partidos políticos que estaban en contra del TLC intervenían en ellos
junto con miembros de otras organizaciones sindicales o populares.
Existen varias posiciones sobre que
hacer con los CP, de parte de la dirección de la ex Junta Patriótica hay
un claro interés de normalizar, normativizar e institucionalizar los CP
para transformarlos en una fuerza política orgánica dirigida y
controlada por la propia Junta Patriótica y hacer que esta fuerza política
eventualmente se exprese en las elecciones del 2010.
Esta claro que desde ya los luchadores
anti TLC deben combatir esta posición que transformaría a los CP de instrumentos
de lucha popular en obstáculos
y frenos para el movimiento.
Otras posiciones, sobretodo de sectores
que estuvieron vinculados a la izquierda plantean que los CP serían
“centro de unidad de fuerzas patrióticas”,
“nueva mayoría nacional que ha sido capaz de unirse por encima
de cualquier denominación organizativa o política” es decir en el
modelo de esta izquierda domesticada los CP se deberían transformar en la
base social de un proyecto de colaboración clasista permanente.
Otras posiciones más a la izquierda,
sostenida por ejemplo por el PVP y el Frente Amplio, es que los Comités
Patrióticos son el nuevo Poder Popular, señalando que tendrían
similitudes con los Comités Bolivarianos Venezolanos, y que por lo tanto
serian la base social para una versión costarricense de un movimiento
bolivariano.
Nuestra opinión en este interesante debate es que
los CP son organismo heterogéneos y poli clasistas, híbridos
socialmente, que jugaron un rol muy progresivo durante el referéndum,
como organismo de unidad de acción electoral, pero que tuvieron como límite
que se auto confinaron al terreno electoral, no se constituyeron como
organismos de movilización y lucha permanente, justamente en este momento
en que está en debate el futuro de los Comités Patrióticos creemos que
se hace más imperioso que nunca que las organizaciones sindicales,
populares y de izquierda conjuntemos esfuerzos para derrotar el intento de
vaciar de contenido los comités y por transformarlos en auténticos
organismo de lucha permanentes del pueblo trabajador.
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En el PST, analizamos que las irregularidades que se
produjeron durante el proceso electoral son parte de la lógica de la
democracia burguesa, en la cual se imponen los grandes exportadores y su
control del aparato del estado.
A pesar de que creemos que en todas las
elecciones y procesos, de esta podrida democracia para los ricos, se
producen “fraudes mediáticos”,
creemos
que es positivo que una buena parte de las y los activistas
independientes, amas de casa, jóvenes, docentes, etc., denuncien las
irregularidades que presenciaron en carne y hueso, ya que esto implica que
un importante sector de la población está tomando conciencia del carácter
antidemocrático de las elecciones burguesas y
las instituciones “imparciales” que supuestamente la resguardan.
Pero contrario a esta denuncia de sectores de
luchadoras y luchadores honestos, de base y en muchos casos, de personas
que realizaron actividad política por primera vez en su vida, nos parece
bochornoso que sectores políticamente organizados, tales como sectores de
la burocracia sindical y del reformismo, utilicen esta denuncia del
“fraude mediático”. ¿Por qué decimos esto? Puesto que consideramos
que estos sectores, que en su momento fueron los que más insistieron y
aplaudieron la convocatoria al referéndum, se
escudan en el supuesto “fraude mediático” para ocultar el hecho de
que ellos son los principales culpables de la derrota del NO. ¡Su política
reformista y de confiar en las instituciones burguesas nos llevó a un
callejón sin salida!
Para denotar claramente su uso malintencionado del
llamado “fraude mediático”, les preguntamos a la burocracia sindical
y al reformismo el ¿por qué no rechazaron el referéndum desde el día
13 de abril, cuando el gobierno de manera irregular convocó al mismo por
decreto?, o mejor aún, ¿por qué no lo hicieron cuando estalló el escándalo
del memorando?
Las respuestas a estas interrogantes nos parecen
simples: 1) por un lado, la burocracia sindical fue siempre temerosa de
llamar a una Huelga General y por ende, de desconocer el referéndum
cuando se produjeron todas las irregularidades, 2) la dirección burguesa
del NO buscó desde un inicio canalizar la lucha contra el TLC por la vía
institucional, ya fuera por la renegociación, llamando a votar por el PAC
y finalmente por el referéndum, y 3) tanto el Frente Amplio así como el
PAC, durante todo este proceso del referéndum tenían un claro interés
electoral, que era el fortalecer su organización electoral de cara a las
elecciones del 2010.
b)
¿Luchar o no luchar? He ahí nuestro dilema
Independientemente de los análisis que se defiendan
en torno al referéndum, lo primordial en este momento, el punto de
encuentro entre todos los sectores, se define sobre si hay o no disposición
a luchar contra la Agenda de Implementación, además de la forma en que
se pretenda hacerlo.
El que hubo una revés político
es algo innegable, y obviamente esto significará que ciertos
activistas y organizaciones se replieguen. Pero a pesar de ello, la
derrota no fue contundente, no hay despidos masificados
ni muertos, las estructuras sindicales y políticas contra el TLC no han
sido disueltas, etc.
Pero sobretodo es importante señalar
que el gobierno, con los millones que le aportaron los empresarios
nacionales y extranjeros, con el espaldarazo de los yanquis, con la mayoría
mecánica en el parlamento, con los recursos del Estado y el apoyo
incondicional de los medios de comunicación apenas pudo ganar y en ese
triunfo debió sacrificar a su vicepresidente. El gobierno sale golpeado
del referéndum, pero más importante aún la “institucionalidad democrática”
(Vaca Sagrada de los reformistas y los burgueses opositores) sale aún más
golpeada y expuesta en su verdadero carácter ante los ojos de amplios
sectores de la población.
Esta situación nos permite hablar de una
reorganización de la pelea, que actualmente debe tener como eje la derrota en las calles de la Agenda de
Implementación.
Por
este motivo, consideramos que es urgente la realización de una verdadera
Asamblea Nacional de las y los luchadores contra el TLC, en la cual
permita el uso libre de la palabra a todas y todos los delegados, además
de realizar votaciones vinculantes para todo el NO. Con relación a este
punto, es preciso realizar la reorganización de los Comités Patrióticos,
los cuales deben convertirse en organismos para la lucha en las calles,
que se encarguen de trabajar junto con los sindicatos, organizaciones políticas,
ecologistas, feministas y de homosexuales, etc., en la realización de una
gran Huelga Nacional para detener la Agenda de Implementación.
Junto
con esto, es necesario que todos los partidos con representación
legislativa, pongan su bancada en función de la lucha en las calles. Esto
significa que deben obstruir la Agenda de Implementación desde el
Congreso durante el tiempo que sea necesario con tal de reorganizar a
todos los sectores que se oponen al TLC y avalar los métodos de lucha que
el movimiento de masas elija en determinado momento (marchas, piquetes,
bloqueos). Esta solicitud debe estar dirigida principalmente al PAC, que
además de tener la mayor representación legislativa de oposición, también
es el partido que desde ya está negociando con los Arias la aprobación
de la Agenda de Implementación. En caso de que no desistan de esta política,
el movimiento del NO debe declararlos como los nuevos agentes del SI, ya
que en los hechos se niegan a continuar la pelea contra el TLC.
c)
Una lección dura de aprender
Para finalizar, en el PST quisiéramos destacar que
a pesar de la trampa del referéndum, de la derrota electoral y el desgano
que puedan presentar algunas y algunos activistas de base, el NO demostró
que posee una gran fuerza y capacidad de organización. Lastimosamente,
todas nuestras energías en los últimos meses
estuvieron concentradas en un terreno que no es el nuestro, donde las
reglas las imponen los magistrados o “representante legales” de la
oligarquía en el Estado. Es virtualmente imposible derrotar a los grupos
exportadores por medio de las instituciones que ellos mismos dominan.
La gran
lección que nos deparó el referéndum, es la de que no debemos depositar
ni un ápice de confianza en las instituciones del Estado mientras este
continúe en manos de los capitalistas. Las calles son nuestro terreno,
tanto así que el mismo Arias tuvo que convocar a un referendo debido a
las y los miles de personas que marcharon el 26 de febrero por San José.
En estos momentos de derrota electoral, es necesario reorganizarnos políticamente,
haciendo un llamado a las calles y revivir la olvidada consigna (y odiada
por los burgueses, burócratas sindicales y reformistas) de la HUELGA
GENERAL. En el referéndum el gobierno logró aprobar las siglas TLC, pero
el contenido del mismo, la Agenda de Implementación, es una historia que
no se ha terminado de escribir.
San José, 25/10/2007
Por ejemplo, durante la reunión de varios sectores anti-TLC el lunes
8 de Octubre en el auditorio de FUNDATEC, varios miembros del Frente
Amplio y burócratas sindicales afines, se retiraron progresivamente
cuando se sugirió la posibilidad de convocar a una Asamblea Nacional
de los Comités Patrióticos, que tuviera como eje reorientar la lucha
contra la Agenda de Implementación en las calles. Por si esto fuera
poco, en dicha reunión se acordó convocar a una asamblea para el sábado
13 de Octubre, ante lo cual varios miembros de FA se encargaron de
circular una cadena de correos saboteando a la misma. Dichosamente,
esta asamblea fue todo un éxito: 77 Comités Patrióticos y 650
personas de todo el país.
Hablamos en pretérito, puesto que luego de la derrota electoral del
referéndum, no sabemos a ciencia cierta quienes continuarán dentro
del Movimiento del No. Por ejemplo, el PAC ya declaró que no
obstacularizará la Agenda de Implementación y empezó negociaciones
con el gobierno, lo que objetivamente lo convierte en un agente más
del SI.
Quisiéramos
señalar que dentro de estos dos bandos, también se presentan
subdivisiones, principalmente con relación a los métodos de lucha y
conducción de la pelea.
Le aclaramos a nuestros lectores que los puntos a,b,c y d fueron
escritos originalmente para el documento Referéndum:
¿avance o retroceso para la lucha?, en abril del presente año.
Lo reproducimos casi de manera íntegra, puesto que consideramos que
el análisis entonces planteado mantiene su validez para efectos de
nuestra actual exposición.
Viéndolo retrospectivamente, desde este entonces era claro el
“terror” que le provocaba a los principales dirigentes sindicales,
el que se les asociara con resoluciones y espacios de coordinación
que tendieran a “violentar la institucionalidad democrática”.
Si bien es cierto el 30 de setiembre del 2007, a una semana del referéndum,
se concentraron alrededor de 200 mil personas del NO en San José,
dicho acto fue una “plaza pública electoral” y no una marcha.
La única pausa que podríamos identificar con relación a este
escenario “callejero” y de dirección sindical y popular, se
produjo durante la campaña electoral del 2006, donde un importante
sector de la burocracia sindical le capituló a Otón Solís del PAC
(el llamado voto útil), en un primer intento por “resolver” el
TLC en las urnas.
Además de la forma apresurada en que se votó dicha reforma, este
traspié legislativo se produjo pocos días después de la marcha del
26 de febrero, cuando la Sala Constitucional ante la gran movilización
nacional, tuvo que frenar dicho mecanismo legislativo.
Por
ejemplo, se llevó a cabo una asamblea en Cañas, Guanacaste, que tenía
como eje permitir la organización regional de una CNL. Pero el acto
simplemente fue un “show de variedades” sin la menor discusión, y
dieron discursos figurones sindicales y políticos (Merino entre
ellos) y ¡ni siquiera se votó la dirección de la Coordinadora
Regional, tan solo se leyeron sus nombres y se les aplaudió!
La
burocracia sindical fue cómplice de que la burguesía opositora
tomara las riendas del NO, puesto que no se opuso y de hecho, se sintió
complacida con que unos figurones se pusieran a tomar decisiones por
ellos.
Para evidenciar la parcialidad del TSE, el magistrado Sobrado censuró
el que los rectores de las universidades estatales pudieran realizar
campaña por el NO durante sus horas de trabajo.
El
Movimiento del No después de varias semanas logró recopilar 147
irregularidades distinto signo y alcance, en todo caso el conjunto de
las mismas no alcanzan para modificar la desventaja electoral del NO.
A
pesar de que no hay despidos masivos, lastimosamente el triunfo del SI
envalentonó al gobierno para despedir al dirigente sindical de UPINS,
Luis Salas, a quien se le acusó falsamente y fue despedido sin
responsabilidad patronal. Indudablemente, una de las tareas del No
debe ser defender a todas y todos los perseguidos por haber estado
contra el TLC.
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