Clima
erizado por muerte de rehenes de las FARC
Por
Constanza Vieira
Inter Press Service (IPS), 30/06/07
Bogotá.–
Un escenario de mayor polarización entre el gobierno de Colombia y
las FARC se abre tras el anuncio de la muerte de 11 de los 12
diputados del occidental departamento del Valle del Cauca mantenidos
como rehenes de la guerrilla desde 2002.
Según
las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) los 11 rehenes
perecieron el 18 de este mes en un ataque de "un grupo militar
sin identificar" al campamento donde se encontraban.
El
Comando Conjunto de Occidente de las FARC, del que hace parte Alfonso
Cano, número dos de esa organización que lleva 43 años en rebeldía,
fechó el comunicado el día 23, pero sólo fue publicado este jueves
en la página de la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol), con
sede en Suecia y cercana a esa guerrilla, y confirmada por ésta a la
hora 14:45 GMT (9:45 hora colombiana).
El
único de esos 12 rehenes que se salvó fue Sigifredo López, ex
alcalde de Pradera, uno de los dos municipios que la guerrilla exige
despejar militarmente para acordar la liberación del grupo de rehenes
y prisioneros en su poder, a cambio de guerrilleros presos.
Según
las FARC, López "no estaba en ese instante junto a los demás"
rehenes.
Esa
insurgencia campesina mantiene también como rehenes a la ex candidata
presidencial Ingrid Betancourt, de nacionalidad franco–colombiana,
su compañera de fórmula, Clara Rojas, y al pequeño hijo de ésta
nacido de una relación con un guerrillero durante su cautiverio, así
como a otros ocho políticos.
Además,
las FARC tienen prisioneros a 14 oficiales y suboficiales del ejército
y a 20 miembros de la policía y a tres contratistas estadounidenses
que operaban en el marco de la ayuda militar de ese país.
No
hubo ninguna operación de rescate militar, replicó el presidente Álvaro
Uribe. Versiones iniciales procedentes de fuentes gubernamentales
atribuyeron el ataque a bandas paramilitares de ultraderecha. Éstas,
sin embargo, suelen trabajar junto con la fuerza pública.
Uribe
afirmó que siempre consulta a las familias antes de ordenar un
intento de rescate militar, cosa que varios parientes han negado.
La
"premeditación criminal se pretende confundir con fuego cruzado
con la fuerza publica, fuego cruzado que no existió", dijo. La
guerrilla afirma en su comunicado que los rehenes murieron en medio
del fuego cruzado, pero no dice que el ataque haya sido cometido por
la fuerza pública. El mandatario calificó el hecho de crimen de lesa
humanidad.
La
cúpula militar consideró que las FARC habrían creído
equivocadamente que estaban ante un operativo de rescate por parte de
la fuerza pública y habrían asesinado a sus rehenes con tiros de
gracia.
"A
mi juicio, parece una ejecución por parte de las FARC" en medio
de un intento de rescate, coincidió el ex ministro Camilo González,
director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).
"Lo
que hizo el comando de las FARC (que vigilaba a los diputados) fue
cumplir la orden de matar a sus rehenes" si se producía un
intento de rescate, dijo a IPS.
"Las
FARC deben explicar por qué murió prácticamente el 100 por
ciento", menos uno, del grupo de diputados, y además "uno
espera que hayan muerto el 20 por ciento de los guerrilleros. No es
posible que en un fuego cruzado hayan muerto sólo los cautivos",
comentó González.
En
su opinión, "ahora están comenzando a actuar los comandos
especiales que (los militares) tienen entrenados para esto. En ellos
tienen mercenarios y expertos de otros países".
El
ataque habría sido efectuado por "un comando que tiene su
autonomía, sus niveles de secreto", y que está en contacto con
"alguna unidad mercenaria. (En este país andino) hay
'contratistas' del Plan Colombia y el Plan Patriota, hay gente
altamente especializada en la guerra", dijo en referencia a las
campañas antinarcóticos y contrainsurgentes financiadas por Estados
Unidos.
Este
año, Washington anunció que había "incrementado los recursos
dedicados a este asunto en Bogotá", en referencia a sus tres
ciudadanos en manos de las FARC. A las 18:00 GMT, el Departamento de
Estado (cancillería estadounidense) atribuyó a las FARC la
responsabilidad por los hechos.
"Repudio,
condena, solidaridad total con los familiares. Denunciamos públicamente
ante los organismos defensores de derechos humanos y las cortes
internacionales a las FARC por este execrable crimen", dijo a su
vez el procurador general de la Nación, Edgardo Maya, cuyo despacho
está encargado de vigilar el respeto de los derechos humanos.
"Los
sindicamos de violar las normas del Derecho Internacional Humanitario,
del Derecho de los derechos humanos y del Protocolo II de
Ginebra", que declara la toma de rehenes como crimen de guerra, añadió.
"Esperamos
que estos organismos actúen con energía, diligencia y prontitud para
contener definitivamente esta atrocidad sin limites", señaló
Maya.
"Con
el mismo valor y dignidad con que se mantienen nuestros familiares
secuestrados, nosotros seguiremos con nuestra lucha libertaria.
Seguiremos por los que siguen vivos", expresó llorosa Marleny
Orjuela, presidenta de Asfamipaz, que agrupa a familias de los
militares y policías en poder de la guerrilla, algunos de ellos desde
hace 10 años.
Orjuela
sostuvo que Asfamipaz considera que sí hubo un intento de rescate
violento y recordó que recientemente el presidente Uribe ordenó a la
aviación bombardeos masivos en las zonas guerrilleras.
La
portavoz reclamó a la comunidad internacional que "imponga el
intercambio humanitario", para liberar a cerca de medio millar de
guerrilleros presos y a lo cual se opone Uribe, a menos que los
excarcelados renuncien a la lucha armada.
En
un mitin callejero en el centro de Bogotá, previo a una concentración
citada para el mediodía, Orjuela dijo que "le estamos pidiendo a
la comunidad internacional que se exija el intercambio humanitario.
Que no dé más dólares para esta maldita guerra. Que aquí a los que
nos están matando es a la gente humilde".
Más
temprano, la cancillería francesa declaró "que el uso de la
fuerza para liberar a los rehenes debe estar absolutamente
prohibido".
"Que
la guerrilla y el presidente me respondan por mi papá", clamó
un hijo del ex diputado Nacianceno Orozco por la emisora Caracol
Radio.
"Nada.
No quiero decir nada", dijo Daniela, de siete años, hija de uno
de los muertos. Su madre, Fabiola Perdomo, portavoz de las familias,
pidió desde la occidental ciudad de Cali que el Comité Internacional
de la Cruz Roja recuperara los restos y que las FARC facilitaran las
condiciones para conseguirlo.
El
último mensaje de supervivencia de los diputados fue recibido por las
familias en abril.
Al
confirmar las muertes, las FARC afirmaron que "agencias de
espionaje intentan bloquear nuestros sitios de Internet". Más de
una hora después, a las 10:25 hora local (15:25 GMT), una oficina de
la presidencia pidió a Caracol Radio que le enviara por correo electrónico
el comunicado insurgente que confirmó la matanza, pues no había
podido conocerlo hasta ese momento.
Para
el analista González, lo que sigue es "una crisis mayor".
Lo ocurrido "significa polarización, no creo que Uribe ceda, ni
las FARC tampoco".
El
retiro de las fuerzas militares de los dos municipios que han exigido
las FARC sería cosa del pasado. De hecho, Uribe volvió a insistir en
que no habrá territorios desmilitarizados para negociar el canje.
"Lo
único que podría recomponer" el clima "es que alguno de
los dos tuviera un gesto unilateral, como por ejemplo que las FARC
liberaran a Clara y a su hijo", aseveró González.
"Las
protestas, el repudio y el sentimiento de solidaridad crecerán",
agregó.
Mientras,
el profesor Gustavo Moncayo, padre de uno de los uniformados en manos
de las FARC, continúa su marcha a pie desde el extremo sur del país.
Más de 390 kilómetros ha recorrido ya desde Pasto, la capital del
sudoccidental departamento de Nariño.
Moncayo
aspira a recoger millones de firmas a favor del intercambio
humanitario. El lunes estará llegando a Cali.
Las
FARC piden, a cambio de la liberación de los rehenes, que les sean
devueltos dos guerrilleros sometidos a juicio en tribunales
estadounidenses, los alias "Simón Trinidad" y
"Sonia".
Los
12 diputados fueron atrapados en abril de 2002 en un operativo
cinematográfico de las FARC en la propia Asamblea Departamental
legislativa, en el corazón de Cali, tercera ciudad de Colombia. En el
episodio fueron asesinados un policía y dos periodistas.
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