Protestas contra OMC
en calles de Hong Kong
Por Ñico
Prensa Latina/ inSurGente 12/12/05
Miles de manifestantes
contrarios a la política de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
marcharon ayer por las calles de esta ciudad, en una señal de alerta
ante la cita ministerial de la entidad que comienza el próximo
martes.
Según fuentes
policiales, entre tres mil y cuatro mil personas recorrieron diversas
vías de uno de los principales centros financieros del orbe, con
pancartas que muestran el descontento con la política comercial
global promovida por la institución multilateral. Los 149 miembros de
la OMC, que establece las reglas para el comercio mundial, tratan de
establecer pautas de mercado libre que según dicen traerán
prosperidad económica. Pero los manifestantes afirman que la
globalización sólo favorece a los ricos y les arrebata empleos a los
trabajadores.
Algunos manifestantes
cargaban una araña gigantesca y otros estatuas rodantes de gente escuálida,
entre los miles que desfilaron el domingo en la primera marcha de
protesta por la cumbre de la Organización Mundial de Comercio que se
realizará en Hong Kong.
Los manifestantes, que
se han desplazado hasta Hong Kong procedentes de todo el mundo antes
de la reunión del 13 al 18 de diciembre, recorrieron las calles del
centro de Hong Kong, desde el Parque Victoria hasta las principales
oficinas del gobierno. "La OMC a la basura", coreaba la
multitud. "Nuestro mundo no está en venta".
La policía se dedicó
a asegurar los vecindarios adyacentes al lugar donde se realizará la
cumbre, protegiendo con malla metálica los edificios y acordonando
las calles a fin de impedir la violencia que se ha registrado en otras
cumbres de la OMC.
Los miembros de la
militante Liga de Campesinos Coreanos portaban una pancarta que decía,
"Esta hamburguesa está hecha con la carne de la gente. ¿Podrías
disfrutarla?" El cartel mostraba una hamburguesa hecha de manos y
pies. El grupo se opone a la apertura del mercado de Corea del Sur a
las importaciones agrícolas.
El activista británico
Tom Grundy llevaba un disfraz de pollo y portaba un cartel que decía
"OMC: más peligrosa que la gripe aviar".
Varias Organizaciones
No Gubernamentales (ONG) convocaron a una rueda de prensa en el Parque
Victoria, donde las autoridades del territorio acordaron la instalación
de los delegados contrarios a la OMC, en un intento por alejar los
posibles enfrentamientos del Centro de Convenciones, sede de la cita.
La pasada semana,
medios de prensa revelaron la existencia de planes que contemplan
incluso la deportación de aquellas personas consideradas peligrosas;
para el exitoso desarrollo del encuentro, entre las cuales se cuentan
activistas procedentes de Sudcorea y Estados Unidos.
Para las fuerzas del
orden público, el objetivo fundamental está en impedir acciones
similares a las ocurridas en las reuniones de Seattle (1999) y Cancún
(2003), en esta última incluso con el suicidio de un campesino
sudcoreano.
Este domingo la policía
colocó patrullas en los alrededores del recinto que acogerá los
debates de la OMC, unido a la aplicación de medidas para frenar
cualquier intento de llevar las protestas más allá de una simple
marcha.
En ese sentido,
brigadas de trabajadores se dedicaron en los últimos días a pegar o
retirar las piedras sueltas del pavimento y llegaron a soldar las
rejillas de las alcantarillas, para de esa forma impedir que se
conviertan en proyectiles mortales.
Asimismo, los pasos
peatonales sobre el nivel de las calles han sido cubiertos con mallas
protectoras, con lo cual se evita su utilización como puntos desde
los cuales se puedan lanzar objetos.
Varios representantes
de ONG denunciaron que confrontaron problemas con el visado y
cancelación de reservas de hoteles, en un entorno que calificaron de
hostigamiento.
Según los cálculos de
las autoridades, unos 10.000 activistas antiglobalizacion deben
concentrarse en la ciudad esta semana, en señal de protesta contra
las reglas de comercio impulsadas por la OMC y que muchos consideran
contrarias a los países en desarrollo.
Para los partidarios de
la apertura promovida por la entidad, la liberalización del
intercambio de bienes y servicios aportaría miles de millones de dólares
a la economía mundial.
Camino a un fracaso
anunciado
Opciones (Hedelberto López
Blanch).– Se da por descontado que la Conferencia de la Organización
Mundial del Comercio concluirá sin acuerdos sobre un pacto global de
libre comercio.
Luego de cuatro años
de largos e intensos debates, ya se da por descontado que la
Conferencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se
efectuará entre el 13 y el 18 de este mes en Hong Kong, concluirá
sin acuerdos sobre un pacto global de libre comercio.
Los participantes en la
sexta reunión ministerial de la OMC se dirigen hacia esa ciudad
china, con el amargo disgusto de no poder conciliar las grandes
diferencias entre las naciones ricas del planeta, las cuales desean
continuar avanzando en la acumulación de capitales y la gran mayoría
de los países en desarrollo que se niegan a seguir sufriendo las
desventajas del injusto intercambio comercial.
Después del rotundo
fracaso en las negociaciones ocurridas en Cancún, México, en 2003,
las aspiraciones de llegar a acuerdos justos globales se habían
centrado hacia Hong Kong, pero la realidad es que persisten profundas
desavenencias entre los bandos que tienen muchos capitales y aspiran a
más y los que cuentan con poca fortuna y se oponen a continuar
descendiendo.
El previsible fracaso
de la nueva ronda es tan esperado que el comisario de Asuntos Agrarios
de la Unión Europea (UE), Peter Mandelson, reconoció de que si el
solo hecho de que Hong Kong finalice sin una ruptura entre las
distintas posturas será considerado un éxito y para el próximo año
debería intentarse algo más para sobrevivir.
Organizaciones No
Gubernamentales (ONGs) y diversos países en desarrollo han protestado
por las fuertes presiones que están ejerciendo las naciones
industrializadas para alcanzar sus objetivos, lo que ha motivado que
tanto Mandelson como el director general de la OMC, Pascal Lamy, hayan
declarado que aún resulta posible lograr algunos resultados, aunque
menos ambiciosos.
A la reunión en China
se esperaba llegar con un entendimiento sobre la reducción de los
subsidios agrícolas que las naciones desarrolladas otorgan a sus
cosechadores, así como la disminución de los aranceles y barreras
impuestas a la compra y venta de productos agrícolas, industriales y
servicios. Sin resolver esas profundas divergencias se hace imposible
llegar a posibles soluciones.
Las naciones pobres,
dependientes de las producciones y exportaciones agrícolas para su
subsistencia, son la gran mayoría de los 148 miembros de la OMC y
consideran que los enormes subsidios que Estados Unidos, la UE, Japón
y Australia otorgan a sus cosechadores y que se estiman en más de
300.000 millones de dólares anuales son una barrera infranqueable
para la competencia de sus productos a nivel mundial.
Al decretarse el libre
comercio y la apertura de los mercados, la producción y exportación
agrícola en las naciones del Tercer Mundo irían a la ruina y, por
ende, millones de personas que sobreviven de esas labores.
Numerosos delegados
indican que los acuerdos alcanzados en la ronda de Doha, Qatar, en
2001, ponían como objetivo mejorar la situación en los países en vías
de desarrollo, lo cual no se observa en los documentos.
Más bien, se destacan
las presiones de los ricos que afirman reducir los subsidios si las
naciones abren sus mercados para la entrada de bienes manufacturados y
los servicios.
Para realizar un
recorte a los subsidios que no pasaría de un 50%, los desarrollados
exigen que los del Tercer Mundo recorten en un 75% los aranceles para
los productos industriales y en el área de los servicios.
Si esto llegara a
ocurrir, equipos electrodomésticos, de transporte, electrónicos y
productos alimenticios de las compañías transnacionales invadirían
esos mercados. A la par, servicios medulares para la población como
la educación, el agua, la electricidad y la salud pasarían en muchos
casos bajo el control de empresas privadas, lo cual afectaría
mayormente a las personas más desfavorecidas.
Con esas tensiones y
forcejeos tiene lugar esta semana la reunión de Hong Kong.
Prácticamente,
Mandelson cerró las puertas a las discusiones cuando afirmó durante
recientes negociaciones efectuadas en Ginebra: “Lo que necesita esta
ronda no son nuevas propuestas agrarias, sino una primera oferta de
algunos interlocutores para productos manufacturados y servicios”.
Para la organización
británica Oxfam, las débiles economías de África, América Latina
y Asia se empobrecerán más si no se suprimen las subvenciones agrícolas
en los países ricos.
Ante las actuales
circunstancias no son pocos los que rememoran la denuncia que realizó
en la XI Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo,
en Sao Paulo, Brasil, el destacado altermundista francés José Bové
cuando señaló que “las reglas de la OMC benefician solo a una
minoría de las empresas transnacionales y desplazan a los pequeños
agricultores”.
Todo hace indicar que aún
está distante la hora de llegar a acuerdos conjuntos de libre
comercio sin que los perjudicados, como casi siempre ha sucedido, sean
las naciones más necesitadas.
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