Economía
mundial

 

Marzo: lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática, el ACU

Por Alfredo Jalife Rahme
La Jornada, 12/02/06

Es asombrosa la coincidencia de eventos cruciales durante todo el mes de marzo (ver "Ominoso marzo global", La Jornada, 15/1/06) que orientarán el destino geoestratégico del planeta:

1. Cierre del año fiscal de Japón que obliga a un escrutinio particular después de los amagos de derrumbe bursátil, de contabilidades fradulentas en todo su sistema financiero, y de magnos escándalos empresariales. 2. Reporte de la Agencia Internacional de Energía Atómica sobre el contencioso nuclear iraní. 3. Ocultamiento oficial de la medición de masa monetaria M3 por la Reserva Federal, ahora bajo la dirección de Ben Helicóptero Bernanke (quien proclamó su disposición a imprimir y lanzar todo el dinero necesario desde un helicóptero). 4. Remoción del producto químico orgánico MTBE (metil–tert–butil–eterel) de parte de las refinerías estadounidenses, lo cual reduciría la entrega de petróleo. 5. Elecciones legislativas en Ucrania. 6. Comicios en Israel. 7. Apertura de los juicios del mafioso Jack Abramoff y del felón californiano del Partido Republicano Randy Cunningham, que pueden trastocar la geometría política de Estados Unidos. 8. Lanzamiento incierto de la bolsa de valores petrolera de Teherán con permutación de petrodólares a petroeuros. 9. ¿Prueba nuclear iraní al inicio del Nouruz (la primavera persa)? 10. ¿Bombardeo de Irán por Washington el día 28 (coincidente con la elección israelí)? –según las predicciones de Vladimir Volfovich Zhirinovsky, vicepresidente de la Duma rusa (MosNews, 7/2/06).

Cualquiera de estos 10 eventos cruciales (siete irrefutables y tres discutibles) marcaría en sí solo todo un acontecimiento, a lo que se suma como undécimo factor el anuncio sin nada de ruido del lanzamiento de una nueva divisa unitaria por el Banco de Desarrollo Asiático (BDA) para el mes de marzo (Diario del Pueblo, 6/2/06).

Pero, ¿que tendrá marzo de 2006 en especial?

A nuestro humilde juicio, el ocultamiento a partir del 23 de marzo del M3 (donde destacan depósitos mayores a 100 mil dólares, los fondos institucionales de dinero, "depósitos de amplia denominación de tiempo", eurodólares y los peligrosos "acuerdos de recompra" conocidos como "repos") es muy probable que represente la causal principal, como epifenómeno de la grave crisis financiera y económica de Estados Unidos, de que ocurran uno, algunos o la mayoría de los otros factores, o que, en su defecto, contribuya decisivamente a que los demás actos tomen su vida propia y se retroalimenten entre sí.

Los tramposamente subreportados "repos" promedian un intercambio descomunal de 5 millones de millones de dóLAres al día (¡súper–sic!) en Estados Unidos y "equivalen a más de la mitad (otro ¡súper–sic!) de toda la masa monetaria" que alcanzó 9.97 millones de millones (trillones en anglosajón) en septiembre pasado, según el muy competente Henry C.K. Liu (El Mago de la Tierra de las Burbujas, Asia Times, 14 y 29 de septiembre / 9 de octubre 05).

Dicho en corto: el "mercado repo constituye el mayor mercado financiero de hoy". Esto es justamente lo que encubrirá el ocultamiento de la publicación de la medición de liquidez monetarista M3. Liu define al "repo" como un "préstamo, con frecuencia por una corta noche, típicamente apuntalado por un bono del Tesoro de alto rango, una agencia o por valores pignorados. Representan contratos para la venta y la recompra futura de activos financieros de alto nivel". Con tanta chatarra que ha inundado las finanzas estadounidenses y la epidemia de fraudes contables que ha plagado a Wall Street, ¿qué significa "alto–nivel"?

Allá quien a su cuenta y riesgo desee creer a pies juntillas las cifras engañosas de la Reserva Federal y las instituciones financieras de Estados Unidos, tan mendaces como su presidente número 43, que colocan el monto de los "repos" en 537 mil 300 millones, es decir, 10 veces menor (¡súper–sic!) a la monumental cifra real. Para dimensionar los alcances de su encubrimiento oficial por la Reserva Federal, cabe destacar que el mercado real (¡cómo hay que insistir con el adjetivo!) de los "repos" representa 43 por ciento del PIB de EEUU.

En este contexto, que naturalmente no se le escapa a quienes saben del tema, el BDA "emitirá en marzo" (¡súper–sic!) la "unidad de divisa asiática" (ACU, por sus siglas en inglés) y hará "flotar bonos denominados en ACU", lo que, a nuestro juicio, significará un golpe brutal al decadente dolarcentrismo.

Zhang Bin, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China y autor del artículo que anuncia el lanzamiento de la divisa asiática, considera que "para las economías del este de Asia que se han vuelto más cercanas en comercio e inversiones, se trata de un intento audaz (sic) para mejorar todavía más la cooperación económica en esa región".

En esencia, el "ACU sigue las otras propuestas de cooperación financiera regional" (la iniciativa Chiang Mai y el Fondo de Bonos Asiáticos) y "no será una divisa física que pueda ser usada en el sitio de las transacciones, sino que se tratará de una divisa virtual cuyo valor se determinará tomando en consideración factores como las divisas de los otros 13 países del este de Asia, su PIB, la escala del comercio, etcétera. Las divisas de China, Japón y Corea del Sur tendrán la ponderación más significativa. Bajo el plan, el yuan chino pesará más que ninguna otra divisa, seguido por el yen nipón y el won sudcoreano". El PIB conjunto de los tres países que soportarán el ACU es de casi 7.5 millones de millones de dólares, es decir, 22 por ciento del PIB global.

El asombroso poderío geoeconómico de la tríada del noreste asiático –China, Japón y Corea del Sur– se ha posicionado detrás de Estados Unidos y la Unión Europea en cuanto al PIB se refiere, lo cual no se ha reflejado en la tenencia de una divisa como el dólar y el euro, y el ACU puede suplir con creces tal carencia monumental.

Zhang Bin asienta que el trayecto y proyecto del ACU recuerda a su antecesor, la "divisa europea común", que se plasmó en el euro después de 20 años. Para no asustar a los chacales financieros de la anglósfera, comenta que todavía existen obstáculos por delante que atrasarán su concreción por un buen periodo.

Se hace camino al andar y será muy difícil que Washington pueda detener la voluntad asiática de poseer su propia divisa independiente. El "efecto Dragón" de 1997, manipulado por el megaespeculador Schwartz György (alias George Soros) –a quien su mismo correligionario, el oligarca ruso–israelí Boris Berezovsky, exhibió de ser agente de la CIA (nota: tiene lógica)–, conmocionó a toda la región asiática, la cual, a partir de entonces, inició el proyecto de crear una divisa común, similar al euro, que los pueda defender frente a los embates especulativos a los que son patológicamente adictos los países de la anglósfera. Era aberrantemente absurdo que un solo megaespeculador con máscara de filántropo (sic) –apoyado presuntamente tras bambalinas por el ex presidente Clinton, el ex secretario del Tesoro Robert Rubin, hoy segundo de a bordo de Citigroup, y los megabancos anglosajones– haya conseguido despedazar las finanzas de la mayoría de los indefensos países del este de Asia.

De las desgracias se aprende y la "función inmediata del ACU será medir la estabilidad relativa de las divisas de la región", como acota el académico Zhang Bin.

Para el lanzamiento de un mercado regional de bonos asiáticos apuntalados por el ACU, sólo existe un paso que podrá ser dado gracias a las descomunales reservas foráneas de Japón (un millón de millones de dólares), China (más de 800 mil millones) y Corea del Sur (alrededor de 230 mil millones), que representan un poco más de la mitad de las reservas foráneas mundiales.

Cabe señalar que del total de reservas foráneas del mundo, que han alcanzado 4 millones de millones de dólares, 75 por ciento se encuentra en la totalidad de los bancos centrales asiáticos (más allá de la motivada región oriental) y será interesante ver si India y Rusia, dos potencias geoeconómicas asiáticas en ascenso, se incorporan al proyecto del ACU, que adquiriría así el estatuto de divisa asiática a carta cabal.

El Este Asiático ha optado por su legítima independencia geofinanciera, lo cual debiera ser explorado por la nueva pléyade de capaces mandatarios sudamericanos para lanzar su propia divisa común, antes que los arrastre la profundización de la agonía del dólar.


ACU: Unidad Monetaria Asiática

¿Será la nueva moneda del Nuevo Orden Internacional?

Por Víctor M. Wilches
Argenpress, 19/02/06

El lanzamiento de la Unidad Monetaria Asiática, (ACU –por sus siglas en inglés–), por parte de los países del este asiático en este mes de marzo, podrá traer no sólo sorpresas, crisis y conflictos; sino también grandes cambios.

Este evento por si sólo, encierra una gran complejidad en el acontecer de las relaciones internacionales, y naturalmente afecta la conformación del nuevo orden mundial que se está constituyendo a la sombra de la guerra de invasión contra Irak por parte de Estados Unidos y del Reina Unido. Ese nuevo orden mundial si bien aún no está claramente conformado y definido, tiene por lo menos un epicentro geográfico: El Asia.

Se puede estipular algunos elementos relevantes que demuestran como los Estados Unidos, comienza a ser desplazado de su papel como una única superpotencia mundial: la crisis política que sufre el gobierno de Bush y el desgaste producto de los duros reveses recibidos en Irak; la crisis económica acarreada por las invasiones de Afganistán y de Irak, que golpea sobre todo al déficit fiscal (1) (en 2005 fue de más de 350 mil millones de dólares y en 2006 superará los 400 mil millones de dólares, según cálculos preliminares divulgados por la Casa Blanca, EL PAIS 2006–01–13), dos anteriores informes sobre el estado fiscal, pasaron desapercibidos, ya que, coincidieron con las mencionadas guerras de agresión, un ataque a Irán (2) o a Siria a finales de marzo podría coincidir con un nuevo informe; el unilateralismo por parte de la Casa Blanca, para resolver los conflictos internacionales y; la pérdida de credibilidad de Estados Unidos, debido a las torturas infligidas a los presos en la cárcel Abu Ghraib en Irak, al tratamiento inhumano a los prisioneros en la base militar estadounidense en Guantánamo, convertida en un auténtico campo de concentración y, al secuestro y traslado en vuelos fantasmas y al confinamiento en cárceles clandestinas de ciudadanos de diferentes países, por parte de la CIA, con el cómplice silencio de la degradada Unión Europea.

Debido a esto, pero sobretodo a los nuevos cambios que se están produciendo en el ámbito internacional, los ojos del mundo se dirigen hoy a lo que esta aconteciendo en el Asia. Y uno de los más importantes fenómenos que allí se esta produciendo, es el futuro lanzamiento del ACU, que se producirá sin retardos el mes de marzo; sorpresa mundial no solo por el hecho económico en sí mismo, sino por los actores que hacen parte de esta iniciativa.

Después de la crisis económica sufrida en el sureste asiático, años 1997–98, y conocida como el “efecto Dragón”, producto de las maniobras especulativas, encabezadas por George Soros; además de las graves y profundas consecuencias que genero para estos países y para el mundo entero, hizo que afloraran una serie de propuestas para fomentar una integración monetaria regional. Los países asiáticos vieron la necesidad de controlar colectivamente sus divisas frente al dólar, por medio de una cesta dólar–euro–yen o en su defecto establecer un entramado análogo al sistema monetario europeo.

Los resultados positivos en el avance hacia la ACU, será que estabilizará las tasas de cambio, promoverá el comercio intra–regional, simplificará la planeación, y fomentará la participación fronteriza en los mercados de obligaciones locales. Por lo que establecer y mantener un sistema de cambios estables ayudara a preparar a la región para la introducción de una moneda única, y así de esta forma Asia estaría imitando el camino materializado por la Unión Europea. Este salto estará lleno de seducciones pero también de notable riesgos, a pesar a ello, este será el derrotero que decididamente emprenderá el Sureste Asiático.

En el caso europeo, la Unidad Monetaria Europea, (ECU –por sus siglas en inglés–), que fue introducida en 1979, con la creación del sistema monetario, fue utilizado a nivel oficial, así como en el mercado privado puesto que representó un promedio europeo. De la misma forma la ACU se podrá utilizar en un principio como unidad de contabilidad y numerario para políticas de tasas de cambio en los países del este asiático. Las autoridades monetarias podrán utilizar la ACU como unidad de cuenta para la coordinación de la política regional.

El ACU podrá ser usado para medir el grado de desviación de los tipos de cambio de las monedas de acuerdo a un promedio regional. Los países del este asiático podrán anunciar un tipo de cambio oficial de sus monedas nacionales frente al ACU y utilizarla también como referencia al aplicar sus políticas de tasas de cambio, incluso en ausencia de la coordinación política.

Ya a finales de diciembre del año pasado, Masahiro Hawai, jefe de la oficina del Banco de Desarrollo Asiático (BDA), para la integración económica de la región con sede en Manila, informaba de cómo la ACU devendrá en la cesta de cambio monetario de los países que la conformarán, la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN – por sus siglas en inglés–) más Japón, China y Corea del Sur (ASEAN+3), donde deberá ser compilada y establecida la valoración de cada una de las divisas, lo cual sería revelado en el año 2006 (ver Daily Times, 2005–12–20). El anuncio del lanzamiento de la cesta ACU, la hizo el pasado ocho de febrero, el presidente del Banco de Desarrollo Asiático, Haruhiko Kuroda, señalando que esto tendrá lugar el próximo mes de marzo (ver Kyodo News, 2006–02–09).

La ASEAN+3, es la organización que abarca a los 10 países miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático –ASEAN– más China, Japón y Corea del Sur. Y la ASEAN agrupa a Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Estos países establecerán un enorme entramado bilateral de cambio de monedas mutuas, bajo un esquema llamado “Iniciativa Chiang Mai”, política económica que proporcionará a los Bancos Centrales de Asia, de un poder de fuego extra, para casos en los que se repetirán ataques especulativos, como los acontecidos a finales de los 90’s del siglo pasado, impidiendo de esta manera, que sus sistemas monetarios caigan y que sus monedas se vean devaluadas.

Por ello, la ACU, se describe como un criterio de control de cambio sobre el valor de las monedas en la región del Sudeste Asiático. La cesta sobre la que se basará la ACU será el promedio de las monedas usadas en la ASEAN+3, el cual será un indicador útil para las autoridades monetarias en su política de formulación de las tasas de cambio. Lo que permitirá controlar a la ACU, el movimiento colectivo de las monedas asiáticas contra mayores monedas extranjeras, como el dólar y el euro; y a su vez posibilitará la circulación de cada uno de las monedas de los países de la región frente al promedio presentado por la ACU. Todo ello, facilitará el desarrollo de un mercado de bonos multi–monetarios y la profundización del mercado de capitales, haciendo que pueda en gran medida reducir la exposición a choques extranjeros. Para lo cual el BDA publicará y revisará cada día desde el comienzo de marzo un índice estadístico, en su página web.

Zhang Bin, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China considera que 'para las economías del este de Asia que se han acercado más en comercio e inversiones, se trata de un intento audaz para mejorar todavía más la cooperación económica en esta región', People's Daily Online, 2006–02–06.

El ACU, aunque aún no sea una divisa física, será un duro golpe al debilitado sistema basado en el dólar–centrismo, emprendido por los países pertenecientes a la ASEAN+3, que nadie podrá soslayar, mucho menos los expertos en el tema.

Más pese a, su no física presencia, la ACU podrá ser usada como divisa virtual cuyo valor se determinará tomando en consideración factores como las divisas de los 13 países que formarán parte, el PIB, el volumen comercial, etc. No cabe la menor duda que las divisas más fuertes y con mayor peso serán la de China, Japón y Corea del Sur que tendrán la ponderación más significativa en el nuevo sistema monetario. Bajo este plan, el yuan chino influirá más que ninguna otra moneda, seguido por el yen japonés y el won surcoreano. El soporte fundamental de la ACU reposará sobre el PIB conjunto de estos tres países, unos 7.5 trillones de dólares, es decir, el 22 por ciento del PIB mundial.

La ASEAN+3 con este magistral movimiento económico se estará posicionando detrás de Estados Unidos y de la Unión Europea en cuanto al PIB se refiere, lo que no se reflejará en la tenencia de una divisa como el dólar o el euro, ya que la ACU podrá suplir con creces tal carencia monumental. Para tratar de no crear pánico ni temores a la otra orilla del Atlántico norte, Zhag Bin, argumenta que aún todavía hay obstáculos por delante que retrasarán su concreción por un buen periodo, pues a la Unión Europea la experiencia monetaria le tomó más de veinte años hasta llegar al Euro.

Viendo el actual desarrollo de la situación política en esa parte de continente asiático, no deberá sorprendernos por qué la ASEAN+3, en su última cumbre del pasado 12 al 14 de diciembre de 2005, en Kuala Lumpur, no sólo, evadieron la invitación a Estados Unidos y más al contrario extendieron la invitación a Rusia, la que como convidado estrella, planteó allí la necesidad de crear un mecanismo para garantizar la seguridad de los recursos energéticos (petróleo, gas, carbón, etc.) a nivel mundial, comprometiéndose a compartir sus inmensas riquezas energéticas con los miembros de la ASEAN+3 (3).

El lanzamiento del ACU, revela los rápidos, sorpresivos e inesperados cambios, que acontecen en la política internacional y del nuevo orden mundial en ciernes, y en el que definitivamente la balanza del poder se traslada a pasos agigantados al continente asiático y de no ocurrir nada extraordinario, será el lugar geográfico en el que se definirán los grandes problemas de la humanidad en las próximas décadas. Y en el que quizás la ACU se convierta en la nueva moneda global.


Notas:

1) La Reserva Federal oficialmente no dará a conocer a partir de marzo la medición de masa monetaria M3.

2) Entrevista a Vladimir Zhirinovsky, vicepresidente de la Duma rusa. Russian Ultranationalist Leader Expects U.S. to Attack Iran in Late March, en www.mosnews.com, 2006–02–07.

3) Wilches, Víctor. Rusia y China: Una Posible Alianza. ¿Existen Factores Objetivos para una Nueva Guerra Fría?. Ed. GrönMåne, diciembre 2005).