Las
nuevas bolsas petroleras de Rusia e Irán
Por
Alfredo Jalife–Rahme
La
Jornada, 24/05/06
Si
los depredadores consumidores parasitarios del petróleo, EEUU y Gran
Bretaña, poseen sus bolsas energéticas, a fortiori, los países
productores se han posicionado para imitarlos. Rusia e Irán crearon
sus propias bolsas petroleras para competir con el duopolio anglosajón
Nymex e IPE, con sedes en Nueva York y Londres.
Los
estrategas de Rusia e Irán parecen haber asimilado en plenitud lo que
los filósofos alemanes llaman zeitgeist (el "espíritu de la época"):
la nueva era geopolítica de los energéticos.
Habría
que definir antes el significado de la "derrota" anglosajona
en su aventura unilateral en Irak: no haber podido capturar los
yacimientos petroleros del país ilegalmente invadido. Pues bien, tal
derrota desencadenó una serie de eventos geofinancieros, geoecónomicos
y geoestratégicos de carácter estructural irreversible que se
reflejan primordialmente en el fin del dolarcentrismo, lo cual ha
despertado las veleidades libertarias tanto de una superpotencia de la
talla de Rusia como de una potencia mediana del tamaño de Irán, para
liberarse de los grilletes de la hegemonía del fenecido paradigma del
petrodólar, mediante la creación de sus propias bolsas petroleras
que competirán con el duopolio anglosajón del NYMEX y el IPE, con
sedes en Nueva York y Londres respectivamente, y propiedad del binomio
energético–bancario de las trasnacionales estadounidenses y británicas.
Si
los depredadores consumidores parasitarios del petróleo, específicamente
EEUU y Gran Bretaña, poseen sus bolsas energéticas, a fortiori, los
países productores se han posicionado para imitarlos.
Una
semana después a las bravatas provocativas que vertió Richard Bruce
Dick Cheney en Vilnius (Lituania), a las puertas del Kremlin, el zar
ruso Vladimir Putin replicó con el anuncio, durante su informe anual
a la nación, que la divisa rusa, el rublo, sería transformada en una
moneda "convertible" a nivel internacional a partir del 1º
de julio, seis meses antes de lo programado (Novosti, 10/5/06).
Con
el fin de promover la "convertibilidad" del rublo serán
creadas las bolsas de valores rusas para comerciar su petróleo y gas,
respectivamente la segunda y la primera reserva a escala planetaria.
Rusia
participa con 15.2 por ciento en la exportación mundial de petróleo
y con 25.8 por ciento del gas. Irán, pese a tener la segunda reserva
gasera del mundo detrás de Rusia, todavía no entra de lleno a su
comercialización, mientras exporta 5.8 por ciento del petróleo
mundial, lo que le confiere un significado singular al lanzamiento
bursátil ruso que golpeará en pleno rostro los intereses hegemónicos
del duopolio anglosajón del NYMEX y el IPE.
Irán
detenta una carta muy bien ocultada, mucho más peligrosa que el
enriquecimiento de uranio y hasta su dotación con armas nucleares,
con la que ha jugado espléndidamente: el lanzamiento de su bolsa
petrolera en la isla de Kish, en pleno golfo Pérsico, y su
comercialización en petroeuros en lugar de los devaluados petrodólares.
Las
razones "técnicas" que se han esbozado sobre su atraso (se
esperaba para el 20 de marzo, inicio del Nouruz, la primavera persa)
tendrían más que ver, a nuestro humilde juicio, con las cerradas
negociaciones tras bambalinas de la agenda múltiple entre el gobierno
bushiano y la teocracia chiíta persa.
La
isla Kish, zona especial de libre comercio, tiene una superficie de 91
kilómetros cuadrados, con los que Irán piensa rivalizar con Dubai,
el centro financiero de los Emiratos Arabes Unidos bajo la férula
anglosajona. Con solamente 20 mil habitantes, la isla recibe en forma
increíble más de 1.5 millones de visitantes al año, que seguramente
incrementarán su número con el lanzamiento bursátil que negociará
contratos de petróleo, gas y petroquímicos cotizados en euros.
El
consorcio bursátil de Kish, que incorporará preceptos islámicos,
será conformado por la Bolsa de Valores de Teherán y el grupo
Wimpole en el que figura nada menos que Cris Cook, anterior director
de la bolsa petrolera británica IPE (Ver Bajo la Lupa, 15/2/06).
En
forma curiosa, para no decir chistosa, Kazem Vaziri Hamaneh, ministro
de petróleo iraní, anunció que debido a "fallas técnicas"
(sic) el lanzamiento de la bolsa de Kish había sido pospuesto, sin
fijar una fecha de su inauguración, para luego desdecirse, y volver a
redesdecirse (Asia Times, 22/3/06 e Iranian WS, 26/4/06). Ahora
resulta que es más sencillo enriquecer el uranio que lanzar una bolsa
de valores. ¡Cómo los sofisticados iraníes, de corte
multidimensional, han de traer mareados a los burdos negociadores
estadounidenses, de corte unidimensional!
La
columna Politcom del periódico ruso Pravda (14/5/06) refiere en forma
caústica que Irán registró su bolsa petrolera el pasado 5 de mayo,
que "será única en su género porque se desconocen las compañías
que participarán, así como la fecha de su apertura".
Reconoce
que si se permite a las trasnacionales petroleras negociar sus
cotizaciones en euros en el piso de remates de la nueva bolsa iraní,
entonces "el dólar corre el riesgo de perder su posición en el
mundo petrolero". Comenta también que el precio del petróleo se
encuentra muy bajo y continuará su alza, mientras el dólar seguirá
su declive frente al euro como una tendencia general, con o sin Irán.
Identifica que la devaluación del dólar brinda a EEUU mayor
competitividad para vender sus bienes. Desecha la mutua influencia
bidireccional entre EEUU e Irán, pero alerta de que un "error de
cálculo de Irán podría llevar a la liquidación de sus aspiraciones
atómicas". Viene una frase ominosa: "la creación de esta
nueva bolsa petrolera y los juegos (sic) de Irán seguirán hasta que
el Tío Sam decida poner su pie encima (sic), lo que llevará al fin
de los juegos" (sic). No concede importancia económica a la
apertura bursátil y considera que muchas decisiones de la teocracia
chiíta son religiosas, además de políticas. Con o sin Irán, la dinámica
alza de los precios del petróleo y el gas seguirán su trayecto que
desembocará en una crisis que afectará a China, India, Europa y EEUU
(en ese orden).
De
dos cosas una: o los rusos están celosos de la competencia de la
bolsa iraní, o se frotan las manos para que EEUU cometa el grave
error estratégico y caiga en la trampa de bombardear Irán y así
autocolocarse el último clavo en su propio féretro ante la comunidad
internacional.
La
desesperación energética de los impopulares gobiernos bushiano y
blairiano, ambos en caída libre, es tan evidente que hasta perdonaron
en forma poca elegante al sátrapa libio Muamar Khadafi de todos sus
pecados "terroristas" con los que lo habían exorcizado
durante casi cuatro décadas, con tal de obtener algunas gotas de
hidrocarburos del Sahara. La intratable adicción al petróleo de la
dupla anglosajona es de tal magnitud que hasta el periódico
thatcheriano The Times (11/5/06) calificó al presidente Hugo Chávez
como el "nuevo rey (¡súper sic!) de Latinoamérica".
En
el próximo número de la revista Harper's aparecerán las notables
investigaciones de Greg Palast, connotado periodista de la BBC
(entrevista con Amy Goodman; "Democracy Now!", 15/5/06),
sobre la "sacudida geopolítica" que estremecerá al mundo
cuando se anuncie que Venezuela posee mayores reservas que Arabia
Saudita, lo cual Bajo la Lupa había adelantado mucho tiempo atrás
por simple cálculo aritmético al sumar su petróleo convencional con
el no convencional (la variedad pesada del Orinoco).
|