Remedios
que matan
“Alivio”
de la deuda externa aumenta la deuda
Por
Emad Mekay
Inter Press Service (IPS), 23/05/06
Washington.– Un
organismo interno del Banco Mundial trazó un lúgubre panorama sobre
los resultados del programa de alivio de la deuda de los países más
pobres, implementada durante 10 años por esta institución y el FMI.
El informe del Grupo
Independiente de Evaluación (GIE) indica que la mitad de las naciones
beneficiadas por el programa de Países Pobres Altamente Endeudados
(HIPC, por sus siglas en inglés) vieron cómo se elevaba su deuda
hasta alcanzar niveles similares a la etapa anterior al alivio.
La iniciativa,
llamada HIPC por sus siglas en inglés, fue lanzada por el Banco
Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional) en 1996.
El programa sólo
preveía el perdón de parte de la deuda de los 18 países más pobres
e incluía un paquete de condiciones de liberalización económica que
esas naciones debían aceptar para recibir los beneficios.
La iniciativa alivió
19.000 millones de dólares la deuda de esos 18 países, reduciendo su
proporción en relación con el producto y las exportaciones. Pero el
GIE detectó que había aumentado la de 11 de 13 naciones beneficiadas
del programa analizadas en su estudio.
El GIE también
consideró que en ocho de esos países –todos ellos africanos– la
proporción entre deuda y exportaciones anuales, una de las medidas
del endeudamiento, superó el umbral de seguridad del programa, fijado
en 150 por ciento.
"Esto significa
que el alivio de la deuda por sí mismo no asegura que el país se
encamine por una senda sustentable. Son necesarias muchas otras cosas
al mismo tiempo", dijo a IPS la gerenta del equipo de Evaluación
Corporativa del GIE, Victoria Elliott.
El estudio explica
que las variaciones del tipo de cambio influyeron en el aumento de la
proporción de la deuda respecto de la economía, y que el efecto
positivo de las crecientes exportaciones y los ingresos se vio
superada por nuevos préstamos.
Seis de esos ocho países
aún tenían un riesgo moderado de endeudamiento, pero todos ellos
eran vulnerables a los vaivenes de comercio exterior y requerían
"alto financiamiento y un prudente manejo de la deuda". Esos
ocho países son Ruanda, Etiopía, Uganda, Tanzania, Mauritania,
Burkina Faso, Ghana y Malí.
El informe de 98 páginas
también revela que los 18 países del programa apenas realizaron
"avances modestos" hacia el cumplimiento de los Objetivos de
Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio, el primero de los
cuales es reducir la proporción de la población pobre del mundo para
2015.
El programa HIPC fue
producto de una intensa presión de activistas contra la pobreza y en
favor del desarrollo sobre la comunidad internacional y los gobiernos
del mundo industrializado.
Los arquitectos del
programa –instituciones multilaterales de crédito como el Banco
Mundial y el FMI y el Club de París, cartel de prestamistas del Norte
rico– aprobaron la iniciativa HIPC como un enfoque exhaustivo para
reducir la deuda externa de los países más pobres.
En la cumbre del
Grupo de los Ocho países más poderosos del mundo celebrada en julio
pasado en Gleneagles, Escocia, esas naciones se comprometieron a
cancelar la deuda de las más pobres, la mayoría en África. Pero
entonces el Banco Mundial comenzó un análisis de apego de los países
beneficiarios del programa HIPC a sus condiciones.
Hasta ahora, 29 países
aceptaron una serie de medidas de política económica fijadas por los
prestamistas para lograr la cancelación de su deuda. De esos 29, 18
llegaron al punto del proceso en que el alivio de la deuda se
concreta.
En su estudio, el GIE
mencionó entre las razones por las cuales los países pobres recaían
en el endeudamiento la falta de capacidad de diversificación de
exportaciones y de aumento de ingresos para cubrir los nuevos y duros
términos de crédito.
"Lo que le
sucedió a los países hasta ahora es que su situación de deuda se ve
afectada por los términos y condiciones de los nuevos préstamos que
tomaron y por su capacidad para aumentar y diversificar sus
exportaciones y de aumentar sus ingresos fiscales", explicó
Elliott. "Esos elementos son determinados por factores ajenos al
enfoque de cualquier iniciativa de alivio de deuda", concluyó.
El informe indica que
para que el mundo cree una salida "permanente" al problema
de la deuda que libere recursos con destino a objetivos sociales como
la reducción de la pobreza, donantes y gobiernos de los países
beneficiarios deben tomar acciones que vayan más allá de la
iniciativa HIPC.
El GIE consideró que
entre esas medidas debe figurar la adopción de "políticas
adecuadas" y estrategias de desarrollo equilibradas por parte de
los gobiernos.
La comunidad
internacional deberá asistir a los países deudores alentando sus
exportaciones, consolidando su capacidad institucional y asegurando
que el alivio de deuda se complemente con otros flujos de asistencia.
Los activistas por el
alivio de la deuda aplaudieron el informe, pero reclamaron un plan aun
más exhaustivo para que las naciones pobres se liberen del círculo
del endeudamiento, y que deberá incluir un aumento de la asistencia
del Norte rico y normas más justas de comercio internacional.
"No se puede
esperar que los países rompan el círculo del subdesarrollo sin
muchas otras medidas, como un cambio en la relación de comercio, que,
por ejemplo, admite grande subsidios a los agricultores
estadounidenses y europeos y deprime los precios", dijo a IPS
Stephen Mandel, de la Fundación Nueva Economía con sede en Londres.
Mandel consideró que
la apertura forzada de mercados de bienes y servicios a las
corporaciones transnacionales, promovida por los países ricos e
instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la Organización Mundial
del Comercio (OMC) también impide el crecimiento de la industria en
los países pobres.
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