¿Apuesta
Cheney por el colapso económico?
Por
Mike Whitney Sin Permiso,
16/07/06
Traducción de Xavier Fontcuberta
¿No les gustaría
saber dónde pone su dinero Dick Cheney, vicepresidente de Estados
Unidos? Así podrían saber si su afirmación de que “el déficit no
importa” es o no una chorrada.
Bien, pues resulta
que Kiplinger Magazine sacó un artículo basado en la declaración
jurada sobre la situación financiera de Cheney y, efectivamente,
descubrió que el vice–presidente está mintiendo por enésima vez a
los americanos. Los déficit importan y Cheney ha invertido su dinero
en consecuencia.
El artículo se
titula “Cheney’s betting on bad news” y detalla dónde ha metido
Cheney más de 25 millones de dólares. Si bien las cifras pueden ser
estimaciones, las inversiones en si no lo son. Según Tom Blackburn
del Palm Beach Post, Cheney ha invertido fuertemente en “un fondo
especializado en bonos municipales a corto plazo, un fondo del mercado
de divisas libre de impuestos y un fondo de valores que tiene en
cuenta la inflación. Los dos primeros son seguros si los tipos de
interés suben junto con la inflación. El tercero está protegido
contra la inflación.”
Cheney ha depositado
alrededor de otros 10 a 25 millones de dólares en un fondo de inversión
en bonos europeos, lo cual indica que cuenta con un debilitamiento
progresivo del dólar. Así que mientras la clase trabajadora
americana pierde terreno ante la inflación y la subida de los costes
energéticos, Darth Cheney estará ampliando su fortuna en la “Vieja
Europa”. Como bien apunta Blackburn, “No todas las ‘malas
noticias’ son malas para todo el mundo”.
Esto debería acabar
de una vez por todas con la estúpida idea de que “El Plan Económico
de Bush” sea algo más que un chanchullo encaminado a saquear el
erario público. Todo el montaje pretende redistribuir la riqueza
nacional de una clase social a otra. También está claro que Bush y
Cheney no podrían haber llevado a cabo esto sin la aprobación tácita
de los ladrones de la Reserva Federal los cuales diseñaron el
despilfarro de bajos tipos de interés para adormecer a los americanos
mientras les robaban la cartera.
La gente sensata podría
cuestionar que Bush esté cargándose al dólar
“intencionadamente” con sus generosos recortes de impuestos, pero
entonces ¿cómo se explica la cartera de inversiones de Cheney?
No se puede. Y además
podemos afirmar con certeza metafísica que el miserable de Cheney
nunca pondría su dinero en una inversión que no fuese algo seguro.
Si Cheney cuenta con un dólar contenido y una subida de los tipos de
interés, tengan por seguro que eso será lo que ocurra.
El equipo
Bush–Cheney ha acumulado otros 3 billones de dólares de deuda en
los últimos 6 años. La deuda nacional de Estados Unidos asciende
actualmente a 8,4 billones de dólares mientras el déficit comercial
ha crecido hasta los 800 mil millones de dólares, casi el 7% del
producto nacional bruto.
Es una locura. Ningún
país, por poderoso que sea, puede mantener semejantes cifras. El país
está endeudado hasta el cuello y debe pedir dos mil quinientos
millones de dólares al día solamente para seguir a flote. En este
momento la Fed está expandiendo la oferta monetaria y re–comprando
sus propios valores para esconder al público la hemorragia.
Totalmente demencial.
El último mes el déficit
comercial subió otros 70 mil millones de dólares. Lo que es más
importante, los bancos centrales extranjeros sólo compraron unos
escasos 47 mil millones de dólares en valores del tesoro para
apuntalar nuestro voraz apetito por las baratijas chinas.
¡Hagan las cuentas!
Ya no se está invirtiendo más en América. Están reduciendo sus
reservas de dólares. Nos estamos hundiendo rápidamente y Cheney y
sus compinches arrían los botes salvavidas mientras el público se
entretiene con enmiendas sobre el matrimonio homosexual y el
“American Celebrity”.
El sector
manufacturero americano ha sido degollado por salvajes compañías que
han abandonado su país para hacer dinero fácil en China o Méjico.
La burbuja inmobiliaria de
casi 3 billones de dólares se deshincha rápidamente mientras un dólar
anémico sigue cayendo. Todo indica que la economía se está
ralentizando al mismo tiempo que los precios de la energía siguen
subiendo.
Esto es el comienzo
de la estagflación; la espantosa combinación de estancamiento con
inflación.
¿Creen realmente los
americanos que se librarán del mismo tipo de colonización económica
que ha sido aplicada bajo el nombre de “neoliberalismo” a todos
los países en vías de desarrollo?
Bien, piénsenlo
detenidamente. La economía americana va directa a estrellarse y
solamente hay suficientes paracaídas para Cheney y su banda.
El país ha perdido 3
millones de puestos de trabajo debido a la deslocalización desde que
Bush tomó posesión del cargo; más de 200.000 son empleos
cualificados y de alta remuneración, los que constituyen la columna
vertebral de cualquier economía sana.
Fíjense en el
siguiente extracto del Council on Foreign Relations (CFR) en el número
de junio de Foreign Affairs, la Biblia de globalizadores y plutócratas:
“Solamente entre el
año 2000 y el 2003, las firmas extranjeras construyeron 60.000 nuevas
plantas de producción en China. Compañías de fármacos europeas,
fabricantes de vehículos japoneses y los conglomerados industriales
de Estados Unidos están todos construyendo fábricas en China para
proveer a los mercados de exportaciones de todo el mundo. Igualmente
los bancos, las compañías de seguros, las empresas de servicios y
las de comercio internacional están construyendo centros de I+D y de
servicios en India para atender a los empleados, clientes y
productores a escala mundial.” (The
Globally integrated Enterprise, Samuel Palmisano, Foreign Affairs página
130).
¿”60.000 nuevas
plantas de producción” en 3 años?!?
¿“Los bancos, las
compañías de seguros, las empresas de servicios y las de comercio
internacional”?
Ningún empleo está
a salvo. Las elites y los magnates americanos están plegando velas y
se van a tierras extranjeras. Lo único que dejan atrás es una deuda
insalvable a la que encadenaremos a nuestros hijos a perpetuidad y los
resortes de un moderno estado–policía cuidadosamente diseñado.
Bienvenidos al gulag
del siglo XXI de Bush; lujo tercermundista en un escenario tipo Guantánamo.
Echen otro vistazo a
la estrategia inversora de Cheney; ilustra todo este feo panorama. Los
tipos de interés suben, la clase media se hunde, y al pobre dólar se
lo tira a la basura. No es que el país esté sólo tambaleándose al
borde del colapso financiero, sino que está siendo empujado a ello
por los canallas que ostentan el poder y sus sátrapas de la Reserva
Federal.
.-
Mike Whitney es un analista político que escribe habitualmente en
revistas estadounidenses de izquierda.
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