La
seguridad energética global y la política exterior de Putin
Por
Dr. Petr Yakovlev (*)
RIA–Novosti
/ Argenpress, 24/07/06
1)
Introducción
En
los últimos varios años estamos en presencia de la modificación
tectónica del balance de fuerzas energético. ¿De qué se trata?
Debido
básicamente al crecimiento rápido de los precios de hidrocarburos
tuvo lugar el traslado de los centros de acumulación del capital de
los países importadores de portadores de energía (petróleo y gas) a
los países exportadores. Durante 2003–2005 los Estados que
suministran al mercado internacional las materias primas energéticas
acumularon enormes recursos financieros. Así, por ejemplo las
reservas monetarias rusas que equivalían en enero de 2000 (la subida
al poder de Vladimir Putin) a U$S 12 mil millones, actualmente exceden
U$S 200 mil millones y según estimaciones existentes podrán alcanzar
U$S 300 mil millones en 2008.
Esa
tendencia cambia a fondo la marcha de asuntos. Si en los años noventa
Rusia representó a 'una persona enferma' que no dispuso de recursos
necesarios para resolver esenciales problemas propios, ahora una de
las preocupaciones más importantes del Kremlin
– cómo disponer de los haberes financieros rápidamente
crecientes. Actualmente a pocas personas puede venir a la cabeza
hablar de la debilidad de Rusia, como lo ocurría recientemente.
'Rusia existe y es muy fuerte', – escribe el periódico La
Vanguardia y es pura verdad (12).
La
base de la nueva fuerza de Rusia no son cohetes nucleares, sino las
reservas más grandes del globo de los recursos energéticos lo que
convierte a nuestro país al jugador muy importante de la economía
global y por consiguiente también de la diplomacia internacional. Los
empresarios y políticos extranjeros, al oír decir 'petróleo y gas'
reaccionan como el perro de Pavlov – mostrando instantáneamente el
interés elevado. De aquí surgen nuevas oportunidades para Moscú –
apoyándose en las enormes reservas de hidrocarburos y otros
materiales primarios – desempeñar el papel de protagonista en las
relaciones internacionales. Se puede decir con alto grado de certeza
que Rusia volvió a la política mundial a través del tubo de gas.
Esta
circunstancia seriamente influenció sobre la agenda diplomática del
Kremlin que esta estructurando una nueva doctrina de la seguridad
energética internacional.
2)
El nuevo rol de Moscú en las relaciones internacionales
Hace
15 años Rusia, al romper con el pasado comunista, conquistó la
libertad y capacidad de tener una amplia concepción de muchas cosas y
fenómenos, inclusive en los asuntos internacionales. Este hecho sirvió
como punto de partida en el complejo proceso de articulación de una
nueva política exterior del Estado nuevo – Federación de Rusia.
'Al finalizarse la guerra fría, – escribió hace poco el canciller
Serguey Lavrov,– perdieron su atractivo el dogmatismo y enfoque
ideologizado a los problemas de la vida internacional' (2).
Venciendo
paulatinamente la inercia del pasado, se configuraron los principios básicos
del rumbo actual de la política exterior del Kremlin: pragmatismo,
orientaciones múltiples, promoción de los intereses nacionales,
renuncia a la confrontación. También se cambiaron las prioridades de
la política exterior rusa. La lucha por todos los azimuts contra el
adversario principal potencial – EEUU –fue sustituida con otras
tareas, a saber: aseguramiento del avance progresivo y dinámico de la
economía rusa, la liquidación de la brecha todavía muy grande que
existe entre Rusia y los países occidentales.
Los
hechos muestran que el Kremlin da el papel muy importante a la
diplomacia rusa por promocionar y defender los intereses nacionales,
incluyendo los económicos y comerciales, en la escala global. El
gobierno de V. Putin en general logró restablecer la integridad y
capacidad de trabajo de la política exterior de Moscú, quebrantada a
mediados de los años noventa.
Está
claro que la diplomacia rusa no es ideal como tampoco exenta de
errores, pero ahora es interiormente íntegra y se basa sobre las
posibilidades reales del país, renunciando a los viejos mitos y
complejos caducos. Se dio cima al período de incertidumbre y caos. Se
puede constatar que la política exterior de Moscú deja de ser pos
soviética y resulta cada vez más propiamente rusa, es decir defiende
los intereses nacionales de país en general, así como de sus
representantes jurídicos y físicos, incluidos los empresarios y otra
gente de negocios.
Tiene
lugar una especie de 'economización' de las relaciones
internacionales de Moscú que es posible debido, por un lado, al
fortalecimiento de gobernabilidad interna del país y por el otro –
al debilitamiento de las amenazas externas políticas, a la
normalización y desarrollo de relaciones con los Estados vecinos, en
primer lugar con los más grandes e influyentes (China, Japón, Turquía,
países euroorientales).
3)
Sus majestades Gas y Petróleo: exportar o morir
En
el siglo XIX, cuando Rusia atravesaba un período complejo de su
historia, uno de los zares dijo que el país tenía solamente dos
aliados: su ejército y su marina. Parafraseando esas palabras, se
puede decir que hoy día Rusia en su estrategia de modernización
también tiene dos aliados: petróleo y gas que componen el fundamento
del potencial energético del Estado ruso y garantizan la parte de león
de los ingresos en divisas (alrededor de 75%).
'Rusia
debe ser el líder en la energética mundial. Nuestro país, su
complejo de combustible y energía y la ciencia nacional están
dispuestos a aceptar el reto', así definió hace poco el presidente
Putin el objetivo estratégico nacional de la Federación de Rusia
(13).
¿Cuánto
realista es esta tarea? Vamos a dirigirnos a las cifras puntuales. Por
las reservas de petróleo Rusia ocupa el tercer lugar en el mundo,
correspondiendo su cuota a un 10% de las reservas mundiales o el 27%
de las reservas exploradas del 'oro negro' fuera del marco de la OPEP.
Por volúmenes de extracción de petróleo Rusia marcha a ras del líder
mundial – Arabia Saudita y por volúmenes de exportación firmemente
mantiene el segundo lugar (en 2005 – 242 millones de toneladas).
Cabe subrayar que los yacimientos petroleros rusos en los últimos
cinco años tenían la significación decisiva para el crecimiento de
la oferta global, asegurando casi el 40% del aumento agregado de
producción mundial (14).
En
la esfera de gas Rusia es el líder absoluto, su cuota corresponde prácticamente
al tercio de las reservas globales de 'combustible celeste', a la
cuarta parte de la producción mundial y al un 30% de exportaciones
internacionales, lo que en 2005 equivalió a casi 153 mil millones
metros cúbicos (6, 27).
Eso
no es todo. Las posiciones rusas son tradicionalmente muy fuertes en
la energética nuclear. Rusia es uno de los pocos países que dispone
en esta esfera del ciclo tecnológico completo. Precisamente en la línea
de consolidación de la seguridad energética está el apoyo por el
gobierno ruso de las ideas de diversificar las fuentes de energía,
incluyendo el uso creciente de la energía de átomo. En particular
esto se refiere a la iniciativa del jefe de la Agencia Federal de
Energía Atómica Serguey Kirilenko de construir 40 bloques de energía
nuevos y elevar la cuota de producción de energía eléctrica en las
centrales atómicas del 16% de hoy al 25% (14).
La
significación muy positiva y de largo alcance en lo económico y en
lo político puede tener la materialización de la reciente propuesta
de V. Putin de reducir perceptiblemente la dependencia de la economía
mundial del combustible orgánico y crear un sistema eficiente de
centros internacionales por prestación de servicios del ciclo
completo de combustible nuclear.
No
obstante, lo esencial para el futuro de la Federación de Rusia en la
perspectiva previsible quedará la exportación de petróleo y de gas.
La cuestión está planteada de siguiente manera bien severa: o el país
podrá aumentar de manera estable los suministros de hidrocarburos al
extranjero, o sus planes en la esfera económica y sociopolítica se
expondrán a un gran peligro de ser completamente frustrados.
El
gobierno de V. Putin simplemente no estará en condiciones de
financiar los programas sociales ambiciosos y proyectos nacionales de
cierta envergadura que son absolutamente necesarios para la
supervivencia de la sociedad rusa y mantenimiento de la integridad del
Estado.
4)
La seguridad energética: las coordinadas principales
Actualmente
el sector energético es la locomotora del desarrollo económico
global. La situación en esta esfera clave de la economía mundial
influye directamente en el bienestar de todos los habitantes del
planeta. El suministro equilibrado y sostenido de energía constituye
uno de los factores principales de seguridad y estabilidad
internacional. Hoy día es sumamente importante elaborar principios
universales para establecer una base energética sólida, eficaz y a
largo plazo para nuestra civilización. Todos nosotros tenemos un
compromiso compartido de dejar para futuras generaciones tal
estructura del sector energético global, que les garantice un
suministro seguro de energía.
¿Que
significa eso en términos geoeconómicos y geopolíticos? Antes que
nada hace falta asegurar un abastecimiento suficiente del combustible
tradicional para la economía globalizada e interdependiente basándose
en las condiciones aceptables tanto para los países proveedores, como
para los consumidores. Otro desafío grande lo constituye la
diversificación y la garantía de seguridad de los suministros de
energía, incluso contra posibles atentados terroristas, así como la
promoción de la energía nuclear, ahorro de la energía, el
desarrollo de tecnologías avanzadas en esta área y fuentes
ambientalmente sanas de recursos energéticos.
Vale
destacar, por ejemplo, la amenaza terrorista. Según varias fuentes de
información Al–Kaida y Usama Bin Laden en persona amagan con atacar
las infraestructuras clave de la economía global, inclusive los
objetos e instalaciones energéticos (25). Responder adecuadamente a
este reto solo se puede unificando y coordinando los esfuerzos de
muchos países en la escala global.
El
año corriente Rusia preside en el G–8, lo que significa tanto el
reconocimiento del creciente prestigio del país en el ámbito
internacional, como una gran responsabilidad. El tema clave a discutir
en la cumbre que se va a celebrar en San Petersburgo en mes de julio
lo constituirá la elaboración de una estrategia universal de
seguridad energética orientada a un abastecimiento de todos los tipos
de energía para la economía mundial y población del planeta con daños
mínimos para el medio ambiente.
Garantías
de seguridad energética sólida de los consumidores resulta la piedra
angular de la actividad económica y política externa rusa de hoy. La
inestabilidad en el Oriente Próximo, los problemas en Africa y América
Latina (en particular la agudización de las relaciones de EEUU con
Venezuela) y crecimiento permanente de la demanda mundial de
hidrocarburos convierten a Rusia en el garante principal de
estabilidad de suministros de materiales energéticos a los mercados
internacionales.
Vale
reconocer verdades como puños: poniendo el tema de la seguridad energética
en primer plano, Moscú trata de echar uno de sus pocos triunfos políticos
y económicos de que dispone el país al haberse desintegrada la Unión
Soviética. Pero la más importante es otra cosa. Rusia de ningún
modo quiere 'pescar en río revuelto', pues la agenda sugerida por el
Kremlin 'no ha sacado de su caletre', sino responde a las necesidades
pendientes de todos los Estados del globo interesados en estabilidad y
eficacia de la cooperación internacional.
¿En
qué consiste la novedad del planteamiento del problema de seguridad
energética? ¿Por qué se distingue del concepto existido y venido al
mundo durante la crisis petrolera de 1973?
Vamos
a señalar lo principal. El modelo actual de la seguridad energética
hace hincapié en los métodos de salvar cualesquier frustraciones de
suministros petrolíferos de los países productores. El modelo se
basa sobre siguientes principios de conducta de los Estados
importadores:
–
diversificación de fuentes de materias primas;
–
creación de reservas estratégicas de portadores de energía;
–
reconocimiento de la integración real y de existencia del mercado del
petróleo global;
–
análisis de información y monitoreo de los mercados de materias
primas.
Rusia
considera que la noción de seguridad energética hoy día debe ser
extendida, teniendo en cuenta las nuevas realidades político–económicas
mundiales y nuevas amenazas, así como los intereses legítimos de los
países exportadores de materias primas.
En
realidad, en las condiciones modernas hay que esforzarse por
profundizar la interdependencia energética global, entablar la
cooperación permanente de los productores y consumidores de energía,
defender solidamente toda la infraestructura y cadena de
abastecimiento de energía.
El
mismo V. Putin en un artículo, publicado en el periódico 'The Wall
Street Journal', señaló también la necesidad de ampliar el acceso a
la energía para la población de los países económicamente
atrasados (con unos 2 mil millones de habitantes). 'No vale la pena de
decir,– recalcó el Presidente,– que la energética por sí misma
no acabe con el problema de la pobreza. Al mismo tiempo la falta de
recursos energéticos en diferentes regiones impide el crecimiento
económico, así como su consumo irracional puede provocar catástrofes
ecológicas de escala global o local'. Por este motivo el líder ruso
desaprobó el 'egoísmo energético' de los países industriales,
subrayando que la redistribución de energía en intereses de un pequeño
grupo de las naciones más ricas no corresponde a las tareas y
objetivos del desarrollo global y es la 'vía que no conduce a ninguna
parte' (1).
Para
promocionar la cooperación internacional Rusia manifestó su
disposición de ratificar el así llamado Tratado sobre la Carta de la
Energía (36) que representa hoy día el único documento que estipula
los enfoques comunes a los problemas de garantías de seguridad energética
y suscrito por todos los miembros del 'G–8'.
5)
Gazprom y la OPEP de gas
La
compañía rusa Gazprom produce el 85% del gas natural nacional y
realiza el 100% de exportaciones de este producto, controlando también
el sistema de tuberías integrado y el acceso a este de otras
empresas, frenando de esa manera la competencia en el sector de gas
natural.
Apoyándose
en el poder político, la Gazprom desempeña el papel de 'rompehielos'
específico que traza nuevos caminos para el negocio ruso en el hielo
poco practicable de la economía mundial. Debido a la reciente decisión
del parlamento ruso Gazprom (el Estado sigue guardar el paquete de
control) obtuvo el derecho de vender sus acciones a los inversores
extranjeros lo que indudablemente permitirá al consorcio a aumentar
su capital en el extranjero y entablar las relaciones de socios con
los jugadores principales en el sector energético global.
¿Con
qué problemas puede encarase el complejo de combustible y energía
ruso y, en particular Gazprom, en el futuro inmediato?
Primero
y lo más esencial. El mismo mercado ruso demanda los volúmenes cada
vez más grandes de gas, petróleo y energía eléctrica. El recién
crecimiento comparativamente rápido de la economía nacional (el
5–7% anual) de manera constante aumenta la demanda de recursos energéticos,
lo que sirve de limitador natural del aumento de ventas al exterior.
Para su acrecentamiento estable es necesario elevar la producción lo
que supone nuevas inversiones colosales e introducción de las
inovaciones y tecnologías de punta. Según cálculos de la Agencia
Internacional de la Energía para cumplir los planes de extracción y
exportación, las inversiones en el sector de gas ruso deben alcanzar
como mínimo unos U$S 11 mil millones al año (18). Con esto hay que
tomar en cuenta el crecimiento dramático de los gastos de explotación
de la Gazprom. Si a fines de los años noventa, estos correspondían a
U$S 2–3 por 1000 metros cúbicos, ahora – U$S 6 y en el futuro
yacimiento de Yamal, según varias estimaciones, subirán hasta U$S 20
(14).
Hay
una circunstancia importante más. A diferencia del petróleo, hasta
ahora no existe el mercado internacional de gas natural. Por las
peculiaridades de transportación (básicamente por gasoductos), los
suministradores y consumidores están entrelazados de manera muy
estricta. Por eso los precios del gas natural se establecen en los
contratos bilaterales. No obstante esa situación puede cambiarse
sustancialmente por el aumento radical de producción del gas natural
licuado (GNL), que varios analistas caracterizan como 'el combustible
del futuro' (6). En los últimos 15 años su producción creció en
promedio en el 6,6% anual (la extracción del gas natural en el 2,2%)
que resultó que la cuota del GNL en el volumen total de exportaciones
mundiales de gas superó el 25% (16). Una de las ventajas principales
del GNL es que su transporte no obligatoriamente está vinculado con
el tránsito a través del territorio de terceros países que pueda
comportar cierto riesgo económico y político. Las últimas
contradicciones ruso–ucranianas sirven para eso de buen ejemplo.
Al
mismo tiempo la divulgación amplia del GNL puede llevar a formar el
mercado internacional de gas natural y acelerar la liberalización del
sector de gas, en particular en la Unión Europea. Es previsible que
el progreso de esas tendencias ocasione la formación de un cartel de
gas de los países exportadores, por el estilo de la OPEP. Pero a
diferencia del cartel petrolero la OPEP 'de gas' no puede surgir sin
participación rusa, cuyo papel en una organización de países
exportadores de gas pueda ser aún más importante que el de Arabia
Saudita en la OPEP convencional.
El
desenvolvimiento de producción del gas licuado abre nuevas
oportunidades para Gazprom que literalmente a la vista se convierte en
la corporación grandísima global. Así, en Septiembre de 2005, en
EEUU se descargó el primer barco con el GNL ruso. En el año en curso
se espera la llegada de cinco petroleros más lo que permitirá a
Gazprom figurar entre los suministradores básicos del GNL al mercado
norteamericano. De acuerdo con estimaciones existentes, para el año
2020 Rusia podrá satisfacer un 25% de todas las necesidades de la
economía de EEUU en importaciones del gas natural (31).
En
la perspectiva a largo plazo, la cooperación ruso–norteamericana es
capaz de captar enormes inversiones en el sector energético,
contribuir a desarrollar nuevas tecnologías, know–how y está
llamada a jugar el papel clave para garantizar la estabilidad de los
mercados energéticos mundiales.
6)
Rusia y la Unión Europea: interdependencia y cooperación
Ultimamente
los suministros del gas ruso a Europa se convirtieron en el objeto de
discusiones calientes en los círculos económicos, políticos y públicos
de Rusia, Europa Oriental y Occidental. Siendo el suministrador
principal del gas natural para Europa, Rusia ejerce cierta influencia
sobre el mercado de gas europeo que a menudo se convierte en el sujeto
de especulaciones declaradas políticas y propagandistas. ¿Qué
sucede en realidad?
A
partir de los años setenta, la base de las relaciones comerciales de
Gazprom y compañías europeas la componían los contratos a largo
plazo según el principio 'Take–or–pay' ('toma–o–paga'). Esto
significa que el cliente acepta pagar por cierta cuantía mínima de
gas, aún si en realidad él utiliza el menor volumen de materias
primas. En cuanto a esos contratos y problemas anexos la Federación
de Rusia y la Unión Europea iniciaron un diálogo, orientado a
construir un espacio energético común europeo, pero la harmonización
de la política de Europa y Rusia se avanzaba lentamente.
En
otoño de 2001, el presidente V. Putin, interviniendo en Bundestag
alemán, habló de la disposición rusa de asumir responsabilidad por
el abastecimiento energético de Europa. Concretamente la idea fue –
organizar estrecha cooperación de la región siberiana rica de
recursos naturales con los países avanzados de la UE. Fue el
llamamiento de crear una alianza específica ruso–europea al por el
estilo de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero que cimentó el
fundamento del 'Mercado Común'. En aquel momento el Kremlin no recibió
la respuesta clara a su oferta.
Pasaron
casi cinco largos años, la Unión Europea se amplió, se dividió en
agrupaciones por interés, experimentó varios ataques terroristas
sangrientos y sensiblemente se quedó atrás de los líderes mundiales
del crecimiento económico. Se manifestó claramente la tendencia al
fortalecimiento de la dependencia de mayoría de los países europeos
de las fuentes de materiales energéticos extranjeros. Así, según
los datos del Director Ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía
Claude Mandil, la dependencia de 25 miembros de la UE de importaciones
de gas en el período de 2006–2030 crecerá del 50 al 80% (18). Con
esto ya ahora el gas proveniente de Rusia o transitado por su
territorio corresponde al 70% de todas las importaciones europeas. De
esa manera el gas es el fundamento de relaciones económicas
ruso–europeas.
Como
subrayó el Rey de España Juan Carlos I durante la visita de V. Putin
a este país en febrero de 2006, los vastos recursos naturales de
Rusia 'la han transformado en socio energético indispensable para
Europa y para sus vecinos. Esa extraordinaria riqueza energética
supone también una gran responsabilidad. De su gestión depende en
buena medida la estabilidad política y económica de la región y de
parte del continente europeo' (34).
En
fines de marzo de 2006 los jefes de Estado y de Gobierno de los
Veinticinco miembros de la UE formalizaron la creación de la Política
Europea de la Energía con la aprobación de un paquete de acuerdos
que afianzan la liberalización del sector energético y sitúan la
energía como una prioridad de la política exterior de la Unión. Una
de las decisiones más relevantes fue el encargo a la Comisión
Europea y al Alto Representante, Javier Solana, la elaboración de un
informe que tratara, de manera especial, de las relaciones con Rusia,
el principal suministrador europeo de energía. Aún más, según la
prensa española el objetivo inmediato de la UE es alcanzar un
compromiso con Moscú (28).
Si
es así, en las relaciones ruso–europeas pronto puede iniciarse una
nueva etapa de la cooperación en el área energética.
Tomemos
como ejemplo las relaciones ruso–españoles. Durante la visita de V.
Putin a España en febrero de 2006 el Presidente ruso ha animado a
mejorar 'mucho más' los lazos comerciales entre los dos países,
sobre todo en el sector de la energía, en el que existen 'grandes
oportunidades'. Asimismo, el dirigente ruso ha pedido al Gobierno español
que contribuya a través de la UE al debate del G–8 sobre seguridad
energética, no solo en Europa, sino también en el continente
americano. Además V. Putin ha ampliado la agenda de su visita a España
para mantener un contacto con un grupo de empresarios españoles,
entre ellos – con Repsol. Esta importante compañía, según la
prensa madrileña, decidió abrir una oficina en Moscú para impulsar
su creciente presencia en Rusia, donde estudian crear una sociedad
conjunta con empresas rusas para realizar un proyecto de gas natural
licuado (33).
7)
La marcha oriental del Kremlin
Según
pronósticos existentes, el consumo mundial de energía puede crecer
en tercio en los 15 próximos años. La demanda internacional del petróleo,
conforme a los mismos pronósticos, crecerá para el año 2025 en el
40%, y de gas en el 60%. Mientras tanto la demanda de los recursos
energéticos crecerá de manera más rápida en los países de Asia:
el consumo petrolero aumentará en el 3–4% anualmente, de gas en el
4–6% (3). Esta tendencia convertirá a los principales países asiáticos
en los consumidores muy importantes de materias primas energéticas.
Por eso Moscú considera como estratégica la dirección oriental de
su política económica y comienza a trabajar activamente sobre los
programas de asimilación de los recursos petroleros y de gas de
Siberia Oriental y Extremo Oriente lo que significa el nacimiento de
nueva provincia de petróleo y de gas en el este ruso en la cercanía
geográfica de los mercados asiáticos.
Formando
una nueva estructura productiva en las regiones orientales del país,
Rusia simultáneamente garantiza a sus compañías el acceso a los
mercados de combustible y energía de los países asiáticos y
estimula el desarrollo regional de Siberia y Oriente Extremo. Es
imposible separar dos esos aspectos, como tampoco separar la política
energética de la política exterior en general.
Vale
la pena subrayar que tanto en Siberia como en Extremo Oriente no se
trata solamente de extraer materias primas, sino de implantar nuevas
tecnologías avanzadas y promover la formacion de los sectores
modernos de industria manufacturera. En particular, en el marco del
proyecto 'Sajalin 2' se construye una fábrica de gas licuado lo que
representa una ruptura real para nuestro sector de petróleo y de gas.
Las posiciones de Rusia en el mercado del GNL son todavía débiles y
puesta en marcha de esa fábrica permitirá realizar un rush adelante
sumamente importante.
El
otro proyecto de gran envergadura es la construcción del sistema de
oleoductos Siberia Oriental – Océano Pacífico, cuya primera fase
plantea a finalizarse a fines de 2008. Como resultado, los suministros
de recursos energéticos de Rusia a los mercados asiáticos crecerán
sustancialmente y en 2020 la cuota de esos Estados en las
exportaciones petrolíferas rusas se elevará del 3% actual al 30% y
de gas natural – del 5 al 25% (3).
No
cabe duda que la realización exitosa de estos y otros proyectos
grandes en el campo energético requiere las inversiones tan
importantes y decisiones técnicas tan innovadoras que esto podrán
materializar solamente las asociaciones de las compañías mundiales
de primera línea con ayuda activa por parte de los Estados. Rusia,
con todas sus nuevas capacidades financieras radicalmente crecidas, a
solas no puede realizar los megaproyectos energéticos y está
interesada en la interactuación amplia de índole internacional.
Al
mismo tiempo la cooperación intensificada de Rusia con los países
asiáticos, en primer lugar con China, en la esfera energética
cimienta las bases para activar contactos en otras vías y diseñar
proyectos conjuntos en campos más diferentes. Del testimonio
probatorio sirve la visita de V. Putin a China en marzo de 2006 que
resultó con firma de 22 convenios cuya realización asegure un nuevo
nivel más alto de las relaciones bilaterales ruso–chinas.
8)
Conclusiones
Ahora
se está determinando el nuevo lugar de Rusia en el sistema económico
y político global. Resulta cada vez más claro que el apoyo en la
palanca de materias primas contribuirá a alcanzar de unos u otros
objetivos estratégicos y que los recursos energéticos son
instrumento eficiente de influencia en la arena internacional. Rusia
claramente entiende que debido a eso el país es capaz de reconquistar
el estatus de gran potencia.
Basándose
en este nuevo poderío el Presidente V. Putin persigue dos blancos básicos
entrelazados: convertir al país en la superpotencia energética e
integrarlo en forma más adecuada y profunda en la economía mundial.
La
nueva correlación de fuerzas en el campo energético, el movimiento
por la seguridad energética internacional abren una vía
extremadamente importante de la cooperación económica y política
global que pueda ser la base del futuro orden mundial que en el grado
máximo posible corresponda a los intereses de la mayoría de los países
del globo terráqueo: tanto de los exportadores, como los importadores
de insumos y de energía.
Según
la opinión compartida de muchos analistas de renombre internacional,
por su importancia para los intereses nacionales la seguridad energética
– es el segundo, después de la defensa nacional, componente de la
política estatal de cualquier país del mundo. Por eso los problemas
de la seguridad energética global van a ocupar uno de los lugares
principales en el contexto de la política exterior durante las décadas
que vienen (6, p. XXI).
Los
cambios del escenario económico global en cualquier momento puedan
obligar a las compañías energéticas rusas a corregir su estrategia
comercial exterior. Es inaceptable y contraproductiva la situación
cuando esta se convierte en el sujeto de pretensiones políticas
infundadas y críticas indiscriminadas.
De
todo lo arriba dicho se deduce la tarea actual de la diplomacia rusa:
librar las actividades de las compañías de combustible y energía
nacionales de la politización y presión excesiva; así como
consecuentemente defender el derecho de las corporaciones energéticas
rusas de determinar autónomamente como suscribir y ejecutar contratos
de exportación. Con eso es racional guiarse solamente por la
legislación, coyuntura de mercado y principios de la nueva seguridad
energética a articular y aprobar.
Por
fin lo último. El nuevo concepto de la seguridad energética
internacional, por el cual opta Rusia, en el futuro inmediato deberá
pasar por una prueba muy severa de conveniencia práctica y viabilidad
estratégica. De los resultados de esa prueba van a depender en mucho
el derrotero de la política exterior de Moscú y en general la
situación internacional.
(*)
Petr Yakovlev integra el Instituto de Latinoamérica (Academia de
Ciencias de Rusia).
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30) Arcady Ostrovsky. Gasprom acts as lever in Putin's
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31) Yuri V. Ushakov. Don't Blame Russia. – The Wall
Street Journal, 13.02.2006.
32)
Gazoviy bazaar. – Vedomosti, 14.04.2006.
33)
Zapatero y Putin califican el asunto de las viñetas de Mahoma de
cuestión de 'sensibilidad y respeto'. – El Mundo, 9.02.2006.
34)
Pilar Bonet, Peru Eguarbide. El Rey dice ante Putin que la energía de
Rusia debe gestionarse responsablemente. – El País, 9.02.2006.
35)
Peru Eguarbide, Pilar Bonet. Espana y Rusia pretenden reforzar las
relaciones económicas. – El País, 8.02.2006.
36)
Carta de la Energía . – http://www.eu.int/scadplus/leg/es/
37) International Energy Agency. –
http://www.iea.org/
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