Guerra
fría comercial
Por
Antoaneta Bezlova
Corresponsal en Pekín
Inter
Press Service (IPS), 27/04/07
Pekín.– La
creciente tensión económica entre China y Estados Unidos adquirió
tal significación política que podría desatar una guerra comercial,
según funcionarios y empresarios chinos.
La escalada coincide
con cuestionamientos internos en ambos países que limitan la
capacidad de maniobra de las autoridades para alcanzar acuerdos
bilaterales.
Concentrados en los
preparativos del congreso quinquenal del Partido Comunista en
noviembre y de los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008, el gobierno
chino se muestra reacio a tomar medidas económicas drásticas que
pongan en riesgo la estabilidad social.
En Estados Unidos se
considera que el gobierno de George W. Bush pierde terreno en la lucha
por contener el temperamento proteccionista, creciente en el Congreso
legislativo ante la proximidad de las elecciones presidenciales de
2008.
El gobierno
estadounidense cedió a la presión política del Congreso de mayoría
opositora y endureció en los últimos tiempos su postura hacia China
en materia comercial.
Washington presentó
una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por
violaciones a los derechos de propiedad intelectual y a las
restricciones comerciales y dispuso aranceles excesivos a algunos
productos chinos de exportación.
China respondió
advirtiendo a Estados Unidos que esas acciones tendrían un enorme
impacto negativo en las relaciones bilaterales.
Esta semana, la
viceprimera ministra china Wu Yi, responsable de las negociaciones
comerciales con la potencia norteamericana, aseguró que su gobierno
impugnará las denuncias ante la OMC y "luchará hasta el
final".
Esta no es la primera
vez que Washington arremete contra Beijing por entender que el gigante
asiático viola normas de la OMC. Pero la diferencia de los nuevos
reclamos es su naturaleza y los mecanismos utilizarlos para
formularlos.
El 9 de este mes, la
representante comercial de Estados Unidos, Susan Schwab, pidió a la
OMC considerar "la inadecuada protección en China a los derechos
de propiedad intelectual y a las marcas registradas".
Además, pidió a la
institución con sede en Ginebra que analice las "graves barreras
comerciales" impuestas en China a publicaciones, películas y
grabaciones musicales de su país.
Un tribunal federal
estadounidense falló el 30 de marzo que el Departamento (Ministerio)
de Comercio tiene autoridad legal para imponer aranceles al papel
satinado fabricado en China.
La sentencia sugiere
que tal reprimenda es innovadora, pues refrenda los "derechos
compensatorios" ante una nación donde la economía de mercado es
considerada inexistente.
Si se confirma el
dictamen, quedará abierta la puerta para que otras industrias
perjudicadas por la política comercial de China formulen demandas
similares ante la justicia estadounidense.
Legisladores
proteccionistas abogan por medidas más duras para reducir el enorme déficit
comercial con China, que llegó a 233.000 millones de dólares en
2006, y corregir así lo que consideran desventajas injustas en favor
del gigante asiático.
También sostienen
que el gran excedente comercial de China obedece en parte a la
debilidad de su moneda, al subsidio desleal en favor de empresas
exportadoras y a la frágil protección de los derechos de propiedad
intelectual.
La cuestión de su
protección deficiente se volvió una cuestión delicada en el vínculo.
La organización
Motion Pictures Association of America, que reúne a las principales
empresas cinematográficas de Estados Unidos, calcula que ese sector
perdió a causa de la piratería en China más de 2.500 millones de dólares
en 2005.
Los ingresos por
taquilla y venta legal de películas ascendieron a apenas 740 millones
de dólares en ese mismo año, agregó.
Las compañías
estadounidenses sostienen que esa situación obedece a la falta de
controles por el cumplimiento de la frágil legislación contra la
piratería y a las excesivas restricciones en el suministro de
productos legales.
La industria estima
que más de 90 por ciento de los DVD y CD que se comercializan en este
país son copias ilegales.
La idea de que la
legislación antipiratería china es demasiado laxa también es
compartida por la Alianza Internacional de Propiedad Intelectual.
Según el último
informe de esa organización, "China es el único país del mundo
que pide pruebas de que el acto (de piratería) fue emprendido con el
propósito de obtener beneficios".
En este país se debe
encontrar a un falsificador con al menos 500 discos pirateados para
poder acusarlo, pero, en la práctica, el castigo suele ser una multa.
Las autoridades
chinas tomaron ahora consciencia de los problemas que tiene el
sistema.
"China todavía
tiene un largo camino por recorrer en lo que respecta a la protección
de los derechos de propiedad intelectual", admitió Wu Yi esta
semana.
Wu también reveló
que el gobierno chino prevé la aprobación este año de más leyes al
respecto y lanzar varias campañas publicitarias para que la población
tome consciencia del peligro que supone la compra de copias ilegales.
"El gobierno
chino será más decidido, adoptará más medidas y creará leyes de
protección a los derechos de autor", se comprometió Wu. Pero
también indicó que al presentar quejas formales en la OMC,
Washington abortó la posibilidad de solucionar las disputas mediante
el entendimiento mutuo.
Los empresarios
estadounidenses también advirtieron que un enfoque duro contra
Beijing en este momento, como gravar sus productos con aranceles
altos, tendría consecuencias negativas.
"Un enfoque
legislativo politizado puede socavar el comercio internacional,
desbaratar un diálogo constructivo y, por último, debilitar la
posición competitiva de las empresas estadounidenses y la economía
en general sin un avance de sus intereses", advirtió el jueves
la Cámara de Comercio de Estados Unidos.
Parece remota la
posibilidad de que los líderes chinos, ya sumergidos en el 17
congreso del Partido Comunista que se realizará en noviembre, pongan
en riesgo la estabilidad social respondiendo a los reclamos de reducir
el crecimiento de sus exportaciones o ajustar el valor de la moneda.
Algunos funcionarios
como el subsecretario de Comercio, Yi Xiaozhun, ya advirtieron del
peligro de "abusar de los derechos de propiedad intelectual"
en China.
Debido a la prioridad
que tienen algunas cuestiones políticas internas, también aumenta el
peligro de un conflicto comercial entre ambos países.
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