China–EEUU:
Escalada
en la guerra comercial
Por
Emad Mekay
Inter Press Service (IPS), 13/07/07
Washington.–
Estados Unidos solicitó a la Organización Mundial de Comercio (OMC)
un arbitraje sobre lo que Washington considera subsidios ilegales al
comercio por parte de Beijing.
El pedido fue
formulado sólo horas después de que se conocieran las últimas
cifras sobre el siempre creciente déficit de Estados Unidos en su
intercambio con China.
La petición a la OMC
aumentó las tensiones comerciales entre los dos gigantes económicos,
que quedaron expuestas durante un encuentro de alto nivel que se
realizó en mayo en esta capital.
Washington argumenta
que dos rondas de conversaciones en el marco de la OMC, iniciadas a
instancias de Estados Unidos en febrero, no lograron convencer a China
para avanzar lo suficiente en el recorte de sus subsidios al comercio,
lo cual violaría los compromisos asumidos por Beijing ante el
organismo internacional con asiento en Ginebra.
China argumenta que
ya dejó sin efecto una de las formas de subsidios que Estados Unidos
cuestiona. Pero Washington no está conforme con las medidas
adoptadas.
"Preferimos una
solución negociada a esta disputa, pero sin garantías de una
completa acción correctiva de parte de China debemos continuar el
proceso ante la OMC para reafirmar nuestros derechos", dijo el
portavoz de la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos,
Sean Spicer.
Este departamento del
gobierno es el principal negociador y asesor del presidente en materia
de comercio internacional.
México se unió a
Estados Unidos en el pedido para que la OMC auspicie las
conversaciones con China. En abril, los dos países presentaron un
pedido adicional de consulta luego de que China dejara de lado un
subsidio y modificara la ley sobre el impuesto a las ganancias.
El tema en debate
incluye programas de subsidios más amplios, que Estados Unidos
considera que están vedados por los acuerdos sellados en el marco de
la OMC. Washington cuestiona que compañías multinacionales con
plantas en China utilicen partes producidas localmente antes que
importadas o que exporten sus productos en lugar de venderlos en el
mercado local.
Estados Unidos
argumenta que una amplia variedad de bienes producidos en su
territorio, que incluyen desde papel y acero hasta computadoras, no
tienen oportunidad de competir en China. Aun peor, tampoco en terceros
países, donde deben enfrentar importaciones chinas fuertemente
subsidiadas.
Los sectores en los
que Beijing no "jugaría de acuerdo a las reglas" son, entre
otros, los del acero, la madera y las tecnologías de la información.
La oficina del
Representante Comercial de Estados Unidos indicó que entre las tácticas
de China para obtener una ventaja comercial se encuentran las
exenciones arancelarias, menores tasas de interés para préstamos,
reducciones en el impuesto a las ganancias y reembolsos para las compañías
radicadas en China que cumplen con determinadas metas de exportación.
Estas ventajas han
atraído a muchas empresas, especialmente de los países vecinos de
Asia, que trasladaron sus plantas de ensamblaje final a China desde
que ésta ingresó a la OMC, un objetivo largamente perseguido por
Beijing.
Los subsidios que
Washington cuestiona están destinados a compañías extranjeras que
invierten en China. Funcionarios estadounidenses alegan que estas
firmas generaron 60 por ciento de las exportaciones chinas de bienes
manufacturados en 2005.
Esta es la segunda
disputa con China que Estados Unidos lleva a consideración de la OMC.
En septiembre de
2006, Canadá, la Unión Europea y Estados Unidos recurrieron a la OMC
para que investigara políticas de promoción del uso de piezas de de
fabricación china en el ensamblaje vehículos en ese país, mediante
recargos arancelarios a las partes importadas. El tema se encuentra aún
en disputa.
La guerra comercial
entre los dos gigantes económicos se incrementó el jueves. El
Departamento de Comercio de Estados Unidos informó que su déficit en
la balanza comercial bilateral alcanzó los 20.000 millones de dólares
en mayo, un aumento respecto de los 19.400 millones registrados en
abril.
China informó que la
mitad de su superávit comercial de junio se originó en exportaciones
a Estados Unidos.
La información
muestra que el déficit comercial de Estados Unidos con China se
incrementó a 96.000 millones de dólares anuales, lo que implica un
aumento de 15 por ciento sobre los niveles de 2006.
Varios legisladores
estadounidenses reclamaron sanciones contra China. Entre las
propuestas figuran caracterizarla como "manipuladora de divisas y
tipos de cambio" y se han propuesto varios proyectos de ley para
limitar el déficit comercial.
"Este es otro
mes dedicado a quebrar el déficit comercial con China, una nación
que no se atiene a las reglas", dijo el senador del opositor
Partido Demócrata por el estado de Ohio, Sherrod Brown.
"China manipula
su moneda, explota a los trabajadores y viola las normas de protección
del ambiente. Exporta alimentos y medicamentos contaminados. Es hora
de decir basta. Nuestra política comercial con Beijing ha sido
calamitosa para Estados Unidos y todo el mundo, salvo la administración
de Bush, lo reconoce", agregó enfáticamente.
No todos señalan a
China como la responsable de las penurias económicas de Estados
Unidos. El director gerente y economista jefe de la consultora Morgan
Stanley, Stephen Roach, dijo a la agencia de noticias china Xinhua que
Washington "tiene déficit en la balanza comercial no porque es
la víctima de competencia desleal, sino porque sufre de una crónica
escasez de ahorro interno".
"En su
apresuramiento para imponer sanciones a China, el Congreso legislativo
corre el riesgo de cometer un error político de proporciones
gigantescas", agregó.
"No tenemos un
problema bilateral con China. Lo que existe es un problema
multilateral. Culpar a China no solucionará nada", señaló
Roach.
Las sanciones
comerciales o la imposición de aranceles "son equivalentes
funcionales a un aumento de impuestos a los consumidores y empresas
multinacionales de Estados Unidos", indicó el economista de
Morgan Stanley.
"En respuesta,
China puede imponer aranceles recíprocos a los productos que vende
Estados Unidos y diversificar sus reservas de divisas, adoptando otra
moneda en lugar del dólar", agregó.
Sin embargo,
legisladores estadounidenses están buscando la forma de explotar una
"ola de pánico" en relación con alimentos contaminados
para adoptar medidas en contra de China.
Argumentan que en
muchos productos que Beijing importa a Estados Unidos se encuentran
"flagrantes" violaciones a normas de seguridad alimentaria y
que contienen sustancias tóxicas. Se han multiplicado los pedidos
para que el gobierno adopte medidas que garanticen que la comida
importada se ajuste a las normas sanitarias y de seguridad de Estados
Unidos.
En mayo, en un
encuentro de alto nivel entre funcionarios de Washington y Beijing se
acordó que China adoptaría medidas para abrir sus mercados
financieros y de servicios. Pero eso está aún muy lejos de
satisfacer a los legisladores que demandan una drástica reducción
del déficit comercial con el gigante asiático.
|