Greenspan
gimotea y Paulson confiesa
La
peor crisis financiera desde hace 20 años
Por
Alfredo Jalife Rahme
Bajo la lupa / La Jornada, 16/09/07
Prosigue el estallido
de la “megaburbuja Greenspan”, un crónico desinflamiento físico
que durará algunos años, mientras su “efecto dominó” disloca
las fichas financieras interconectadas de un caduco sistema en vías
de pulverización.
Ya se pondrán de
acuerdo los hermeneutas centralbanquistas monetaristas sobre si el
sistema se encuentra quebrado, insolvente, sin capital, sin liquidez,
derretido, o pulverizado, pero el fantasma de la depresión de 1929 ya
apareció en las calles de Londres, el principal centro financiero del
planeta, con filas de clientes retirando sus ahorros del insolvente
banco hipotecario Northern Rock rescatado por el banco central británico.
Como ya habíamos
anticipado, cuando se calcula la economía de Estados Unidos en las
todavía cinco principales divisas del planeta, incluyendo al dólar
–euro, libra esterlina, y en nipón yen y yuan chino–, bajo el
método de la “localización de multidivisas”, destaca que la “economía
de Estados Unidos se instaló en la recesión desde el primer
trimestre del año”, según el estudio luminoso de GEAB (No.15;
16/05/07).
La disminución del
PIB de Estados Unidos es más dramática en tres divisas (euro, libra
esterlina y yuan chino), lo cual se ha acentuado en el segundo y
tercer trimestres y puede desembocar en “una gran depresión” (GEAB
No.11; enero 07): “golpe de gracia al orden económico y financiero
post 1945 basado en el poder de la economía estadounidense y su
dólar”.
Los lúcidos
estrategas de GEAB consideran que la medición unidimensional con el
único instrumento del dólar es engañosa debido a las “ponderaciones
relativas que cambian constantemente”. La crisis financiera global
no es un asunto de vulgares encuestadores (con resultados cocinados
por encargo), sino de pensadores profundos quienes aducen que la “crisis
sistémica global se desarrolla en un proceso de tipo ‘espiral’,
cuyo epicentro permanece todavía en Estados Unidos; no en colapso
lineal”.
La descripción es
genial: “la complejidad del mundo globalizado (…) significa que la
degradación del viejo orden se despliega simultáneamente, pero a
ritmos diferentes y con consecuencias variables a través de
múltiples sectores (económico, financiero, militar, diplomático,
cultural, político)”. Ni más ni menos que el abordaje
multidimensional propuesto desde el 11 de septiembre de 2001 por Bajo
la Lupa como método descriptivo de la complejidad global.
Se pudiera matizar
una tanto cuanto a nuestros amigos europeos de GEAB que si bien el
epicentro se ubica en Estados Unidos, debido a su peso específico-financiero-militar,
se trata de la implosión de la banca israelí-anglosajona que
domina(ba) Wall Street, la City, la anglósfera y que incluye a sus apéndices
en Tokio y Madrid.
El modelo de la “espiral”
contempla que “cuando un parámetro parece estabilizarse, eso
significa que la crisis se desarrolla en otro frente”. GEAB aduce
que entre 2009 y 2010 el descenso de la “espiral” pasará a la
fase ascendente (“la superficie de revolución”) cuando iniciará
el apaciguamiento de la crisis. Como que luce muy optimista en el
corto-plazo.
El octogenario Alan
Greenspan, bautizado como mago malhadado y malvado por Bajo la Lupa
cuando 99.99 por ciento de los mendaces multimedia anglosajones lo
exaltaban como su “Maestro” (Bob Woodward dixit), se
exhibe ahora como un pollo recientemente decapitado que no cesa de
correr antes de desplomarse.
Greenspan ya es
merecidamente el idóneo chivo expiatorio de la crisis de la
inflación monetarista global que creó, al unísono de los “locos
del mercado”. Hasta el estallido de la “megaburbuja Greenspan”
el mundo se encontraba al revés: en el neoliberal manicomio
desregulado sus sanos detractores éramos linchados por “locos”,
mientras los dementes hebefrénicos librecambistas operaban como
sanos, gracias a los engañosos multimedia controlados por la banca
israelí-anglosajona.
Ahora el lastimoso
mago malhadado y malvado, un vulgar brujo aprendiz con ínfulas de
alquimista, se defiende lastimosamente y pretende evadir su legendaria
irresponsabilidad arguyendo que nunca vislumbró los alcances del
estallido de las hipotecas inmobiliarias de baja cotización. Sin
comentarios.
El racismo
anglosajón aflora hasta en sus crisis financieras. El venerable lord
Rees-Mogg se equivocó en su columna del The Times sobre la
gravedad de la crisis donde alegaba que se encontraba yugulada a “negros
y mexicanos”.
Uno de los
principales bancos europeos, el alemán Deustche Bank, se encuentra en
severos problemas de liquidez y ha contratado los servicios del
espurio “Maestro” para intentar salvarse del pandemonio de los
letales “hedge funds”.
Pero también
Greenspan busca salvarse de sus propias hogueras y ha recurrido a la
publicación de un libro La edad de las turbulencias: Las
aventuras (¡súper-sic!) de un nuevo(sic) mundo,
a resonancia de nuestro reciente libro publicado en Buenos Aires (¿no
nos habrá plagiado?): Fin de una era: turbulencias de la
globalización (Editorial Del Zorzal).
El libro de Greenspan,
un mejor comunicador (está casado en segundas nupcias con Andrea
Mitchell, la periodista de NBC News) que banquero (en realidad es
mejor saxofonista), causará exagerados trémulos, como han detectado
nuestros amigos chinos quienes destacan las críticas del “Maestro”
a Baby Bush (China Daily;15/09/07). Está bien que Baby Bush
sea el personaje más execrable del planeta, pero el “Maestro” no
tiene salvación. La desprestigiada prensa escrita estadounidense le
ha dado vuelo a sus injustas críticas:
The Wall Street Journal, The New York Times, The Washington Post y
USA Today, como si pudieran resucitar a un cadáver quien ahora
nos previene desde su ultratumba que el “proceso de creciente
globalización disminuirá” con el “retorno de las presiones
inflacionarias” (los Bonos del Tesoro 0 a 10 años se ubicarían en
más de 8 por ciento ) y el oleaje de las veleidades “populistas
(sic) del Congreso”...
Los chinos señalan
que el “Maestro” de pacotilla y taquilla fue el segundo gobernador
que más duró (¡19 años de martirio global!) durante los 93 años
de la Reserva Federal (el 20 por ciento del total). Los dislates del
saxofonista Greenspan van en proporción a su glositis (inflamación
de la lengua): compara su burbuja a los desplomes de 1987 y 1998. Se
quedó corto.
Más equilibrado y
sereno Henry Merritt Hank Paulson, secretario del Tesoro
estadounidense y anterior mandamás de Goldman Sachs (en caída libre
como Citigroup, Bank of America, Barclays, etcétera), confesó que
“la crisis de confianza en los mercados de crédito probablemente
durará más que los previos choques financieros de las pasadas dos
décadas”
(The Financial Times; 11/09/07), es decir, la “megaburbuja
Greenspan” subsistirá un mínimo de dos años y es superior en su
conjunto a la suma de los “(d)efectos” Tequila, Dragón, Vodka,
Samba y Tango, incluidas la recesión de Estados Unidos en 1987 y la
deuda de Latinoamérica de los ochenta. ¡Nada más!
¿Y que tal si nos
encontramos ante la peor crisis del mundo capitalista desde la
revolución industrial, como aduce James Cumes, anterior embajador
australiano y autor del libro El suicidio del gobierno
estadounidense? O, peor aún: ¿ante la edad oscura medieval
posterior al colapso de los bancos italianos agiotistas Peruzzi y
Bardi?
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