La
renuncia del jefe de Citigroup refleja los problemas de un coloso
financiero
Las
gigantescas pérdidas son sólo la última gota
Por Robin Sidel
The Wall Street Journal, 05/11/07
Uno
de los grandes problemas que enfrentó Charles Prince, el presidente
ejecutivo de Citigroup Inc. que ayer renunció a su cargo, fue que no
pudo unir las piezas de un vasto imperio bancario. Y su sucesor
encarará los mismos desafíos.
Una
década después de que Sanford Weill creara Citigroup mediante una
seguidilla de adquisiciones, este gigante de los servicios financieros
sigue siendo un mosaico de negocios, muchas veces disfuncionales,
cuyos empleados tienden a ignorarse mutuamente o a competir entre sí.
Citigroup
todavía es el mayor banco de Estados Unidos en términos de activos.
Pero durante años Prince trató infructuosamente de cumplir su meta
de crear "Un Citi" a partir de las partes dispares de la
compañía.
Hay
corredores de bonos de Citigroup que aún se aferran a sus raíces
corporativas. Así, algunos contestan el teléfono diciendo
"Salomon", pese a que Citigroup, que compró a Salomon
Brothers hace años, prohibió a sus empleados usar ese nombre. La red
de sucursales del banco no está conectada con otras unidades, por lo
que los cajeros no saben que el cliente que tienen delante ha sido
preaprobado para obtener una tarjeta de crédito. Hasta hace poco, los
negocios de mercados de capital y de banca al consumidor en Europa
duplicaban sus funciones administrativas porque cada uno tenía su
propio equipo de recursos humanos.
Tras
cuatro años al mando, Prince deja un banco sumergido en los problemas
provocados por las turbulencias en los mercados de crédito. Se espera
que Citigroup anuncie una rebaja contable de entre US$ 8000 millones y
US$ 11.000 millones debido a la reducción de valor de varios títulos
ligados a hipotecas de alto riesgo, según fuentes al tanto. Estas pérdidas
se suman a la rebaja contable de US$ 3550 millones que el banco anunció
el 15 de octubre, al tiempo que reportó una caída de 57% en sus
ganancias del tercer trimestre.
¿El
fin de un modelo?
Sin
embargo, el problema principal de Citigroup –y el fracaso clave de
Prince– no son sólo estas pérdidas. También está la evidente
falta de éxito en otras áreas que podría haber compensado por el débil
desempeño. Esa era la gran idea estratégica detrás del "modelo
de banco universal" que Weill creó hace 10 años. Se suponía
que el banco universal podría generar más ingresos al ofrecerle al
cliente una serie de servicios financieros relacionados. Además, al
tener una variedad de negocios distintos, también se suponía que éstos
podrían actuar como amortiguador, es decir, los bajones en un ámbito
se balancearían con las alzas en otro ámbito.
Algunos
analistas e inversionistas de Wall Street cuestionan ese modelo y
sugieren que Citigroup estaría en mejor pie si se divide como compañía.
Pero uno de los mayores rivales de Citigroup, J.P. Morgan Chase &
Co., ha tenido cierto éxito con esa estrategia. Liderado por James
Dimon –un ex colega de Prince en Citigroup, que en su día fue
considerado el principal candidato para asumir la presidencia
ejecutiva–, J.P. Morgan Chase también se ha visto golpeado en el
tercer trimestre por pérdidas relacionadas a los mercados del crédito.
Pero ha compensado esas pérdidas con el buen desempeño de otras áreas,
como las tarjetas de crédito, la gestión de patrimonio y la banca
comercial.
Un
equipo nuevo
Ayer
en la noche, la junta directiva de Citigroup decidió aceptar la
renuncia de Prince y se esperaba que nombrara a Win Bischoff, actual
presidente de Citigroup en Europa, como presidente ejecutivo interino.
La junta también habría pedido a Robert Rubin asumir como presidente
de la junta. Rubin, ex secretario del Tesoro de EE.UU. y ex jefe de
Goldman Sachs, se unió a Citi a inicios de esta década como asesor
del directorio.
Rubin
ha sido uno de los partidarios más cercanos de Prince. Ahora se verá
forzado a asumir un papel mayor en estabilizar los negocios del banco,
mientras la compañía busca un candidato que pueda resolver los
problemas que Prince no pudo arreglar. Aunque a veces trataba de
eliminar las culturas dispares que existen en Citigroup, Prince hizo
poco por buscar una cultura sustituta.
Un
banco asediado
Prince,
de 57 años, se convierte en el segundo presidente ejecutivo de Wall
Street en una semana que pierde su empleo. Estas salidas se dan en
medio de los problemas en los mercados del crédito y el colapso de la
industria de las hipotecas de alto riesgo, lo cual ha provocado pérdidas
millonarias entre las firmas financieras estadounidenses.
La
semana pasada, el jefe de Merrill Lynch & Co., Stan O’Neal, se
vio obligado a renunciar después de alertar a su junta que las
rebajas contables del tercer trimestre ascenderían a US$ 8400
millones, frente al cálculo previo de US$ 4500 millones.
La
enorme rebaja contable de Citigroup es la última en una serie de
malas noticias para el banco. El precio de su acción cayó casi 9% la
semana pasada, quedando en su nivel más bajo en los cuatro años que
Prince lleva al mando.
Por
otro lado, el respaldo de capital de Citigroup se ha deteriorado, lo
que llevó a un analista a sugerir que la compañía tal vez debería
recortar los dividendos o vender activos.
Además,
varios altos ejecutivos que llevaban años en el banco han dejado la
firma en los últimos años. El resultado es que los negocios clave de
Citigroup ahora no cuentan con un grupo sólido de líderes
experimentados. Hace un mes se fue Thomas Maheras, el veterano
ejecutivo a cargo de mercados de capital y operaciones de corretaje. Sólo
un año después de ser contratado desde Deutsche Bank AG, la semana
pasada renunció Michael Raynes, que estaba a cargo de la unidad de
derivados de crédito. Incluso Weill comenzó a expresar su
insatisfacción con Prince en las últimas semanas.
El
fin de semana estuvo lleno de especulaciones respecto al posible
sucesor de Prince. Uno de los candidatos es John Thain, el presidente
ejecutivo del operador de bolsa NYSE Euronext y ex presidente de
Goldman Sachs.
Lista
de candidatos
Otro
que está en la lista es el ex director general de operaciones de
Citigroup, Robert Willumstad, que también era candidato al puesto máximo
cuando Weill finalmente escogió a Prince. Actualmente, Willumstad es
el presidente de la junta de la compañía aseguradora American
International Group Inc.
Con
su renuncia, Prince busca aceptar su responsabilidad por los
trastornos del banco, incluyendo las críticas generalizadas respecto
a la capacidad del banco para gestionar el riesgo durante épocas de
turbulencias en los mercados del crédito. "La junta no lo forzó
a tomar la decisión", asegura una fuente al tanto.
Rivales
ágiles
Mientras
Prince trataba de ordenar las distintas piezas de Citigroup, sus
competidores estaban en plena acción. J.P. Morgan Chase continuó su
expansión en EE.UU. al adquirir a Bank One Corp., con sede en
Chicago, por US$ 58.000 millones en 2004. Esta adquisición también
le otorgó a J.P. Morgan un nuevo presidente ejecutivo: Dimon, que había
dejado Citigroup para hacerse cargo de Bank One. Desde su llegada a
J.P. Morgan, Dimon ha reducido drásticamente los costos e ha
invertido millones en nuevos sistemas computacionales. Esto contribuyó
a que este año la firma lograra avances significativos en sus
negocios existentes.
En
2005, Bank of America Corp. se hizo con la compañía de tarjetas de
crédito MBNA Corp. La adquisición de US$ 35.000 millones instantáneamente
transformó a Bank of America en un gigante en la banca al consumidor
y en un nuevo competidor para el enorme negocio de tarjetas de crédito
de Citigroup.
Incluso
la famosa destreza de Citigroup en realizar acuerdos ha flaqueado en
el último tiempo. En EE.UU., Prince se ha abstenido de grandes
transacciones. En vez de ello, el ejecutivo optó por el enfoque que
él ha denominado "collar de perlas". Sin embargo, Citigroup
tiene muchas menos sucursales que sus rivales. En EE.UU. tiene 1000
frente a las más de 5000 de Bank of America.
En
el ámbito internacional, Citigroup ha realizado varias adquisiciones.
El año pasado, el banco lideró un grupo que, por US$ 3100 millones,
compró una participación de 85,6% en el banco chino Guangdong
Development Bank. Y como parte de su estrategia de obtener más
ingresos de los mercados internacionales, que crecen más rápido que
los de EE.UU., Citigroup está adquiriendo a Nikko Cordial Corp., la
tercera firma de corretaje más grande de Japón.
Pero
es improbable que estos esfuerzos generen resultados inmediatos y así
compensar los problemas más amplios que tiene Citigroup.
Citigroup
enfrenta el escepticismo del mercado
Por
Robin Sidel y David Reilly
The Wall Street Journal, 06/11/07
Un
día después de la partida del presidente ejecutivo Charles Prince,
funcionarios de Citigroup afirman que el banco tardará hasta mediados
del próximo año para enderezar el revés generado por la crisis del
mercado crediticio.
Sin
embargo, los inversionistas creen que Citigroup, el mayor banco de
Estados Unidos y uno de los más grandes del mundo, necesitará aún más
tiempo para salir de un agujero que se ha vuelto más profundo en las
últimas semanas.
A
pesar de las repetidas promesas de los ejecutivos de que el banco
mantendría sus dividendos y que se trata de una institución
"vibrante", ayer las acciones de Citigroup cayeron 4,85 por
ciento.
Esta
caída bursátil es una muestra de que el alivio de los inversionistas
por la partida de Prince se vio eclipsado rápidamente por las
preocupaciones respecto a pérdidas adicionales que el banco pueda
enfrentar en sus valores ligados a las hipotecas de alto riesgo.
El
domingo en la noche, el banco anunció que esperaba realizar una
rebaja contable de entre US$8.000 millones y US$ 11.000 millones para
el trimestre actual, posiblemente anulando las ganancias netas del período.
Durante
una conferencia telefónica con analistas, el director general de
finanzas, Gary Crittenden, admitió que estas pérdidas son sólo un cálculo
aproximado. Actualmente, el banco tiene un portafolio de US$ 55.000
millones relacionado a valores de hipotecas de alto riesgo y
obligaciones de deuda colateralizada (CDO). El banco "no puede
garantizar" que las pérdidas no aumenten, o quizás disminuyan,
a medida que avance el trimestre, dijo el ejecutivo.
Los
inversionistas se mostraron particularmente desconcertados con que las
pérdidas adicionales se hayan anunciado apenas semanas después de
que Citigroup dijera que sus rebajas contables asociadas a las
hipotecas de alto riesgo serían de US$ 1560 millones. Las nuevas, y
considerablemente mayores pérdidas, ponen en tela de juicio la
capacidad del banco para medir sus resultados, generando a su vez el
temor de que la crisis del crédito esté lejos de resolverse.
"A
pesar de estas rebajas contables tan grandes, no nos sorprendería si
se anuncian mayores pérdidas, ya que el mercado se ha deteriorado (aún
más en las últimas semanas)", escribió en una nota a
inversionistas el analista de Goldman Sachs William Tanona.
Los
analistas también se inquietaron porque el anuncio del domingo fue la
primera vez que Citigroup reveló que de los US$ 55.000 millones que
tiene en deudas hipotecarias, cerca de US$ 43.000 millones son CDO
ligadas a las hipotecas alto riesgo. "No creo que hayan revelado
esto anteriormente", dice Michael Mayo, un analista de Deutsche
Bank, que dio la calificación de "vender" a las acciones de
Citigroup.
Las
CDO agrupan distintos valores, muchas veces bonos respaldados por
hipotecas, y luego venden porciones con distintos niveles de riesgo y
de rendimientos. Citigroup dijo que la mayoría de sus CDO son
seguras, pero que el valor de éstas tuvo que rebajarse recientemente
debido a que las agencias de calificación de riesgo bajaron las notas
a miles de millones de dólares respaldados por hipotecas riesgosas.
En
la conferencia telefónica, Mayo cuestionó el hecho que los
inversionistas no recibieron esta información antes. Más importante,
se preguntó si la junta de Citigroup sabía de esta exposición.
"O
bien no sabían o bien sí sabían y no lo contaron", dijo Mayo.
"Ninguno de estos escenarios es bueno."
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