¿Quién va a hacerse cargo del mundo, y cómo?
Por
Noam Chomsky
Cubarte del 19 al 22/06/04
Reproducido por Rebelión
Primera parte
Ha
pasado el primer aniversario de la declaración del presidente (Bush)
sobre la victoria en Irak. No hablaré sobre lo que ocurre en el
terreno. Existe información más que suficiente al respecto sobre
ello, y podemos sacar nuestras propias conclusiones. De ésto me
referiré solamente a: ¿Qué le ha ocurrido a los iraquíes? Sobre
ello conocemos poco, porque no se ha investigado.
Recientemente se han dado a la voz pública algunas sorpresas
sobre este vacío en nuestro conocimiento en la prensa británica.. Se
trata de un mal entendido. Resulta una práctica general. De ese modo
no sabemos, entre millones, cuántos murieron en el curso de la
guerras estadounidenses en Indochina.
Tan ligeras resultan la información y la preocupación que
el único estudio minucioso que encontré estima en 100,000 el número
de viertnamitas muertos, casi el 5% de la cifra oficial, y
probablemente el 2-3% de la cifra real. Verdaderamente nadie sabe que
la víctimas de la guerra química estadounidense que comenzó en 1962
se estiman en unas 600,000, y aún continúan mueriendo, o que
recientemente se descubrió que el empleo de carcinógenos
devastadores resultó el doble de la cifra divulgada, y a niveles
incomparablemente superiores que cualquiera tolerado por las
sociedades industriales.—todo en Viet Nam del Sur, el Norte se
respetó en especial de esta atrocidad.
Como un experimento pensado, pudiéramos preguntarnos como
reaccionaríamos si los alemanes estimasen en dos o tres millones los
muertes ocurridas durante el Holocausto y tuviésemos poco
conocimiento o interés acerca de las modalidades de la carnicería.
Existe una excepción para la pérdida de información sobre
las bajas en Indochina. Desde el comienzo han tenido lugar esfuerzos
muy intensos para revelar, o muy a menudo, simplemente para inventar,
atrocidades que pudieran atribuirse al Khmer Rouge. La literarura
posterior a los Khmer Rouge sobre el tópico resulta sustancial,
oscilando desde estimados sorprendentemente bajos de los crímenes de
los Khmer Rouge en el curioso estudio demográfico de 1980 realizado
por la CIA, cuando al final estuvieron disponibles las evidencias
sobre la elevada cantidad de atrocidades, hasta los estimados más
elevados y creíbles realizados por estudiosos serios y profundos. Uno
apenas puede dejar de observar que la única excepción de la regla
comprende a aquellos crímenes que resultaron útiles desde el punto
de vista de la doctrina impuesta.
Volviendo a Irak, la información resulta habitualmente
ligera, pero no se carece completamente de ella. Un estudio realizado
el pasado noviembre por la organización de salud MEDACT, radicada en
Londres, apenas menciona que los Estados Unidos reportaron un estimado
bruto de 22,000 a 25,000 iraquíes muertos, y también informó sobre
un incremento en la mortalidad materna, cercano al doble de la
malnutrición aguda y un aumento en las enfermedades transmitidas por
el agua y en la prevenibles por vacunación.
"Lo más importante que surge (del estudio) es que los
datos no son asequibles" comentó el Dr. Victor Sidel, una
notable autoridad sanitaria estadounidense, presidente anterior de Médicos
Internacionales para la Prevención de la Guerra Nuclear y un asesor
de dicho estudio.
Dos meses atrás, una misión en busca de datos desplegada
por la Organización No Gubernamental belga Ayuda médica para el
Tercer mundo descubrió que aún los devastadores efectos de las
sanciones impuestas por los Estados Unidos de América y el Reino
Unido no han sido levantadas, incluyendo el veto a las medicinas, y
que la mortalidad infantil está aparentemente aumentando, y que el
estado general de salud está decayendo a causa de las deterioradas
condiciones de vida, falta de acceso a los alimentos, al agua potable,
a la asistencia médica y a los hospitales ; y una marcada disminución
en el poder adqusitivo –principalmente como resultado de lo que
debiera haber sido una de las ocupaciones militares más sencillas de
todos los tiempos. "Ha sido uno de los fallos más
extraordinarios en la historia," hizo notar muy acertadamente el
veterano corresponsal británico Patrick Cockburn.
La mejor explicación que escuché provino de un alto
funcionario de uno de las principales organizaciones de ayuda
humanitaria, quien posee una amplia experiencia en algunos de los
sitios más terribles del mundo. Después de varios frustrantes meses
en Bagdad, dijo que nunca había visto semejante combinación de
"arrogancia, ignorancia, e incompetencia" -refiriéndose no
sólo a lo militar, sino también a los civiles que mandan en el Pentágono.
En Irak han triunfado en lograr en buena medida lo que hicieron en la
arena internacional: convertir rápidamente a los Estados Unidos de América
en el país a menudo más odiado y temido del mundo. Las más
recientes encuestas profundas sobre Irak –antes de las recientes
revelaciones sobre tortura – mostraron que entre los árabes iraquíes,
los Estados Unidos se consideran como una "fuerza de ocupación"
en vez de una "fuerza de liberación" en una relación de 12
a 1, y la cifra va en aumento. Si tenemos en cuenta también a los
Kurdos, quienes tienen sus aspiraciones y esperanzas características,
las cifras aún resultan abrumadoras : 88% de todos los Iraquíes de
acuerdo con una reciente encuesta, también anterior a Abu Ghraib.
Rumsfeld-Wolfowitz y asociados también triunfaron en
convertir al joven clérigo Moqtada al-Sadr, anteriormente una figura
marginal, en el segundo líder más popular en Irak, seguido del Gran
Ayatola Ali Sistani, con 1/3 de la población "apoyándolo
fuertemente" y otro tercio "apoyándolo de alguna
forma". Otras encuestas occidentales encuentran el apoyo a las
fuerzas ocupantes reflejado en dígitos sencillos, y lo mismo ocurre
con el Consejo de Gobierno que ellos eligieron.
Pero pondré a un lado a Irak, y pasaré a la "nueva
gran estrategia imperial" que iba a ser puesta en marcha con la
conquista de Irak, y las doctrinas y visiones que subyacen en ella. La
frase "nueva gran estrategia imperial" no es mía. Procede
de una fuente más interesante: « Foreign Affairs », el principal órgano
de prensa del sistema; el órgano de prensa del Consejo de Relaciones
Exteriores. La invasión a Irak fue virtualmente anunciada en
septiembre de 2002, junto con la Estrategia de Seguridad Nacional de
la Administración Bush, la cual declaró la intención de dominar el
mundo por un futuro indefinido y de destruir cualquier desafío
potencial a la dominación de los Estados Unidos. A la ONU se le
informó de que esto pudiera ser "relevante" si autorizaba
lo que Washington haría de todos modos, o quizás podría tornarse en
una sociedad en debate, como los instruyó Colin Powell, el moderado
de la Administración.
La invasión iba a ser la primera prueba de la nueva doctrina
anunciada por el Consejo de Seguridad Nacional "la cápsula de
petri en la cual este experimento de política al vacío se desarrolló,"
El diario New York Times informaba que el experimento fue declarado un
gran éxito hace un año.
La doctrina y su puesta en práctica en Irak trajeron
protestas sin precedentes alrededor del mundo, incluyendo a la élite
de la política exterior en el país. En Asuntos Exteriores la
"nueva gran estrategia imperial" fue inmediatamente
criticada como una amenaza al mundo y a los Estados Unidos de América.
La crítica de la élite fue notablemente amplia, pero en marcos
estrechos: el principio no es incorrecto, pero el estilo y la puesta
en práctica resultan peligrosos, una amenaza a los intereses
estadounidenses.
El alcance básico de la crítica fue captada por Madeleine
Albright, también de Asuntos Exteriores. Ella hizo énfasis en que
cada Presidente posee una doctrina semejante, pero la guarda en su
bolsillo trasero, para utilizarla cuando haga falta. Resulta un error
serio golpear a las gentes en la cara con ella, y ponerla en práctica
en un desfachatado desafío aún con los aliados, dejando solo al
resto del mundo. Sencillamente eso resulta tonto, otro ejemplo de la
peligrosa combinación "arrogancia, ignorancia, e
incompetencia."
Albright por supuesto sabía que Clinton tenía una doctrina
similar. Como embajadora de la ONU, había reiterado al Presidente del
Consejo de Seguridad el mensaje de Clinton hacia ellos de que los
Estados Unidos actuaría "multilateralmente en la medida de lo
posible pero unilateralmente cuando fuese necesario." Y después
como Secretaria de Estado de Clinton seguramente sabía que la Casa
Blanca había tergiversado el significado en mensajes al Congreso
declarando el derecho al "uso unilateral de la fuerza
militar" para defender intereses vitales, los cuales incluyen :
"asegurar acceso sin limitaciones a mercados claves, suministros
de energía y recursos estratégicos" sin siquiera los pretextos
diseñados por Bush y Blair. Tomado al pie de la letra, la doctrina
Clinton resulta más expansiva pero fue emitida tranquilamente, de
manera de no despertar hostilidad. y lo mismo tuvo lugar con su puesta
en práctica. Y como bien destacó Albright, la doctrina cuenta con
una larga tradición en los Estados Unidos- también en cualquier otro
lugar, incluyendo precedentes en los que uno preferiría ni pensar.
Pese a los precedentes, la nueva gran estrategia imperial se
consideró como de gran importancia. Henry Kissinger la describió
como una doctrina "revolucionaria" la cual hacía jirones el
orden internacional establecido en el sistema de la Westfalia del
Siglo XVII, y por supuesto, la carta de las Naciones Unidas y la
actual ley internacional, sin que valga la pena mencionarlo. El nuevo
acercamiento revolucionario es correcto, así lo sintió Kissinger,
pero él también previno sobre el estilo y la puesta en práctica. Y
le añadió una cualidad crucial: no debe ser
"universalizada." El derecho de agresión a voluntad
(dejando a un lado los eufemismos) se reservaría a los Estados
Unidos, tal vez a selectos clientes. Debemos rechazar enérgicamente
lo más elemental de los truismos morales: medir a los demás con la
misma vara que nos medimos a nosotros.
Otros criticaron la doctrina y su primera prueba en terrenos
marcadamente diferentes. Uno fue Arthur Schlesinger, tal vez el más
respetado historiador estadounidense vivo. Al caer las primeras bombas
sobre Bagdad, el recordó las palabras de Franklin Delano Roosevelt
cuando Japón bombardeó Pearl Harbor en "una fecha que
permanecerá viva en la infamia." Ahora son los estadounidenses
quienes viven en la infamia, escribió Schlesinger, en la medida en
que su gobierno seguía el curso del Japón imperial. Añadió que
Bush y sus planificadores habían triunfado en transformar una
"ola mundial de simpatía" hacia los Estados Unidos en una
"una ola mundial de odio hacia la arrogancia y el militarismo
estadounidense." Un año después fue mucho peor, según
revelaron las encuestas internacionales. En la región con mayor
experiencia en las políticas estadounidenses, entre las élites
latinoamericanas, la oposición hacia Bush alcanzó el 87% entre los
elementos más a favor de los Estados Unidos, 98% en Brasil y casi tan
alto en México. De nuevo un logro impresionante.
Como también se anticipó, la guerra aumentó la amenaza del
terror. Especialistas en el Medio Oriente quienes monitoreaban
actitudes en el mundo musulmán estaban atónitos por el renacimiento
de la llamada "Guerra Santa Islámica Mundial," la cual había
estado en decadencia. Aumentó el reclutamiento para las redes de Al-Qaeda.
Irak, que no tenía lazo alguno anterior con el terror devino en un
"refugio del terrorismo", sufriendo también sus primeros
ataques suicidas desde el Siglo XIII. En el 2003 los ataques suicidas
alcanzaron sus niveles más altos en los tiempos modernos. El año
concluyó con un alerta contra el terror, con una severidad sin
precedentes en los Estados Unidos.
En el primer aniversario de la guerra, la Gran Estación
Central de Nueva York estuvo patrullada por policía fuertemente
armada, una reacción al atentado de Madrid, el peor acto terrorista
en Europa. Pocos días después, España votó en contra del gobierno
que se había sumado a la guerra contra la voluntad de la abrumadora
mayoría, y por ello, obtuvo grandes elogios por su rol estelar en la
Nueva Europa como la esperanza del futuro; comentaristas occidentales
triunfaron brillantemente en "pasar por alto" que el
criterio para la condición de miembro (membresía) en la Nueva Europa
era la voluntad para echar a un lado la voluntad popular y seguir órdenes
desde Crawford, Texas.
Un año después, España fue amargamente condenada por
aquietar al terror mediante la retirada de sus tropas de Irak, a menos
que lo hiciera bajo la autoridad de la ONU. Los comentaristas dejaron
de destacar que ésta es esencialmente la posición del 70% de los
estadounidenses, quienes apelan a la ONU para que ésta vaya al frente
en la seguridad, en la reconstrucción económica y en el trabajo con
los iraquíes con vistas a establecer un gobierno democrático. Pero
tales hechos apenas resultan conocidos, y los mismos no figuran en la
agenda electoral, otro ejemplo ilustrativo de las " credenciales
democráticas."
Ahora mismo existe un curioso espectáculo emprendido entre
los comentaristas occidentales, quienes debaten de manera solemne si
en la Administración Bush bajaron de categoría la "guerra del
terror" en favor de las ambiciones de la misma en Irak. El único
aspecto sorprendente de las revelaciones de los antiguos funcionarios
de la administración Bush, que provocó el debate, es que cualquiera
los encuentra sorprendentes cuando está tan claro que al invadir Irak
la administración hizo eso mismo: aumentar a sabiendas la amenaza del
terror para alcanzar sus objetivos en Irak.
Pero aún sin esta dramática demostración de prioridades,
las conclusiones debieran ser obvias. Desde el punto de vista de los
planificadores del gobierno, el ranking de las prioridades es
completamente racional. El terror pudiera matar miles de
estadounidenses; ya que eso ha estado claro desde el intento por parte
de combatientes de la yijad islámica, entrenados por los Estados
Unidos, de volar el Centro de Comercio Mundial en 1993.
Pero ello no resulta muy importante en comparación con
establecer las primeras bases militares seguras en un estado
dependiente como cliente en el corazón de las mayores reservas
mundiales de energía - "una estupenda fuente de poder estratégico"
y un incomparable "premio en metálico," tal y como
reconocieron altos fucionarios en la década de 1940, si es que no lo
hicieron antes. Zbigniew Brzezinski escribe "el rol de la
seguridad estadounidense en la región" - en un Inglés sencillo,
su dominio militar - "ofrece una palanca indirecta pero políticamente
crítica en las economías asiáticas y europeas que son también
dependientes de las exportaciones de energía de la región."
Como bien sabe Brzezinski, la preocupación de que Europa y
Asia pudieran variar su curso hacia la independencia resulta un
problema medular dentro del dominio mundial actual, y ha sido una
preocupación fundamental por muchos años. Cincuenta años atrás,
George Kennan, el planificador principal, observó que el control de
la estupenda fuente de poder estratégico le concedía a los Estados
Unidos el "poder del veto" sobre lo que pudieran hacer sus
rivales.
Treinta años atrás, Europa celebraba el Año de Europa, en
reconocimiento a su recuperación de los tiempos de la guerra. Henry
Kissinger pronunció un discurso del " Año de Europa " en
el cual recordaba a sus subordinados europeos que su responsabilidad
es hacia sus "responsabilidades regionales" dentro del
"marco del órden total" administrado por los Estados Unidos
de América. Hoy día los problemas son más severos, extendiéndose
hacia la dinámica región del Noreste Asiático. El control del Golfo
y del Asia Central se torna, en consecuencia, más importante. La
importancia se incrementa por la esperanza de que el Golfo desempeñará
un rol aún más prominente en la producción de energía mundial en
las próximas décadas. El apoyo estadounidense y del Reino Unido
hacia crueles dictaduras en Asia Central y el control sobre los
oleoductos continuará por parte de aquellos cuya supervisión es
parte del "gran juego" renovado.
Segunda parte
¿Porqué,
entonces debiéramos sorprendernos que el terror se bajase de nivel a
favor de la invasión a Irak ? O es que Wolfowitz-Rumsfeld-Cheney y
socios estaban presionando a la comunidad de la inteligencia para que
presentasen algunos trapos como evidencia para así justificar la
invasión, Blair y Straw también: los vínculos iraquíes con el
terror, las armas de destrucción masiva, todo vale. Resulta un tanto
chocante que en la medida que un pretexto tras otro se vienen abajo, y
el conjunto de líderes anuncia otro nuevo, los comentarios continúan,
uno detrás del otro, cumpliendo un objetivo, siempre de manera
conspicua evitando la razón obvia, la cual resulta virtualmente
inmencionable.
Las
encuestas estadounidenses en Bagdad mostraron que una gran mayoría
supuso que el motivo para la invasión fue tomar el control de los
recursos de Irak y reorganizar el Medio Oriente de acuerdo con los
intereses estadounidenses. No resulta inusual que aquellos del otro
lado del palo comprendan lo que realmente pasa en el mundo.
Del
hecho existen cantidad de otros ejemplos actuales, obviamente
suficientes para los habitantes de Bagdad, de que terror se considera
como un hecho menor en comparación con garantizar una correcta
disciplina en el Medio Oriente. Justo la pasada semana salió a la luz
un revelador ejemplo, cuand Bush impuso nuevas sanciones a Siria,
poniendo en vigor la Syria Accountability Act aprobada por el Congreso
en Diciembre, virtualmente una declaración de guerra, a menos de que
Siria siga los dictados de los EUA.
Siria
figura en la lista oficial de estados patrocinadores del terrorismo,
pese al reconocimiento de la CIA de que Siria no ha estado involucrada
en patrocinar el terror desde hace muchos años y se ha mostrado
altamente cooperativa en suministrar importante información de
inteligencia a Washington con relación a Al-Qaeda y a otros grupos
islámicos radicales, y a favor de otras acciones anti-terroristas. La
gravedad de la preocupación de Washington con relación a los vínculos
de Siria con el terror fue revelada por Clinton hace diez años,
cuando él ofreció eliminiar a Siria de la lista de estados que
patrocinan el terror si se avenía a los términos de paz
estadounidense-israelíes. Cuando Siria insistió en recuperar su
territorio conquistado, permaneció en la lista.
Habiendo
sido eliminada, esta sería la primera vez que un país queda fuera de
la lista desde 1982, cuando los actuales funcionarios en Washington,
en su fase de seguidores de los dictados de Reagan, sacaron a Saddam
de la lista, de modo que pudieron brindarle un flujo de ayuda que
malamente necesitaba mientras que éste llevaba adelante sus peores
atrocidades, seguidos por Inglaterra y muchos otros que de nuevo nos
dicen algo sobre la actitud hacia el terror y los crímenes de estado,
como es el hecho de que Irak fue sustituido en la lista por Cuba, quizás
reconociendo el hecho de que la guerra terrorista estadounidense
contra Cuba que se estaba librando desde los años de Kennedy, había
alcanzado entonces un clímax de ferocidad.
Nada
de esto, y mucho más por el estilo, se supone que nada nos diga sobre
la "guerra contra el terror" que fue declarada por la
administración Reagan en 1981, rápidamente devenida en una asesina
guerra terrorista, y re-declarada con la misma retórica 20 años
después.
La
puesta en práctica de la Syria Accountability Act, aprobada casi unánimemente,
privó a los Estados Unidos de su principal fuente de información
sobre el terrorismo radical islámico para alcanzar el alto objetivo
de establecer en Siria un régimen que aceptara las demandas
estadounidenses Israelíes – un patrón no inusual, pese a que los
comentaristas lo hallan sorprendente, no importa cuán fuerte fuese la
evidencia y habitual el patrón, y no importa cuán racional las
opciones en términos de prioridades de planificación claras y
comprensibles.
El
Syria Accountability Act del pasado diciembre nos dice más sobre
prioridades del estado y doctrinas prevalecientes de la cultura moral
e intelectual, como señala el erudito en asuntos internacionales
Steven Zunes. Su demanda medular se refiere a la Resolución 520 del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que llama al respeto por
la soberanía y la integridad territorial del Líbano, violada por
Siria, debido a que ésta aún retiene en el Líbano fuerzas que
fueron bienvenidas allá por los Estados Unidos e Israel en 1976
cuando su misión era masacrar palestinos.
Pasado
por alto por la legislación congresional, y por los informes y
comentarios noticiosos, está el hecho de que la Resolución 520,
aprobada en 1982, estaba claramente dirigida contra Israel, no contra
Siria, y también el hecho de que mientras Israel violaba esta y otras
resoluciones del Consejo de Seguridad concernientes al Líbano durante
22 años, no hubo llamada alguna para aplicar sanciones contra Israel
o para reducir la enorme e incondicional ayuda militar a esta nación.
El silencio de 22 años incluye a éstos que ahora firmaron el Acta
condenando a Siria por su violación de la resolución del Consejo de
Seguridad ordenando a Israel abandonar Líbano. El principio es bien
claro, escribe Zunes: "La soberanía libanesa debe ser defendida
sólo si el ejército ocupante es de un país al cual se oponen los
Estados Unidos de América, pero resulta innecesaria si el país es un
aliado de los Estados Unidos." El principio se aplica de manera
bien amplia en diversas esferas, por supuesto, no solamente en los
Estados Unidos.
Una
observación al margen: por 2-1, la población estadounidense se
manifiesta a favor de un Israel Accountability Act, manteniendo a
Israel con posibilidades para desarrollar armas de destrucción masiva
y de cometer abusos contra los derechos humanos en los territorios
ocupados. No obstante, esto no figura en la agenda, y aparentemente ni
siquiera ha sido informado.
Existen
muchos otros ejemplos de las claras, pero imperceptibles prioridades.
Para mencionar una, el Departamento del Tesoro tiene un buró (o
departamento), la Office of Foreign Assets Control cuya tarea es la de
investigar transferencias financieras sospechosas, un componente
crucial de la "guerra del terror." La OFAC posee 120
empleados. Hace unas pocas semanas la OFAC informó al Congreso que
cuatro se dedicaban a seguirle el rastro a las finanzas de Osama bin
Laden y de Saddam Hussein, en tanto que casi dos docenas se dedicaban
a vigilar y hacer cumplir el embargo contra Cuba - incidentalmente,
declarado ilegal por todas las relevantes organizaciones
internacionales, aún la complaciente Organización de Estados
Americanos. De 1990 a 2003 la OFAC informaba al Congreso que habían
93 investigaciones relativas al terrorismo con $9000 en multas, y
11,000 investigaciones relativas a Cuba con $8.000,000 en multas. No
se despertó el menor interés entre aquellos quienes consideraban la
desconcertante cuestión de que si la Adminsitración Bush – y sus
predecesores – bajaron de nivel la guerra del terror en favor de
otras prioridades.
¿Por
qué el Departamento del Tesoro debería dedicar muchísima más energía
para estrangular a Cuba que para librar la guerra contra el terror?
Los Estados Unidos de América son una sociedad genuinamente abierta;
por lo tanto poseemos cantidad de información acerca de la
planificación estatal. Las razones básicas se explicaron en
documentos secretos hace 40 años, cuando la administración Kennedy
buscaba culpar a Cuba como sede de "los terrores de la
tierra", como apuntaba Arthur Schlesinger en su biografía de
Robert Kennedy, quien mantuvo las operaciones contra el terror como su
máxima prioridad. Los planificadores del Departamento de Estado
adviritieron que la "existencia en sí" del régimen de
Castro constituye un "desafío exitoso" a las políticas
estadounidenses remontándose 150 años, a la Doctrina Monroe, nada de
rusos, pero un desafío intolerable al amo del hemisferio. Aún más,
este desafío exitoso alienta a otros quienes pudieran infestarse por
la "idea de Castro de tomar parte en el asunto por sus propias
manos," Schlesinger había advertido al entrante presidente
Kennedy, resumiendo el informe de la misión del Presidente en América
Latina. Estos peligros resultan particularmente graves, elaboró
Schlesinger, cuando "la distribución de la tierra y otras formas
de riqueza nacional favorecen en gran medida a las clases convertidas
en propietarias y a los pobres y no privilegiados, estimulados por el
ejemplo de la revolución cubana, están ahora exigiendo para una vida
decente." El sistema completo de dominación pudiera destejerse
si la idea de tomar parte en el asunto por sus propias manos extiende
sus tentáculos malignos.
El
desafío exitoso permanece intolerable, con una clasificación bien
elevada como una prioridad que está bien establecida, internamente
racional, lo bastante clara para las víctimas, pero no perceptible
para los agentes. El clamor sobre las revelaciones de las prioridades
de la administración Bush, y las actuales audiencias en Washington
por los atentados del 11 de septiembre, son solamente ilustraciones de
esta curiosa incapacidad para percibir lo que resulta obvio, incluso
como una posibilidad para entretener.
Volviendo
al terror, existe un amplio consenso entre especialistas sobre como
reducir la amenaza - manteniéndolo ahora en la subcategoría que
resulta doctrinalmente admisible: el terror de ellos contra el nuestro
- y también como incitar atrocidades terrroristas adicionales. las
cuales más tarde o más temprano, se tornarán verdaderamente
horrendas. Es simplemente una cuestión de tiempo antes que se
vinculen el terror y las armas de destrucción masivas, como se
anticipó en la literatura técnica bastante tiempo antes del 11 de
septiembre.
La
invasión a Irak es típica: con bastante frecuencia la violencia
incita una respuesta violenta. Serias investigaciones sobre Al-Qaeda y
Bin Laden revelan que éstos eran virtualmente desconocidos hasta que
Clinton bombardeó Sudán y Afganistán en 1998. Los bombardeos
condujeron a un gran aumento en apoyo, reclutamiento y financiamiento
para las redes del tipo de Al-Qaeda (Al-Qaeda no es realmente una
organización) convirtieron a Bin Laden en una figura principal y
crearon una relación mucho más estrecha entre Bin Laden y los
Talibanes, anteriormente frías y hostiles.
Podemos,
si nos gusta, aprender algo más sobre la civilización occidental por
la reacción a los bombardeos en Sudán, los cuales condujeron a
decenas de miles de muertes de acuerdo con los pocos estimados creíbles,
una catástrofe humanitaria pronosticada con antelación por el
director de Human Rights Watch. Como es habitual, la investigación
resulta dispersa y no existe interés. La reacción pudiera ser
diferente si un ataque terrorista destruyese la fuente principal de
suministros farmacéuticos en los Estados unidos de Norteamérica,
Inglaterra, Israel, u otros lugares de importancia – los cuales
pudieran haber sido mucho menos serios, dado que los suministros
pueden fácilmente volver a surtirse en un país rico. Esto no es del
todo inusual. Otra vez, aquellos del otro lado del palo tienden a ver
el mundo algo diferentemente, despertando la furia de los guardianes
de los valores de la civilización.
Tercera
parte
Después
de los bombardeos de Clinton en 1998, la siguiente contribución de
importancia al crecimiento de Al-Qaeda y a la prominencia de Bin Laden
fue el bombardeo de Afganistán, con ningún pretexto creíble, como
tranquilamente asintieron más tarde. Aquello condujo a un
considerable reclutamiento y entusiasmo por "la lucha cósmica («
universal ») entre el bien y el mal," la retórica compartida
por Bin Laden y el escritor de discursos del Presidente Bush (Supongo
que Bin Laden escribe sus propias oraciones).
He
estado virtualmente parafraseando el más cuidadoso y detallado
estudio de Al-Qaeda, el muy importante libro del periodista británico
Jason Burke. Revisando muchos ejemplos, él concluye que "Cada
uso de la fuerza es otra pequeña victoria para Bin Laden." La
conclusión general resulta ampliamente compartida entre otros, por
antiguos jefes de la inteligencia militar israelita y los Servicios de
Seguridad General (Shabak), en su propio contexto. Casi a diario
existen nuevos ejemplos.
El
alza de Moqtada al-Sadr hasta convertirse en una personalidad
prominente es un ejemplo. Uno aún más instructivo lo son los
recientes horrores en Fallujah. La invasión de infantes de marina,
matando a centenares de habitantes, fue una reacción al asesinato de
cuatro contratistas de seguridad estadounidenses. La responsabilidad
de estos brutales asesinatos se la adjudicó una nueva organización
autotitulada : "Brigada del Mártir Ahmed Yassin.". Vengaban
la muerte del clérigo cuadriplégico Sheikh Yassin, junto con media
docena de sus seguidores, cuando éste salía de una mezquita en Gaza
una semana antes.
Aquello
se informó como un asesinato israelita, pero no con exactitud. Sheikh
Yassin fue asesinado por un helicóptero estadounidense piloteado por
un israelita. Israel no produce helicópteros. Estados Unidos se los
envía dando por sentado que serán utilizados para tales fines, no
defensivos, como han sido utilizados regularmente. Algunas de las
circunstancias, bien documentadas, pero sistemáticamente esquivadas,
resultan bien notables. En los últimos seis meses los
"asesinatos dirigidos" habían matado unos 50 sospechosos y
80-90 ciudadanos que andaban por el lugar.
Ninguno
entra en los anales del terrorismo de estado, por virtud de acuerdos,
los Estado Unidos de América están exentos de tales cargos, por
definición, y sus clientes heredan la inmunidad, particularmente en
acciones conjuntas. Una condición crucial de la cultura moral e
intelectual es que los poderosos tienen el derecho a hacer las leyes.
Estos resultan principios importantes para el orden mundial, similares
a los de la Mafia, a los cuales el orden internacional tiene algo más
que una semejanza casual.
Siguiendo
la cadena de violencia en este caso, encontramos que conduce
directamente del asesinato de Sheikh Yassin cometido por Estados
Unidos e Israel, hasta la conflagración en Irak. Ya eso era harto
conocido, pero era virtualmente silenciado en los medios; en los
Estados Unidos, al menos donde la cobertura de los medios es
cuidadosamente estudiada.
Los
apologistas para el terrorismo de estado objetarán que la cadena de
violencia no comienza con el asesiato Yassin. Cierto, pero
irrelevante. Y si seguimos la cadena más allá de los resultados
arribamos a conclusiones aún más feas.
Existe
también un amplio consenso de especialistas sobre como reducir la
amenaza del terror. Tiene dos puntas. Los terroristas se ven ellos
mismos como una vanguardia, buscando movilizar a otros, dándole la
bienvenida a una reacción violenta que sirva a su causa. La reacción
correcta a los actos criminales es el trabajo policial, el cual ha
sido bastante exitoso: en Europa, en el sureste Asiático, y en todas
partes.
Mucho
más importante resulta el amplio distrito electoral al cual los
terroristas buscan movilizar, gentes que pueden odiarlos o temerlos,
pero que, sin embargo, los ven como luchadores por la causa justa. Aquí
la respuesta correcta consiste en poner atención a sus motivos de
quejas, a menudo legítimos y deben de considerarse como ajenos a
cualquier relación con el terror.
Existen
muchos ejemplos. Inglaterra y el Norte de Irlanda, para tomar un caso
reciente. En la medida en que la respuesta de Londres al terror del Ejército
Republicano Irlandés (ERI) era la violencia, el terror y el apoyo al
mismo aumentó. Cuando, finalmente, se empezó a prestar alguna atención
a los legítimos motivos de quejas, todo lo anterior disminuyó.
Belfast no es una utopía, sino un lugar mejor que hace una década.
Incidentalmente, el terror del ERI estaba financiado desde los Estados
Unidos de América, de hecho justamente donde yo vivo.
Los
expertos en contraterrorismo estaban conscientes de esto, pero no
interferían, y creían que no hubiera sido posible hacerlo, aunque
ahora Arabia Saudita exige medidas semejantes, y se están llevando
adelante con algún éxito. Como es habitual, la
"posibilidad" depende de quien es el buey que se está
sacrificando.
La
violencia puede triunfar. También hay muchos ejemplos de ello. El
destino de los pueblos indígenas de los Estados Unidos de Norteamérica
constituye un dramático ejemplo - también ignorado o negado, a
menudo en forma alarmante, una reacción típica a los propios crímenes.
La
violencia puede triunfar, pero a un costo tremendo. También puede
provocar una mayor violencia como respuesta, y a menudo lo hace.
Incitar al terror no constituye el más ominoso ejemplo habitual.
Dos
meses atrás, Rusia llevó adelante sus mayores ejercicios militares
en dos décadas, desplegando nuevas y más sofisticadas armas de
destrucción masiva, teniendo como blanco a los Estados Unidos de América.
Los dirigentes políticos y militares rusos dejaron claro que esto era
una respuesta directa a las acciones y a los programas de la
administración Bush, tal y como se había pronosticado. Un ejemplo
fundamental en que se enfatizó fue en que el desarrollo
estadounidense en armas nucleares de corto alcance.
Los
analistas estratégicos rusos saben tan bien como sus contrapartes
estadounidenses que estas armas pueden tener como objetivo los bunkers
de mando ocultos en montañas que controlan los arsenales nucleares
rusos. La insistencia de Washington en utilizar el espacio con propósitos
militares ofensivos resulta otra preocupación principal.
Los
analistas estadounidenses sospechan que Rusia está duplicando el
desarrollo estadounidense en el Vehículo Crucero hipersónico, el
cual puede orbitar la tierra y reingresar repentinamente en la atmósfera
lanzando ataques devastadores en cualquier parte sin previo aviso. Los
analistas estadounidenses también estiman que los gastos militares
rusos pueden haberse triplicado en los años Bush-Putin.
Rusia
ha adoptado la doctrina Bush del "ataque preventivo" – es
decir, agresión a voluntad – la nueva doctrina
"revolucionaria" que impresionó a Kissinger. También confían
en sistemas de respuesta automática, los cuales, en el pasado, habrían
llegado a los pocos minutos de haber asestado un golpe nuclear,
escasamente abortado por la intervención humana. En la actualidad los
sistemas se han deteriorado, con el colapso de la economía rusa bajo
el fanatismo del mercado en los últimos años.
Los
sistemas estadounidenses permiten tres minutos para humanos después
que las computadoras avisan de un ataque con misiles – informado
como de ocurrencia cotidiana. Entonces tienen lugar 30 segundos de
instrucciones presidenciales. Los analistas del Pentágono han
descubierto serios defectos en los sistemas de seguridad de las
computadoras los cuales pudieran permitir que hacker terroristas se
infiltrasen y simulasen un lanzamiento. Es "un accidente en
espera de que ocurra" advierte un prominente analista estratégico
estadounidense - Bruce Blair, jefe del Centro para Información de
Defensa. Los sistemas rusos son aún menos confiables.
Los
peligros se elevan de manera consciente mediante la amenaza y el uso
de la violencia - y ahora estamos considerando amenazas reales para
sobrevivir.
La
Administración Bush anunció que desplegaría los primeros elementos
de un sistema de misiles de defensa en Alaska en el verano de 2004, en
época de elecciones presidenciales. Estos planes han sido criticados
porque resultan obviamente elaborados en momentos y con propósitos
políticos, utilizan tecnología no probada a grandes costos, y
probablemente no funcionarán. Todo esto puede ser correcto, pero
existe una crítica mayor : los sistemas pudieran funcionar, o al
menos parecer que pudieran hacerlo. En la lógica de la guerra nuclear
lo que cuenta es la percepción, no la realidad, y los planificadores
tienen que hacer el peor caso de los análisis. De todas partes se
comprende que la "defensa mediante misiles" es un arma
ofensiva, la cual le brinda libertad para la agresión, incluyendo un
primer golpe nuclear. Esto está plenamente acordado por analistas
estadounidenses y objetivos potenciales, quienes incluso hacen uso de
las mismas palabras : un sistema de defensa por misiles no es
solamente "un escudo," sino también "una espada."
Continuará...
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