Bush II y su agresión contra Irán
El camino a Teherán
Por
Alexey Proskurin (*)
Rebelión,
29/07/04
Traducido por Fernando Montiel T.
La cuestión respecto de hacia donde se habrán de dirigir
los esfuerzos de los militaristas americanos tras una relativa
estabilización de la situación en Irak ha sido estudiada desde hace
mucho por analistas y expertos de muchos países.
Un extraordinario
conceptualista americano –el disidente Lindon Larush- está
convencido de que “el presente gobierno de los Estados Unidos se
encuentra bajo un control total de personas como el vice-presidente
Cheney y su equipo neoconservador, quienes vienen profesando desde
hace varios años una doctrina conocida como “guerra eterna” o
“guerra nuclear preventiva”. Esta política se desarrolla como
continuación de ideas de la Sociedad Fabian en la que Gerbert Wells y
Bertran Russelan jugaron un papel extraordinario “el establecimiento
de una supremacía mundial bajo la amenaza de una guerra nuclear”.
De aquí que la necesidad de una guerra no sea una reacción
espontánea –momentánea- de los actuales líderes de los Estados
Unidos tras los eventos del 9/11. Entre sus convicciones conceptuales
profundas se encuentran las “bondades” y efectividad de un
comportamiento similar en política exterior. No hay duda, en caso de
una reelección del actual presidente en los Estados Unidos, para ser
más exactos del dueto Bush-Cheney (que se podría traducir en una
aprobación de los americanos a sus acciones agresivas), los Estados
Unidos necesariamente comenzarían una agresión contra algún otro país.
No es un secreto para nadie que el adversario geopolítico e ideológico
más básico de los Estados Unidos en el mundo musulmán es Irán.
Desde 1979 –año en el que la embajada americana en Teherán fue
atacada- estos dos países han sostenido una situación de rígida
oposición política. Basta con mencionar que las relaciones diplomáticas
entre ambos países desde entonces no han sido restauradas. Tampoco es
nuevo que por un largo tiempo (al menos desde 1979 y hasta mediados de
los 80´s) los Estados Unidos apoyaron el régimen de Saddam Hussein,
en un esfuerzo por convertir a Saddam en el principal contrapeso de
Jomeini.
La guerra entre Irán e Irak (1979-1989) fue producto de los
esfuerzos de la CIA y del Departamento de Estado. Pero los Estados
Unidos no se las pudieron arreglar para conseguir el propósito básico
–debilitamiento integral de Hussein y Jomeini-. Como sea, los
Estados Unidos no abandonaron la esperanza de utilizar a Irak contra
Irán.
La “Tormenta del Desierto” – la primera guerra
Irak-Estados Unidos- apunta en esta dirección. Aun derrotado, Hussein
se mantuvo en el poder por 13 años más.
En los hechos, los americanos en Irak no apoyaron tanto a
Hussein como tal, sino a los sunnitas como un contrapeso a la mayoría
chiíta que a su vez eran auspiciados por Irán. Estados Unidos se ha
encauzado en la senda adecuada, Washington ha comenzado a comprender
que apoyar a uno más de “nuestros bastardos” conduce
inexorablemente a un impasse geopolítico.
Hussein disminuyó por todos los medios posibles una posible
activación de una oposición pro Iraní y simultáneamente hizo
crecer la masa crítica de los problemas americanos en todo el Medio
Oriente. El 11 de Septiembre, 2001 sacó a flote el resultado. Tres
meses después de los terribles ataques al WTC y al Pentágono que
cobraron la vida de 2,500 personas, furiosos, los americanos borraron
de la faz de la tierra el poder medieval del Mullah Omar en Afganistán.
El gobierno de Karzai que tomo el poder en su lugar se transformó, en
los hechos, en un narco-gobierno al llevar al país al liderazgo como
principal productor de opio del mundo. El negocio en general deja
dividendos de alrededor de 20-25 mil millones de dólares al año.
Como sea, no debemos perder de vista el hecho de que el ejército
estadounidense haya ocupado la frontera noreste con Irán –cuya
extensión es de más de 500 km-, cosa que es esencial.
La segunda guerra entre Estados Unidos e Irak fue impulsada y
concluida con una ocupación americana y un gobierno títere en
Bagdad.
De aquí que aparentemente Irán se encuentre rodeado de
fuerzas armadas americanas desde el Oeste y desde el Este. En el sur
se encuentra el Océano Índico, lugar en el que sin duda la potencia
dominante es la fuerza naval americana. Para completar el cuadro es
necesario considerar que al norte de Irán se encuentra Turquía que
es por supuesto el principal aliado de los Estados Unidos en el Medio
Oriente, Azerbaiján y Turkmenistán.
Las relaciones Irán-Azerbaiján tras la independencia azerí
se han desarrollado de forma más bien tensa. El principal problema
son los cerca de 7 millones de azerís que viven en Azerbaiján y que
junto con los azerís que viven en Irán, de acuerdo con diferentes
estimaciones, conforman un grupo de entre 12 y 20 millones de
personas.
La actividad del Movimiento de Revivalismo Nacional del Sur
de Azerbaiján (MNRSA) se ha reforzado agudamente en el 2004.
Activistas de esta asociación pública operan ahora en dos diferentes
direcciones. Por una parte han robustecido las actividades
separatistas. En la primavera del 2004 cerca de 40 miembros de esta
organización fueron arrestados por los servicios secretos iraníes
acusado de un intento de rebelión armada en ciudades del sur de
Azerbaiján, Hoy y Urmia. Por otra parte, en algunos casos el MNRSA es
una fuente de “datos” acerca del trabajo iraní en el campo de
armamento nuclear. Así pues, en Abril-Mayo el líder de la Oficina en
Bakú del MNRSA, Gusejn Turkelli declaró en repetidas ocasiones que
“confirmaba” el hecho de que se estaban colocando objetos
relacionados con la producción de armas nucleares en ciudades iraníes
tales como Isfagan, Natans, Arak y Busher.
En otras palabras, lo que aquí tenemos son las mismas tácticas
que aplicaron los americanos en Irak. Con una excepción: los kurdos
fueron utilizados en lugar de los azerís. Y otros componentes del guión
se han desarrollado de manera similar. Así que el plan americano de
acciones militares contra Irán fue desarrollado en Mayo del 2003,
mientras que el plan de guerra contra Irak había sido concluido por
el Comité de Asesores aproximadamente entre 1-1.5 años antes del
inicio de las hostilidades.
De acuerdo con el plan, los estados Unidos pueden hacer
estallar un cohete en Isfagan, Natans, Arak y Busher. Los cohetes
iniciales serán disparados desde Irak y los vecinos del norte de Irán
–Georgia y Azerbaiján. En Mayo del 2004, el Congreso estadounidense
votó a favor de bosquejar un proyecto para golpes preventivos contra
territorio iraní. El Departamento de Estado ya ha advertido a sus
ciudadanos acerca de los riesgos que implica el viajar a Irán. Como
han señalado mensajes especiales, en Irán los ciudadanos americanos
corren el riesgo de ser asaltados y de convertirse en blancos de
ataques terroristas: “la presión causada por la situación actual
en Irak, ha incrementado el potencial de amenaza para los ciudadanos
americanos y sus intereses en el exterior… Algunos elementos del
gobierno iraní y la población se mantienen hostiles a los Estados
Unidos. El gobierno americano no tienen actualmente relaciones diplomáticas
o consulares con la República Islámica de Irán y consecuentemente
no puede proveer protección o servicios consulares normales a los
ciudadanos americanos en Irán”.
Es fácil darse cuenta, que estas acciones de las autoridades
americanas representan en los hechos una copia de la factura que ha
legalizado la guerra “preventiva” contra Irak.
Javaq Ismayaly, Director del centro de análisis “Uniform
Azerbaijan” supone que las intrusiones militares de los Estados
Unidos en Irán dependen de las determinaciones de la Agencia
Internacional de la Energía Atómica. Como ha señalado, la Agencia
debe presentar un reporte sobre las verificaciones en ciudades iraníes
como Isfagan y Busher, respecto a la búsqueda de elementos que
permitan suponer la producción de armamento nuclear. Si en uno de
esos reportes se señala que Irán está produciendo armamento
nuclear, la agresión será inevitable. Esta dinámica tiene solo una
excepción: que los Estados Unidos tengan planeado utilizar al MNRSA
para derrocar a las autoridades iraníes.
El fin de la fase activa de acciones militares y la
transferencia del poder en Irak a un gobierno títere ha sido, hasta
cierto punto, exitosa, y ha permitido fortalecer la confianza de que
la vía militar para la resolución de problemas políticos –a pesar
de algunos costos (descontento de la opinión pública, bajas
militares y la pérdida de algunos aliados) es lo suficientemente
efectiva.
La campaña propagandística de Junio-Julio en los medios de
comunicación americanos contra Irán no solo no se ha debilitado,
sino que por el contrario, se ha fortalecido alcanzando niveles
incluso ridículos. Así, por ejemplo, los americanos han acusado a Irán
de tratar de llevar a los Estados Unidos a la guerra con la ayuda del
doble agente Ahmed Chalabi, el líder del Congreso Nacional Iraquí,
una figura sobresaliente de entre los chiítas iraquíes. Ejecutando
ostentosamente las órdenes de Irán, transfirió los datos cuyo
objetivo era provocar las acciones bélicas de parte del militarismo
americano.
De aquí que el tono de las publicaciones americanas se hayan
tornado mucho más agresivos. He aquí algunas citas de la prensa
americana:
“… es posible que nos hayamos embarcado en una guerra
contra el país equivocado. Una de las lecciones que nos ha enseñado
el 11 de septiembre, es que la verdadera amenaza proviene de Irán. El
país de verdad tiene comunicación con Al-Qaeda; permitió que los
secuestradores que habían robados aviones civiles cruzaran a través
de territorio iraní; al menos, hoy es ahí en donde los líderes de
Al-Qaeda están desapareciendo. Ahora los opositores a la guerra
contra Irak han lanzado nuevas acusaciones para socavar al gobierno en
funciones: era necesario combatir a Irán en lugar de Irak,
argumentan”…
Y más aún:
“Solo dos cosas pueden detener el programa nuclear iraní:
la revolución desde abajo o un golpe en sus silos nucleares… Para
la revolución la situación tendría que ser desastrosa. La gente de
Irán odia a sus jefes políticos, pero la policía, como instrumento
de los Ayatolas, todavía funciona lo suficientemente bien. La
revolución por eso todavía no ha tenido lugar… Esta es al razón
por la que un golpe preventivo es particularmente importante. Dentro
de los próximos 4 años Irán se convertirá en un Estado nuclear.
Algunas personas en América todavía albergan ilusiones respecto a
que, así como en 1981 cuando los israelíes destruyeron el reactor
nuclear de Saddam Hussein, hoy también se encargarán ellos se
hacernos el trabajo sucio. Pero un golpe en Irán proveniente de
Israel es mucho más difícil. Además las tecnologías de detección
y destrucción para estos propósitos han cambiado mucho en los últimos
20 años… Nada puede resultar de la nada. Si continúa el poder de
los fanáticos –terroristas que en muchas ocasiones han proclamado
su intención de destruir “al gran satán”, pronto tendrán acceso
tanto a armamentos nucleares como a cohetes para su despliegue. Todo
lo que podríamos hacer para prevenir esta pesadilla es, una revolución
o un golpe preventivo… Por cierto, ambas cosas podrían ser
realizadas con facilidad utilizando los 146 mil soldados y los aviones
más nuevos que están, literalmente a unas cuantas millas de la
frontera iraní, en Irak”.
Charles
Krauthammer, Washington Post, 23.07.2004.
“… si queremos ganar la guerra a los expertos del terror,
las autoridades de Teherán deberían ser derrocadas. Los Mullahs están
terriblemente asustados frente a la distribución de la libertad en
Irak y Afganistán, consideran que no sobrevivirán. La coalición de
países occidentales se las arreglará para crear naciones libres y
estables en las fronteras de Irán. De acuerdo con esto, [los ayatolas]
harán todo lo posible para prevenirlo. En Mayo el poder de Teherán
ha declarado que miles de voluntarios están listos para matar
americanos… Cuándo las fuerzas de la coalición se enfrentarán a
las fuerzas de Irán en Irak es solo una cuestión de tiempo. El
choque es inevitable. Si Irán se las arregla para superar a los ejércitos
de la coalición en Irak y consigue establecer una república islámica
en el país, George Bush y Tony Blair probarán la humillación y la
derrota, y nosotros perderemos una batalla muy seria en la guerra
contra el terrorismo. Si aplastamos a los mullahs, en Irak, Irán y
Afganistán la libertad triunfará, cambiaremos el mundo en algo
mejor, y el tiempo del terrorismo habrá terminado.”
D.
Ledin. Empleado científico del Institute of the American
Business, Junio, 2004.
De aquí que se presenten 3 estrategias básicas posibles en
los Estados Unidos respecto a Irán.
La primera. Una vez que Irán haya sido rodeado desde
diferentes direcciones, los Estados Unidos pueden intentar un bloqueo
económico completo, lo cual significaría aplicar las mismas tácticas
que se utilizaron en su momento contra Hussein.
La segunda. Utilizando las aspiraciones separatistas de los
azerís en Irán los Estados Unidos pueden provocar y escalar un
conflicto interétnico de largo aliento. En este caso los Estados
Unidos no utilizarán fuerzas armadas directamente.
Y la tercera. Las medidas de fuerza contra Irán desde
diferentes direcciones no pueden ser excluidas. Desde el noreste,
noroeste y desde el oeste y el sur. Irán ciertamente no es Irak. Es
un país con una población de 60 millones de personas que implica
mucha complejidad, ya que incluso en algunos casos se hace
absolutamente imposible la aplicación a gran escala de ataques con
tanques y aviación de combate. Por otra parte, las condiciones montañosas
en la zona hacen ideal el terreno para la organización de una guerra
de guerrillas. Como sea, a pesar del espíritu de combate y el
fanatismo, el ejército iraní esta mal armado aunque está
perfectamente subdividido. Así por ejemplo, prácticamente, el ejército
iraní no posee medios modernos de defensa antiaérea.
Si en su momento Irak hubiera tenido disponibles 50 baterías
antiaéreas S-300 (sistemas móviles de misiles antiaéreos rusos
tierra-aire. Los expertos consideran que los S-300 son hasta tres
veces más efectivos que el misil “Patriot” americano) los Estados
Unidos difícilmente estarían cantando victoria en nuestros días. La
posesión de artilugios tan modernos como estos para la defensa aérea
de cualquier país de un solo golpe incrementa las posibilidades de
resistir cualquier agresión múltiple aérea, ya que sin duda altera
de forma aguda el balance estratégico de fuerzas. Cada uno de éstos
sistemas es capaz de someter entre 3 y 5 elementos aéreos (sean estos
aviones de guerra, misiles crucero o aviones de transporte y helicópteros).
Las pérdidas del lado del atacante en términos de fuerzas
vivas y elementos técnicos sería significativa, cosa que es
particularmente sensible para al opinión pública estadounidense.
Hipotéticamente, las estimaciones de los expertos señalan que si
Irak tuviera tal cantidad de S-300, las pérdidas estadounidenses en
cuanto a personal podrían elevarse entre 15 y 20 mil mientras que las
pérdidas respecto de equipo aéreo rondarían las 200-250 piezas. Un
golpe de esta magnitud podría convertirse, por virtud de razones políticas
y sicológicas, en inaceptable para los Estados Unidos.
Por cierto, aquí destaca un dato curioso que probablemente,
así como el artículo del Washington Post podría responder a la
pregunta de hasta dónde estarían dispuestos los Estados Unidos a ir
en los preparativos de una agresión contra Irán. A principios de
Junio (2003), es decir aproximadamente al mismo tiempo que la
resistencia del ejército regular iraquí había terminado y el plan
de guerra contra Irán había sido desarrollado, en Moscú, I. Klimov
–director general del consorcio armamentista “Almaz-Antey” que
produce los S-300 y los S-400- fue tiroteado. De acuerdo con una de
las versiones, Klimov, apoyaba firmemente la penetración de su
corporación en los mercados de los países árabes. De acuerdo con
esto, consiguió negociar exitosamente un grandioso contrato de 4-4.5
mil millones de dólares para proveer sistemas S-300 a los Emiratos Árabes
(según otra fuente, a Qatar). Es muy claro que tal cantidad de S-300
no es necesaria para países tan pequeños. Probablemente, alguien
estaba asustado de que estos S-300 pudieran ser revendidos a Irán. Y
si Irán dotara a su ejército con sistemas como estos, le permitiría
tener una política más rígida e independiente respecto de los
Estados Unidos. Más aún, este factor probablemente podría prevenir
una nueva guerra, severa y sin sentido, que cobraría la vida de
muchas víctimas humanas.
Ahora, la Oficina Estatal de Fiscal de Rusia ha declarado que
el ejecutor y el organizador fueron arrestados. Tal vez… pero ¿se
arrestará algún día al consumidor original? Por ejemplo, Ylya
Klebanov cuyas simpatías pro-israelíes y pro-americanas son bien
conocidas y quien en 2003 fue la cabeza del departamento
militar-industrial del gobierno ruso, y de aquí, jefe de Klimov, no
estuvo presente en el funeral.
La razón del asesinato probablemente fue la repartición de
la propiedad del complejo militar-industrial ruso. Bueno, supongamos
que así fue… como sea ¿quién en Rusia en el 2003 se atrevería a
asesinar tan imprudentemente a una persona que había sido colocada en
el cargo con el apoyo personal de un amigo cercano del Presidente
Putin, V. Ivanov (una de las figuras no-públicas más influyentes en
el Kremlin)?
Sintetizando todo lo anterior es posible llegar a la conclusión
–en caso de una re-elección del actual dueño de la Casa Blanca- de
que las posibilidades de una agresión estadounidense contra Irán son
bastante altas.
El guión probablemente será como sigue: tras actos de
terrorismo reales o simulados en territorio iraquí con una gran
cantidad de víctimas humanas de entre el personal militar
estadounidense, los Estados Unidos harán responsable de estas
acciones a Irán o a insurgentes bajo su control. Luego seguirá algo
parecido a un ultimátum, y sus condiciones serán obviamente
inaceptables, violatorias de la soberanía o humillantes y abusivas,
tomando ventaja de las condiciones de Irán. El ultimátum será
rechazado. Luego, seguirá una fase de bloqueo económico completo,
acompañado de una creciente presión informativa, sicológica y política.
La siguiente etapa: escaramuzas del ejército estadounidense con pequeños
grupos servirán como excusa para transferir a territorio iraní
tropas, de aquí seguirá la guerra en pleno con la utilización de
todos los medios que ya vimos en Irak. Todo esto puede tener lugar
entre la primavera y el otoño del año entrante.
(*) Alexey Proskurin es periodista ruso. Colaborador del
semanario “The Economic Newspaper” en Moscú.
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