Para el escritor norteamericano Gore Vidal las acciones
de este hombrecito hacen palidecer otras guerras
Bush, el presidente más tonto y peligroso de EEUU
La Jornada, México, 12/10/04
El famoso escritor estadounidense Gore Vidal considera a
George W. Bush el presidente más tonto y peligroso que ha tenido su
país, el cual en el pasado padeció ya gobiernos con estas dos
características, pero nunca con la actual magnitud.
Vidal, de 78 años, primo del ex candidato presidencial
demócrata Al Gore y hermanastro de la ex primera dama Jacqueline
Kennedy, habló para el semanario suizo Weltwoche desde su residencia
en Italia sobre el gobierno estadounidense, los medios de ese país y
el poder de convocatoria de una subcultura formada por personas
curiosas y liberales que usan "los tambores del vudú’’.
Rechaza abordar la política italiana cuando el
entrevistador lo insta a ello. «Debemos enfocarnos al desastre global
de George W. Bush, mientras los italianos deben vérselas sólo con el
problema regional Berlusconi.»
Respecto de que el candidato presidencial demócrata John
Kerry sea presentado en los medios estadounidenses, según el
entrevistador, como «un hombre sin carisma», Vidal responde: «Los
medios en Estados Unidos son controlados por Bush. CNN es una tribuna
de la Casa Blanca, el Washington Post, el New York Times, todos apoyan
la política de Bush en Irak. No podía creer lo que oía: la
"guerra preventiva" es un concepto fascista mencionado por
última vez en 1945. Para cualquiera que crea en la democracia, la política
de confrontación del gobierno de Estados Unidos es un horror”.
«Vea nada más cuántos enemigos se ha buscado Estados
Unidos gracias a Bush. Cada vez que se mata a un niño iraquí y a su
madre surgen 100 nuevos enemigos. Cuando un poblado es destruido
tenemos 100 mil nuevos adversarios, y todos tienen primos que viven en
Sumatra, Siria y Líbano”.
«Lo logramos. Hemos insultado a mil millones de
personas. Estados Unidos no ama la guerra, pero constantemente hemos
estado involucrados en la guerra porque, según nuestra política, ésta
es la forma de hacer dinero”.
Esta política, señala el autor de cerca de 50 novelas,
ensayos y obras de teatro en las que la guerra y la política aparecen
como actores principales, reitera que el actual presidente
estadounidense no fue elegido democráticamente y su presencia en la
Casa Blanca es, en sí, un hecho que ha destruido las libertades en
ese país. «Bush no fue elegido por los ciudadanos, sino por el
Tribunal Supremo. Debimos haber protestado y acusado formalmente a ese
tribunal. Nadie quiso hacerlo porque el dinero estaba del lado de Bush.
Ahora tenemos una situación en la que ya no hay lugar para la
protesta, salvo en las calles, y éstas son controladas por la policía.
Quien proteste será acusado de ayudar al enemigo. El führer se valió
de este tipo de política en los años treinta”.
Al señalársele que Bush no es equiparable a Hitler o
Mussolini, Vidal aclara: «Estados Unidos ha cometido muchos errores.
Lanzó una guerra contra México para adueñarse de California. En
Filipinas matamos 200 mil personas con el pretexto de liberar su
territorio de España. Hemos hecho cosas terribles, pero lo que este
pequeño presidente ha realizado hace palidecer todo lo anterior”.
Sobre si realmente importa que Bush o Kerry estén en la
Casa Blanca, señala: «Importa. En las pasadas elecciones era otra
cosa. Entre Bush y mi primo Al Gore no existía conflicto en lo
fundamental. Los dos estaban a favor del ejército, por el poder
militar, y por el Estados Unidos del empresariado”.
«Pero no sabíamos que este hombrecito (Bush) tenía la
ilusión de adueñarse del mundo, que atacaría a dos naciones que no
nos habían hecho nada y que no estaban en posibilidad de hacerlo. El
va y destruye primero Afganistán y después Irak. El Congreso no lo
detiene. Ninguno de los medios lo critica por temor a perder su
financiamiento. NBC, una de las más grandes televisoras
estadounidenses, pertenece a General Electric, empresa que provee de
armas nucleares al Pentágono. NBC jamás dirá algo crítico hacia la
guerra o hacia la política de agresión estadounidense», señala.
Al preguntársele si hay alguna esperanza ante esta
situación, contesta: «En realidad no. La única esperanza sería que
Estados Unidos cayera en bancarrota. A nuestro país también se le
acaba el dinero. Apuesto a que en un año estaremos tan quebrados que
ya no podremos pagar los impuestos para compensar nuestro déficit
presupuestal”.
«¿Cómo detener entonces el terrorismo internacional?»,
pregunta el entrevistador.
«¿El terrorismo internacional? Osama Bin Laden tenía
una estrategia. He leído todos sus comunicados. Pero Bush, este pequeño
terrier, guau, guau, que se ostenta como gran señor de la guerra ¿cuál
es su estrategia, fuera de usar el terrorismo internacional como arma
propagandística electoral. Se veía tan tonto cuando leyó su
discurso por televisión (imita el gesto y la voz de Bush) "soy
un líder de tiempos de guerra. Un señor de la guerra. Como Lincoln,
Ford, y ¡ah, sí¡, Chevrolet"“.
Agrega que Silvio Berlusconi «por lo menos ganó él
solo el dinero con el que compró sus medios de comunicación. Bush
tiene su dinero gracias a su apellido (...) Hemos tenido muchos
presidentes tontos, pero Bush ni siquiera puede leer bien. Apenas y
puede pronunciar un discurso llamando a la guerra. No logra discernir
claramente ningún pensamiento, mucho menos formularlo. Al menos en
este sentido es representativo. Muchos estudiantes estadounidenses no
saben leer. El presidente no tiene idea de historia ni de lo que
sucede fuera de las fronteras de su país”.
El entrevistador señala que dentro de la cultura
estadounidense Bush no es juzgado con tanta dureza, y Vidal responde:
«Obviamente usted no va con a frecuencia a Estados Unidos. Vaya al
sur del Mississipi, a la ciudad donde nació mi abuelo. Hay 600
habitantes y cinco iglesias que predican el fundamentalismo cristiano.
Cada palabra que sea subrayada con Nuestro Señor Jesucristo es
verdad. Todo lo que él diga es correcto. Quien no crea en esto se irá
derecho al infierno, empezando por mí”.
«Yo siempre tuve la sensación de que la política es mi
asunto, pero nunca me vi dentro de las instituciones. Quería escribir
sobre política, aclarar cómo están las cosas . Henry James llamó a
Washington "la galería de los susurros". Con Truman y
Eisenhower, y más tarde con Kennedy, los susurros se convirtieron en
gritos. Jack (Kennedy) fue el primer presidente de la televisión.
Hoy, la presencia en medios cuesta tanto dinero que ninguna persona
honrada puede obtener más que un pequeño puesto ciudadano. O te
vuelves un corrupto o trabajas para corruptos”.
Niega que a su país lo ligue «una relación amor–odio»,
como le dice el entrevistador: «Me unen mis sentimientos hacia los
seres humanos y no hacia un país. Tengo una pasión por ciertas
instituciones como es la Declaración de Derechos y la Constitución.
Hace poco escribí un libro sobre esto, Inventando una Nación.
¿Qué hicieron los primeros presidentes de Estados Unidos y qué fue
lo que eligieron? Se vendieron varios miles de ejemplares de este
libro, relativamente costoso, impreso por la editorial de la
universidad de Yale. Ninguna editorial creyó que se convirtiera en un
best–seller. Pero evidentemente la gente tiene curiosidad, por lo
menos la gente que es capaz de leer sin tener que mover los labios al
mismo tiempo.» (N de la R. Hay quien considera que leer en silencio
moviendo los labios, es un indicio de analfabetismo funcional).
Se preguntó a Vidal si el poder es, como escribió Elías
Canneti, «la ilimitada posibilidad de obtener información.»
«Esta definición es de Maquiavelo. Evidentemente usted
no ha leído a Henry James, uno de nuestros más grandes escritores. A
él le fascinaba esta pregunta: "¿Quién sabe qué, cuándo?".
Uno de sus libros trata de tres hombres muy ricos de Nueva York. Cada
uno trata de averiguar del otro qué es lo que sabe el tercero. Es un
juego de poder.»
Sobre si los medios tienen poder real o se les
sobrestima, señala: «He hablado de esto con Noam Chomsky. Di una
conferencia sobre el tema en Harvard. El vive cerca de ahí, en
Cambridge. No se publicó una sola línea acerca de mi plática en
todo Boston, y sin embargo el auditorio estaba repleto. Tuvimos que
transmitir la conferencia en circuito cerrado a la pantalla que estaba
en otra sala, que también estaba a reventar.»
«Días más tarde me encontré con Chomsky y le pregunté
¿por qué tanto público si no hubo una sola palabra sobre la
conferencia en la prensa? Me respondió: No lo sé. Debe haber una razón
de fondo. ¿Habrán sido los tambores del vudú? "Sí –me dijo
él– cuando nosotros venimos, esto se anuncia a través de los
tambores del vudú".»
¿Y se puede contar siempre con los tambores del vudú?
«No debe subestimarse la propaganda de los tambores; ésta
demuestra que en Estados Unidos existe una subcultura que escapa a los
medios obedientes al poder. Pero no rechazo invitaciones de otros
sectores. Hace un año me dejé invitar por la Twenty Century Fox, a
la que yo llamo la Fox del Siglo XIX, para hablar de mis últimos
trabajos sobre la política estadounidense y Bush.»
«Me sorprendió que me invitara la empresa más
obediente a Bush de todo el país. Pero en el último minuto
encontraron la forma de sacarme del programa: “¡Oh, cuánto lo
sentimos, pero el ministro de Ecología tenía algo que decir y nos
vimos obligados a transmitirlo!” Les dije fuck you y salí
del estudio.»
«Si me invitan y me puedo hacer publicidad, muy bien,
pero en caso contrario el éxito es todavía mayor. Si me boicotean
esto hace que muchas personas sientan curiosidad e intenten averiguar
qué es eso tan terrible que escribo.»
«Hace un par de meses di una conferencia en una sala de
ópera de Seattle. Había 3 mil asientos y se vendieron 4 mil boletos.
Creí que me iba a enfrentar a un mar de cabezas blancas y me dije: Ya
topé con pared. Sólo puedo hablar para mi generación. Pero en el público
había cabezas rubias, castañas, rostros jóvenes, masculinos,
femeninos. Esto me dio una satisfacción que nunca obtuve de aparecer
en la NBC.»
|