Voto electrónico
hace cortocircuito
Por Peter Costantini
Inter
Press Service (IPS), 26/10/04
Seattle, Estados
Unidos. Tras el colapso del sistema electoral del meridional estado de
Florida en 2000, muchos funcionarios de Estados Unidos acuden a las
nuevas tecnologías para mejorar el proceso. Pero eso no ha
garantizado la perfección, ni mucho menos.
Los errores en la
contabilización de tarjetas perforadas utilizadas como hojas de
votación y procesadas en vetustas máquinas, entre otros problemas,
dieron hace cuatro años mucha letra a abogados y a comediantes
dedicados al humor político.
En contraste, los
creadores de sistemas de votación de digitación en pantalla
--similares al aplicado por los cajeros automáticos de los bancos--
prometieron eliminar las fallas supuestas del sufragio en papel.
Pero la rápida
generalización del voto electrónico desarrolló sus propias lagunas
técnicas. En un paradójico giro, muchos expertos y funcionarios
electorales proponen ahora el regreso al papel, esta vez, aunque sea,
como respaldo para garantizar el control de los resultados electrónicos.
Los problemas técnicos
de la tecnología del voto electrónico han sido ampliamente
reconocidos y, en algunos casos, se elaboraron soluciones. De todos
modos, el contexto económico, social y político de la introducción
de este sistema continúa desatando controversias.
Conflictos de interés
entre funcionarios y fabricantes de equipamiento de votación,
maniobras partidarias para dominar los nuevos sistemas y la introducción
apresurada de la nueva tecnología prenden luces amarillas en la tan
políticamente cargada atmósfera previa a las reñidas elecciones
presidenciales del 2 de noviembre.
En 2002, en respuesta
al fiasco de las elecciones en el estado de Florida, el Congreso
legislativo aprobó la Ley de Ayuda al Voto (HAVA, por sus siglas en
inglés), que ordenaba mejorar las prácticas electorales en todo el
país y disponía financiamiento federal con ese destino.
Pero ese
financiamiento se ha procesado con lentitud, y muchas de las reformas
prometidas no estarán resueltas para las elecciones presidenciales de
la semana próxima.
”El impulso de la
implementación de reformas se frenó por el retraso en la designación
de la Comisión de Asistencia Electoral y en la asignación de fondos
federales a los estados para modernizar los equipamientos”, dijo la
portavoz de la Oficina para las Instituciones Democráticas y los
Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación
en Europa (OSCE), Urdur Gunnarsdottir.
La ODIHR, una
organización intergubernamental especializada en misiones de
observación electoral en países en transición, desplegó sus
expertos en Estados Unidos en ocasión de estos comicios.
Los países miembros
de la OSCE, incluido Estados Unidos, están obligados a invitar a sus
socios a observar sus procesos electorales. La organización visitó
este país en los comicios generales y legislativos de 1996, 1998,
2000 y 2002.
Los observadores de
la OSCE prestarán especial atención a los problemas relacionados con
la introducción de las nuevas máquinas de votación electrónica,
dijo Gunnarsdottir entrevistado por correo electrónico.
”El nuevo
equipamiento ya ha sido objeto de conflicto, y tiene el potencial de
originar serias controversias en estas elecciones. Los programas
informáticos empleados en estas máquinas no estuvieron disponibles
para el control público. Varios estados invirtieron en equipos que no
permiten una auditoria manual ni reconteos”, agregó.
A estos
cuestionamientos presupuestales y técnicos se suman acusaciones de
conflicto de intereses y partidarismo formuladas por instituciones
gubernamentales y no gubernamentales contra ciertos fabricantes.
”A medida que se
acercan los comicios, en medio de serias preocupaciones de que nuestro
sistema de votación no ha sido reparado desde la debacle de 2000, el
espectáculo de funcionarios electorales almorzando en un crucero por
el río Potomac invitados por vendedores de máquinas envía el
mensaje equivocado a los votantes”, dijo el presidente de la
organización no gubernamental Causa Común, Chellie Pingree.
La tormenta sobre el
conflicto de intereses estalló en 2003, cuando el diario Plain Dealer,
de Cleveland, informó que el Walden O'Dell, gerente general de la fábrica
de máquinas de votación electrónica Diebold, reafirmó, en una
carta a un recaudador de fondos de campaña del gobernante Partido
Republicano, su ”compromiso a ayudar a Ohio a dar sus votos (en el
colegio electoral) al presidente el año próximo”.
En junio, Diebold
adoptó un nuevo código de ética que prohíbe a sus ejecutivos
realizar donaciones políticas y cualquier otra actividad política,
excepto el voto.
Dos meses antes, el
gobierno del estado de California había retirado el aval a uno de los
sistemas de votación electrónica de Diebold, AccuVote-TSx, por
graves fallas detectadas en las elecciones primarias de marzo. La
firma vendió el sistema ”antes de que fuera plenamente
funcional”, indica el decreto.
El estado de Nevada
instaló un nuevo sistema de votación electrónica en las elecciones
primarias de septiembre, que incluía la impresión de un rollo de
papel para que los ciudadanos revisaran su sufragio y crear un
registro de respaldo que permitiera el control del proceso.
Los estados y
comunidades locales pequeñas, como los condados, tienen grandes
potestades en la administración de los comicios. Las legislaciones
varían mucho entre distintas jurisdicciones.
En este contexto, los
intentos de introducir nuevas tecnologías de votación en los últimos
años resultaron conflictivos en varios estados, incluidos Florida,
Maryland, Georgia, Nebraska e Indiana.
En algunos condados
de Florida --cuyo gobernador es el hermano del presidente George W.
Bush, Jeb--, continúa la guerra de trincheras al respecto. Los
conflictos continúan en 15 de los 67 condados, según el capítulo
estadual de Causa Común.
”Los condados
esperan mejoras en la tecnología de digitación en pantalla antes de
que se compren las máquinas”, dijo Mark Pritchett, director
ejecutivo del Grupo de Trabajo sobre Procedimientos Electorales de la
gobernación, al diario St. Petersburg Times.
El gobierno de
Florida no ordenó una auditoria independiente para los sistemas de
digitación en pantalla, ni el establecimiento de un sistema de
control en papel y decretó en abril la prohibición del escrutinio
manual en circuitos con votación electrónica, advirtió Causa Común.
Por estas razones, la
organización recomendó a los ciudadanos en 15 condados la votación
por correo, de modo de asegurarse que exista un registro del sufragio
en papel.
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