Estados Unidos

 

Repercusiones de la elección de Bush

Por Alex Callinicos (*)
Socialismo o Barbarie, periódico, 11/11/04

Un gran gemido se escuchó alrededor del mundo el jueves de la semana pasada, cuando quedó claro que George W. Bush había sido reelecto presidente de los Estados Unidos.

Aun los que dudaban que John Kerry hubiera sido mejor, se deprimieron al pensar que Bush y su pandilla de republicanos de derecha tendrán otros cuatro años para saquear y contaminar el planeta, y llevar adelante la guerra global que declararon después del 11 de septiembre del 2001.

"Creando realidad"

Hay buenas razones para temer lo que sucederá bajo un segundo período de Bush. En un artículo reciente publicado en The New York Times, el periodista Ron Suskind informó sobre una conversación que sostuvo con un consejero importante de la Casa Blanca en el 2002.

"El asesor me dijo que gente como yo éramos 'lo que nosotros llamamos la comunidad de los basados-en-la-realidad', a los que definía como personas que 'creen que las soluciones surgen de un estudio juicioso de la realidad discernible'.

" 'Hoy ésa no es la manera en que el mundo trabaja realmente', continuó diciendo. 'Nosotros ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Ahora somos actores de la historia... y usted, todos ustedes, se limitarán a estudiar lo que nosotros hacemos'.

Da, entonces, escalofríos pensar en Bush y sus consejeros neoconservadores, animados por su victoria en las elecciones, utilizando el poder militar del Pentágono para rehacer el mundo de acuerdo a los intereses del imperialismo norteamericano.

Pero, antes de deprimirnos demasiado, debemos recordar que los últimos cuatro años han demostrado los límites del poder de EEUU.

Los límites del poder norteamericano

Esto es verdad sobre todo en la principal tentativa de Bush de "crear realidad": la ocupación de Irak. El último número de la revista Newsweek pinta un retrato sorprendentemente horroroso de la situación que enfrenta la ocupación militar norteamericana.

"La verdad es que ninguno de los partidos [ni Bush, ni Kerry] evalúan plenamente la realidad de Iraq -que es que los rebeldes, desde todo punto de vista, están ganando-. Incluso el Secretario de Estado, Colin Powell, un ex general que sigue en contacto con los jefes del Comando Conjunto, ha reconocido eso privadamente a sus amigos en las últimas semanas.

"Los rebeldes han creado efectivamente un reino del terror a través del país, matando a miles, empujando al exilio a la elite y a los tecnócratas iraquíes y espantando a los extranjeros.

" 'Las cosas realmente van muy mal', reconoció un alto funcionario del gobierno interino de Iyad Allawi, que habló con Newsweek la semana pasada. 'Ahora la iniciativa está en manos de los insurgentes...'

"Hace un año, los rebeldes se limitaban a sabotear las líneas de electricidad y gas a centenares de millas de Bagdad. Hoy se mueven en los barrios (que antes eran seguros) del corazón de la capital, como una jungla que se va extendiendo y sofocando lo que queda de 'normal' en la sociedad iraquí.

"En la mayor parte de Iraq, pero especialmente en el triángulo sunnita, en el corazón del país, las tropas de EEUU son incapaces de controlar las calles y las carreteras, los pueblos y las ciudades.

"Y las tropas iraquíes aliadas simplemente no son numerosas, ni bien entrenadas, ni suficientemente confiables. Los ataques a la Coalición y a esas fuerzas iraquíes llegan ahora a la cifra de 100 por día. Las bajas entre los iraquíes son de lejos las más altas."

En Irak, EEUU se hunde en el pantano de una guerra de guerrillas. Pero las fuerzas de ocupación no ganan las guerras de guerrilla utilizando el poder aéreo y los sistemas de armas de alta tecnología en los que se especializa el Pentágono.

Sólo pueden ganar por la combinación de una estrategia política que consiga aislar a los rebeldes y desplegar un ejército lo suficiente grande para no dejarles territorio. Los EEUU no tienen ninguna de esas dos cosas en Irak.

La actual ofensiva norteamericana contra Falluja es un esfuerzo para destruir o dispersar la concentración aislada más grande de insurgentes.

Si este ataque tiene éxito, quizás genere bases más favorables para las elecciones organizadas para enero por EEUU y su régimen títere. Pero no hay razón para suponer de antemano que triunfará.

Por otra parte, en la medida en que el relativamente pequeño ejército norteamericano permanezca atado a Irak, a EEUU le será mucho más difícil flexionar sus músculos militares en otras partes del mundo. El régimen norcoreano aprendió eso desde hace tiempo.

El gobierno de Bush ha estado amenazando cada vez más al régimen de la República Islámica de Irán. Como a Corea del Norte, Washington los acusa de desarrollar armas nucleares.

Los fanáticos neoconservadores, como John Bolton y Paul Wolfowitz, pueden hacer cada vez más presión sobre Teherán. Pero mientras los insurgentes no sean derrotados en Irak, sería una locura increíble de parte de EEUU atacar a Irán, un país con una población de casi 70 millones y con tradiciones nacionalistas muy fuertes.

¿Pero por qué pudo ser reelegido?

Sin embargo, incluso si Bush no está en condiciones de conquistar el mundo, sigue planteada la pregunta: ¿por qué fue reelecto? Con el desastre de Irak y una tasa de desempleo más alta que cuando entró a la presidencia, ¿por qué fue capaz de ganar la mayoría del voto popular, algo en lo que fracasó al competir con Al Gore en las elecciones del 2000?.

El [diario británico] Daily Mirror lo atribuye a la estupidez de los que votaron por Bush. Y en su primera plana se pregunta: "¿Cómo 59.054.087 de personas pueden ser tan IMBÉCILES?" Pero esto no explica nada.

La sabiduría vulgar creía que la mayor concurrencia a las urnas favorecería a los demócratas. Esto se demostró falso. En cambio, la estrategia ideada por Karl Rove, consejero político de Bush, de movilizar a la "comunidad de basados-en-la-fe" -la derecha fundamentalista cristiana-, dio resultado.

Las elecciones del 2004 confirmaron que la sociedad norteamericana está enconada y casi igualmente dividida entre republicanos y demócratas. Pero aquí se da una paradoja.

Tanto el Partido Demócrata como el Republicano sostienen al gran capital, a la economía de libre mercado y al imperialismo de EEUU. Sólo se enfrentan violentamente alrededor de los llamados "asuntos culturales": los casamientos gays, el aborto, la investigación sobre los embriones.

Este contraste revela el arma secreta de los republicanos. Desde hace una generación, los trabajadores norteamericanos han sufrido severos golpes económicos, que se reflejan en el descenso del ingreso real de los hogares. Pero los demócratas como Kerry no dicen nada acerca de esos problemas que dominan la vida de los trabajadores. Los demócratas pertenecen al opulento mundo de las corporaciones, que han realizado ganancias inmensas desde el triunfo del neoliberalismo.

Esto permite a republicanos como Bush -que son también parte del mundo corporativo- desviar la cólera y la frustración de muchos trabajadores hacia los "terroristas", o hacia la llamada "elite liberal", [1] u otros objetivos imaginarios o secundarios... y así ganar su apoyo.

Como señala el teórico crítico Slavoj Žyžek, "la 'guerra moral' permite a las clases más bajas expresar su furia sin perturbar los intereses económicos dominantes".

Según una encuesta a "boca de urna" realizada por la Associated Press, el 22 por ciento de los que votaron, dijeron que los "valores morales" fueron la influencia principal en su voto. Pero la concurrencia fue sólo del 55 por ciento, lo que significa que muchos norteamericanos pobres se quedaron en casa.

Necesidad de una respuesta de clase

La única respuesta a esto es una política de clase que trate de enfocar la rabia de los trabajadores sobre la verdadera fuente de sus sufrimientos: la pequeña y supermillonaria clase de capitalistas que domina la sociedad norteamericana... y que compra tanto a demócratas como a republicanos según sus deseos.

Este es el significado del valiente esfuerzo de Ralph Nader y su pequeño grupo de partidarios para desarrollar una alternativa genuina a los dos principales partidos. Desde el resto del mundo, podemos apoyar a la izquierda norteamericana en esta tarea inmensa pero fundamental. Para eso, es necesario resistir en todos lados la política de Bush de guerra global permanente.

Notas:

(*) Dirigente del Socialist Workers Party (SWP) de Gran Bretaña. Traducción de Socialismo o Barbarie. Los subtítulos son del traductor.

1.- "Liberal" en EEUU equivale aproximadamente al término "progre" en Argentina y algunos otros países de habla hispana.

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