Los déficits de EEUU hacen que la calificación de sus
bonos sea cuestionada
Por
Aaron Lucchetti
The
Wall Street Journal/Americas, 07/12/04
En un acontecimiento que pone de relieve la creciente
preocupación por los dos déficit de Estados Unidos, algunos
inversionistas y analistas han empezado a cuestionar lo
incuestionable: la calificación "triple A" que se otorga a
los bonos del Tesoro.
Los inversionistas están nerviosos ante años
prolongados de déficit comercial y presupuestal. Sus temores se han
multiplicado debido a la depreciación del dólar y preguntas acerca
de cómo EEUU pagará por Medicare y el seguro social conforme se están
jubilando cada vez más personas pertenecientes a la generación de
posguerra.
Sugerir que EE. UU. tiene una calificación de crédito
triple A "sería sugerir que puede pagar sus facturas durante un
período largo de tiempo con una divisa estable", dice William
Gross, jefe de inversión en Pacific Investment Management Co., que
está a cargo del mayor fondo de inversión en bonos del país.
"Yeso ya no es cierto."
Por supuesto, los bonos del Tesoro siguen siendo la
referencia con respecto a la que se mide cualquier otra deuda. Los
rendimientos de los bonos permanecen relativamente bajos, lo que
demuestra la confianza que le tienen los inversionistas. Y las tres
principales firmas de calificación de crédito, Moody's Investors
Service, Standard & Poor's y Fitch Ratings, siguen calificando la
deuda de EEUU como triple A, sin que se vislumbre una rebaja en el
corto plazo.
"Esperamos que de algún modo los políticos piensen
en una reforma" para resolver Íos déficit y otros problemas
financieros, dice Steven Hess, un alto ejecutivo de crédito de
Moody's. De lo contrario, la clasificación de triple A estaría
"en riesgo en algún momento". En S&P, John Chambers,
director gerente de clasificaciones soberanas, tiene más confianza.
"La calificación triple A para EEUU está asegurada en todos los
escenarios razonables" que se planteen, dice.
Pero el viernes la recién creada firma de clasificación
de crédito Egan-Jones Ratings Co. envió un informe a sus clientes en
el que sostenía que los bonos estadounidenses deberían tener una
clasificación de doble A, dos niveles por debajo de la clasificación
máxima de triple-A y por debajo de la de países como "Canadá,
Reino Unido y Francia. Aunque sería de todos modos una clasificación
sólida, en términos de percepción existe un mundo de diferencia
entre doble A y triple A , en especial para un bono que ha sido y
sigue siendo el patrón oro de la seguridad en el mundo de las
inversiones.
La clasificación de deuda de un país influye en el
interés que tiene que pagar sobre el dinero que pide prestado. El
alto nivel de confianza de los inversionistas en EEUU ayuda a mantener
bajos los costos de endeudamiento de ese país.
¿Pero cuánta deuda puede asumir EEUU? Este año,
S&P estima que la deuda neta del gobierno estadounidense ascenderá
a un 60% del Producto Interno Bruto, muy por encima del nivel del 20%
que caracteriza a un país con una calificación de triple A. En los
últimos años, el déficit en cuenta corriente de EEUU, a su vez, ha
llegado a un 5,1% del PIB, una drástica alza frente al 1,6% de 1997,
según Moody's.
Muchos dicen que las cifras por sí solas no son motivo
de preocupación. La economía estadounidense es inmensa, crece con
vigor y los impuestos son relativamente bajos, lo que facilita el pago
de la deuda. EEUU también tiene otra ventaja: se endeuda en su propia
moneda, lo que implica que un declive del dólar no perjudica su
capacidad de pago.
Un dólar más débil es un arma de doble filo. Aunque
podría estimular las exportaciones, también podría provocar que los
inversionistas extranjeros reduzcan sus compras de bonos del Tesoro
para realizar inversiones más rentables.
Eso seguramente obligaría a EE. UU. a elevar sus tasas
de interés, afectando el valor de los bonos estadounidenses en
circulación y dificultando que EEUU pague sus deudas a futuro. Tasas
de interés más altas también podrían desacelerar la economía, lo
que afectaría la recaudación de impuestos del gobierno.
EE. UU. ha pasado por peores situaciones desde que
Moody's le otorgó por primera vez en 1917 la calificación de triple
A. Durante la Gran Depresión de los años 30, pagó a algunos
tenedores de bonos en dólares depreciados en vez de oro.
Durante la Segunda Guerra Mundial, adquirió una deuda
mayor que su PIB anual. Sus deudas también se incrementaron, sin
sufrir una reducción de su calificación de riesgo, durante la criI
sis energética de los años 70 y el aumento en el gasto de defensa
durante los 80.
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