Bush
tuvo que ceder ante Putin para rescatar su gira
Fin
del liderazgo de EEUU: fracaso con Europa
Por
Alfredo Jalife–Rahme
La Jornada, México, 27/02/05
Le
fue mejor a Baby Bush en su cumbre de Bratislava con el zar ruso Putin
que en las negociaciones con sus anteriores aliados de la "vieja
Europa", donde mejoró la cordialidad diplomática pero con nulo
avance en cuanto a sustancia se refiere, lo cual no tiene más remedio
que aceptar The Daily Telegraph (25 febrero 05) vinculado a los
neoconservadores straussianos del Pentágono. Más que por los
insulsos resultados del periplo bushiano por Europa, es superiormente
conspicuo el declive vertiginoso de Estados Unidos en el hemisferio
"americano" (sic), específicamente en Canadá y en
Venezuela, cuyos dirigentes han leído correctamente la fase de
transición que vive el planeta hacia el nuevo orden multipolar, que
en realidad tiende hacia la hexapolaridad.
Canadá
–que representa para EEUU lo que Ucrania para Rusia– le propinó
dos severos golpes al decadente bushismo unilateral: su espectacular
acuerdo energético con China, lo cual llevó a Baby Bush a emitir un
canto de cisne quejumbroso respecto de "nuestros más importantes
vecinos del norte" (Marshall Auerback; Asia Times, 25 enero 05).
¿A poco existen otros fuera de los canadienses?; y la declinación de
participar en el fantasioso escudo misilístico de defensa (My Way; 25
febrero 05), lo que ha puesto de cabeza a los estrategas
estadunidenses, si es que todavía quedan algunos.
No
es poca cosa la repulsa de Canadá, que durante la guerra fría
perteneció al Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica
(NORAD, por sus siglas en inglés). EEUU exhibe un preocupante
boquetazo en su esquema defensivo en el polo ártico, mientras la pléyade
de países en torno del polo antártico se aleja de la perniciosa
influencia neoliberal del eje anglosajón, como demostró la audaz
liberación económica de Argentina, que se acaba de escapar de las
garras hipotecarias de los buitres financieros de la globalización.
Más
allá de las perentorias descalificaciones de carácter personal a las
que recurren quienes carecen de estructura mental analítica –como
si la tríada neoliberal maligna del salinismo–zedillismo–foxismo
y el grotesco menemismo gaucho fuesen mejores que el chavismo,
Venezuela ("Pesadilla de una segunda Cuba para EEUU",
expectora la revista globalizadora The Economist, 25 febrero 05),
todavía principal abastecedor de petróleo a EEUU en el hemisferio
"americano"(sic), ha lanzado temerarios vectores estratégicos
hacia tres miembros del orden hexapolar: Rusia (compra de armas),
China (intercambio petrolero que pone en jaque al monopolio
cleptomaniaco de las petroleras texanas) y Brasil (alianza estratégica
multidimensional para crear el núcleo de la nueva nación
latinoamericana).
Los
éxitos del bushismo unilateral en Europa central, el Cáucaso,
Ucrania, en la mayor parte de Africa, y en ciertos puntos del Medio
Oriente, no son suficientes para compensar la derrota estratégica que
sufrió en Irak y que el planeta le cobra con creces al poner a la
defensiva el modelo dolarcéntrico, uno de sus principales pilares de
poder hegemónico global. Durante el periplo europeo de Baby Bush el
simple amago del banco central de Corea del Sur de diversificar sus
reservas en dólares (las cuartas más cuantiosas de Asia: más de 200
mil millones de dólares, es decir, tres veces superiores a las del
masoquista Banco de México) con otro tipo de instrumentos más
solventes, provocó pánico en los mercados que reaccionaron con las
alzas consabidas del euro, oro, plata y petróleo ("Quedaron
expuestas las vulnerabilidades de EEUU"; The Economist. 25
febrero 05).
Stephan
Richter, editor en jefe de la revista portavoz de la globalización
The Globalist (25 febrero 05), considera que "en realidad, la
visita del presidente Bush a Europa en el año 2005 se escenificó en
el contexto del mundo multipolar. A muchos les tomará tiempo darse
cuenta de ello –y algunos, si pudiesen, tratarán de resistir esta
visión hasta la eternidad". Muy severo, Richter sentencia que
"Alemania, Francia, Rusia, Japón y China descubrieron en el
pasado que la reputación de ser un líder internacional confiable es
muy difícil de reconstruir una vez que ha sido destruida"
("Bush en Europa: Fin de la primacía de su liderazgo"; The
Globalist, 21 febrero 05). Con justificada razón Joseph Biden,
senador demócrata experto en asuntos internacionales, le espetó a
Condi Rice durante un debate en la televisión: "no entiendo
nuestra política exterior" (De Defensa; 25 febrero 05).
Sydney
Blumenthal, anterior asesor de Clinton, desmenuza el fracaso bushiano
con Europa ("Perdido en Europa"; The Guardian; 25 febrero
05): "el presidente Bush llegó a un punto muerto en su política
exterior, pero fracasó en reconocer su apuro". Blumenthal
asevera que la diplomacia Europea "encajonó" a Bush
"quien no sabe qué hacer" en referencia a Irán y, en
relación con Rusia, "en el último minuto rescató su cumbre con
Vladimir Putin, quien rehúsa suavizar sus medidas autoritarias, por
medio de un acuerdo que salvaguarda el plutonio de Rusia susceptible
de ser usado para la producción de armas nucleares. Este programa había
sido negociado por Bill Clinton y había sido despreciado por Bush
hasta hace dos semanas". Sin haber descolgado ningún acuerdo con
la educada "vieja Europa", a Baby Bush no le quedó otra
alternativa que ceder en varios temas esenciales con Rusia.
Más
allá de su reprimenda teatral por la parálisis democrática del zar
Putin, ¿a cambio de qué Baby Bush avaló el ingreso de Rusia a la
Organización Mundial de Comercio, además de sepultar al grupo
oligarca de su aliado Mijail Jodorkovsky (miembro del grupo Carlyle)?
La jueza estadunidense Letitia Clark desechó el caso de quiebra
presentado en forma extraña y extraterritorial por los anteriores dueños
de la quebrada empresa petrolera Yukos ante la corte de Houston.
MosNews (25 febrero 05) comenta en forma puntillosa que la sentencia
se dio "horas después" (¡mucho ojo!) de la cumbre de
Bratislava, cuyo litigio "amenazaba abrir una brecha entre EEUU y
Rusia". El Kremlin "se había movido para poner bajo control
estatal los recursos energéticos vendidos en las caóticas
privatizaciones de la década de los 90". ¿De qué tamaño será
la triple hambruna geoestratégica, energética y diplomática de EEUU
para que el texano Baby Bush haya tenido que digerir la
renacionalización petrolera de Rusia? El zar ruso Putin actúa con
hechos vibrantes mientras deja la locuacidad publicitaria a cuenta de
Baby Bush, muy dado a evangelizar en el vacío sideral.
Cada
quien por su lado, The New York Times y Pravda (25 febrero 05)
concuerdan en que existieron aspectos más positivos que negativos en
la cumbre de Bratislava entre el zar ruso Putin y Baby Bush. Después
de fustigar la intromisión de Baby Bush en los asuntos domésticos
rusos, Timothy Bancroft–Hinchey, articulista de Pravda, señala
acuciosamente que la reunión ha sido positiva en "momentos en
que la política de Washington se encuentra tensa con la comunidad
internacional". A todo lo largo de Eurasia, a muy pocos
estrategas se les escapa el lastimoso aislamiento internacional de
EEUU en la etapa aciaga del bushismo unilateral.
En
paralelo, Konstantin Kosachev, mandamás del Comité de Asuntos
Internacionales de la Duma, festejó el resultado de la cumbre de
Bratislava, que pese a las discrepancias puso de manifiesto los
"intereses comunes" como la "estabilidad (sic) estratégica,
la no proliferación de armas de destrucción masiva, el combate
contra el terrorismo internacional, el diálogo (sic) energético, y
la regulación (sic) de conflictos regionales", así como la
"estrecha (sic) cooperación para arreglar (sic)" los
contenciosos de Norcorea y Medio Oriente.
No
fue una buena semana para el bushismo unilateral, que ha recurrido a
la hoja de parra de la "democracia" para intentar cubrir la
desnudez del emperador estadunidense que se quedó sin ropa geopolítica.
La aberrante "democracia" del bushismo unilateral es una clásica
antinomia (contradicción de dos conceptos excluyentes) debido a que
practica tanto el "totalitarismo doméstico" (la Ley Patriótica
y la Alerta de Información Total, TIA, por sus siglas en inglés,
ambos de corte orwelliano) así como el "totalitarismo foráneo"
que atenta triplemente contra la Convención de Ginebra (verbigracia
torturas de Abu Ghraib), el Tribunal Penal Internacional y el
Protocolo Ambiental de Kyoto, a los que se adhieren la aplastante
mayoría de los moradores de la biosfera. Sin remontarnos al fraude
electoral bananero de Florida que erigió a Baby Bush en la
presidencia en forma ilegítima, y sin contar el pisoteo de las leyes
internacionales enarboladas por la ONU, al invadir en forma ilegal
Irak, ¿cómo puede el bushismo unilateral, adicto al doble
totalitarismo doméstico y foráneo, aspirar a la
"democracia" y, peor aún, pretender pontificar al universo?
El
sitio sarcástico Xymphora (20 febrero 05) fustiga el "imperio de
la comunicación" de EEUU: "el imperio estadunidense es el
primero que no se basa en el poder militar –EEUU pierde todas las
guerras que libra– o en una fortaleza económica –su tambaleante
economía es enteramente dependiente de la continua buena voluntad de
sus acreedores–, sino en la publicidad de los medios masivos de
comunicación, de su identidad como un imperio. Puesto que es
solamente un imperio porque la gente cree que lo es, su caída del
poder será súbita cuando el mundo se dé cuenta que el imperio
estadunidense es verdaderamente un cúmulo de detritus". Vamos a
ver qué harán los todavía omnipotentes multimedia de EEUU sin su
imperio dolarcéntrico cuando los otros cinco integrantes del orden
hexapolar (la Unión Europea, Rusia, China, India y Brasil) compitan
también en la difusión de noticias a escala global.
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