El
gobierno Bush II
Karen
Hughes asume la dirección de la propaganda
Red
Voltaire, París,
07/04/05
Procedente de una familia de
oficiales superiores de extrema derecha, Karen Hughes se convirtió en
la confidente del gobernador Bush y, más tarde, en su consejera de
comunicaciones en la Casa Blanca. Ella concibió las campañas de
manipulación de la opinión para justificar los ataques contra
Afganistán e Irak. Actualmente está a cargo del sector «Propaganda»
en el Departamento de Estado.
El 14 de marzo de 2005, el
presidente George W. Bush nombró a Karen Hughes subsecretaria de
Estado para la Diplomacia Pública. El cargo estaba vacante desde la
renuncia, en el verano pasado, de Margaret DeB. Tutviller.
En el lenguaje políticamente correcto de Washington, la expresión «diplomacia
pública» se refiere a las acciones en que se busca influenciar a la
opinión pública extranjera. En los diccionarios británicos, esta
expresión aparece como sinónimo de «propaganda».
Karen Hughes es la hija del
mayor-general Harold R. Parfitt. Nacida en 1956, cuando su padre
estaba destacado en un cuartel en París, pasó toda su infancia y su
adolescencia en bases militares estadounidenses. En 1965, el
mayor-general es nombrado gobernador adjunto y posteriormente
gobernador de la Zona del Canal de Panamá y vicepresidente de la
Canal Company.
Con excepción del período
1968-75, en que sirvió en Vietnam y después en el Pentágono,
permanece en la Zona del Canal hasta que hasta este fue devuelto a la soberanía
y administración del Panamá, el 30 de septiembre de 1979.
Karen Hughes se crió, por
consiguiente, en un campamento donde no se aplicaba ninguna ley, ni
siquiera la Constitución de Estados Unidos. Allí regía solamente la
voluntad de su padre, el gobernador. En un ambiente colonial, una
división en clases separaba estrictamente a los «gold», o sea, los
militares estadounidenses, de los «silver», es decir, los numerosos
empleados domésticos panameños.
Es importante señalar que en la
base se encontraba la siniestra School of Americas, donde decenas de
miles de militares latinoamericanos se adiestraban para la lucha
contra el comunismo [1].
Allí mismo, además de los cursos
ideológicos, la escuela brindaba una formación en técnicas de tortura. La joven Karen no era en lo absoluto
responsable de ese modo de vida racista y de esas atrocidades. Más
tarde hubiese podido separarse de todo aquello. Nunca lo hizo.
En los años 70, las asociaciones
feministas logran promover una enmienda constitucional a favor de la
igualdad en el trabajo. Gracias a esa lucha, la Federal Communications
Commission (FCC) vigila minuciosamente los desequilibrios existentes
entre hombres y mujeres en la televisión.
Las cadenas se ven obligadas a
contratar masivamente mujeres periodistas y a pagar los salarios
atrasados a aquellas de sus empleadas cuyas remuneraciones eran
inferiores a las de los hombres. Este período brinda numerosas
oportunidades a jóvenes ambiciosas, sin que pueda decirse que
obtienen su cargo por sus cualidades o por el respeto a las cuotas
fijadas.
Karen Hughes se convierte así en
periodista audiovisual, oficio en el que no será recordada [2].
En 1984, Karen Hughes cambia de
lado del escenario. Se une al equipo de campaña Reagan-Bush, como
responsable de relaciones públicas, y así conoce a Bush «Junior».
Para la Sra. Hughes, esta experiencia es decisiva: acaba de encontrar
su camino. No volverá más al periodismo, prefiriendo dedicarse a la
comunicación política.
Asimismo, después de este
episodio, Karen Hughes participa en diversas campañas electorales
locales hasta 1992, fecha en que es contratada como directora
ejecutiva del Partido Republicano de Texas.
Naturalmente, se convierte en
vocero del candidato George Bush Junior, que aspira a ser gobernador
del Estado. Muy pronto trabaja junto a Karl
Rove: ella se ocupa de las relaciones públicas y él de
los golpes bajos. Este dúo infernal llega a convertir en ganador a
una figura que, fuera del hecho de que su padre era ex presidente de
los Estados Unidos, no parecía preparada para este tipo de mandato.
Para esta campaña, la Sra. Hughes
utiliza todos los argumentos que considera eficaces, como condenar las
nominaciones -efectuadas por el gobernador saliente- de gays y de
lesbianas en el gobierno local, e intensificar la lucha contra el
aborto. Este mismo papel, y con el mismo éxito, lo desempeñará de
nuevo cuando Junior ambiciona llegar a la Casa Blanca. Ella adivina
tan bien los papeles que él quiere desempeñar, que él ve en ella a
su alter ego.
Cada vez más escuchada por George
W. Bush, dirige muy pronto el sector de relaciones públicas de la
presidencia. En septiembre de 2001, supervisa los minutos de silencio
en memoria de las víctimas de los atentados.
Más tarde, junto al publicista
John Rendon, crea el Coalition Information Center que logrará
hacer creer a la opinión pública que Estados Unidos ataca a Afganistán
para capturar a Osama Ben Laden y así hacer justicia.
Es también ella quien concibe la
Office of Global Communications (Oficina de Comunicaciones Globales),
cuyo funcionamiento revelamos en estas columnas mucho antes de que
fuese documentado por la comisión Butler [3].
En todo caso, la Sra. Hughes deja
la Casa Blanca a fines de 2002, oficialmente para dedicarse a su vida
familiar. Pero este alejamiento no le impide participar todas las
semanas en las reuniones del White House Iraq Group (WHIG) y emitir
sus consejos sobre cómo hacer creer a la opinión pública que
Estados Unidos ataca a Irak para confiscar allí sus armas
de destrucción masiva.
El distanciamiento tampoco le
impide dirigir las relaciones públicas en momentos de crisis para la
Casa Blanca, como cuando Paul O’Neill publica un libro devastador
para el equipo presidencial, o cuando familias de las víctimas del 11 de septiembre reprochan al
Bush el haber utilizado videos de los atentados en los cortos
publicitarios de su campaña por la reelección.
Con un control total de todo lo que
dice, a pesar de una agresividad desbordante, Karen Hughes se ha
especializado en reparar los disparates verbales del presidente sin
caer a su vez en ellos; aparte de algunas imprudencias como sus
declaraciones de que los partidarios del aborto eran más peligrosos
que los terroristas.
Su nombramiento como subsecretaria
de Estado para la Diplomacia Pública fue propuesto por James Baker
III [4],
quien controla este cargo en el que había situado anteriormente a su
ex amante Margaret DeB. Tutwiller [5].
Edward Djerejian, director del
Institut Baker y autor de informes sobre la Diplomacia pública, hizo
algunos comentarios a los medios masivos de comunicación: «Queda
mucho por hacer. Cuando se derrumbó la Unión Soviética, creímos
que las guerras ideológicas habían terminado y desmantelamos
nuestras herramientas de comunicación internacional. Desde entonces
nada nos ha salido bien» [6].
También presente en su
nombramiento, el publicista David Morey aclara: «La verdad es la
mejor propaganda del mundo; por eso su trabajo será decir la verdad
como propaganda, y hacerlo hábilmente, y creo que ella lo logrará»
[7].
Así que ya estamos avisados.
Notas:
[1]
Ver: Anuario
interno de los graduados en la Escuela de las Américas, biblioteca del Réseau Voltaire
(en francés).
[2]
BushWomen, Tales of a Cynical Species por Laura Flanders,
Verso, 2004.
[3]
«Les États-Unis
et le Royaume-Uni font propagande commune» (Los EEUU y el Reino Unido hacen su propaganda
juntos), texto en francés, por Thierry Meyssan, Voltaire, 21 de enero
de 2003.
[4]
«James Baker
III, un ami fidèle» (James Baker III un amigo fiel) texto en francés,
Voltaire, 16 de diciembre de 2003.
[5]
«Vendre la démocratie
de marché» (vender la democracia de mercado) texto en francés,
Voltaire, 13 de febrero de 2004.
[6] «Much needs to be done. When the Soviet Union collapsed,
we thought the ideological wars were over and dismantled our
international communications capability. Ever since, we really haven’t
gotten it right». Citado en «Karen Hughes picked to polish U.S.
image» por Julie Manson, diario de TexasHouston Chronicle, 15
de marzo de 2005.
[7] «Truth is the best propaganda around the world, so it
will be her job to tell the truth as propaganda, and do that in a very
skillful way, and I think she’ll do that». Citado en «Hughes Is Picked for Image Job» por Paul
Richter, diario Los Angeles Times, 15 de marzo de 2005.
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