Cinco
mitos y realidades del imperio estadounidense
Por
James Petras
Alia2,
21/04/05
Traducción de Sinfo Fernández
Mito
1: EEUU
tiene un enorme déficit comercial con "China" que, en 2004,
ascendió a 162.000 millones de dólares.
Realidad:
Hay dos errores básicos en esa afirmación: 1) casi la mitad del
"déficit comercial" está conformado por las exportaciones
que las corporaciones multinacionales estadounidenses (MNC, en sus
siglas en inglés) en China realizan al "mercado interior"
de su país. 2) Lo que aparece denominado como "China" y
"EEUU" es una ficción porque la transacción comercial
tiene lugar dentro de una red mundial o "imperio", en la
cual el crecimiento de las "exportaciones" y los "superávit"
comerciales corresponden a las MNC estadounidenses y el "déficit"
comercial afecta a la economía doméstica de EEUU. El método chino
de cálculo del desequilibrio comercial no incluye las exportaciones
de las MNC estadounidenses con sede en China a sus compañías en EEUU.
Mito
2:
El imperio estadounidense se ha extendido con éxito debido a sus
actividades militares – guerras, invasiones y equipos especiales
para realizar asesinatos.
Realidad:
En realidad, las guerras e intervenciones militares de EEUU han sido
las armas menos apropiadas para construir un imperio – de lo que dan
testimonio las prolongadas y costosas guerras en Iraq y Afganistán,
así como la resistencia popular en Haití. Los avances imperialistas
han ido por mejor camino a la hora de conquistar países a través de
la menos costosa vía civil – intervención política, elecciones
fraudulentas, organización y financiación de dirigentes de paja y de
"fachadas" de organizaciones no gubernamentales, y sobornos
a partidos políticos.
Los
casos de Ucrania, Georgia y Kirguizistán son ilustrativos. Otros éxitos
anteriores incluyeron a Nicaragua y El Salvador en Centroamérica. En
Sudamérica, la influencia económica, política e ideológica de EEUU
y las alianzas estratégicas con supuestos partidos y regímenes de
"centro–izquierda" han convertido con éxito a Brasil,
Argentina, Bolivia, Perú y Ecuador en clientes libre–mercado del
Imperio.
Mito
3: Los
triunfales resultados electorales en la antigua Unión Soviética
constituyen una reflexión sobre el creciente deseo popular de
democracia y libre mercado.
Realidad:
Todos y cada uno de los resultados electorales en la antigua Unión
Soviética fueron organizados y financiados por funcionarios
extranjeros que no habían sido elegidos, que ajustaban las agendas,
elegían a los dirigentes y, consecuentemente, incorporaban a los
nuevos regímenes a su órbita imperial.
Las
elecciones no tenían nada que ver con la democracia, sino que todo
estaba referido a la construcción del imperio. La prueba de todo ello
se ve claramente en la rápida privatización y transferencia de
empresas públicas al capital extranjero, en la incorporación de los
nuevos regímenes a la OTAN, y en el gobierno de una nueva elite política
corrupta más interesada en el FMI que en el electorado.
Mito
4:
"Asia"
es un poder global creciente que llegará a desafiar la supremacía
global de EEUU.
Realidad:
Esta "profecía" simplista tiene numerosas e importantes
grietas. En primer lugar, "Asia" no es un bloque homogéneo
unificado – algunos países viven en crisis permanente (Filipinas,
Birmania, Nepal, etc...), otros están en conflicto entre ellos
mismos, mientras que un tercer bloque ha suscrito alianzas con EEUU
contra otros países asiáticos. India, Pakistán, Corea del Sur y Japón
han firmado recientemente acuerdos económicos y de seguridad con el régimen
imperial estadounidense. Corea del Sur y China están en conflicto con
Japón por asuntos de aguas territoriales y políticas militares.
Taiwan es de facto aliada de EEUU.
EEUU
está jugando con éxito con India y Pakistán según le conviene. En
segundo lugar, es asimismo importante tener cuenta que lo que
normalmente se considera como poder económico "chino" en
realidad son MNC europeas y estadounidenses ancladas en enclaves de la
costa exportando de vuelta a sus compañías en Europa y EEUU.
Finalmente, EEUU ha extendido y profundizado en gran medida su
presencia militar por todo el Sureste Asiático a través de numerosas
bases militares en Uzbekistán, Kirguizistán, Kazajastan, Afganistán,
Georgia e Iraq – con perspectivas de nuevas bases en Ucrania y
Filipinas.
Mito
5: La
victoria del imperialismo estadounidense sobre el comunismo ha
fortalecido la supremacía industrial y tecnológica de EEUU.
Realidad:
La derrota de los regímenes nacionalistas y comunistas ha llevado al
rápido desmantelamiento de la industria estadounidense y a la
continuada recolocación de empresas importantes de tecnología en la
India y en otros países con profesionales cualificados que resultan
baratos. De modo progresivo, la economía estadounidense se va
convirtiendo en una "economía de servicios" compuesta, en
la cima, por una élite de financieros bien pagada, artistas y
banqueros inversores y, en la base, por una masa creciente de
trabajadores del sector servicios mal pagados, sin seguros, colocados
en el comercio al por menor, restaurantes, hoteles, servicios de
conserjería y trabajo de oficina.
MNC
estadounidenses importantes, como General Motors y Ford, se sitúan sólo
una muesca por encima del estatus de los "bonos basura",
mientras que todas las compañías aéreas importantes están en/o
cerca de la bancarrota, con trabajadores convertidos en carne de cañón,
salarios a la baja, ausencia de pensiones y de programas sanitarios
para empleados y jubilados.
Los
economistas burgueses han argumentado que la recolocación y
localización exterior de empresas de manufacturas en países poco
desarrollados se vería compensada por un aumento de los empleos muy
cualificados y de puestos de trabajo servicios bien pagados en el
sector servicios de los centros imperiales. Se ha comprobado que esta
idea era falsa: Las MNC se han movido a los países del Tercer Mundo
para buscar personal muy cualificado del sector servicios. En la
actualidad, Microsoft, CISCO, Intel, Hewlett–Packard se han
trasladado todas a investigar y diseñar en Bangalore, India, hogar de
150.000 ingenieros de software.
Según
el Financial Times (6 abril 2005, pág. 4, Sección Especial) un total
de 826.540 puestos de trabajo en el sector de la tecnología de la
información, con un monto salarial por valor de 51.600 millones de dólares,
fueron exportados por EEUU, Europa y Japón a países
subdesarrollados. En EEUU, decenas de miles de ingenieros de software
están en paro o trabajando a tiempo parcial como "empleados bajo
contrato".
Conclusión
Paradójicamente,
la derrota del comunismo provocó la recolocación del capital
imperial, lo que a su vez ha producido la decadencia de las
manufacturas domésticas y de las industrias de alta tecnología en
los "países avanzados". Mientras que el imperio y sus
principales herramientas, las corporaciones multinacionales y los
bancos, crecen y las bases militares proliferan, la economía doméstica
se viene abajo, aplastada por deudas y déficits, empleo inestable mal
pagado y poco cualificado y desempleo para los trabajadores y
profesionales cualificados.
El
sector que aumenta con mayor velocidad en EEUU es la masa creciente de
trabajadores del sector servicios mal pagados que compiten con la cada
vez peor retribuida mano de obra inmigrante. Los dirigentes del
imperio económico y militar temen poco a las "masas", que
parecen preocuparse más por la muerte del Papa, por el juicio por
pederastia a Michael Jackson, por las compras en Wal–Mart y por
ondear la bandera que en oponerse al imperio que está destruyendo sus
medios de subsistencia.
No
hay duda de que el Imperio estadounidense está todavía en expansión,
que ha sitiado con éxito a Rusia y China, y que sus MNC han
conseguido bajar costes e incrementar beneficios vía recolocación.
La debilidad estratégica del imperio de EEUU está en sus fracasadas
intervenciones militares y en la destrucción sistemática de su
estructura productiva y tecnológica dentro de EEUU. Mientras que la
"superestructura" del Imperio sigue creciendo, la "base
doméstica" de la República se derrumba con rapidez; políticos
demagógicos promueven el fundamentalismo místico religioso, el
chauvinismo militar y la especulación masiva en el terreno
inmobiliario. El Imperio se derrumbará no por la competición con
Asia o Europa sino porque ha llegado ser demasiado competitivo y ha
destruido sus cimientos domésticos en el camino.
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