EEUU–India
Acuerdo
nuclear sacude el tablero mundial
Por Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 20/07/05
Washington.
El acuerdo firmado esta semana por el presidente estadounidense George
W. Bush y el primer ministro indio Manmohan Singh para la venta de
avanzada tecnología nuclear de Estados Unidos a India confirma un
giro político de Washington con consecuencias mundiales y regionales,
según expertos.
Por
un lado, el gobierno de Bush parece haber dado la espalda a una
estrategia de 30 años para disuadir a los países no signatarios del
Tratado de No Proliferación Nuclear de adquirir armas atómicas, así
como a la tradicional inclinación de Estados Unidos hacia Pakistán,
rival de India, para promover un equilibrio de poderes en Asia
meridional.
Aunque
Washington aceptó en marzo vender a Pakistán avanzados aviones de
combate largamente reclamados por ese gobierno, Islamabad anunció el
lunes que postergaría una visita del primer ministro Shaukat Aziz a
la Casa Blanca, programada para la semana próxima.
Muchos
consideraron la postergación como una medida de protesta, pero
funcionarios pakistaníes negaron que estuviera relacionada con el
nuevo acuerdo.
Al
mismo tiempo, el acuerdo del lunes y otro pacto bilateral de defensa
firmado hace tres semanas, que vuelve a Nueva Delhi elegible para
comprar avanzados equipos militares estadounidenses, marcan una nueva
etapa en los esfuerzos de Washington por convertir a India en un
aliado que sirva de contrapeso para China.
Distintas
fuerzas de Washington, especialmente del Pentágono (Departamento de
Defensa), consideran que China es la mayor amenaza de largo plazo para
el mantenimiento de la hegemonía estadounidense en Asia.
Los
nuevos acuerdos con India "son vistos como un bloque más en la
estrategia de contención de China", observó Joseph Cirincione,
un analista de política exterior de la Fundación Carnegie para la
Paz Internacional, quien también consideró "un gran error"
la decisión de Bush de vender combustible y tecnología nucleares a
Nueva Delhi.
El
último pacto "favorece a India pero debilita todo objetivo de no
proliferación y volverá mucho más difícil la cooperación
internacional necesaria para prevenir el aumento de armas atómicas",
dijo a IPS, y agregó que ahora será mucho más fácil para Rusia
defender sus ventas de equipos nucleares a Irán.
"Muchos
países que quieren tener tecnología nuclear de uso civil pero también
se sienten inseguros sin armas atómicas se preguntarán ahora cuál
es la sustancia de la política estadounidense, dado que trata con
suavidad a los países que tienen esas armas y con fuerza a los que no
las tienen", advirtió Arjun Majijani, director del Instituto de
Investigaciones sobre Energía y Ambiente (IEER), con sede en el
oriental estado de Maryland.
El
acuerdo nuclear, firmado durante una visita de Estado de Singh a
Washington, fue el último paso en un cortejo bilateral que comenzó
poco después de la desintegración en 1991 de la Unión Soviética,
aliado de Nueva Delhi durante la guerra fría.
Ese
cortejo llegó a su punto máximo a fines de la década de 1990,
cuando Washington intervino para calmar la tensión entre India y
Pakistán, al borde de una tercera guerra, y se aceleró después de
los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
La
importancia de la visita de Singh quedó de manifiesto en el
tratamiento de alfombra roja que recibió de Bush, con sesión
conjunta en el Congreso y cena formal incluidas.
Singh
no recibió todo lo que pretendía: Bush no apoyó públicamente la
candidatura de India a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas ni levantó su oposición a la construcción de
un gasoducto entre Irán e India, pasando por Pakistán.
Sin
embargo, la prensa india celebró el acuerdo nuclear como un paso histórico
y una confirmación de la transformación de India en una nueva
potencia mundial.
India,
que nunca firmó el Tratado de No Proliferación, sorprendió al mundo
al detonar una bomba nuclear en 1974, y luego otra vez en 1998, cuando
realizó tres pruebas atómicas nucleares subterráneas que fueron
seguidas de inmediato por ensayos nucleares de Pakistán, llevando la
tensión entre ambos países a un máximo.
Washington
respondió a la prueba de 1974 con el corte de la cooperación nuclear
bilateral y la creación del Grupo de Proveedores Nucleares, ahora
integrado por 44 países, que acordó no transferir tecnología
nuclear "sensible" a países no signatarios del Tratado de
No Proliferación o que no aceptaran inspecciones completas de la
Agencia Internacional de Energía Atómica.
Tras
las pruebas de 1998, el gobierno de Bill Clinton (1993–2001) impuso
sanciones económicas a India, que Bush levantó después del 11 de
septiembre de 2001.
Expertos
nucleares señalaron que el acuerdo del lunes amenaza en particular al
Grupo de Proveedores Nucleares.
"La
idea era no compensar a los países que construyeran armas
nucleares", recordó George Perkovich, otro analista de Carnegie
especializado en asuntos de Asia meridional.
"Queremos
que otros países nos ayuden a aplicar las reglas, pero si nosotros
mismos las rompemos, ellos pueden no aplicarlas y hacer lo que no
queremos que hagan", comentó, y sugirió que China podría ahora
vender tecnología nuclear a Pakistán, que tampoco integra el Tratado
de No Proliferación.
Se
prevé que Bush pedirá al Grupo de No Proliferación que modifique
sus normas, pero también que Francia y Rusia, dos miembros de ese
grupo, se opondrán, señaló Cirincione.
"Si
Bush logra que otros cambien las normas, no hay objeciones, pero si no
lo logra e igualmente sigue adelante con sus planes, estará rompiendo
normas establecidas y habrá graves problemas", advirtió
Perkovich.
Bienvenida al club de
las potencias nucleares
Por Praful Bidwai
Inter
Press Service (IPS),
19/07/05
Nueva
Delhi. Más de 30 años después que Estados Unidos se retirara de un
acuerdo de cooperación nuclear con India porque este país realizó
una prueba atómica, ambos gobiernos acordaron reanudar la colaboración
sobre energía nuclear de uso civil.
Una
declaración conjunta emitida este martes en Washington por el
presidente estadounidense George W. Bush y el visitante primer
ministro indio Manmohan Singh dice que Estados Unidos ”trabajará
ahora con amigos y aliados para ajustar regímenes internacionales a
fin de permitir el pleno comercio de energía nuclear con India”.
En
esencia, esto significa que Washington aceptó a India como nueva
potencia nuclear, aunque eufemísticamente la llama ”nación con
avanzada tecnología nuclear”.
El
pacto también implica una dilución del actual régimen nuclear
mundial, basado en el Tratado de No Proliferación Nuclear, que sólo
reconoce a cinco potencias atómicas, los cinco miembros permanentes
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con poder de veto
(Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China).
Esos
cinco países cruzaron el umbral nuclear antes de 1967, mientras que
India sólo se autodeclaró potencia nuclear en mayo de 1998, cuando
realizó su primera prueba atómica abierta.
En
el acuerdo firmado entre Bush y Singh, Estados Unidos prometió vender
materiales y equipos nucleares a India, y también involucrarla en
”avanzadas” áreas de investigación.
Esto
podría significar un papel para India en el Reactor Termonuclear
Experimental Internacional, que experimentará con reacciones de fusión.
La fusión libera energía mediante la aglomeración forzada de núcleos,
a diferencia de la fisión, en que se dividen los núcleos para
liberar energía.
A
cambio, India ”asumirá las mismas responsabilidades” y
”adquirirá los mismos beneficios y ventajas que otros países con
avanzada tecnología nuclear”.
Además
de ”esforzarse para prevenir la proliferación mundial de armas de
destrucción masiva”, India tomará una serie de medidas para
”identificar y separar instalaciones y programas nucleares militares
de los civiles”.
Nueva
Delhi también deberá presentar una declaración sobre sus
instalaciones civiles a la Agencia Internacional de Energía Atómica
y someterlas a sus normas, continuar con su ”moratoria unilateral de
pruebas nucleares” y trabajar con Estados Unidos para la conclusión
de un tratado multilateral sobre materiales físiles.
El
acuerdo también obliga a India a ”asegurar los materiales y la
tecnología nuclear mediante leyes de control de exportaciones” y
mediante la ”adherencia a las pautas del Régimen de Control de la
Tecnología Misilístia y al Grupo de Proveedores Nucleares”, aunque
no pertenece a ninguno de los dos.
En
Estados Unidos existen profundas divisiones sobre la reestructuración
del nuevo orden nuclear mundial para incluir a India.
Expertos
como Ashley J. Tellis opinan que Washington debe integrar a India al régimen
de no proliferación considerándola una potencia nuclear de facto y
transfiriéndole tecnología nuclear, pero bajo salvaguardas.
Otros,
como George Perkovich, creen que ”Estados Unidos y otros países no
deben modificar el régimen de no proliferación nuclear para
complacer el deseo de India de acceder a la tecnología nuclear”.
”El
costo de faltar a la palabra dada a países como Japón, Sudáfrica,
Brasil, Argentina, Suecia y otros que renunciaron a las armas atómicas
es demasiado alto”, advirtió Perkovich.
Esos
países son proveedores nucleares, que probablemente se resistirán a
la flexibilización del régimen mundial de no proliferación.
También
se prevé resistencia del lado indio.
”El
primer problema con el acuerdo es que no toma en cuenta que el espacio
para una cooperación nuclear significativa entre India y Estados
Unidos es muy limitado”, señaló A. Gopalakrishnan, ingeniero
nuclear y ex presidente de la Junta Regulatoria de Energía Atómica
de India.
”Estados
Unidos no tiene actualmente conocimientos especializados en el diseño,
la construcción, el funcionamiento, el mantenimiento de la seguridad
de los reactores que India tiene o prevé incluir en su programa
nuclear”, observó.
Estados
Unidos no posee reactores comerciales de agua pesada basados en uranio
natural, que son la base del programa nuclear de India.
Además,
la dependencia externa es inaceptable para muchas autoridades indias,
en especial del Departamento de Energía Atómica.
”En
este Departamento creemos en la doctrina del autoabastecimiento y la
independencia en asuntos nucleares”, declaró una fuente del
organismo, que solicitó reserva.
Sin
embargo, en el pasado India importó clandestinamente tecnología o
materiales nucleares de diversas fuentes, como Estados Unidos, China,
la ex Unión Soviética, Rusia, Francia, Noruega y Gran Bretaña.
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