El
'Katrina' desgasta aún más a Bush
Por Xavier
Mas de Xaxàs
Enviado
especial a EEUU
La
Vanguardia, 08/09/05
El
huracán Katrina ha supuesto un duro revés para la política económica
del presidente George W. Bush, que ayer tuvo que pedir 50.000 millones
de dólares más al Congreso. El coste económico de la operaciones de
rescate, así como de la reconstrucción de la zona devastada, sin
embargo, será mucho más alto y podría alcanzar los 200.000 millones
de dólares.
Cada
día, el Estado gasta entre 1.000 y 2.000 millones de dólares y el
senador Bill Frist, líder de la mayoría republicana, sitúa el coste
total entre los 100.000 y los 200.000 millones de dólares, mientras
que su colega demócrata Harry Reid habla de 150.000. Estas cifras son
similares al coste anual de la guerra en Iraq (100.000 millones de dólares)
y superan con creces los daños causados por los atentados del 11-S.
Nueva York, por ejemplo, recibió 21.000 millones para reconstruir la
zona cero. El pago de la factura del Katrina, por lo tanto, obligará
a la Casa Blanca a replantearse la bajada de impuestos y los recortes
en prestaciones sociales que tenía previsto llevar a cabo este mismo
mes para reducir el déficit fiscal.
La
economía estadounidense, sin embargo, está previsto que resista sin
problemas. Aunque la Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que
en los próximos meses se perderán 400.000 empleos y anticipa que el
PIB puede llegar a crecer un punto menos de lo anticipado, Wall Street
se muestra optimista, y la mejor prueba de ellos es que el Dow Jones
ha recuperado esta semana gran parte del terreno perdido y ahora sólo
está un 1,28% por debajo de los niveles del pasado mes de enero.
Que
los efectos del Katrina sean más o menos intensos depende de lo que
se tarde en volver a ponerse en marcha la industria petroquímica del
golfo de México, por la que pasa el 50% del petróleo que se consume
en Estados Unidos. La mitad de las refinerías vuelven a funcionar.
Esta buena noticia, unida a que Estados Unidos tiene acceso a las
reservas petroleras de emergencia en Europa y Asia, ha colocado el
barril de crudo en precios anteriores al huracán.
La
Oficina Presupuestaria del Congreso (OPC), una entidad no partidista
que asesora a los congresistas en asuntos económicos y
presupuestarios, había calculado un crecimiento del PIB para este año
del 3,7%. Esta cifra podría reducirse entre un 0,5% y un 1%, pero
para ello sería necesario que el precio de la gasolina subiera un
40%, y es pronto para saber si esto será así.
Mientras
la economía estadounidense parece que saldrá adelante - la OPC
mantiene un crecimiento para el 2006 del 3,4% en gran parte gracias al
empujón a la economía que darán las tareas de reconstrucción-, a
la Casa Blanca no le salen los números. El presidente anunció en
julio que cerraría el año con un déficit de 333.000 millones de dólares,
79.000 menos que en el 2004. Ahora, sin embargo, cada dólar que pide
extra al Congreso es un número rojo más. Si la semana pasada solicitó
10.500 millones, ayer pidió 50.000 más.
Estaba
previsto reducir el déficit recortando el presupuesto de educación,
así como las prestaciones sociales a los más desfavorecidos:
alimentación, vivienda y sanidad. Ahora, sin embargo, no sólo será
mucho más impopular que antes la eliminación de estos subsidios,
sino que la Casa Blanca tendrá que asumir el coste que supone tener a
más de un millón de personas desplazadas. En consecuencia, será difícil
que el presidente mantenga la promesa de recortar más impuestos a los
ricos. El Katrina, en este sentido, podrá contribuir a reequilibrar
las desigualdades sociales y rehacer el estado que la Administración
tanto se ha empeñado en atrofiar.
El
Katrina deja la popularidad de Bush en mínimos históricos
El
huracán aumenta el pesimismo entre la población sobre el rumbo del
país
La
Vanguardia, 08/09/05
Washington.
(EFE).- La popularidad del presidente de EE.UU., George W. Bush, bajó
al mínimo histórico del 41 por ciento, tras la gestión de su
gobierno en el desastre que causó el huracán Katrina, según una
encuesta publicada hoy por la firma Zogby America.
El
sondeo, realizado con entrevistas a 1.157 personas en edad de votar de
todo el país los pasados martes y miércoles, muestra también que la
mayoría de los encuestados -el 69 por ciento-, cree que la Cruz Roja
respondió mejor a la crisis que el Gobierno federal, frente al 17 por
ciento que opinan lo contrario.
Katrina
también ha provocado un incremento del pesimismo sobre el rumbo de
Estados Unidos, ya que una mayoría del 53 por ciento de los
encuestados opina que el país avanza en mala dirección frente a un
42 por ciento que asegura que está bien encaminado.
Este
resultado contrasta con el del último sondeo de Zogby, realizado a
finales del mes de julio pasado, en el que un 46 por ciento
consideraba positivo el rumbo de EE.UU. y un 47 por ciento lo veía
negativo.
Los
efectos del huracán no sólo han repercutido en la popularidad de
Bush, sino también en la de todos los niveles del Gobierno, añade el
comunicado difundido por Zogby.
Sólo
un tercio de los encuestados, el 32 por ciento, opina que la
administración actuó bien tras la catástrofe, frente al 66 por
ciento que califica de negativa su respuesta, según la misma
encuesta, que tiene un margen de error del 2,9 por ciento.
Un
27 por ciento cree que el presidente Bush es el que tiene la culpa de
la mala respuesta gubernamental, mientras que un 22 por ciento opina
que es más culpable el director de la Agencia Federal de Gestión de
Emergencias (FEMA), Michael Brown.
Según
John Zogby, el presidente de la compañía encuestadora, Bush ha
logrado al inicio de su segundo mandato lo que consiguió su padre, el
ex presidente George Bush, en un sólo mandato, es decir, "pasar
de un nivel récord de popularidad tras el 11-S a los números
actuales".
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