Bush: Un pato cojo
en las aguas de Katrina
Por Jim Lobe
Inter
Press Service (IPS), 16/09/05
Washington. Más de dos
semanas después que el huracán Katrina barriera la sudoriental
ciudad de Nueva Orleans, el presidente estadounidense George W. Bush
lucha por mantenerse a flote en medio del descontento popular.
Una serie de encuestas
revelaron esta semana que la confianza pública en el liderazgo de
Bush y en su manejo de una variedad de asuntos (desde la ayuda de
emergencia hasta la guerra en Iraq) ha caído a niveles sin
precedentes, y que el ánimo nacional se ha vuelto claramente
negativo.
Aun más preocupante
para las esperanzas de Bush de retener su poder político,
republicanos moderados están desertando del partido de gobierno y
autodeclarados independientes dicen que se proponen votar al opositor
Partido Demócrata en las próximas elecciones legislativas, por un
margen de dos a uno.
Según una encuesta del
Centro de Investigaciones Pew para la Gente y la Prensa, casi la mitad
de todos los entrevistados quieren que la mayoría de los miembros del
Congreso legislativo, controlado por republicanos, sean expulsados de
sus escaños en las elecciones del año próximo.
Tal grado de
insatisfacción con los legisladores nacionales sólo fue superado
antes de los comicios de 1994 cuando, en un terremoto político, los
republicanos tomaron el control de la Cámara de Representantes por
primera vez en 40 años.
Estos resultados
"sugieren que vendrán días de inestabilidad en la asamblea
republicana", dijo al diario The Wall Street Journal el
encuestador republicano Bill McInturff.
En un análisis de su
propio sondeo, realizado junto con el canal de televisión NBC News,
el periódico concluyó que los legisladores republicanos del noreste
y el medio oeste estarán bajo fuerte presión para distanciarse de
Bush debido al gran descontento en esas dos regiones con la gestión
presidencial.
Las últimas encuestas
fueron realizadas entre el 8 y el 13 de este mes, y se publicaron en
la víspera de un discurso de Bush a la nación desde Nueva Orleans,
en la noche del jueves 15. En su alocución, el mandatario anunció
una reconstrucción masiva con fondos federales en los estados de la
costa del Golfo devastados por el huracán Katrina.
Todos los sondeos
sugieren que al presidente le resultará difícil sostener su plan de
"mantener el rumbo" en Iraq y en la "guerra mundial
contra el terrorismo" si persisten las actuales actitudes.
Aunque una estrecha
mayoría (51 por ciento) de los encuestados por el Centro Pew todavía
cree que los soldados estadounidenses deben permanecer en Iraq hasta
que la situación se estabilice, una mayoría más importante (55 por
ciento) de los entrevistados por el Journal y NBC opinaron que el número
de soldados en Iraq se debe reducir.
Cincuenta y siete por
ciento de los encuestados por Pew expresaron su voluntad de que se
fije un plazo para el repliegue, frente a 49 por ciento el pasado
julio.
Además, la confianza
en el manejo de la guerra por Bush sigue deteriorándose, en especial
entre demócratas e independientes, según Pew. Cuatro de cada 10
votantes creen ahora que Iraq puede convertirse en otro Vietnam, en
comparación con 29 por ciento hace un año.
El sondeo del Journal y
NBC también indicó que cuatro de cada 10 estadounidenses consideran
que "reducir el gasto en la guerra en Iraq" es la mejor
forma de financiar la recuperación de las áreas afectadas por
Katrina.
Quizá la conclusión más
notable de ambas encuestas y de una tercera realizada por The New York
Times y CBS News, publicada el jueves, es el ánimo pesimista del público
y su falta de confianza en el liderazgo de Bush.
El sondeo del Times y
CBS sugiere que más de 60 por ciento de los estadounidenses siente
que el presidente no comparte sus prioridades nacionales, y que un
porcentaje similar considera que el país está en el mal camino.
Mientras, 45 por ciento
opinaron que Bush carece de "fuertes calidades de líder".
Este es el porcentaje más alto desde que la misma pregunta fue
planteada en encuestas en 1999, cuando el mandatario se preparaba para
postularse para la presidencia.
El público está
repartido en mitades en cuanto a su evaluación de la capacidad de
Bush de manejar una crisis, y sólo 43 por ciento considera que el
mandatario tiene "fuertes" cualidades de líder, reveló la
encuesta del Journal y NBC.
El mismo sondeo reveló
que el público se ha vuelto muy pesimista sobre la economía: 49 por
ciento prevé que empeorará el año próximo, y sólo 16 por ciento
cree que mejorará. En enero, los porcentajes eran exactamente
inversos.
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