Estados Unidos

 

El gobierno de EEUU reparte contratos para el gran negocio de la reconstrucción

Una nueva versión de Nueva Orleáns, tipo Disneylandia

Por David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 22/09/05

Nueva York se inundó de música para Nueva Orleáns, mientras el presidente George W. Bush viajó por quinta ocasión a la zona del Golfo para probar qué tan preocupado está por los pobres, y su gobierno otorga contratos multimillonarios y revisa planes de reconstrucción para crear una nueva versión de Nueva Orleáns, tipo Disneylandia.

Y es que mientras para algunos el desastre y la "reconstrucción" son motivo de una respuesta humanitaria, para otros es negocio. Mientras continúan las críticas de la respuesta inepta e ineficaz del gobierno a la catástrofe de Katrina, ese mismo gobierno ha mostrado gran agilidad y eficiencia en otorgar contratos y elaborar planes pro–empresariales para el "desarrollo económico" de la zona. Así, mientras la música expresa esperanza y solidaridad, en otros antros sólo se escucha el sonido de monedas entre compadrazgos políticos y empresariales.

Bush ahora repite que los planes de emergencia para ciudades estadounidenses necesitan ser revisados, y que la cooperación entre los gobiernos locales y federales ahora son también, igual que la guerra en Irak, "un asunto de seguridad nacional".

Obligado por la opinión pública a reconocer que su gobierno fue responsable de un fracaso, Bush busca dejar atrás los errores y enfocar la atención en el futuro. "Katrina reveló problemas serios en nuestra capacidad de responder en todos los niveles de gobierno, al grado de que el gobierno federal no realizó plenamente su trabajo, yo asumo la responsabilidad", declaró la semana pasada en un mensaje a la nación trasmitido desde el centro de Nueva Orleáns.

Pero esto podría ser un intento para descarrilar investigaciones independientes sobre los detalles de este fracaso, maniobra empleada por Ronald Reagan en diciembre de 1983 después del ataque contra una base de marines en Líbano, cuando dijo: "si hay culpa, apropiadamente está aquí en esta oficina y con este presidente. Y acepto la responsabilidad tanto para lo malo como para lo bueno".

Aunque Reagan logró escapar de una investigación sobre el fracaso para proteger esa base, aún no queda claro si Bush gozará del mismo resultado.

Recaudan fondos en Nueva York

De hecho, en los conciertos celebrados en Nueva York para recaudar fondos, no hubo manera de evitar expresiones críticas y de condena contra Bush entre los propios participantes. Anoche en Radio City Music Hall, donde se celebró uno de los dos conciertos paralelos dedicados a Nueva Orleáns, el legendario cantautor Tom Waits comentó al público que "yo desearía que Nueva Orleáns estuviera seca y que Washington estuviera bajo el agua". En el otro concierto, en Madison Square Garden, Cyril Neville, de una de las bandas más legendarias de Nuevo Orleáns, los Neville Brothers, se puso una camiseta que decía "limpia étnica en Nueva Orleáns".

Estos conciertos, más otro en Lincoln Center celebrado el sábado, recaudaron millones de dólares para los damnificados, algunos recursos se destinarán a un fondo especial para apoyar a la comunidad de músicos en la zona afectada. Participaron parte de la aristocracia musical de la ciudad destruida, donde además de los Neville Brothers se presentaron Wynton Marsalis, el Dirty Dozen Brass Band, los Meters el Rebirth Brass Band, Irma Thomas, Allen Toussaint y Buckwheat Zydeco. Pero también hubo estrellas famosas de todo el país como Dave Matthews, Elton John, Elvis Costello, Paul Simon, John Fogerty (de Credence), Ry Cooder y Lenny Kravitz, entre otros. El ex presidente Bill Clinton apareció en Madison Square Garden, donde recibió una extendida ovación.

A la vez que se multiplican estas expresiones de solidaridad, el gobierno de Bush se esfuerza en reconstruir su imagen, también dañada profundamente por Katrina. Hoy los medios reportaron que la cifra de muertos por el huracán ya superó los mil. En particular, Bush desea evitar más cuestionamientos sobre por qué se nombró a personas incompetentes en puestos claves en este gobierno, provocando interrogantes sobre compadrazgo y corrupción.

Sin embargo, el gobierno aparentemente no desea cambiar su manera de operar. Mientras va y viene de la zona devastada, Bush y su equipo proceden a nombrar a funcionarios sin experiencia en puestos claves de la burocracia. El Washington Post reveló que Bush está nombrando a Julie Myers como nueva directora del servicio de inmigración y aduanas, ahora llamado ICE, agencia que forma parte del Departamento de Seguridad Interna encabezado por Michael Chertoff, quien ha sido duramente criticado por el manejo de la respuesta del gobierno federal en la emergencia por Katrina. Myers, abogada de 36 años, tiene casi nula experiencia en el ámbito de inmigración o de seguridad pública. Sus credenciales son que trabajó con Chertoff en el Departamento de Justicia, se acaba de casar con el jefe de equipo de Chertoff y es la sobrina del general Richard Myers, jefe del Estado Mayor.

En otro ejemplo, la Administración de Alimentos y Drogas había anunciado que Norris Alderson, veterinario sin ninguna experiencia previa, sería el nuevo director de la Oficina de Salud de Mujeres. Al parecer, ha habido tal reacción entre agrupaciones femeninas, que este nombramiento podría ser anulado.

A veces ocurren errores y altos funcionarios de este gobierno se exceden. Esta semana el encargado de establecer y supervisar normas y prácticas de procuración para todo el gobierno, David Safavian, director de la oficina de procuración de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, fue arrestado acusado de mentir y obstruir una investigación criminal contra su viejo amigo, Jack Abramoff, hasta hace poco uno de los lobbystas republicanos más influyentes de Washington, e íntimo amigo del líder de la mayoría republicana de la Cámara, Tom DeLay. Safavian, hasta esta última semana, estaba involucrado en el esfuerzo federal en torno a Katrina, informó el Washington Post. El funcionario está acusado también de ocultar sus esfuerzos para ayudar a Abramoff en la compra de propiedades federales, y en otros aspectos del caso de corrupción que se investigan sobre las actividades de éste.

En otro frente, empresas cercanas a este gobierno, las mismas que han lucrado con la guerra en el golfo Pérsico, muchas de las cuales han sido sujetas a investigaciones por corrupción, y otras que han sido motivo de sospecha por tener vínculos personales con altos funcionarios, están empezando a beneficiarse del negocio en las costas del golfo de México. Críticos señalan que Halliburton, Bechtel, Fluor, y las de servicios de seguridad privada como Blackwater, entre otras, están encargándose de varias tareas en Nueva Orleáns. "Los del Cuerpo de Ingenieros del Ejército que supervisaron los contratos no competitivos y la reconstrucción fracasada en Irak, son los mismos que están encargados de los estados devastados, y están otorgando contratos a las mismas empresas casi de la misma manera", afirmó Pratap Chattarjee, director de CorpWatch, organización de monitoreo de empresas.

A la vez, las promesas grandilocuentes de Bush sobre la reconstrucción de las zonas destruidas por Katrina –en donde ya se han prometido 200 mil millones de dólares en fondos federales– han provocado un intenso debate sobre quién decide el futuro de Nueva Orleáns. Agrupaciones comunitarias y laborales se organizan para insistir en que los trabajadores y los afectados tengan voz en el futuro de su ciudad, mientras que el gobierno e intereses empresariales ya hacen planes para resucitar la ciudad devastada en una versión Disneylandia, donde los pobres no tendrán invitación ni posibilidad para regresar a sus comunidades, todo en nombre de la generación de empleos y de la apertura de una "zona de oportunidad económica".

Mientras ese debate se intensifica, ya hay algunas señales de vida en Nueva Orleáns. Ayer reabrió el primer club para "caballeros" y de nuevo las mujeres se empezaron a desnudar ante una selecta clientela: soldados, contratistas, agentes de seguridad pública y funcionarios de emergencias que están intentando recuperar el orden en esa ciudad. Deja Vu, uno de cuatro clubes de striptease en la Calle Bourbon operados por la famosa empresa Hustler, de Larry Flynt, ayer abrió sus puertas en el viejo cuadrante francés de la ciudad. Al parecer, esto forma parte del esfuerzo de rescate de la ciudad. Ahora, es Britni y no Katrina, lo que hace temblar a los hombres en esta ciudad.

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