Huracán de
clientelismo electoral
Por William Fisher
Inter
Press Service (IPS), 12/09/05
Nueva York. Detalles
oscuros de la gestión de la Agencia Federal de Administración de
Emergencias (FEMA) de Estados Unidos, incluido clientelismo electoral,
comienzan a emerger al evaluarse las operaciones del organismo por la
catástrofe del huracán Katrina.
Tras la renuncia de
Michael Brown a la jefatura de la FEMA por su mal desempeño en la
ayuda a las víctimas de Katrina, se supo que en septiembre de 2004,
dos meses antes de las elecciones presidenciales, la población de
Miami gozó de ventajas que no tuvo la de Nueva Orleans.
La FEMA invirtió 31
millones de dólares en cuestionables indemnizaciones a residentes del
condado de Miami-Dade, en el sudoriental estado de Florida, por los daños
causados entonces por el huracán Frances, pese a la escasa magnitud
de los daños sufridos por el área.
Esos pagos "son
cuestionables debido a la cercanía de las elecciones y a la
importancia de Florida", que podía definir el resultado y cuyos
votantes se pronunciaron entonces por la reelección de George W. Bush,
dijo el director de Seguros de la Federación de Consumidores de
Estados Unidos, Robert Hunter, un importante oficial federal dedicado
a los seguros contra inundaciones en los años 70 y 80, señaló que
l.
Este ex funcionario
federal estuvo a cargo de supervisar los seguros contra inundaciones
en los años 70 y 80 y fue comisionado de seguros del meridional
estado de Texas a comienzos de los años 90, gobernado entonces por el
ahora opositor Partido Demócrata.
Fuentes de Washington
señalaron que aliados de Brown intentaron promoverlo como sucesor del
actual secretario (ministro) de Seguridad Interior, Tom Ridge, en
retribución por preparar el terreno para el triunfo de Bush en
Florida con sus reparaciones por el huracán Frances.
Un informe del
Inspector General del Departamento de Seguridad Interior dice que más
de ocho millones de dólares fueron entregados a 4.300 personas para
el alquiler temporal de viviendas tras el huracán.
Sin embargo, las
"víctimas" no habían solicitado el dinero y en muchos
casos sus casas no habían sufrido ningún tipo de daño.
Este informe fue hecho
público por primera vez en mayo, ante la Comisión de Asuntos
Gubernamentales y de Seguridad Interior del Senado.
"La FEMA pagó el
relevo de miles de televisores, equipos de aire acondicionado, camas,
muebles y automóviles sin pruebas de propiedad o daño y basados sólo
sobre declaraciones verbales de los residentes, en algunos casos
inclusos en rápidos encuentros en restaurantes de comida rápida",
dijo la presidenta de la Comisión, Susan Collins, del gobernante
Partido Republicano. "Era una política de 'paga primero, y
pregunta después'", añadió... De hecho, las propias
autoridades del condado de Miami-Dado calificaron de "mínimos"
los daños provocados por Frances.
En la audiencia, Brown
admitió algunos errores burocráticos, pero, según él, eran
menores. Brown fue reemplazado la semana pasada por David Paulison, un
oficial bombero con más de 30 años de experiencia.
Katrina "dio otra
lección sobre la clase y naturaleza del Departamento de Seguridad
Interior", sostuvo el analista Beau Grosscup, profesor de
Relaciones Internacionales en la Universidad de California.
El Inspector General
comenzó a investigar las acciones de la FEMA en Florida luego de que
el periódico Sun Sentinel publicara un artículo sobre pagos
exagerados a los residentes de Miami-Dade.
El informe menciona un
caso en que se llegaron a entregar 10 millones de dólares para
reparar gran parte de una casa en Miami-Dade debido a una política de
la FEMA según la cual se debe cubrir el costo de refacción de la
habitación completa aun cuando haya sido dañado solo un mueble.
Fuentes del
Departamento de Seguridad Interior señalaron que los esfuerzos de la
FEMA para distribuir fondos tras el huracán Frances se hicieron con
los ojos puestos en las elecciones presidenciales de 2004, donde el
triunfo en el estado de Florida fue vital para la reelección de Bush.
El informe del
Inspector General subrayó la necesidad de que la FEMA establezca
pautas y criterios claros para garantizar la efectividad de sus
programas de ayuda.
FEMA entregó 720.400 dólares
a 228 residentes del condado por pérdidas materiales basados solo
sobre declaraciones verbales.
A los inspectores no se
les exigió certificar los daños en los automóviles y los pagos
autorizados para la reparación de vehículos, en su mayoría bastante
viejos, superaban por lo general los costos del mercado.
La FEMA también entregó
192.592 dólares para indemnizar a personas que solamente presentaron
comprobante de compra de los artículos afectados, y no pruebas de que
efectivamente habían resultado dañados.
El Inspector General
calculó que controles más rigurosos habrían evitado a la FEMA
gastar 24,4 millones de dólares en pagos innecesarios en varias
partes del país entre agosto de 2004 y febrero de 2005.
Que Katrina parezca
un accidente
Por William Fisher
Inter
Press Service (IPS), 21/09/05
Nueva York. El
escepticismo rodea el nombramiento por parte del presidente de Estados
Unidos, George W. Bush, de su propia consejera de Seguridad Interna
para encabezar la investigación sobre la respuesta de las autoridades
al huracán Katrina.
Funcionarios
especializados en materia de catástrofes y emergencias, que
dialogaron con IPS a condición de mantener su identidad en reserva,
indicaron que la funcionaria designada, Frances Townsend, tiene escasa
experiencia en la materia.
Townsend es una ex
fiscal cuya principal actividad en el último periodo se relaciona con
la inteligencia vinculada con el terrorismo.
Los informantes también
consideraron inverosímil que cualquier funcionario del Poder
Ejecutivo sea capaz de emitir un informe objetivo sobre errores del
gobierno.
"La idea de que
alguien en la Casa Blanca produzca un informe que deje mal parado al
presidente o llame a sus colaboradores a la responsabilidad es una
ingenuidad", dijo una de las fuentes a IPS.
"El proceso
propuesto es un encubrimiento, y no será creíble. Debería prestarse
atención en la rectificación de incompetencias mediante una evaluación
independiente, pero esto es una pérdida de tiempo y de dinero",
dijo, por otra parte, el ex secretario de Comercio adjunto Jack N.
Behrman.
Sin embargo, otros
consideran que Townsend, una funcionaria de carrera perteneciente al
gobernante Partido Republicano con reputación de severa, podría
sorprender a sus críticos.
La funcionaria preside
el Consejo de Seguridad Interna de la Casa Blanca y asesora
directamente al presidente en cuestiones relacionadas con el
terrorismo. Antes, fue subcomandante de inteligencia de la Guardia
Costera.
Pero antes aun ocupó
varios cargos dentro del Departamento de Justicia (fiscalía general)
durante 13 años. Su última función fue la de asesora del fiscal
general para Políticas de Inteligencia.
Su carrera en la
magistratura comenzó en 1985, como fiscal asistente de distrito en
Brooklyn. Durante su carrera en Nueva York se dedicó al procesamiento
de bandas internacionales y casos de corrupción.
Pero sus antecedentes
no inspiran confianza a todos.
Townsend fue la
encargada de seleccionar las recomendaciones de una comisión especial
que investigó las fallas de inteligencia que precedieron a la invasión
de Iraq en 2003, algunas de las cuales alimentaron los argumentos del
gobierno para ir a la guerra.
Las indicaciones de
reformas al sistema de inteligencia elevadas por el senador Chuck Robb
y el juez Laurence Silberman en abril aún no dieron frutos, si bien
Townsend anunció a la prensa que "comenzarán a ver acciones en
cuestión de semanas".
Por otra parte, otra
limitación para Townsend en su nueva asignación será la gran
responsabilidad del subdirector del Estado Mayor de Bush, Karl Rove,
en los esfuerzos de rescate por el huracán Katrina.
La mayoría de los
observadores consultados por IPS coincidieron en que no parecía verosímil
que un informe elaborado por Townsend contuviera nada que cuestionara
el papel del presidente o de miembros de su equipo.
Un funcionario de menor
rango, Michael Brown, jefe de la Agencia Federal de Manejo de
Emergencias (FEMA), ya renunció. La FEMA es el principal organismo en
materia de alerta y atención de desastres.
Brown carecía de
experiencia en la materia, pero había sido designado por su afiliación
al Partido Republicano, al igual que varios de sus colaboradores.
Tras el huracán
Katrina, hubo propuestas de crear un organismo independiente como la
Comisión 11/9, que investigó las fallas de las autoridades --tanto
de inteligencia como administrativas-- que impidieron prevenir y
minimizar el efecto de los atentados que segaron 3.000 vidas el 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York y en Washington.
La creación de esa
comisión respondió a una resolución del Congreso legislativo a la
que el gobierno se resistió. El grupo de trabajo se integró por
connotadas figuras del gobernante Partido Republicano y del opositor
Partido Demócrata, nombradas por el propio Bush.
Esa comisión oficial
desacreditó, en cierto modo, al presidente, pues concluyó que
"no hay evidencia creíble" de vínculos operativos entre el
depuesto dictador iraquí Saddam Hussein y la red terrorista Al Qaeda,
uno de los argumentos manejados por la Casa Blanca para invadir Iraq
en 2003.
Al recibir en julio de
2004 el informe definitivo de la comisión en la Casa Blanca, Bush
aplaudió su "trabajo realmente bueno", al tiempo que
prometió analizar las "recomendaciones adecuadas y sólidas".
La semana pasada,
senadores republicanos desactivaron la propuesta de la senadora demócrata
Hillary Clinton de establecer una comisión similar con el objetivo de
investigar qué sucedió en torno del huracán. Apenas la votaron 43
senadores demócratas y uno independiente.
Al mismo tiempo, la
presidenta de la Comisión de Seguridad Interna del Senado, Susan
Collins, del Partido Republicano, sostuvo que la respuesta ante el
huracán fue el primer gran fracaso en materia de prevención de catástrofes
desde el 11 de septiembre de 2001, a pesar de los miles de millones de
dólares gastados en ese sentido.
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