Rita y Katrina
fosilizan política ambiental de Bush
Por
Stephen Leahy
Inter Press Service (IPS), 23/09/05
Toronto. Mientras
Estados Unidos intenta reponerse del daño humano y económico del
huracán Katrina y recibe en sus costas al Rita, el gobierno sigue
negando la relación entre el uso de combustibles fósiles y el cambio
climático, que nuevos estudios confirman.
Informes científicos
definen un vínculo claro entre las tormentas que se agravaron en los
últimos 35 años y el recalentamiento del planeta, atribuido a la
liberación de gases invernadero a la atmósfera como consecuencia de
la quema de combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón.
Pero el gobierno de
George W. Bush impedirá que el consenso científico al respecto se
convierta en una unanimidad con consecuencias políticas, según Vicki
Arroyo, directora de análisis de políticas en el Centro Pew sobre
Cambio Climático Global, con sede en Virginia.
Resulta imposible
identificar a los huracanes Katrina y Rita como productos del cambio
climático inducido por la acción humana, pero la ciencia demuestra
que océanos más cálidos y niveles del mar más elevados generan
huracanes más fuertes, dijo Arroyo a IPS.
La casa de Arroyo, en
Arlington, Virginia, está lleno de familiares procedentes de Nueva
Orleans, inundada a causa de Katrina, que no saben cuándo podrán
regresar a su ciudad, y ni siquiera si podrán hacerlo en el futuro.
"La gente en la
costa del golfo de México está comenzando a preguntarse qué está
pasando", dijo.
Se prevé que el huracán
Rita golpee la costa del golfo de México, al este de la ciudad de
Houston, Texas, el sábado, poco más de tres semanas después que
Katrina matara a más de 1.000 personas y causara daños por 200.000
millones de dólares.
A las 21.00 horas (GMT)
de este viernes, Rita todavía estaba a unos 200 kilómetros de Texas,
pero las fuertes lluvias del huracán ya habían azotado Nueva Orleans
durante varias horas.
Algunos diques
construidos para contener las aguas que rodean la ciudad se han
derrumbado de nuevo, como sucedió en ocasión del huracán Katrina, y
la ciudad vuelve a inundarse.
Mientras, en Texas, el
estado del presidente Bush, millones han huido de la inminente
tormenta casi en estado de pánico, atascando cientos de kilómetros
de autopistas.
Las últimas
investigaciones científicas "vinculan claramente la mayor
intensidad de las tormentas con el cambio climático", indicó
Peter Frumhoff, científico del Programa de Ambiente Global de la Unión
de Científicos Preocupados.
Otros estudios prevén
que los costos sociales, económicos y ambientales del cambio climático
tendrán una "escalada" si no se toman medidas urgentes para
reducir las emisiones de dióxido de carbono de combustibles fósiles,
dijo Frumhoff.
"No podemos
orquestar soluciones para todos los impactos del cambio climático. Es
mucho más fácil y menos caro reducir las emisiones de dióxido de
carbono", explicó.
Para evitar las peores
consecuencias del futuro cambio climático, se necesita reducir las
emisiones 80 por ciento o más, según Frumhoff. "Cuanto más
esperemos para actuar, mayores tendrán que ser esas
reducciones", agregó el científico.
El Protocolo de Kyoto,
un tratado internacional que impone a las naciones del Norte
industrial reducciones de sus emisiones de gas invernadero, entró en
vigencia en febrero.
El gobierno de Bush
alega para rechazar el Protocolo que su país sufriría perjuicios
económicos por su implementación, y que los gases invernadero no
tienen vínculo con el cambio climático.
Estados Unidos produce
alrededor de la cuarta parte de los gases invernadero del mundo. De
Texas parten hacia la atmósfera más de estos gases que desde Francia
cada año.
"Espero que
comencemos a hablar más sobre esto a raíz de las tragedias en el
golfo de México", dijo Frumhoff, apuntando al Congreso
legislativo estadounidense.
Los europeos también
tomaron nota de los cambios de clima en esta temporada.
Europa sufrió en 2002
sequías que costaron miles de millones de dólares; en 2003, una ola
de calor que mató a miles de personas, y en el último verano boreal,
inundaciones sin precedentes, enumeró Ken Caldeira, climatólogo y químico
oceánico del Departamento de Ecología Global del Instituto Carnegie.
Caldeira afirmó que
los patrones actuales permiten prever que las costas estadounidenses
del golfo de México serán sacudidos por huracanes aún más
poderosos durante cientos de años en el futuro.
"No puedo probarlo
científicamente, pero no es irracional decir que esto es
posible", agregó.
De cualquier manera,
Caldeira aseguró que la ciencia ya permite afirmar que las emisiones
de gas producto de la quema de combustibles fósiles han impactado en
el clima mundial, y que si esto continúa las consecuencias serán aun
mayores.
"No podemos decir
que no sabemos lo que hacemos. La pregunta es: ¿qué riesgos estamos
dispuestos a correr en el futuro?", añadió.
Las propias
investigaciones de Caldeira concluyen que si el mundo continúa
utilizando igual que hasta ahora combustibles fósiles la temperatura
promedio se elevará en breve otros 12 grados, el nivel del mar se
incrementará varios metros y aumentará el contenido ácido de los océanos,
que serán incapaces de albergar vida.
Si bien admitió que
pronosticar todos los cambios posibles, especialmente a nivel regional
y local, es imposible, Caldeira advirtió que "la Tierra no será
muy parecida a la de hoy dentro de 100 o 200 años".
La política del
gobierno de Bush es dejar el problema a las futuras generaciones, según
el experto.
|