Protesta
pacífica contra la guerra en Irak culmina en cientos de arrestos
Cindy
Sheehan, líderes religiosos y ex funcionarios, detenidos frente a la
Casa Blanca
"Arresten
a Bush"; "No más sangre por petróleo"... entre las
consignas de la desobediencia civil
Por
David Brooks, corresponsal en EEUU
La Jornada, 27/09/05
Washington,
26 de septiembre. Cientos de personas, entre ellos Cindy Sheehan, líderes
religiosos, y una ex funcionaria del Departamento de Estado, fueron
arrestados al realizar una acción pacífica de desobediencia civil en
demanda del fin de la guerra en Irak.
Unos
2 mil manifestantes marcharon alrededor de la Casa Blanca antes de
concentrarse frente a las rejas principales donde Sheehan, la madre de
un soldado muerto y quien se ha convertido en la cara del movimiento
contra la guerra, se dirigió a la entrada acompañada por líderes
religiosos y otros parientes de soldados para solicitar entrevistarse
con el presidente George W. Bush. Cuando se les negó la solicitud, la
comitiva y cientos de manifestantes se sentaron sobre la acera frente
la Casa Blanca y rehusaron moverse al ser advertidos de que serían
arrestados.
"Arresten
a Bush", coreaban los simpatizantes que apoyaban la acción desde
la calle al otro lado de las barreras de la policía. Tambores y
campanas sonaron, entonaron canciones de paz y se corearon consignas
contra la guerra. Los activistas colocaron fotos de soldados muertos
en Irak, mantas y símbolos sobre las rejas de la Casa Blanca.
"Ya no más sangre por petróleo, ya basta de sangre
estadounidense o iraquí en nombre de nuestros hijos", coreaban.
Alguien colocó la cinta amarilla empleada por la policía que declara
"escena de crimen" en las rejas de la residencia
presidencial.
Entre
los "desobedientes" en la acción de protesta había
reverendos protestantes, curas católicos, rabinos, musulmanes y
monjes budistas, veteranos de guerra, parientes de soldados, las
mujeres de Código Rosa, jóvenes anarquistas, estudiantes,
sindicalistas y hasta ex funcionarios del gobierno. Ann Wright, la ex
funcionaria del Departamento de Estado que renunció en protesta por
los engaños de este gobierno, estuvo entre las arrestadas hoy.
Según
un vocero de la policía se arrestaron a 370 personas durante cuatro
horas esta tarde, todo de manera pacífica.
Vale
recordar que esta tradición de desobediencia civil pacífica nace de
la acción del filósofo estadounidense más reconocido de su tiempo,
Henry David Thoreau, quien en 1846 rehusó pagar impuestos federales y
fue encarcelado en protesta por la guerra de Washington contra México.
"Me cuesta menos en todos los sentidos incurrir el castigo por
desobediencia al Estado que lo que sería obedecer", declaró en
aquel entonces.
La
protesta frente a la Casa Blanca fue un festival de resistencia, con
algunas escenas sorprendentes. Mientras monjes budistas tocaban sus
tamborcillos, con una decena de gente meditando frente a ellos, a un
lado estaban colocados los Veteranos por la Paz bajo su manta,
mientras que del otro lado de los monjes, unas ocho mujeres que se habían
desnudado el torso bajo pancartas que decían "la guerra es
indecente" o "la tortura es indecente", y coreando
"eso es indecente" señalando hacia la Casa Blanca, y
"esto es decente" al señalar sus cuerpos.
Varios
activistas caminaban con nombres de civiles iraquíes muertos por la
guerra. "Assad Abd Asrlswl, 10 años de edad, 25 marzo del
2003", decía uno.
Cuando
la policía, muy lenta y cuidadosamente, levantaba a un manifestante
para esposarlo y colocarlo en un camión, la gente del otro lado de la
barrera coreaba "gracias" y daba su nombre. "Gracias,
reverenda Diane", gritaron, "gracias Cindy, te
queremos", cuando se llevaron a Sheehan, "gracias, rabino
Moskow", y así. De repente brotó el coro de "gracias,
patriotas estadounidenses" al elogiar a todos los dispuestos de
ser arrestados. Sheehan fue de los primeros arrestados, y llevaba la
foto de su hijo Casey, quien murió en Irak, y la colgó de las rejas
de la Casa Blanca antes de ser detenida. Todos fueron acusados de
manifestarse sin permiso, un delito menor.
Mientras
tanto, cientos de activistas fueron al Congreso para presionar a
legisladores a poner fin a la guerra y hacer retornar las tropas.
Con
estos actos coordinados por la coalición United for Peace and Justice
(UFPJ), culminaron tres días de protesta contra la guerra en Irak. El
sábado más de 150 mil participaron en una marcha nacional convocada
conjuntamente por UPFJ y la Coalición ANSWER en la manifestación más
grande en esta capital desde el inicio de la guerra, y ayer miles
participaron en foros y talleres. "Estas dos acciones de hoy,
frente a la Casa Blanca y en el Congreso, no tienen precedente",
señaló Bill Dobbs, vocero de la coalición, a La Jornada. "Son
la continuación del mensaje enviado por la marcha este fin de semana,
y esto seguirá ampliándose al regresar todos a los diversos puntos
del país".
El
vocero de la Casa Blanca, Scott McClelland, comentó a los medios que
Bush estaba enterado de los manifestantes y "reconoce que hay
diferencias de opinión" sobre Irak. Señaló que los
manifestantes están gozando de su derecho de expresar sus opiniones
pacíficamente, pero que el presidente cree que retirar las tropas de
Irak haría menos seguro al país y "más peligroso el
mundo".
Pero
afuera los manifestantes no aceptaban que sólo se trate de un
desacuerdo de opinión, indicando que ahora ellos representan el
sentir de casi 60 por ciento de la población según las encuestas.
"Bush, mentiroso, cobarde", coreaban, ya que el jefe de
Estado rehusaba dialogar con Sheehan y las otras familias de soldados
muertos en la guerra en Irak.
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