Primicia registrada por
la BBC: Bush invadió Irak y Afganistán por mandato divino:
"Dios me dijo, George, ve y lucha contra esos terroristas
en Afganistán. Y lo hice. Y entonces me dijo, George, ve y acaba con
la tiranía en Irak. Y lo hice".
Bush, un loco con
escopeta nuclear...
¿O hay algo más?
Por Manuel Freytas
IAR-Noticias, 07/10/05
Hay muchos en
Washington que sostienen que Bush está rematadamente loco, que es un
caso de psiquiatría profunda combinado con los negocios del Imperio
capitalista norteamericano.
Hay otros en cambio,
que afirman que Bush, con su discurso alienado por el fundamentalismo
religioso, es un típico producto del marketing político salido de la
galera de Karl Rove, su "cerebro" estratégico en comunicación,
que lo inventó a gusto del consumismo de la ultraderecha conservadora
norteamericana, su principal cliente electoral, que habla y piensa
como Bush.
Sea como fuere, es
evidente que el actual presidente norteamericano va a pasar a la
historia, no por estar al frente del país imperial más poderoso de
la tierra, sino porque todas sus acciones están guiadas por la
"voluntad de Dios".
De manera tal que, y a
diferencia de otros presidentes norteamericanos más terrenales y
prosaicos, Bush ha convertido al planeta en un baluarte blindado de la
"guerra contra el terrorismo islámico", no por voluntad
propia sino por voluntad bíblica del "Señor" que guía los
tanques Abrams y los misiles y aviones de última generación con los
que EEUU invade y perfora los países para luego
"reconstruirlos".
En este sendero, las
"perlas" discursivas de Bush con la Biblia y la religión
son verdaderos "logros" que los medios norteamericanos, la
mayoría de filiación demócrata, destacan en letra de molde para
demostrar que el actual habitante de la Casa Blanca está más cerca
del manicomio que de la política.
La prensa internacional
acaba de sacar de archivo una de esas "perlas", donde
Bush, en un documental de la BBC, aseguró que decidió invadir
Afganistán primero, e Irak después, siguiendo las "órdenes de
Dios".
Las confesiones de Bush
se habrían producido en junio de 2003 (Irak fue invadido en marzo de
ese mismo año) en el balneario turístico de Sharm el Sheij, en la
península egipcia del Sinaí, durante un encuentro con el presidente
palestino, Mahmud Abas - entonces primer ministro - y Nabil Shaath,
entonces jefe de la diplomacia palestina.
Según las confidencias
que la BBC ha recogido de Shaath, Bush le habría dicho: "Tengo
una misión de Dios. Dios me dijo, George, ve y lucha contra esos
terroristas en Afganistán. Y lo hice. Y entonces me dijo, George, ve
y acaba con la tiranía en Irak. Y lo hice".
A continuación, y
siempre según el relato del diplomático palestino, Bush habría añadido:
"Y
ahora, nuevamente siento que las palabras de Dios vienen a mí: 'Da a
los palestinos su Estado y a los israelíes la seguridad, y logra la
paz en Oriente Medio'. Y por Dios que lo voy a lograr".
La BBC también dijo
haber recogido el testimonio de Abas, quien sucedió al fallecido
Yaser Arafat al frente de la Autoridad Nacional Palestina y que se
acuerda, o quiere acordarse, de unas palabras menos mesiánicas.
Según el también
conocido como "Abu Mazen", Bush habría dicho, simplemente:
"Tengo una obligación moral y religiosa. Por tanto, voy a daros
un Estado palestino".
Atentos a estos juegos
operacionales mediáticos que puede terminar con Bush metido en un
juicio político por "insanía", los estrategas de la Casa
Blanca salieron a desmentir los dichos y fundamentos religiosos de
Bush para invadir y ocupar Irak y Afganistán.
Aunque en un primer
momento la Casa Blanca no quiso hacer comentarios por considerarlo una
conversación privada, posteriormente la BBC recogió en su página
web un desmentido. "Nunca hizo esos comentarios", manifestó
el portavoz Scott McClellan, que calificó la historia de
"absurda".
Titulado "Israel y
los árabes: una paz escurridiza", el documental de la BBC
estudia los esfuerzos de paz en Oriente Medio desde el final de la
presidencia de Bill Clinton hasta la retirada israelí de Gaza
(1999-2005) y se mostrará durante tres lunes a partir del 10 de
octubre.
Dios atiende en Wall
Street
En realidad, y si se
rastrean archivos, se encontrarían decenas, y hasta centenares de
ejemplos, de la presencia de la alienación religiosa de Bush, que
además consta en una gran cantidad de libros y testimonios sobre su
vida.
En Washington se dice
que Bush profundizó su proyección en la religión
"evangelizadora" a partir de haber superado su dependencia
con el alcohol y las drogas, a los que sustituyó con otro tipo de
adicción: la locura mesiánica.
Sin embargo, Bush no es
cualquier "loco" común que haya sustituido la alineación
de las drogas por la alienación de la religión, y cuyo mensaje no va
más allá del impacto que pueda producir en otras personas generando
psicología y conducta social marginada de la realidad.
Bush, de 59 años, es
el presidente de EEUU, la nación imperial más poderosa del sistema
capitalista, cuya función no pasa por difundir la Biblia, sino por
conquistar países para apoderarse de sus sistemas productivos y
recursos naturales, y proyectarse cada vez más en el plano del
control militar estratégico del planeta.
Lo que quiere decir que
Bush, además de loco, es un loco con escopeta, que tiene bajo sus órdenes
y mando a la fuerza militar más poderosa del mundo y un arsenal
nuclear estimado en decenas de miles de cabezas nucleares capaces de
destruir el planeta centenares de veces.
Y hay que separar la
paja del trigo: si Bush hoy no estuviera en el sillón de la Casa
Blanca, otro cumpliría la misma función, dado que la maquinaria de
expoliación del sistema capitalista liderado por EEUU sólo puede
existir (generar rentabilidad y más concentración de propiedad
privada en pocas manos) a partir de las invasiones y conquistas de
nuevos "mercados".
Y hay que tener en
cuenta dos elementos esenciales:
A) Bush no está al
frente de la Casa Blanca por "mandato de Dios", sino por la
voluntad de la mayoría de la sociedad norteamericana que lo votó en
dos elecciones, con lo hay que concluir que si Bush está de manicomio
una parte mayoritaria de los estadounidenses pasa por una situación
similar o parecida.
B) Las acciones
militares criminales y conquistadoras de Bush no responden al
"mandato divino" sino a la voluntad y los intereses de los
consorcios económicos (bancos, empresas, armamentistas y petroleras)
que llegan detrás de los tanques, misiles y aviones, para apoderarse
del petróleo y de los recursos naturales, y concretar fabulosos
negocios con la "reconstrucción" de los países destruidos
militarmente.
De manera tal, que el
Dios de Bush no habita en el cielo, sino en Wall Street y en el
Complejo Militar Industrial norteamericano desde donde se generan,
diseñan y planifican las guerras de conquista de mercados y de
apoderamiento de mano de obra y de recursos naturales.
Con lo que hay que
concluir que la locura de Bush (como la del pueblo norteamericano que
lo vota) no es de origen psiquiátrico-religioso, sino de origen
capitalista-expoliador.
El carácter "mesiánico"
de las "guerras de Bush" no hay que buscarlo en los sótanos
de la psiquiatría, sino
en los sótanos de Wall Street y del "poder real" del
capitalismo norteamericano que se beneficia de la alienación mental
de Bush para seguir concentrando ganancia y propiedad privada.
Más allá de que sea
estúpido, loco, idiota o genocida, detrás de Bush subsiste un
sistema de intereses complejos cuya dinámica define las políticas
militaristas que ejecutan el presidente norteamericano y su camarilla
de halcones, de las cuales se benefician las grandes corporaciones con
sede en Wall Street y el Complejo Militar Industrial estadounidense.
Que hay detrás de
Bush
Cuando "demonizamos"
a Bush, cuando personalizamos en su figura todas las atrocidades del
Imperio, estamos perdiendo de vista al sistema interactivo de poder
del cual (al igual que todos los presidentes norteamericanos) el
actual mandatario es un administrador y ejecutor eventual de políticas
de conquista militar que trascienden la psicología o la capacidad
mental de Bush.
Por otra parte, estadísticamente,
las políticas de saqueo y de invasión militar se diseñaron y fueron
ejecutadas durante todos los turnos presidenciales norteamericanos
(republicanos o demócratas), incluido el del demócrata Clinton, a
quien nadie llamó "loco", "nazi", "estúpido"
o "discapacitado mental" después de haber destruido
Yugoslavia con 62.000 misiles o de haber asesinado a miles de iraquíes
en los primeros bombardeos "preventivos" contra Irak.
Y está claro -para el
que investiga sin anteojeras ideológicas- que detrás del "Bush
idiota" se encuentra el lobby judío -la logia que controla
administrativamente a Bush y a la Casa Blanca- en el cual se
corporizan los intereses económicos del llamado "poder
real" del capitalismo norteamericano entrelazado en el
"Consenso de Washington", y unido por infinidad de
"vasos comunicantes" con el resto del capitalismo
internacional, con personajes, corporaciones, medios de comunicación,
sociedades secretas, que se sitúan detrás del presidente de turno y
de sus asesores en Washington.
Generalmente los
detractores de Bush se concentran en su "discapacidad
mental" o "locura mesiánica", sin ver ni analizar el
sistema de poder capitalista que está detrás y se beneficia de sus
invasiones.
Y también está claro
que al sistema capitalista que hace lucrativos negocios con Bush en la
Casa Blanca le conviene que la mayoría piense que todas las
calamidades de la humanidad -incluidas las catástrofes naturales-
suceden porque Bush es el presidente de EEUU.
Y está claro también
que si el mundo es "anti-Bush", no es ni antiimperialista ni
anticapitalista, es "anti-Bush".
Por lo tanto, las
marchas, las protestas, las movilizaciones contra la
"guerra", no se realizan contra el sistema capitalista que
controla el imperialismo
de Washington, sino "contra Bush", un Bush alienado y
criminal que ha superado a Hitler en "maldad".
La "demonización"
y sus frutos
La "demonización",
de Bush manipulada día y noche por las grandes cadenas mediáticas,
también ha calzado en un sector de la izquierda que se ha olvidado
del sistema capitalista, de sus leyes históricas de conquista y
genocidio de pueblos, para depositar y justificar en Bush su
militancia "revolucionaria".
Estas campañas mediáticas
masivas y planetarias de nivelación "anti-Bush" (combatir a
Bush y preservar el sistema) dieron como resultante que un sondeo
internacional, realizado antes de las elecciones de noviembre en EEUU,
revelara que más del 90% de la población humana, si pudiera, votaría
contra Bush.
Por supuesto que sobre
el FMI, los bancos de Wall Street, las petroleras, las corporaciones
del complejo militar industrial, nunca nadie hizo ningún sondeo ni
explicó qué papel cumplen en la gestión de Bush al frente de la
Casa Blanca.
O sea que, a los que
digitan la "locura de Bush", les conviene que la humanidad
piense que Bush (una pieza funcional y sustituíble del sistema, y no
el sistema mismo) es el único culpable de todas las lacras,
injusticias y perversidades que azotan al planeta.
Y la lógica también
es clara: si Bush es el "problema", mañana lo sacan o lo
matan (como lo mataron a Kennedy), y sus negocios seguirán
funcionando con otro presidente que sea la contrapartida de la imagen
de Bush. Y esta lógica perversa se alimenta de un axioma: Bush se va,
pero el sistema capitalista queda.
Algo a tener muy en
cuenta para no comprar el "anti-Bush" por el "anti-Bush"
mismo, que están vendiendo una parte del establishment norteamericano
y las corporaciones mediáticas para derrocarlo y ocupar su lugar en
la Casa Blanca. Qué es como decir, realizar los mismos negocios y
masacres militares, pero sin Bush.
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