Opina
Zbigniew Brzezinski: “el suicidio en el arte de gobernar"
¿Suicidio
político de Baby Bush?
Por
Alfredo Jalife Rahme
La
Jornada, 19/10/05
La
otrora superpotencia unipolar aceleró su decadencia y la descomposición
de sus políticas tanto al exterior como en el interior. Estamos lejos
de los cánticos apoteósicos de hace nueve años de Zbigniew
Kazimierz Brzezinski (ZKB), anterior asesor de seguridad nacional de
Carter, quien en su libro El tablero de ajedrez mundial: la primacía
de EEUU y sus imperativos geoestratégicos, exultó la "hegemonía
indefinida" de la única superpotencia global, entonces en pleno
éxtasis de la desregulada globalización financiera feudal.
Una
década mas tarde, ZKB rememora al historiador británico Arnold
Toynbee, quien hace 60 años sentenció que la "causa última del
colapso imperial era el suicidio en el arte de gobernar", que se
asemeja a las "políticas seguidas por EEUU desde el cataclismo
del 11 de septiembre", cuando la "frase del historiador británico
se puede aplicar tristemente al lugar en la historia del presidente
George W. Bush, así como en forma ominosa al futuro de EEUU" (The
Australian,14/10/05).
El
connotado geoestratega ZKB evoca la desastrosa intervención militar
en Irak, "propugnada por un círculo estrecho de tomadores de
decisiones por motivos que todavía no han sido totalmente
esclarecidos", y que "se ha vuelto más costosa en sangre y
dinero de lo anticipado", además de "haber precipitado una
critica mundial. En Medio Oriente le ha puesto el sello a EEUU como el
sucesor imperialista de Gran Bretaña y el socio de Israel en la
represión militar de los árabes. Correcta o no, esta percepción se
ha diseminado ampliamente en el mundo del Islam". ¡Se soltó
Brzezinski!
"Se
requiere mas que una simple reformulación de los objetivos de EEUU en
Irak", aduce, y desecha el "autoengaño al que han sido
llevados los estadounidenses" sobre un "odio a la libertad,
muy abstracto" de los terroristas, cuyos actos "son reflejo
de una hostilidad cultural profunda", cuando el "odio político
intenso a EEUU, Gran Bretaña e Israel atrae a los reclutas del
terrorismo no solamente en Medio Oriente, sino también en sitios tan
remotos como Etiopía, Marruecos, Pakistán, Indonesia y aun en el
Caribe (sic)". Refiere que la "habilidad de EEUU para lidiar
con la no proliferación nuclear también ha padecido" cuando
practica "la indulgencia con Corea del Norte, armada nuclearmente,
lo que ha fortalecido la convicción de los iraníes de que su
seguridad solamente puede ser mejorada con armas nucleares". En
forma impecable desmonta la "reciente decisión de EEUU de ayudar
al programa nuclear de India, debido mayormente al deseo de obtener su
apoyo en la guerra en Irak y como protección contra China, lo que ha
hecho que EEUU parezca un promotor selectivo de la proliferación de
armas nucleares. Las dos pesas y dos medidas complicarán la búsqueda
de una resolución constructiva del programa nuclear iraní".
ZKB
no es ningún improvisado: conoce perfectamente las vulnerabilidades
conceptuales del régimen bushiano, sopesa la "degradación de la
posición moral de EEUU en el mundo" y cita primordialmente las
hazañas torturadoras de Guantánamo y Abu Ghraib. Se quedó corto el
superbélico régimen bushiano, que relegó el arte de la diplomacia
con el fin de intentar imponer su unilateralismo depredador, se
convirtió en el principal enemigo del género humano en todos los ámbitos
de la vida: desde su desprecio al Protocolo ambiental de Kyoto,
pasando por su rechazo al Tribunal Penal Internacional, hasta su
pisoteo a los tratados internacionales en materia de desarme.
"Un
triste record de política exterior", según le llama ZKB, se ha
complicado con "tendencias económicas relacionadas con la
guerra. Los presupuestos para los departamentos de Defensa y Seguridad
Interior son ahora mayores que el presupuesto total de cualquier nación",
con déficit comerciales y presupuestales "en escalada que han
transformado a EEUU en la primera nación deudora del mundo".
Comenta que "países conocidos por su afecto (sic) tradicional a
EEUU se han vuelto críticos abiertos de su política exterior",
y cita amplias regiones del mundo (este de Asia, Europa y Latinoamérica)
que "han estado explorando tranquilamente maneras de reconfigurar
asociaciones regionales menos ligadas a las nociones de cooperación
transpacífica o trasatlántica o hemisférica con EEUU. La alienación
(sic) geopolítica estadounidense puede convertirse en una realidad
amenazante y duradera", lo que "beneficiará a los enemigos
históricos (sic) de EEUU y a sus futuros (sic) rivales", entre
quienes cita únicamente a Rusia y China, que "hacen escarnio
(sic) de la ineptitud de EEUU". No podía faltar la patológica
rusofobia del polaco–canadiense–estadounidense ZKB: Rusia
"está feliz(sic) de ver que la hostilidad islámica sea desviada
ahora hacia EEUU, a pesar de sus propios crímenes en Afganistán y
Chechenia, y se encuentra lista a seducir a EEUU para concretar una
alianza anti islámica". Es obvio que ZKB alimenta la intriga
contra el Islam, con el que Rusia debe aprender a coexistir en su
periferia cercana, mientras el eje anglosajón nutre a la hidra de Al
Qaeda para desestabilizar a Europa, Rusia, India y China. Si alguien
conoce muy bien la "carta islámica" es justamente ZKB,
quien la empleó a fondo contra la URSS en Afganistán.
A
su juicio, China "sigue pacientemente el consejo de su antiguo
gurú estratégico: Sun Tzu, quien enseñó que la mejor manera de
ganar es dejar que el rival se derrote a sí mismo".
¿A
poco EEUU no se suicidó cuando instaló en forma bananera en la
presidencia de la superpotencia unipolar a Baby Bush, quien, por el
contrario, debería estar en un centro de desintoxicación y
rehabilitación siquiátrica y espiritual?
ZKB
fustiga con propiedad que el gobierno bushiano en los "pasados
cuatro años ha socavado peligrosamente su segura posición en lo más
alto de la simbólica cúpula global al transformar lo que era un
manejable desafío de origen sobre todo regional, aunque grave, en una
debacle internacional". Sobra enfatizar que la palabra
"debacle" ha sido retomada por otros analistas de talla que
evalúan los alcances de los cáusticos asertos de ZKB, lo cual
exhibe, a nuestro humilde entender, la profunda fractura y extrema
polarización en el seno del establishment en Washington.
EL
ex asesor de seguridad nacional no pierde totalmente la esperanza:
"debido a que EEUU es una nación rica (sic) y
extraordinariamente poderosa, todavía (sic) se puede dar el lujo por
un buen tiempo de proseguir una política articulada en el exceso retórico
y la ceguera histórica"; pero, como nada es eterno, "en el
proceso (sic), EEUU probablemente se encontrará aislado en un mundo
hostil, y será cada vez más vulnerable a los actos terroristas y
cada vez menos capaz de ejercer una influencia global constructiva
(sic)". Viene luego una metáfora exquisita: "sacudir con
una vara un avispero mientras se proclama con estridencia que se
mantiene la marcha, es un ejercicio de liderazgo catastrófico
(sic)".
AL
final de su demoledora disquisición ZKB afirma que una "corrección
real de la marcha es todavía posible (sic)" mediante una
"modesta (sic) iniciativa bipartidista y de sentido común (sic),
en la que colaboren (sic) el presidente y el liderazgo congresista del
Partido Demócrata, en una nación perturbada (sic) y cada vez más
dividida", con el fin de retirarse de Irak, "quizá tan
temprano como el año próximo. Y cuanto más pronto EEUU se retire,
los chiítas, los kurdos y los sunnitas alcanzarán un arreglo político
propio, o bien una combinación (sic) de ellos logrará prevalecer
(sic) por la fuerza". Bajo este idílico panorama ZKB garantiza
que "será más fácil reconfigurar una política medio oriental
más amplia, que se enfoque en forma constructiva (sic) en Irán y en
el proceso de paz palestino–israelí, mientras se restaura la
legitimidad (sic) del papel global (sic) de EEUU". ¡Cómo no! ¿A
qué sueña ZKB? Tampoco lo dice el ex asesor de Seguridad Nacional,
pero el "liderazgo catastrófico" de Baby Bush, al no poder
quedarse con el petróleo de Irak en su totalidad, ahora desea adueñarse
de su "oro negro" zonal, sea de los kurdos en el norte, sea
de los chiítas en el sur, por lo que busca en forma obscena la
balcanización regional.
Mas
fulminante, Dermot Purgavie (DP) pregunta: "¿Es ésta la muerte
de EEUU?" (The Daily Mirror, 8/10/05): Más allá de las
azorantes imágenes post Katrina y del enjuiciamiento del líder
republicano de la Cámara de Representantes, Tom DeLay, "EEUU,
que tiene el sistema de salud más caro del mundo, también exhibe
mayores tasas de mortalidad infantil (en el rango número 43 a nivel
mundial) que las de la despreciada (sic) y quebrada (sic) Cuba".
DP agrega que "muchos aquí sienten que el país se está
derritiendo y perdiendo su autoridad política y moral (sic)", y
enumera otros datos negativos muy conocidos, en medio del desplome
popular de Baby Bush: "de sus más de 300 millones de
habitantes", no solamente "EEUU pudiera ser el líder del índice
de inequidades mundiales", sino que también tiene a "37
millones que viven bajo la línea de pobreza, que no son tomados en
cuenta por los más ricos en un país con más de 3 millones de
millonarios", cuando la "típica familia blanca dispone de
80 mil dólares en activos y la familia negra alrededor de 6 mil; es
una brecha de riqueza de la Edad Media. Algo así como 46 millones no
consiguen seguro médico, debido a lo cual 18 mil morirán más
pronto". DP no podía soslayar que "18 ejecutivos
empresariales han sido encarcelados por maquillar las cuentas y
saquear miles de millones", y recuerda que el senador republicano
Chuck Hagel señaló que Bush "se encuentra desconectado de la
realidad" (nota: en términos siquiátricos significa que es un
loco clínico).
Concluye
que el "sentido que EEUU tiene de sí mismo –el orgullo en su
poder y autoridad, su fe en sus instituciones y su creencia en sus líderes–
ha sido profundamente dañado". Quizá no sea todavía la muerte
clínica de EEUU, pero de lo diagnosticado por ZKB y DP se desprende
que el peor enemigo de ese país es el propio EEUU, que llegó a su
peor degradación con la dupla Bush–Cheney.
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