Medios de comunicación
como la CNN piden a los estadounidenses que den consejos públicos al
desorientado gobernante
El descontento con
Bush se extiende por EEUU un año después de su reelección
Por N. Martín Cantero
Corresponsal en San Francisco
EFE / Estrella Digital, 04/11/05
El desencanto con
George W. Bush se propaga como la pólvora por todo el país, hasta el
punto de que medios de comunicación como la CNN han pedido a la gente
que dé consejos públicos al desorientado presidente estadounidense.
Esta vez no se trata de
gentes consideradas extremistas por los republicanos, como la llamada
"madre pacifista" que se plantó frente al rancho de Bush en
Texas y se ató a las verjas de la Casa Blanca para protestar por la
muerte de su hijo en Iraq, ni de ninguna avanzadilla de los sectores más
"progres" del país.
Cada vez más
ciudadanos de toda la geografía estadounidense, desde Carolina del
Norte hasta Utah, muchos de ellos simpatizantes del Partido
Republicano, se desesperan por la actuación de un presidente que
comete demasiados errores.
"Bush debe
comenzar por traer de vuelta las tropas en Iraq, echar a Rumsfeld,
nominar a jueces moderados (...). Como ciudadano que votó por Bush en
2004, me doy cuenta de que fue un gran error", dijo a la CNN
Brent Finnell, de Greenville (Carolina del Norte).
Las críticas
ciudadanas por la actuación en Iraq se repiten, sobre todo ahora que
acaba de cumplirse el triste hito de las 2.000 bajas estadounidenses
en el país árabe.
Son asimismo comunes
las quejas contra el desprecio que la administración de Bush muestra
hacia los más necesitados en favor de las clases acomodadas. "Se
merece las bajas tasas de popularidad –dice Richard Painter, de Sun
Lakes (Arizona)–. Si quiere elevarlas debería demostrar que le
importa la clase media y la gente pobre. Los recortes fiscales para
los ricos y su favoritismo hacia las corporaciones no nos dan
esperanzas", señaló Painter.
"O estás con
nosotros o estás contra nosotros", una de las frases favoritas
del presidente tejano que no dudó en emplear el lenguaje y las
maneras del Lejano Oeste para ganar cómplices que ahora vuelven
contra él.
"La 'banda de Bush'
se ha aislado del resto del país y del resto del mundo (...),"
dijo por su parte Dennis Quinn, de Wonalancet (Nuevo Hapmshire). Quinn
reconoció que esta estrategia sirvió al principio, "pero ahora
tiene que cambiar. ¡Comienza a apestar!".
También está quien
echa la culpa de todos los males que afligen al país a los
inmigrantes indocumentados, como Andrew M. Herold, de Beltsville, en
Maryland, que recomendó a Bush que "deje de gastar como un
marinero borracho y cierre las fronteras y eche a unos cuantos
millones de ilegales".
Abundan, por otra
parte, quienes están hartos de los elevados precios de la gasolina,
se preguntan qué ha sido de la promesa de capturar a Osama Bin Laden
y piden a Bush que se aleje del extremismo religioso que representa la
derecha evangélica a la que pertenece.
Este muestreo es, por
supuesto, puramente anecdótico. Pero las encuestas de opinión que
reflejan el desplome de la popularidad de Bush son una prueba inequívoca
de hasta qué punto se ha roto la confianza de los ciudadanos con su
presidente.
Una opinión que
comparten cada vez más voces dentro de su propio partido, como el
consejero republicano Joe Gaylord, quien se ha referido en varias
ocasiones al 2005 como el "desastroso año para los
republicanos".
Hay quien cree que ya
es demasiado tarde. "Bush ha llegado demasiado lejos. Está
completamente desconectado de EEUU y no le importan las consecuencias
de sus corruptas maquinaciones en los negocios. Sólo espero que EEUU
emerja en el 2008 sin estar totalmente destruida", señala una
mujer de Georgetown, en Delaware.
Y es que un año después
de su segunda victoria, Bush se ve aquejado por una crisis múltiple.
A la lentitud de la
repuesta de la administración ante el huracán 'Katrina' o las bajas
en Iraq se suma ahora el reciente escándalo que implica al ex jefe de
gabinete del vicepresidente, Dick Cheney, y que puede salpicar a Karl
Rove, el principal asesor de Bush.
En noviembre del 2004,
Bush dijo que había ganado un importante "capital político en
la campaña, y ahora planeo gastarlo". Pero de este capital no
parece quedar nada, por lo que el presidente quizá haría bien en
poner los pies sobre la tierra y, por una vez, escuchar los consejos
de sus ciudadanos.
|