Revela The Washington
Post: La CIA ha establecido centros de detención secretos para
presuntos terroristas islámicos en países europeos ex comunistas. La
noticia llega en plena polémica sobre el acceso de la ONU a Guantánamo.
La CIA tiene
prisiones secretas en Europa oriental
Por Eusebio Val
Corresponsal en Washington
La Vanguardia, 03/11/05
Varias de las nuevas
democracias de Europa oriental albergan centros de detención secretos
de la CIA en los que están recluidos y son interrogados prisioneros
de Al Qaeda de alto valor, según reveló ayer en exclusiva el diario
The Washington Post.
Una de estas cárceles
para presuntos terroristas islámicos estaría ubicada en un antiguo
complejo utilizado por los soviéticos durante la guerra fría,
afirmaba el periódico en una información que abría su portada, a
cinco columnas, y que citaba como fuentes a diplomáticos y
funcionarios de los servicios de inteligencia, unos en activo y otros
que ya no lo están, de tres continentes.
La existencia de cárceles
secretas fuera de Estados Unidos para los detenidos en las campañas
desencadenadas desde el 11–S era sobradamente conocida. Nunca había
trascendido, sin embargo, que países ex comunistas se hubieran
prestado a aceptarlas en su territorio. Según el Post estas llamadas
instalaciones negras –en la jerga de los documentos clasificados–
llegaron a estar distribuidas por ocho estados, entre ellos Afganistán
y Tailandia – que ya la habría cerrado–, además de un
departamento especial en la base de Guantánamo (Cuba). El diario se
niega a especificar qué países europeos orientales participan porque
sus fuentes informativas lo han pedido, para protegerlos de
represalias políticas o terroristas.
La Casa Blanca y la CIA
han logrado mantener al Congreso casi en la inopia sobre las características
de las cárceles secretas y los métodos de interrogatorio. Se trata
de un tema muy sensible de seguridad nacional sobre el que sólo un
grupo reducidísimo de personas está informado. La revelación sobre
las cárceles secretas se produce en pleno conflicto entre la ONU y el
Pentágono sobre el acceso de una comisión de derechos humanos del
organismo internacional a Guantánamo para comprobar cómo es el trato
a los detenidos. La delegación no aceptó las restrictivas
condiciones impuestas por los norteamericanos. Según informaba ayer
The New York Times, la polémica sobre el trato a los prisioneros de
la guerra antiterrorista está muy viva entre distintos sectores de la
Administración Bush que discrepan sobre las nuevas directrices para
los interrogatorios.
En su lucha contra el
secretismo de la Administración Bush, los demócratas en el Senado
lograron una victoria política el miércoles al forzar por sorpresa
una sesión a puerta cerrada de la Cámara en la que los republicanos
se comprometieron a desbloquear la investigación sobre los errores de
los servicios de espionaje previos a la guerra de Iraq. La maniobra
demócrata estuvo destinada a aprovechar el clima tras el
procesamiento del ex número dos del vicepresidente Dick Cheney,
Scooter Libby, para mantener la atención pública sobre las
manipulaciones previas a la invasión.
La acreditada
organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch señaló
a Rumania y Polonia como dos de los países donde la CIA al parecer
montó cárceles clandestinas para encerrar e interrogar a presuntos
miembros de Al Qaeda.
Las cárceles
secretas de la CIA en Europa oriental amenazan la adhesión de Rumania
a la UE
Por Fernando García
Corresponsal en Bruselas
La Vanguardia, 04/11/05
El caso de las cárceles
secretas o centros de detención clandestinos que Estados Unidos
instaló al parecer en algunos países del Este, así como en Afganistán
y Tailandia, ha creado un problema político a la Unión Europea.
El Ejecutivo
comunitario anunció ayer una indagación no formal de la dirección
general de Justicia "para ver qué está pasando", es decir,
para comprobar las informaciones que al respecto publicó ayer The
Washington Post. La no menos respetada organización norteamericana
Human Rights Watch corroboró ayer la denuncia y añadió que posee
indicios que señalan a Polonia y Rumania como países donde se ubican
algunos de esos centros, concebidos presuntamente por la CIA para
recluir e interrogar a destacados miembros de Al Qaeda. De confirmarse
los hechos, el asunto frenaría el ingreso de Rumania en la Unión.
Bucarest y Varsovia negaron las acusaciones.
El portavoz de Interior
y Justicia de la Comisión Europea, Friso Roscam, admitió a preguntas
de la prensa que los centros de detención secretos son incompatibles
con las leyes y los valores del club comunitario. Estos principios se
recogen tanto en el tratado de la UE como en los criterios de
Copenhague, que fijan los requisitos políticos y económicos para
toda nueva adhesión.
El tratado establece en
su artículo 6 que "la Unión respetará los derechos
fundamentales tal y como se garantizan en el Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales
firmado en 1950". Los socios tienen suscrita, además, una Carta
de Derechos Fundamentales que sin embargo carece de fuerza jurídica
vinculante hasta tanto la Constitución europea –que la incluye–
no entre en vigor. En todas esas normativas figura el derecho de
cualquier ciudadano a un juicio justo, de la misma forma que la
Convención de Ginebra prohíbe los abusos contra los prisioneros de
guerra.
Mientras la UE sólo
actuaría contra un socio en caso de "violación grave y
persistente" del citado artículo 6, el Tribunal Europeo de los
Derechos Humanos puede sancionar penalmente a cualquier Estado que
vulnere las convenciones internacionales correspondientes.
El comisario de
Justicia y vicepresidente de la Comisión, Franco Frattini, recordó
anoche la obligación de todos los estados miembros de respetar esas
leyes y compromisos internacionales, e incluso les animó a "dar
los pasos necesarios para investigar el asunto cuando resulte
conveniente". Frattini también citó los criterios de Copenhague
relativos al "imperio de la ley y la protección de los derechos
humanos".
Esta última mención
del comisario puede interpretarse como un aviso a Bucarest. Y llueve
sobre mojado, pues hace unos días la Comisión advirtió al Gobierno
rumano –y al búlgaro– de la posibilidad de pedir a los
Veinticinco que retrasen un año (hasta 2008) el ingreso de los dos países
en la UE, salvo que adopten ya las medidas necesarias para superar sus
deficiencias en campos como la administración de justicia o el
respeto a las minorías.
El primer ministro
rumano, Calin Popescu, dijo ayer: "No tenemos bases de la CIA en
nuestro país". En Polonia, un portavoz del presidente Aleksander
Kwasniewski señaló que no tenían "ninguna información"
sobre las cárceles secretas.
Representantes de Human
Rights Watch (HRW) en Washington y Bruselas habían señalado fuertes
indicios de que Rumanía y Polonia acogen algunos de esos centros, que
el Post situó en "ocho países, entre ellos Afganistán,
Tailandia y algunos Estados democráticos de Europa del Este" que
no especificó por "seguridad". HRW, por su parte, citó
vuelos organizados por la CIA para trasladar a dirigentes de Al Qaeda
desde Afganistán a dichos países del Este. Cruz Roja Internacional
también está detrás del asunto.
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