Revés
para Terminator
Rechazan
sus iniciativas para California
Por
David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 10/11/05
Nueva
York, 9 de noviembre. Los triunfos y las derrotas en las diversas
elecciones locales y estatales en el país ayer demostraron, entre
otras cosas, que la democracia electoral de Estados Unidos está en
manos de multimillonarios, que los republicanos ya no ganan siempre, y
que una de las figuras políticas más poderosas tanto en el ámbito
político como en el de ciencia–ficción fracasó en su intento por
conquistar al pueblo del estado más importante del país.
Tal
vez el resultado más importante ayer fue que los votantes en
California lograron lo que Hollywood jamás permitió: derrotaron a
Terminator. El gobernador de California, Arnold Schwarzennegger sufrió
un revés potencialmente mortal cuando sus electores rechazaron sus
cuatro iniciativas sometidas al voto ayer y que formaban el eje de su
"visión" para reformar el gobierno estatal.
Los
votantes reprobaron sus propuestas para limitar el gasto estatal,
reformular el mapa electoral estatal, limitar severamente la capacidad
política de los sindicatos y prolongar el periodo para que un maestro
obtenga una plaza permanente.
Fue
un triunfo muy dulce para los sindicatos, que perciben las maniobras
del gobernador como un intento para destruir el poder político de los
trabajadores. Durante meses, el sindicato estatal de enfermeras, la
Asociación de Enfermeras de California, lo ha seguido a todos sus
actos públicos con protestas, sin dejarlo en paz. Anoche, reportó
Los Angeles Times, ese sindicato rentó espacio en el restaurante del
mismo hotel donde el gobernador esperaba los resultados. Al llegar las
primeras indicaciones de que había sido derrotado, empezaron a bailar
en una fila de conga cantando "somos las enfermeras poderosas,
poderosas". Los sindicatos gastaron casi 100 millones de dólares
en la campaña para derrotar estas medidas, y ayer insistían en que
continuarán luchando para derrocar al gobernador en las elecciones
del año entrante.
Los
Angeles Times opinó en su editorial hoy que cualquier forma de tratar
de interpretar los resultados "no puede alterar la percepción de
que el gobernador, quien hace solo un año parecía invencible, ha
sufrido una derrota asombrosa".
Mientras
tanto, en la costa opuesta, dos candidatos demócratas para gobernador
de Nueva Jersey y Virginia –dos estados claves en el mapa
electoral– derrotaron a sus contrincantes republicanos. El
multimillonario senador Jon Corzine derrotó al también
multimillonario Douglas Forrester en la elección más cara de la
historia de Nueva Jersey (entre los dos aspirantes, gastaron un total
de unos 70 millones de dólares).
El
candidato demócrata Tim Kaine triunfó sobre el republicano Jerry
Kilgore en Virginia, en una elección cuidadosamente observada por la
clase política para evaluar el sentir electoral antes de las
elecciones legislativas nacionales del año próximo. La derrota de
Kilgore fue percibida por algunos como un golpe contra George W. Bush,
ya que el presidente se presentó junto con el candidato de su partido
el lunes y el estado se considera como uno que tiende a favorecer a
los republicanos.
Hablando
de dinero, el multimillonario alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg,
cuya fortuna personal se calcula en 4 mil millones de dólares o más,
invirtió aproximadamente 70 millones en asegurar su reelección. Esta
contienda prometía ser histórica, enfrentando al multimillonario con
un hijo de los barrios boricuas del Bronx, Fernando Ferrer, quien podría
haber sido el primer alcalde latino de esta ciudad.
La
candidatura de Ferrer generó grandes expectativas hace unos meses con
la promesa de una gran coalición multiétnica y de diversos sectores
sociales que no se estaban beneficiando con el crecimiento económico
de esta ciudad, y que parecían lograr la derrota al multimillonario.
Aunque Ferrer ganaba en las encuestas durante la etapa inicial, cometió
una serie de errores fatales (por ejemplo, declarar que tal vez la
fiscalización de los policías que dispararon 41 veces contra el
inmigrante africano Amadou Diallo, había sido demasiado dura, algo
que le costó el voto de varios de sus aliados naturales,
particularmente en el sector clave afroameriano) y su incapacidad para
ofrecer una propuesta alternativa clara y coherente junto con un buen
mensaje político, fue hundiendo su candidatura.
Al
final, no logró atraer suficientes fondos para enfrentar el tesoro
del alcalde (sólo unos 8 millones, se calcula) ni consolidar un
movimiento amplio de bases. De hecho, casi todos los sindicatos
respaldaron al alcalde, o no se declararon en favor de nadie, las
organizaciones comunitarias y las ONG fueron beneficiadas con la
"generosidad" personal de Bloomberg y le compensaron con
votos, y Ferrer perdió el apoyo de la mayoría de los medios, y de
donantes al Partido Demócrata, a pesar de tener el apoyo (tibio) de
la pareja Clinton y otras figuras ilustres de su partido.
Además,
en una ciudad de decenas de idiomas, Bloomberg logró congraciarse con
varios sectores clave, haciendo anuncios donde él mismo hablaba en
español y hasta en mandarín. Por lo tanto, semanas antes de la
elección, las encuestas ya mostraban un margen que llegó hasta más
de 30 puntos para Bloomberg.
Todo
acabó con un triunfo aplastante por casi 20 puntos, lo que marca un
nuevo récord en esta ciudad. El dinero (cada voto le costó
aproximadamente 92 dólares) y la muy efectiva estrategia electoral de
Bloomberg (un republicano moderado, pero que casi en todos los rubros
es más como un demócrata centrista, y lo fue hace unos años)
regresan al alcalde por cuatro años más al frente de la ciudad más
grande de Estados Unidos.
En
otras partes del país se celebraron varias elecciones locales y de
alcaldes, con pocas sorpresas, pero como fue el caso en California,
había más que sólo candidatos en estos concursos, con varias
medidas presentadas ante las urnas. Entre ellas, Darwin andaba por
algunas casillas.
En
Dover, Pennsylvania, los ocho miembros de una junta escolar que habían
promovido la medida que obligaba a presentar el concepto de "diseño
inteligente" –un tipo de creacionismo vestido de teoría científica
promovida por cristianos fundamentalistas en varias partes del país–
en clases de biología como "teoría" alternativa a la de la
evolución, perdieron sus puestos ante opositores de la medida.
El
tema del matrimonio gay también estaba en juego en algunos lugares.
En Texas, los votantes de manera abrumadora aprobaron una prohibición
constitucional al matrimonio gay, y ahora es el decimonoveno estado en
promover este tipo de medida. Pero en Maine, los votantes rechazaron
una medida que buscaba descartar una nueva ley estatal reconociendo
los derechos gay.
También
en Texas, el pueblito White Settlement (Poblado Blanco) llamado así
al ser fundado hace 160 años por pobladores blancos que se
establecieron en territorio indígena, rechazaron tajantemente cambiar
el nombre de su entidad a "West Settlement".
Para
el New York Times, entre las conclusiones de las variadas elecciones
de ayer, está la de que "el capital político de George W. Bush
se ha convertido en un déficit", en particular por lo ocurrido
en la elección para gobernador en Virginia, estado que votó
mayoritariamente a Bush en su relección.
Los
apuros de la Casa Blanca. California da la espalda al gobernador
Schwarzenegger y sus propuestas se hunden. Los candidatos republicanos
sufren sonoras derrotas en Virginia y Nueva Jersey.
EEUU
castiga a Bush en las urnas y da nuevas alas a los demócratas
Por
Mercedes Hervás
Corresponsal en Nueva York
El Periódico, 10/11/05
Los
malos presagios para el presidente de EEUU, George Bush, se cumplieron
en las elecciones estatales y locales celebradas el martes de un
extremo a otro del país. Los candidatos republicanos a gobernadores
de Virginia y Nueva Jersey sufrieron sonoras derrotas a manos de sus
rivales demócratas, mientras en California los votantes rechazaron
las cuatro propuestas con las que el cada vez más impopular
gobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, se jugaba una gran
parte de su prestigio.
Estas
derrotas ponen en evidencia el desgaste que han sufrido Bush y su
partido, el republicano, y pueden ser un síntoma de que los
estadounidenses comienzan a abandonar al partido en el poder, algo muy
preocupante para la Casa Blanca cara a las elecciones legislativas del
2006. La oposición demócrata tratará entonces de capitalizar la
creciente debilidad del presidente y de su partido para recuperar la
mayoría en alguna de las dos cámaras del Congreso, ahora en manos
republicanas.
Ni
corrupción ni abuso de poder
"La
política de los republicanos a escala nacional ha tenido un efecto
real en las elecciones de Virginia y California", resaltó ayer
el presidente del Partido Demócrata, Howard Dean. "A los
votantes no les gusta el abuso de poder ni la corrupción, y quieren
que la nación vaya por otro camino", añadió. Desde el bando
contrario, el gobernador republicano de Arkansas, Mike Huckabee, hizo
hincapié en que estas derrotas "no marcan tendencia",
aunque reconoció que sus correligionarios "no pueden dormirse en
los laureles".
La
derrota de Jerry Kilgore en Virginia resulta especialmente dolorosa
para Bush, ya que el presidente hizo escala el lunes en Richmond, a su
regreso de Panamá, para apoyar al candidato. Pero los votantes
hicieron caso omiso de su visita y dieron la victoria al demócrata
Tim Kaine.
Otro
tanto sucedió en Nueva Jersey, donde el demócrata Jon Corzine triunfó
holgadamente sobre su rival, Doug Forrester. "No es que los
republicanos estén tan irritados con el presidente que voten por el
candidato de la oposición, sino que simplemente se quedaron en
casa", opinó el consultor republicano Rich Galen.
'Gobernator'
en apuros
Pero
el golpe se agravó con el revolcón que los californianos dieron a
Arnold Schwarzenegger, al hundir sus intentos por limitar el poder de
los legisladores estatales en beneficio del suyo. Sus cuatro
propuestas salieron derrotadas. Las posibilidades del gobernator de
ser reelegido el año que viene han quedado en entredicho.
"Imagino
que no lo hice lo suficientemente bien para convencer a los
votantes", reconoció Schwarzenegger, que hace dos años era
enormemente popular y hoy es rechazado por el 55% de los
californianos.
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