El alcalde y el
gobernador del estado se enfrentan a un líder sindical fuerte
Una huelga colapsa
Nueva York
Por Andy Robinson
Corresponsal en Nueva York
La Vanguardia, 21/12/05
Bajo su carismático líder
caribeño, Roger Toussaint, los 46.000 trabajadores del sindicato del
transporte de Nueva York (TWU) se declararon en huelga en la madrugada
de ayer y paralizaron los servicios de metro y autobús que
transportan a diario millones de trabajadores a la isla de Manhattan
desde los barrios de Queens, Brooklyn y Staten Island. Toussaint
calificó la huelga como una medida necesaria para "no traicionar
a los no nacidos", en referencia al plan de la empresa de
transporte metropolitano (MTA) de recortar los derechos de pensiones y
jubilación para nuevas generaciones de trabajadores.
Pero era el presente lo
que preocupaba a unos siete millones de ciudadanos, la mayoría de
ellos de bajos ingresos, afectadas por una huelga que amenaza con
prolongarse hasta Navidad. Para paliar el impacto de la huelga, el
Ayuntamiento forzó a los automovilistas a llevar pasajeros y redujo
la tarifa de los taxis. A fin de cumplir con las nuevas normas y
cruzar los controles policiales, los automovilistas bajaban de sus
coches y, en una extraña inversión de papeles, instaban a peatones a
subir. Aunque las calles colindantes con las entradas a la isla fueron
colapsadas, la mayoría de los negocios en Manhattan operaban con
normalidad. Para los turistas navideños en la Gran Manzana, el cierre
del metro desde el aeropuerto JFK no resultó desastroso, ya que el
servicio de tren de Long Island desde el aeropuerto hasta la estación
Penn, en Manhattan, funcionaba.
El Ayuntamiento de
Nueva York calcula que el coste económico de una huelga que coincide
con los días más lucrativos de las compras navideñas de una semana
rondaría los 1.600 millones de dólares. Pese a ser ilegal -pues
contraviene la llamada ley Taylor, que prohíbe paros de trabajadores
de los servicios públicos- y no contar con el apoyo de la central de
la TWU en Washington, el paro ha sido secundado por todos los
trabajadores del sindicato, una muestra poco habitual de fuerza
sindical en Estados Unidos sólo un mes después de la derrota de los
famosos sindicatos del automóvil en su propia lucha por defender las
pensiones. La MTA se ha negado a usar un superávit de 1.000 millones
de dólares para financiar los programas de pensiones porque prevé
que en el 2009 registrará un déficit. Los trabajadores del
transporte en Nueva York con antigüedad superior a 19 años pueden
jubilarse a los 55 años.
Tanto el alcalde,
potenciado por una victoria contundente en las elecciones el mes
pasado, como el gobernador del estado de Nueva York, George Pataki,
arremetieron contra el sindicato del trasporte. Pataki, candidato
republicano en las presidenciales de 2008 y último responsable de la
MTA, dijo que "los huelguistas serán castigados
severamente", en referencia a las multas: dos días de sueldo por
cada uno de huelga. Trabajadores de TWU entrevistados en la entrada de
Brooklyn Bridge dijeron ayer que Pataki "quiere romper el
sindicato para afianzar sus aspiraciones presidenciales".
Bloomberg, por su
parte, trató de emular el gesto del ex alcalde Ed Koch, que
rentabilizó políticamente la huelga de transporte de 1980 con el
gesto de cruzar el puente de Brooklyn junto con miles de ciudadanos.
Koch prolongó su alcaldía hasta 1989. Pero mientras Koch cruzó bajo
el sol primaveral, Bloomberg, con cazadora de cuero y vaqueros en
lugar de su traje habitual, cruzó en temperaturas próximas a cero y
casi sin luz, y sólo habló con sus guardaespaldas.
En momentos en los que
todos los trabajadores se preocupan por sus pensiones, puede
resultarles más difícil a Bloomberg y Pataki demonizar al TWU que a
Koch. Aunque algunos neoyorquinos entrevistados tacharon a los
huelguistas de insolidarios -"qué más quisiera yo que un sueldo
de 50.000 dólares y derecho a jubilarme a los 55", dijo un
tendero indio en Manhattan-, la MTA tiene pocos amigos en Nueva York.
Subió las tarifas a dos dólares el trayecto hace dos años pero no
se han realizado grandes inversiones en la red.
Es más, Toussaint,
nacido hace 40 años en Port of Spain, Trinidad, es un contrincante
intelectual formidable, la nueva encarnación del brillante líder
obrero irlandés Michael Quill, que fundó el TWU en 1934. Desde
entonces, un sindicato casi exclusivamente irlandés y blanco se ha
ennegrecido y la mayoría de sus miembros ya son afroamericanos y
caribeños. El hermanastro de Toussaint, Arnold Rampersad, catedrático
de Literatura de la Universidad de Stanford y biógrafo del poeta
negro Langston Hughes, dijo que "Roger podría haber sido académico
también, pero optó por hacer algo útil".
Los comercios del
centro de Nueva York se enfrentan a una gran crisis si la huelga del
transporte público persiste hasta la Navidad. Los analistas de Wall
Street calculan que las pérdidas podrían llegar hasta los 500
millones de dólares
La huelga golpea la
Navidad de Nueva York
Por Andy Robinson
Corresponsal en Nueva York
La Vanguardia, 22/12/05
La voz de Andy Williams
insistía a través de la música navideña en cada gran almacén:
"Es la parte más maravillosa del año". Pero en la milla de
las señoras, el centro de compras de Manhattan, la voz cantante era
la de Roger Toussaint, el líder del sindicato del transporte (TWU) en
Nueva York, cuya huelga ha devastado el negocio festivo.
En Bed Bath and Beyond,
en la Sexta Avenida, el departamento de stocking stuffers (regalos
para llenar los calcetines de Navidad) estaba vacío: "Nos
sentimos totalmente hundidos", dijo la dependienta Anisa,
residente de Brooklyn que se había alojado con sus abuelos en
Manhattan para llegar puntualmente al trabajo. En Best Buy, cientos de
ipods con vídeo estaban en las estanterías. "No entiendo como
30.000 trabajadores pueden hacer esto a siete millones de
personas", dijo Theo, del departamento de música.
Si la huelga de metro y
autobús -convocada para proteger el plan de pensiones de futuras
generaciones- sigue hasta Navidad, las grandes cadenas al por menor de
Nueva York, perderán 500 millones de dólares, según los analistas
de Wall Street. El alcalde, Michael Bloomberg, dijo el martes que había
hablado con los directivos de Federated Department Stores (FDS),
propietario de Macy´s y Bloomingdales que temían una caída de venta
del 40%.
Derrotada en la guerra
por la opinión pública, la única baza de Toussaint en esta huelga
son las llamadas de protesta desde los consejos de Macy´s o de Sak´s
Quinta Avenida, a las oficinas del alcalde y de George Pataki,
gobernador del estado de Nueva York, cuya probable candidatura a la
presidencia de Estado no puede prescindir del apoyo de grupos como FDS.
La última final sobre las concesiones a la empresa de transporte, que
depende de presupuesto estatal, la tiene Pataki.
Pero las presiones
sobre el sindicato son mucho más fuertes. Tras anunciar multas de un
millón de dólares por cada día de huelga a un sindicato cuyo
patrimonio sólo asciende a tres millones, por violación de la ley
Taylor que prohíbe las huelgas en servicios públicos, un juez de
Brooklyn apretó la tuerca aún más y anunció que podría encarcelar
a Toussaint y sus compañeros. "La TWU tiene la ventaja de que no
pueden mandar sus empleos a Taiwán o Malasia; su problema es la Ley
Taylor", dijo Robert Snyder, profesor de Rutgers.
Pero, en una huelga que
tiene inevitables connotaciones étnicas, Toussaint, negro oriundo de
Trinidad, respondió con agilidad: "Si Rosa Parks no se hubiese
saltado la ley todavía estaríamos en la parte trasera del autobús",
dijo en referencia a la recién fallecida héroe de la lucha civil
afroamericana que en 1955 se negó a ceder su asiento a un blanco.
Los castigos
draconianos pueden tener un doble filo, advirtió el ex senador
Alfonse d´Amato: "Si quiebra (a causa de la sanciones económicas),
el TWU no tendrá nada que perder y la huelga podría durar
semanas". El encarcelamiento también puede ser un tiro por la
culata. Durante la huelga que el TWU hizo en 1966, un juez encarceló
al histórico líder sindical, el irlandés Mike Quill, quien desde la
cárcel dijo: "El juez puede caer muerto, con la toga puesta, que
no desconvocaremos la huelga". Horas después el mismo Quill
sufrió un infarto en su celda; murió dos semanas después.
Respaldado por la simpatía publica, el TWU ganó un aumento de
sueldos del 15% y desconvocó la huelga.
|
|