El proyecto de
reconstrucción excluye una zona con mayoría de población
afroamericana
'Limpieza étnica'
en Nueva Orleans
Por Andy Robinson
Corresponsal en EEUU
La Vanguardia, 16/01/06
Grupos de residentes de
los barrios de Nueva Orleans devastados por el huracán Katrina
reaccionaron con furia el miércoles pasado al primer borrador del
proyecto de reconstrucción. Según el plan preliminar, con el fin de
recuperar algunas de las zonas húmedas, una barrera natural para las
inundaciones, no se rehabilitarán todos los barrios destruidos por el
Katrina.
Es una idea defendida
por ingenieros, hidrólogos, y medioambientalistas, pero para los
residentes de Nueva Orleans Este – principalmente afroamericanos de
ingresos bajos y medios–, la idea resulta bastante menos
convincente. "Sólo por encima de mi cadáver", gritaron
algunos en la reunión.
El día siguiente,
George W. Bush visitó la ciudad y 200 adolescentes escolares se
lanzaron a la calle con chalecos salvavidas y pancartas que pedían
mediante la frase "Categoría cinco" nuevos diques de
contención que aguanten los huracanes de máxima fuerza.
Todo indica que se ha
decidido que Nueva Orleans va a ser una ciudad mucho más pequeña con
un sistema de protección antiinundación reforzado, pero sólo
suficiente para repeler los huracanes menores.
Los residentes de las
zonas más afectadas y vulnerables tienen cuatro meses para presentar
planes viables de rehabilitación que tengan el apoyo de suficientes
vecinos. En caso contrario, sus viviendas – lo que queda de ellas–
serán embargadas y compradas por las autoridades al precio de mercado
anterior al huracán. Luego llegará el bulldozer y los barrios serán
devueltos a los pantanales que los ecologistas y geólogos consideran
la mejor protección ante nuevas inundaciones.
Las áreas que luchan
por su supervivencia corresponden a la mitad de la superficie de la
ciudad y alojaban a dos tercios de su población. "En el pasado
se ha subvencionado a la gente para que viviera en lugares
vulnerables; ya va siendo hora de que se les diga la verdad",
dijo Roy Dokka, de la Universidad de Luisiana y asesor en la
construcción de defensas antihuracán.
Desde el desastre, la
población se ha desplomado de medio millón a 144.000 habitantes , y
un porcentaje desproporcionado de la gente desplazada son
afroamericanos de bajos ingresos. Por eso, la decisión de condicionar
el derecho de reconstruir un barrio a la presencia de una masa crítica
de vecinos probablemente acelerará lo que algunos han calificado de
limpieza étnica posdiluvio. "La gente quiere volver pero no se
quiere que regrese", dijo en la revista Newsweek Marc H. Morial,
ex alcalde de la ciudad.
Según las proyecciones
demográficas, la población se situará en 247.000 personas a finales
del 2008, todavía menos de la mitad que antes del Katrina y con un
porcentaje de afroamericanos mucho menor.
Es más, los requisitos
estructurales para la reconstrucción serán prohibitivamente caros
para residentes de bajos ingresos, explica Dokka: "Habrá que
elevar las casas, en algunos casos dos o tres metros; mucha gente no
podrá pagarlo".
Nuevos diques
resistentes ante huracanes de máxima categoría (5) harían viable la
reconstrucción de un mayor número de barrios, pero tendrían un
coste estimado de 30.000 millones de dólares, y Bush anunció el
jueves que se gastará sólo una décima parte en muros de contención
"más fuertes y mejores" pero que sólo aguantarán
huracanes de categoría dos o tres. El coste total del plan
provisional de recuperación asciende a unos 18.000 millones de dólares.
Mientras, el centro turístico
se prepara para el carnaval Mardi Gras y la primera invasión
post–Katrina de turistas. Algunos hoteles en el barrio francés ya
han advertido a los damnificados alojados en sus habitaciones que
deben marcharse antes de la gran fiesta. Un juez federal falló ayer
que las autoridades deben seguir pagando el alojamiento de los
refugiados hasta el 27 de febrero, la víspera del Mardi Gras.
No sería la primera
vez que un diluvio provocase la expulsión de la población más
pobre. El huracán Betsy en 1965mató sólo a decenas y no a miles
como el Katrina, pero provocó un fuerte descenso de la población de
la ciudad. Además, el desencadenante de la gran diáspora negra hasta
el norte en los años treinta fue la gran inundación de Luisiana de
1927.
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