Menos ayuda, más
balas
Por
Jim Lobe
Inter Press Service (IPS), 07/02/06
Washington. Pese a su
interés en impedir el colapso de países aliados en zonas estratégicas
del Sur, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, propuso
recortar la ayuda internacional al desarrollo y a la recuperación de
desastres naturales, y aumentar el presupuesto militar casi siete por
ciento.
En su propuesta
presupuestal para 2007 enviada el lunes al Congreso legislativo, el
Departamento de Defensa prevé incrementar sus gastos el año próximo
unos 440.000 millones de dólares, sin incluir otros 120.000 millones
que espera pedir como asignación extra para financiar las operaciones
militares en Afganistán e Iraq en septiembre, cuando finaliza al año
fiscal 2006.
En cambio, la ayuda
internacional estadounidense en 2007 permanecerá en torno a los
24.000 millones de dólares, al igual que este año, equivalente a lo
que Washington gasta en menos de cinco meses en Iraq.
Además, Bush pidió un
recorte de casi 20 por ciento en la asistencia al desarrollo, que
pasaría de unos 1.500 millones de dólares a 1.260 millones, y
deducciones similares en la ayuda a países víctimas de desastres
naturales o con programas especiales de salud e infancia.
"La administración
ha dicho que hay tres componentes de la seguridad nacional: la
diplomacia, la defensa y el desarrollo", señaló Mohammad
Akhter, presidente de InterAction, una coalición de alrededor de 160
organizaciones no gubernamentales estadounidenses activas en el Sur.
"Nosotros vemos
que la diplomacia y la defensa son bien atendidas, pero el desarrollo
es la herramienta más ignorada del botiquín. Sin embargo, es en ella
donde descansa nuestra seguridad a largo plazo", añadió.
No obstante, Bush pidió
aumentos en los dos programas de asistencia que llevan su propia
firma: la Cuenta del Desafío del Milenio (MCA, por sus siglas en inglés),
creada para recompensar a los "buenos desempeños" de los países
pobres, y el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del
Sida, dirigido en su mayor parte a 14 países de África y el Caribe,
además de Vietnam.
Para este último
programa, Bush pidió un total de 4.000 millones de dólares,
incluyendo sólo 300 millones para el Fondo Mundial de Lucha contra el
Sida, la Tuberculosis y la Malaria, y para el MCA solicitó 3.000
millones de dólares, un incremento de 1.250 millones respecto del
actual presupuesto.
Aunque el Congreso por
lo general siempre aprobó las propuestas de Bush en torno a programas
contra el sida, nunca dudó en recortar drásticamente los pedidos
para la MCA, en especial debido a que el gobierno ha sido muy lento
para seleccionar los países beneficiarios.
"El antecedente
histórico sugiere que la Corporación para el Desarrollo del Milenio
(que administra la MCA) podría no obtener la financiación
solicitada", sostuvo el investigador Stewart Patrick, del Centre
for Global Development (Centro para el Desarrollo Global).
También consideró
probable que los congresistas aprueben un aumento de la ayuda
internacional a programas para la infancia, como hicieron en el
pasado.
El presupueso total
propuesto por Bush para 2007 asciende a 2,7 billones de dólares, 2,3
por ciento más que el actual año fiscal.
A pesar del incremento,
el déficit fiscal, de ser aprobado el paquete por el Congreso, pasaría
de los 423.000 millones de dólares del actual año fiscal a 354.000
millones de dólares en 2007, según calculó la administración Bush,
cuyas previsiones de déficit siempre se caracterizaron por ser
demasiado optimistas.
Para cubrir el aumento
de los fondos para el Pentágono, Bush propone limitar o reducir el
gasto en programas sociales y educativos nacionales, una medida que
podría causar una gran polémica en un año electoral. El mandatario
llamó a recortar gastos en el programa de seguros de salud Medicare
para personas ancianas o discapacitadas.
Bush combinó la
presentación de su paquete presupuestal con un nuevo y polémico
pedido de recortes permanentes de impuestos a grandes corporaciones y
sectores de altos recursos.
En una columna
publicada por The Washington Post el domingo, el ex consejero económico
del mandatario, Douglas Holtz–Eakin, advirtió que los aumentos
impositivos son inevitables a menos que se redujera el presupuesto.
Sin embargo, no parece estar en los planes de Washington reducir sus
gastos militares.
El viernes, el
Departamento de Defensa presentó un informe en el que, si bien
rechaza la idea de aumentar el despliegue de soldados e infantes de
marina (marines) en el mundo, propone un incremento de sus fuerzas
para operaciones especiales, cuyo entrenamiento y equipos son
especialmente caros.
Además, como parte de
su "guerra contra el terrorismo", que el Pentágono rebautizó
como "guerra larga", subraya la necesidad de adquirir nuevas
armas que puedan intimidar a potenciales rivales, como China o Rusia.
"El presupuesto de
2007 refleja nuestro compromiso en defender nuestra nación, librar
una larga guerra contra el terrorismo y prepararnos para futuros
adversarios", dijo el lunes el secretario de Defensa, Donald
Rumsfeld.
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