Déficit histórico
empeora malestar con China
Por
Emad Mekay
Inter Press Service (IPS), 10/02/06
Washington. El déficit
comercial de Estados Unidos registra su máximo valor histórico, en
especial con China, Japón, Europa y los países exportadores de petróleo,
informó el Departamento (ministerio) de Comercio.
Al conocerse este
viernes que la diferencia entre importaciones y exportaciones ascendía
a 725.800 millones de dólares, algunos senadores señalaron a la
boyante China, cuyo crecimiento económico tiene en las ventas al
exterior su mayor turbina.
"Este déficit
demuestra el fracaso increíble de nuestra política comercial, que
está agotando los trabajos estadounidenses y debilitando al país",
dijo el senador Byron Dorgan, del opositor Partido Demócrata.
"Si los nuevos números
del déficit comercial no despiertan al presidente y al Congreso
(legislativo), nada lo hará", agregó Dorgan.
Según las cifras
divulgadas por el Departamento de Comercio, el déficit comercial de
Estados Unidos aumentó 17,5 por ciento en 2005 respecto de 2004, de
617.600 millones de dólares. La cifra no tiene antecedentes desde que
el gobierno registra los datos del comercio exterior.
Las importaciones de
Estados Unidos casi duplicaron las exportaciones. También se
superaron las márcas de déficit con China, Japón, Europa, Canadá,
México y los miembros de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP). El déficit con China llegó a 201.600 millones de dólares,
un cuarto de la cifra global.
"Hemos alcanzado
un punto de inflexión", dijo Dorgan. El gobierno ha asegurado
que "nuestras políticas comerciales están funcionando",
pero el último informe "es una evidencia bastante crítica de
que no es así", añadió.
Particularmente molesta
para muchos legisladores estadounidenses fue la brecha comercial con
China, dos veces y media superior que al momento de la firma de un
acuerdo comercial bilateral en 2000.
El jueves, Dorgan y el
senador Lindsey Graham, del gobernante Partido Republicano,
presentaron un proyecto de ley que revocaría el carácter permanente
de la normalización de las relaciones comerciales con China y sujetaría
el intercambio a una revisión anual por parte del Congreso.
La normalización de
las relaciones comerciales con Estados Unidos en 2000 fue fundamental
para que China ingresara en la Organización Mundial del Comercio
(OMC).
Citando
"estafas" crónicas por parte de China que abonan el enorme
déficit comercial, Dorgan y Graham, conocidos por su nacionalismo,
afirmaron que los productos del país asiático inundaban el mercado
estadounidense.
También aseguraron que
China impone barreras artificiales a las importaciones y aplica prácticas
desleales para impedir el ingreso de productos estadounidenses.
Entre esas prácticas,
incluyeron la piratería de marcas y patentes, la manipulación del
tipo de cambio y la violaciones de convenciones laborales
internacionales.
Los senadores esperan
que, con la confección anual de un análisis de las políticas
comerciales de China para revisar su estatus comercial, el gigante asiático
frene su avanzada por su propios medios.
Antes de la normalización
comercial permanente, el Congreso legislativo renovaba año a año ese
vínculo de acuerdo con la Enmienda Jackson–Vanik.
Desde ese momento, el déficit
comercial de Estados Unidos con China pasó de 83.000 millones de dólares
en 2001 a más de 200.000 millones en 2005.
"El mercado
estadounidense es el más grande y el mejor del mundo. Controlar el
acceso es la mejor manera de que China comience a practicar un
comercio leal", dijo Dorgan.
Otra legisladora
estadounidense, Olympia J. Snowe, pidió en una carta al secretario
del Tesoro, John Snow, que el próximo informe sobre Política
Internacional Económica y de Cambio Monetario, previsto para abril,
caracterice oficialmente a China como "manipulador de
divisas".
El presidente Bush
recibirá en Washington a su par chino, Hu Jintao, ese mismo mes.
Legisladores, organizaciones empresariales y sindicatos reclaman a
coro desde hace años sanciones para la boyante China.
En enero, la Coalición
Estadounidense de Acción Comercial Manufacturera reclamo leyes que
impusieran elevados aranceles a las importaciones chinas si Beijing se
negaba a admitir la libre flotación del yuan, su moneda.
El senador Charles
Schumer, uno de los principales críticos de la política monetaria de
Beijing, presentó la Ley de Libre Comercio de China el año pasado,
proyecto que impondría a ese país un arancel de 27,5 por ciento.
Los sindicatos también
se quejan de la supuesta inacción del gobierno para detener la
migración de fábricas a mercados más baratos en el exterior, en
especial China, lo que supuso la pérdida de tres millones de empleos
en el sector manufacturero en los últimos cinco años.
"La brecha
comercial rebaja el precio de los productos manufacturados internos y
destruye los buenos trabajos de Estados Unidos", dijo Richard
Trumka, de la Federación Estadounidense del Trabajo–Congreso de
Organizaciones Sindicales (AFL–CIO), la principal central sindical
del país.
"El gargantuesco déficit
comercial de Estados Unidos es un lastre que cuelga del cuello de los
trabajadores estadounidenses y que los empuja a un ciclo de deuda,
bancarrota y trabajos de bajos salarios en el área de
servicios", expresó.
Los funcionarios chinos
replicaron que cualquier aumento en el precio de los productos chinos
podría perjudicar a millones de personas que dependen del auge
exportador del país.
|