Ante
la caída de la popularidad de Bush
La
Guerra como solución electoral
Por
Juan C. Alfaro
Redacción de APM, 01/03/06
Un conflicto bélico
serviría para mejorar la imagen de George W. Bush y distraer a la
opinión pública estadounidense, ante la gran cantidad de conflictos
internos que sacuden a Estados Unidos.
Desde el 11-S la
administración republicana, con su unilateral y agresiva política
exterior, comenzó lo que algunos se animan a denominar la Cuarta
Guerra Mundial. Este escenario político que se inició con el
bombardeo a Afganistán y el derrocamiento de los Talibanes,
(presuntos protectores de Osama Bin Laden, autor intelectual de los
ataques a las Torres Gemelas, según los halcones de Washington), de
alguna manera dividió al mundo en dos facciones.
Un dato a tener muy
en cuenta es que Goege W. Bush admitió haber recibido una ayuda
indirecta Bin Laden en los comicios de noviembre de 2004, por los que
obtuvo su reelección. El líder de Al-qaeda había emitido una
grabación con injurias en su contra el viernes anterior a las
elecciones generales.
Dejando de lado esa
confesión, cabe destacar que los discursos vertidos desde la Casa
Blanca en su auto proclamada “guerra contra el terrorismo”, cuenta
con el agregado de que “se esta del lado o en contra de Estados
Unidos” en sus aventuras militares de conquista en contra de
“terroristas” o “Estados sospechosos”.
Si bien hay que
reconocer que el ataque militar a Kabul fue avalado por la mayoría de
los países de la comunidad internacional, el segundo objetivo del
Pentágono, Irak, de alguna manera mostró los verdaderos intereses
del país norteamericano en pos de la realización de su imperio y las
farsas de su discurso.
En la actualidad Irán
se encuentra en el centro de le escena internacional, bajo las
acusaciones de Estados Unidos, líder del bloque occidental, quien
afirma que Teherán pretende obtener la bomba nuclear, a lo cual el país
islámico responde que su programa tiene fines pacíficos. La Agencia
Internacional de Energía Atómica (AIEA) no encontró pruebas de las
imputaciones vertidas por Washington y sus aliados.
Sin embargo, para
agregar fundamentos a sus intenciones de condenar a Irán, en las últimas
semanas distintos funcionarios de Washington, comenzando por el propio
presidente, acusan a Irán de ser “patrocinador del terrorismo”,
si es que acaso el tema de la bomba nuclear no tenga la validez
necesaria.
Pero a los proyectos
de Bush y sus hombres se les presentan escenarios mucho más difíciles
en la medida que pasa el tiempo.
A nivel interno, la
administración republicana pasa por sus peores momentos. Según una
encuesta de la cadena estadounidense CBS divulgada el día martes, la
popularidad de Bush cayó a su nivel más bajo desde que asumió el
cargo, en enero de 2001.
Sólo el 34 por
ciento de los estadounidenses cuenta con una opinión positiva de la
gestión presidencial de Bush, comparado con el 42 por ciento de hace
un mes, según el mismo sondeo. En tanto, el 59 por ciento, tiene una
opinión negativa acerca del presidente.
En el tablero político
internacional, Estados Unidos ha tenido que observar como distintas
potencias, en ciertas ocasiones, tuvieron distintas visiones ante sus
políticas. En el caso de la cuestión iraní tanto China como Rusia
apoyan soluciones opuestas en el tema nuclear.
Por estas horas Bush
se encuentra de visita en India, donde pretende convencer a Nueva
Delhi sobre distintos puntos de su programa nuclear.
El acuerdo daría a
India acceso a la tecnología nuclear civil estadounidense que durante
mucho tiempo le fue negada, incluyendo combustible y reactores.
Ambos gobiernos se
encuentran enfrentados en el tema de separar las instalaciones
nucleares civiles y militares de India, sometiendo a los sitios
civiles a inspecciones internacionales, mientras que los sitios
militares permanecerían excluidos.
Sin embargo,
importantes expertos en no proliferación nuclear de Estados Unidos
sostuvieron que el acuerdo nuclear permitiría la rápida expansión
del arsenal nuclear de India y alentaría a Pakistán y a China a
responder.
Como es de costumbre
para Bush, al estar lejos de su tierra en momentos en que su
popularidad esta mas cerca del piso, es fundamental tratar de mejorar
su figura ante otras naciones.
De ese modo, el
mandatario estadounidense estuvo sorpresivamente en Afganistán, donde
entre otras cosas confió en una futura captura de Bin Laden, y alabó
los avances de ese país en materia de “democracia”.
Mientras tanto, en
Irak sobrevuela el fantasma de la guerra civil, y existen varios análisis
que no descartan que las manos de la Central de Inteligencia Americana
(CIA) estuvieran detrás del atentado a la mezquita chiíta en
Samarra, el cual desató una violencia aún mayor de la registrada
hasta ahora en este país ocupado por tropas estadounidenses.
El panorama actual
para los halcones sentados en la Casa Blanca, a nivel interno no es
positivo tan solo porque la popularidad de Bush cae en picada. Según
la red nacional de bancos de alimentos America`s Second Harvest, más
de 25 millones de estadounidenses tuvieron que recibir alimentos
gratuitos de los servicios sociales para poder sobrevivir. Dentro del
total de atendidos nueve millones eran niños y tres millones de
ancianos.
Lo mas peligroso de
estos hechos mencionados, es que en la mente de los “neocons” que
gobiernan el país del norte, la solución a estos problemas es
desviar la atención de la opinión publica local hacia otro punto, el
cual estaría encarnado en una nueva aventura militar de Estados
Unidos.
Esta solución
maquiavélica utilizada en ocasiones anteriores por la Casa Blanca,
recae principalmente en la cuestión nuclear iraní.
En este marco, los
sondeos parecen ser beneficiosos para los halcones. La organización
Zogby, reveló que un 47 por ciento de encuestados estaban en favor de
una acción militar contra Irán, preferiblemente junto con aliados
europeos, para detener el desarrollo su programa nuclear.
De ese modo se puede
observar que la guerra, sumada al miedo, son los mecanismos que utilizó
y utiliza la administración Bush para distraer a su pueblo de otros
temas, como la economía o los servicios sociales.
El próximo 6 de
marzo la AIEA presentara ante el Consejo de Seguridad de la ONU el
informe sobre el programa nuclear de Teherán. Según un reporte
confidencial de este organismo que se filtró a la prensa el pasado
lunes, los tres años de investigaciones no han revelado ``la derivación
de material nuclear a armas nucleares u otros artefactos explosivos
nucleares``, en Irán.
Esto sin duda, y como
lo demostró la antesala de la invasión a Irak en 2003, no impedirá
que Estados Unidos, en caso de no conseguir aval en la ONU, actué
unilateralmente y ataque a Irán.
Son muchas cuestiones
que están en juego para los halcones. El dólar pierde terreno, su
economía interna no mejora, las acusaciones de corrupción a varios
funcionarios del gobierno, el caso “CIAgate”. A nivel exterior, el
petróleo iraní es vital para la conformación de su imperio. Moscú
y China estrechan relaciones y apuestan a un mundo multipolar.
Toda esta gama de
situaciones, impediría a Washington concretar sus intenciones
imperiales marcadas en el documento denominado “Proyecto para el
Nuevo Siglo Americano” con sus siglas en ingles PNAC (Project for
the New American Century).
La guerra y la
superioridad militar parecen encaminarse como la única opción para
Washington en pos de sus intereses. Sin embargo, esta volátil situación
puede confrontar con los intereses de otras potencias, por lo que no
es descabellado de empezar a mencionar que se vive el prefacio de la
Cuarta Guerra Mundial.
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