"Aquí
estamos y no nos vamos, y si nos echan nos regresamos", cantaron
mexicanos a lo largo de Broadway
Nueva
York por unas horas a manos de los migrantes
Por
David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 11/04/06
Nueva York, 10 de
abril. De pronto hubo un milagro: todo se entendía en esta torre de
Babel, todos hablaban el mismo idioma, un idioma compuesto de español,
chino, árabe, coreano e inglés, pero con un solo mensaje: respeto y
dignidad para los migrantes. Fue una marcha–mitin enorme: 125 mil
almas en las calles de Nueva York, según los organizadores.
Esta ciudad siempre
ha sido el gran puerto para la migración en este país, y sus
rascacielos, su metro y todo lo que queda en medio fue hecho por
trabajadores provenientes de todos los rincones del mundo; la mayoría
llegaron como migrantes, pero también muchos como esclavos. Esta
ciudad está llena de sus lamentos, sus triunfos, su inmensa tristeza
y nostalgia, sus cuentos, sus canciones y, sobre todo, sus luchas por
la dignidad y el respeto.
Marchando por las
calles, entre los edificios construidos por sus antecesores, los
trabajadores migrantes y sus aliados resucitaron hoy la historia de
Nueva York; hubo un gran encuentro entre los antepasados (irlandeses,
italianos, alemanes, judíos, chinos, polacos, rusos y más) y los
contemporáneos (poblanos y guerrerenses, entre otros mexicanos;
coreanos), todos de otros lugares, pero ahora, todos neoyorquinos.
La
sede de la alcaldía fue el punto cumbre de la marcha
Los contingentes
llegaron desde varios puntos de la ciudad a la concentración frente a
la alcaldía. Un enorme contingente de mexicanos salió desde
Washington Square, en el Village; del centro de Chinatown salió una
marcha de chinos para sumarse al mitin; un contingente de coreanos
llegó desde Queens; otro de filipinos se dio cita cerca de Wall
Street; estudiantes salieron de todas partes; otros contingentes
cruzaron el puente Brooklyn desde el centro de Brooklyn, y al final
fueron uno solo.
"Aquí estamos y
no nos vamos, y si nos echan nos regresamos", cantaban caminando
por Broadway miles de migrantes mexicanos y latinoamericanos. Detrás,
el ritmo de tambores y percusión de coreanos, vestidos con trajes
tradicionales, hombres y mujeres. Las mantas que encabezan la marcha
por Broadway sostienen: "Nosotros somos Estados Unidos", e
"Invisibles, ya no".
Jesucristo carga su
cruz y marcha con un contingente. Los soldados romanos le dan de
latigazos y le gritan, "vamos, ilegal, camina; vamos, inmigrante,
vete a tu país, ésta es la tierra de Bush, regresa a tu país".
Pasan contingentes
mexicanos como Asociación Tepeyac, Poblanos del Bronx, Asociación
Mexicana de East Harlem. Avanzan varias imágenes de la Virgen de
Guadalupe. Sus portadores corean: "inmigrantes unidos jamás serán
vencidos".
Dos enmascarados, uno
disfrazado de Blue Demon y el otro de Dr. Wagner, uno con la bandera
mexicana como capa y el otro con la estadounidense, son luchadores por
la libertad, dicen. "El Estado me hace invisible, pero no
–afirman, señalando a los cientos que lo rodean–: miren, ya no
somos invisibles."
Blue Demon comenta a
este reportero: "le dije a mi patrón que hoy no me presentaba a
trabajar porque tenía que ir a apoyar a mi gente. Queremos ser libres
para aspirar a mejor trabajo, a la educación, y nos dicen que no, que
somos ilegales. Pues, las fronteras no existen, nos tenemos que unir
todos". El y su hermano, el otro luchador, llegaron aquí hace un
año provenientes de Atlixco, Puebla.
Acudieron también
contingentes de sindicatos, de los hoteleros, de los de servicios y
salud, construcción, de organizaciones de jornaleros junto con
estudiantes, de organizaciones comunitarias, de asociaciones de
comerciantes y religiosos de todos puntos de esta ciudad. Y niños por
todos lados. "Hoy marchamos, mañana votamos", se lee en las
pancartas de los mexicanos, ecuatorianos, chinos y coreanos.
Estudiantes de
preparatoria y de universidades se sumaron a las marchas. "Este
lunes tu educación no está en las aulas, está en las calles",
indicaba un volante convocando a los jóvenes.
Broadway se satura y
empieza la concentración y el mitin. Líderes y representantes de
algunas de las 140 organizaciones sindicales, de inmigrantes,
religiosas, estudiantiles, comunitarias y más toman el micrófono.
Un dirigente de la
comunidad china de Nueva York comienza un apasionado discurso... en
chino. Pero al igual que todos los oradores no latinos, empieza y
acaba con algunas palabras en español. Con mucha atención escuchan
cuatro hombres de Senegal, y cuando los oradores repiten la consigna
que ahora retumba por todo el país –"Sí se puede"– la
repiten, aprendiendo así sus primeras palabras en español.
"Los irlandeses
están con ustedes", dice un orador con una camiseta que como
leyenda reclama "legalicen a los irlandeses". "Nosotros
nos vamos a mantener unidos con ustedes, los irlandeses están con
ustedes, somos uno", afirma ante gritos de emoción.
A
ganar la lucha, cueste lo que cueste
Joel Magallán,
director de la Asociación Tepeyac, invita a los miles de
manifestantes a un paro nacional, "parar al país para que sepan
quiénes somos", el primero de mayo. "De norte a sur, de
este a oeste, ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste", corea.
"No queremos ser
esclavos de nadie", declara un representante de la Red Nacional
de Jornaleros.
Héctor Figueroa,
secretario tesorero de una sección en Nueva York del sindicato
nacional de servicios SEIU, uno de los ejes de la coalición que
organizó este acto, declara a La Jornada que estas acciones
representan "el inicio de un nuevo movimiento de la comunidad
migrante, el cual se está transformando en la continuación del
movimiento de derechos civiles de este país".
Algún marxista
distraído que se hubiera topado con esta escena pensaría que por fin
le hicieron caso al maestro, ya que por algunas horas hoy sí se logró
cumplir con esa llamada de acción "trabajadores del mundo, uníos".
Pero esta expresión
popular también es la continuación viva de la historia de esta
ciudad, la cual no existe sin contar las mil historias de los
migrantes, y su encuentro aquí en Babel, donde a veces y de repente,
como cuenta el periodista Pete Hamill, se escucha una misma canción
que todos han cantado en todos los idiomas durante generaciones, sean
irlandeses o mexicanos. Hoy se escuchó esa canción en el mero corazón
de Manhattan.
Ciudad
por ciudad, migrantes sacuden a EEUU en demanda de un trato justo
Se
trata de la acción coordinada más importante en defensa de sus
derechos
Por
David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 11/04/06
Desde temprano las
calles comenzaron a llenarse de quienes llegaron de todo el mundo a
este país, primero en Atlanta, después en Los Angeles, más tarde en
Washington, Phoenix, y en esta ciudad, y de repente eran incontables
los lugares –por lo menos 125 ciudades– donde se realizó la acción
coordinada a escala nacional más grande de la historia en defensa de
los migrantes.
Las demandas del
denominado "día de acción nacional por la justicia para los
migrantes" fueron universales, sólo que expresadas en los
particulares acentos de cada país de origen. "Somos
trabajadores, no terroristas", "En Estados Unidos todos son
migrantes", "Los pioneros no necesitaban la green
card". La consigna fue "Sí se puede", por todas
partes.
El español se ha
convertido en el idioma oficial de este movimiento y líderes
religiosos anglosajones, políticos estadounidenses, líderes
afroamericanos, sindicalistas, árabes, chinos, africanos y hasta
irlandeses decidieron, al tomar micrófonos por todo el país hoy, que
por lo menos algunas palabras tenían que ser en español.
En Washington los
organizadores calcularon haber superado por mucho los 180 mil que se
esperaban. El cardenal Theodore McCarrick, de la capital, acudió a
bendecir la concentración y su discurso fue casi todo en español,
ante el gozo de los miles que lo escucharon. El senador Edward Kennedy
se presentó a la manifestación y dijo que este movimiento era como
el de los derechos civiles de hace medio siglo. "El doctor Martin
Luther King Jr. hizo un llamado a la nación para hacer soñar la
libertad. Es hora de que los estadounidenses alcen la voz de nuevo,
esta vez en orgullo por nuestro pasado inmigrante y en apoyo de
nuestro futuro migrante."
Estudiantes
latinoamericanos de varias preparatorias de Virginia y Maryland
tomaron el micrófono y declararon que forman parte de "este
movimiento por la justicia". Estas voces de la juventud se
repitieron por todo el país en las acciones de hoy.
"Estamos así
porque dicen que somos ilegales, los que estamos en las esquinas de
todo este país", declaró Ramón García, de una agrupación de
jornaleros. "Pero ¿dónde está la ilegalidad? La libertad, la
justicia y el trabajo son derechos universales, y eso nos están
negando, ellos son los ilegales. Al pueblo de Estados Unidos, le pido
que recuerde su historia, que este país se formó con puro
migrante", dijo ante los miles concentrados en el monumento a
Washington.
Esos mensajes
hicieron eco por todo el país. En Phoenix marcharon, según los
organizadores, hasta 300 mil, mientras unos 75 mil lo hicieron en Fort
Myers, Florida, más de 40 mil en Atlanta, y se realizaron boicots y
paros en partes de Carolina del Norte. Se realizaron marchas y
manifestaciones a lo largo y ancho del país –a veces con decenas de
miles, a veces con unos cientos– en Lexington, Kentucky; en South
Bend, Indiana; en Filadelfia, en Omaha, Nebraska; Dodge City, Kansas,
Portland, Maine, y Houston, Texas (50 mil) –acciones programadas en
casi 40 estados (de los 50) de esta unión– hasta en Alaska, donde
unos 30 activistas realizaron un acto de solidaridad en Anchorage con
los "paisanos" mexicanos en otros estados.
Durante el transcurso
del día llegaban más noticias: 50 mil en Houston, en Las Vegas 3 mil
500, 10 mil en Fresno, California. En el pueblito de Garden City,
Kansas, con una población total de 30 mil, se informó de una marcha
de 3 mil, o sea, 10 por ciento de esa población. En Champaign,
Illinois, en pueblos de Carolina del Norte, en Maine. En Boston se
reunieron brasileños, dominicanos y chinos. En Seattle participaron
miles de mexicanos, argentinos y migrantes de Costa de Marfil. Unos 25
mil marcharon por Madison, Wisconsin, y continuaban los informes desde
todas partes de este país.
En la capital de
Mississippi –Jackson– en pleno epicentro del sur profundo y sitio
sangriento del movimiento de derechos civiles para los
afroestadounidenses, unas 500 personas se presentaron y cantaron la
canción histórica de ese movimiento, We Shall Overcome (Venceremos),
en español.
Organizadores y
activistas han señalado que todo esto es "el nuevo movimiento de
derechos civiles". Por cierto, ayer en Birmingham, Alabama,
manifestantes marcharon sobre la mismas calles donde hubo algunos de
los peores enfrentamientos en los años 60 entre policías y
activistas de derechos civiles, y el mitin fue realizado frente a una
estatua de Martin Luther King Jr.
Hoy en Atlanta, el
reverendo James Orange declaró ante los 50 mil reunidos ahí:
"pueblos del mundo, hemos llegado aquí para decir que éste es
nuestro momento". En otros lugares participaron líderes
religiosos musulmanes, rabinos, evangélicos y hasta budistas.
Con la megamarcha de
medio millón de personas en Dallas con que arrancó esta jornada de
acciones, parecía no haber punto del mapa estadounidense en el que no
hubiera algo, desde estudiantes que dejaron las aulas hasta
trabajadores que suspendieron sus labores para sumarse a las marchas
de costa a costa, de norte a sur.
Ya había señales de
que este Estados Unidos no es el mismo que hace unos meses. Ayer en
Washington, en la misa del Domingo de Ramos a la que asistió el
presidente George W. Bush y su esposa, a una cuadra de la Casa Blanca,
el reverendo Luis León mencionó durante su sermón que él tenía la
intención de sumarse a la manifestación en defensa de los migrantes
programada para hoy en la capital.
Una vez más, la
radio latina y otros medios "étnicos" fueron claves en la
convocatoria a los miles de asistentes. La infraestructura de muchas
de estas movilizaciones estaba en manos de varios sindicatos
nacionales (en Washington, el presidente de la central obrera
AFL–CIO encabezó parte de la marcha; en Nueva York fue el sindicato
de servicios SEIU el que se encargó de la coordinación de la
manifestación), pero también de líderes religiosos y con la gran
energía de los estudiantes.
Pero los
protagonistas fueron los migrantes mismos –mexicanos y
latinoamericanos la gran mayoría– que forman las filas de estos
sindicatos, los que llenan las iglesias, los alumnos, pero sobre todo
los trabajadores que sostienen esta economía (y de la de muchos de
sus países de origen).
Tan poderosa ha sido
esta ola de manifestaciones que alcaldes, cardenales, legisladores y
otras figuras de las cúpulas política y social de diversas partes
del país se han visto obligados a presentarse, y hasta participar.
Hoy, el senador Kennedy estuvo en Washington; representantes federales
y estatales –entre ellos la senadora Hillary Clinton y los
representantes Nydia Velásquez y Charles Rangel, acudieron a la
concentración en Nueva York.
Las banderas también
enviaron mensajes, con migrantes de todo el planeta llevando la enseña
estadounidense, porque "nosotros también somos Estados
Unidos". Pero a la vez, varios portaban las banderas de sus países,
y las imágenes eran un mosaico de colores. Alguien decidió coser la
bandera estadounidense y la salvadoreña en una sola, otros llevaban
dos. En muchas de las marchas la gente se vistió de blanco, símbolo
de que estas acciones son pacíficas, y así fueron, mientras la policía
reportaba casi ningún incidente grave.
Pero como comentaron
a La Jornada varios participantes en las manifestaciones desde Los
Angeles, Washington y otras ciudades, lo notable fue el tono festivo
de las movilizaciones, donde participaron familias, se celebró la
resistencia y el hecho de que cientos de miles de migrantes decidieron
salir de las sombras y declarar a pleno sol "ya no somos
invisibles".
Durante las últimas
48 horas este país ha sido testigo de la movilización de más de
millón y medio de personas –de migrantes y sus aliados– en casi
cada estado, en demanda de justicia, respeto y dignidad.
Habrá más acciones,
dicen los organizadores. Algunos están impulsando un paro y boicot
nacional por los migrantes para el primero de mayo –día en que
buscan que ningún migrante vaya a trabajar, no compre nada, no vaya a
la escuela– y buscar así que este país sienta lo que es "un día
sin migrantes". Con la acción de ese día se cierra un círculo
de cierta manera: el primero de mayo se conmemora en todo el mundo
(menos en este país) la lucha por la jornada de ocho horas que nació
en Chicago a finales del siglo XIX, un movimiento de trabajadores
migrantes.
Por otro lado, una
nueva encuesta de CBS News difundida hoy registra que una amplia mayoría
de estadounidenses –74 por ciento– opina que a los indocumentados
se les deber permitir permanecer aquí si cumplen con condiciones
(pagar una multa, pagar impuestos, hablar inglés, haber residido aquí
durante cinco años y no tener antecedentes penales). Sólo 23 por
ciento se opone. A la vez, sólo 26 por ciento aprueban la manera en
que el presidente George W. Bush ha manejado el tema de migración, 53
por ciento lo desaprueba. Un 43 por ciento cree que el Partido Demócrata
haría una mejor labor sobre migración, y 31 por ciento opina lo
mismo de los republicanos.
The
New York Times insta a Bush a presionar a su partido para adoptar una
legislación que solucione de raíz el problema
Esperan este lunes megaprotestas en varios centros urbanos
Cientos
de miles de personas tomaron las calles en distintas ciudades
estadounidenses
La
Jornada, 10/04/06
Dallas, 9 de abril.
Cientos de miles de personas salieron hoy nuevamente a las calles de
diversas ciudades de Estados Unidos en demanda de una reforma
migratoria. Dallas, Texas, con asistencia de medio millón de
personas, fue escenario de la protesta más numerosa, pero otros miles
lo hicieron también en Salt Lake City, Utah; San Diego, California;
Saint Paul, Minesota; Miami, Florida, y Salem, Oregon, para exigir una
vez más a los legisladores estadounidenses promulgar una ley que
legalice a la mayoría de los 11.5 millones de trabajadores
indocumentados residentes en Estados Unidos.
Este lunes habrá
marchas simultáneas en más de 65 ciudades de Estados Unidos, en las
se darán cita migrantes y activistas en favor de una legalización
plena y contra la propuesta HR 4437, que criminaliza a los
indocumentados.
La concentración más
numerosa de este domingo tuvo lugar en Dallas, que vivió su mayor
movilización con un mar de gente, que bajo la consigna de "sí
se puede" desfiló por el centro de la ciudad, sobrepasando el número
de personas que se esperaba.
El diario Dallas
Morning News afirmó que fueron hasta 500 mil; estimaciones de las
autoridades señalaban que el número oscilaba entre 350 mil y 500
mil. "Nunca anticipamos que esto estuviera tan grande. Calculamos
que tuvimos entre 350 mil y 500 mil personas hoy", indicó el
teniente Rick Watson, vocero del Departamento de Policía.
La protesta es parte
de la campaña para oponerse al intento de congresistas conservadores
por criminalizar la entrada de indocumentados a Estados Unidos, y para
mostrar su inconformidad por el punto muerto en el que se encuentra el
debate legislativo sobre migración, que será retomado una vez que en
dos semanas concluya el receso del Congreso.
Los manifestantes
llevaban carteles que decían "Nos mantenemos unidos. Pedimos un
estatuto legal" y "No somos terroristas".
Algunos manifestantes
llevaban banderas estadounidenses y muchos vestían de blanco, como símbolo
de paz. Algunos portaban camisetas que decían: "No a la HR 4437.
La policía rodeó a
unos 20 contramanifestantes que apoyan el proyecto aprobado en
diciembre por la Cámara de Representantes y que propone criminalizar
el ingreso de indocumentados a Estados Unidos.
En tanto, al menos 50
mil personas se manifestaron esta tarde en las calles de Salt Lake
City, en lo que denominaron Marcha de la Dignidad hacia el Capitolio
de la ciudad, con el fin de demostrar su fortaleza y exigir una
reforma migratoria. No obstante, las autoridades indicaron que fueron
20 mil personas las que desfilaron.
Los manifestantes
portaban pancartas donde se leía: "Paz y dignidad y Trabajar no
es un delito".
Cerca de 50 mil
manifestantes marcharon por las calles de San Diego, la ciudad
estadounidense más extensa en la frontera con México.
Muchos también vestían
de blanco y corearon consignas como: "Somos estadounidenses"
y "Marchamos hoy, votamos mañana", mientras gran número de
banderas mexicanas y estadounidenses fueron ondeadas durante la
protesta.
En la ciudad de Saint
Paul, capital de Minesota, entre 15 mil y 40 mil personas salieron a
las calles, en una de las marchas más grandes que se han visto en esa
ciudad. Los participantes caminaron desde la catedral de St. Paul
hasta el Capitolio de Minesota. "Esperamos que con esto cambie la
manera en que los estadounidenses piensan", indicó Marco Tapia,
joven de 18 años. La manifestación estuvo acompañada de música
latina, banderas mexicanas y mariachis.
Unos 2 mil 500
manifestantes salieron a las calles de Miami pidiendo amnistía para
los 11.5 millones de indocumentados.
Portando banderas
estadounidenses, haitianas y de países de Centro y Sudamérica, y con
carteles con mensajes bíblicos contra la opresión a los extranjeros,
con ocasión del Domingo de Ramos, los manifestantes caminaron unas
seis cuadras desde el centro de gobierno de la ciudad hasta la
Antorcha de la Amistad, monumento erigido al lado de la bahía de
Biscayne.
Carteles en los que
se demandaba "Piedad" o se citaba el libro del Exodo,
"No angustiarás al extranjero", se mezclaron con otros
mensajes políticos.
Entre los grupos
predominantes en la marcha hubo centroamericanos, sobre todo de
Honduras, Nicaragua y El Salvador, miembros de la activa comunidad de
haitianos, colombianos, venezolanos y argentinos. Florida es tercer
estado del país en número de indocumentados, unos 850 mil.
Además, en la ciudad
de Salem, Oregon, según estimaciones de la policía, entre 3 mil y 4
mil personas también se manifestaron.
Se espera para este
lunes que en más de 65 ciudades estadounidenses se realicen más
manifestaciones con fuerte presencia de migrantes y en localidades más
pequeñas, como Boston, donde marcharán migrantes irlandeses, rusos,
brasileños, chinos, somalíes y etíopes.
Otros estados
incluidos en estas megamarchas son Indiana, Michigan, Nuevo México,
Texas, entre otros.
En la capital
estadounidense se realizará una "megamanifestación" en el
Monumento a Washington, entre las calles 7 y 14 de la avenida
Constitución, cerca de la Casa Blanca y a unas cuadras del Capitolio.
En un editorial, el
diario The New York Times instó al presidente George W. Bush a que
presione a los legisladores de su partido, el Republicano, para
impulsar la adopción de una reforma migratoria integral en el país.
"Si el
presidente desea una reforma migratoria tanto como dice, será mejor
que intervenga rápido para unir a su partido", señaló el
rotativo.
El Times indicó que
de lo contrario "la mejor esperanza en una generación para
arreglar el sistema migratorio terminará muerta por la vía
legislativa, arrollada por el partidismo y devorada por cuervos que
graznan no a la amnistía a los indocumentados", agregó.
En este sentido, John
Boehner, líder de la mayoría republicana en la Cámara de
Representantes de Estados Unidos, rechazó el domingo los esfuerzos
orientados a establecer un programa de trabajadores temporales para
millones de migrantes indocumentados.
Boehner desestimó el
plan laboral, a pesar de a los llamados del presidente estadounidense
Bush para la aprobación de la iniciativa.
Boehner, legislador
republicano por Ohio, sostuvo que dio su respaldo a un proyecto de ley
que ya pasó por la Cámara, enfocado en intensificar las fronteras
del país, pero no a la iniciativa que consideraba un programa para
trabajadores temporales. "No se puede comenzar a hablar sobre un
proyecto de ley para trabajadores temporales hasta que no incremente
la seguridad en los bordes fronterizos", dijo Boehner en el
programa This Week with George Stephanopoulos, de ABC.
El legislador
republicano agregó: "Tendremos un desfile interminable de
inmigrantes ilegales aquí, en nuestro país".
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