Haciendo
lobby para el Apocalipsis
Por
Sarah Posner Alternet,
03/08/06
Rebelión, 22/08/06
Traducido por Germán Leyes
En un mundo perfecto,
un periodista habría preguntado a Bush, en presencia de su principal
aliado europeo, en la conferencia de prensa de la semana pasada de
George Bush y Tony Blair, si cree que la Unión Europea es el
Anticristo.
Aunque suena como el
tipo de locura de Pat Roberston que lleva hasta a los chiflados a
salir corriendo a la salida más cercana, habría que obligar a Bush a
responder a esa pregunta. Bush y otros importantes republicanos se han
alineado tras un creciente movimiento de sionistas cristianos para los
que el Anticristo europeo ocupa un lugar prominente en el guión del
Fin de los Tiempos. Así deberían verse obligados a explicar al resto
del mundo por qué tratan de conquistar los votos de gente que cree
que nuestros aliados son el diablo en persona. ¿Será que el
requerimiento central para el Apocalipsis que esperan con tanta
ansiedad – que USA enfrente a Irán – encaja maravillosamente con
el orden del día bélico neoconservador?
En el centro de todo
está el pastor John Hagee, un televangelista popular que dirige la
Iglesia Cornerstone en San Antonio, Texas, de 18.000 miembros. Aunque
Hagee ha profetizado hace tiempo el Fin de los Tiempos, reforzó su
retórica este año con la publicación de su libro "Jerusalem
Countdown," [Conteo regresivo en Jerusalén] en el que argumenta
que una confrontación con Irán es una condición previa necesaria
para el Apocalipsis y la Segunda Venida de Cristo. En su gran éxito
de ventas, Hagee insiste que USA debe unirse a Israel en un ataque
militar preventivo contra Irán para realizar el plan divino para
Israel y Occidente. Poco después de la publicación del libro, lanzó
Cristianos Unidos por Israel (CUFI, por sus siglas en inglés), que
según sus declaraciones causará un “terremoto político.” como
versión cristiana del poderoso Comité USA-Israel de Asuntos Públicos
(AIPAC).
El banquete de
lanzamiento de CUFI en el Washington Hilton, al que asistieron más de
3.500 miembros, expresó claramente el apoyo republicano al esfuerzo
de Hagee y a su agitación a favor de la guerra contra Irán. El
presidente del Comité Nacional Republicano, Ken Mehlman, declaró al
grupo que “ningún régimen es más central en la yihád global”
que Irán. Sólo dos días antes, Newt Gingrich y John McCain
visitaron los talk shows dominicales haciendo resonar el mismo
mensaje, lo que condujo a Benny Elon, miembro del parlamento israelí,
a comentar en el Jerusalem Post que sus observaciones tuvieron
su origen en Hagee. Rick Santorum y Sam Brownback también se
dirigieron al grupo, y Bush envió su apoyo a la reunión.
Republicanos, e incluso algunos demócratas, hablaron en eventos del
CUFI para mostrar su “apoyo a Israel.” Pero mientras la atención
del público y de los medios de información se concentraba en los
combates entre Israel y Hezbolá, Hagee mantuvo su concentración en
Irán.
En tanto que la
crisis en la frontera Israel-Líbano atrajo más atención de los
medios dominantes a las actividades del CUFI, los seguidores de Hagee
saben de largo que importantes republicanos están a la escucha. El
rabino Daniel Lapin, destacado aliado judío de la derecha evangélica
(y amigo de Jack Abramoff) ha dicho que Hagee es escuchado “sin
duda, sí, por supuesto” por la Casa Blanca. La Noche para Honrar a
Israel en su iglesia, repetida todos los años, ha atraído a
destacados republicanos, incluyendo a Tom DeLay, que fue el orador
central en 2002.
Aunque los
republicanos jamás lo admitirán – afirman que su apoyo para
sionistas cristianos como Hagee se basa en su propio apoyo a Israel
– es evidente que saben que necesitan los votos de sus electores
para ganar. Tal como Karl Rove cortejó a los evangélicos
conservadores en 2004 apelando a su homofobia, la retórica electoral
republicana para 2006 y 2008 ya ha mostrado señales de que va a
apelar a votantes que han estado escuchando durante meses el bombo
belicista favorable a una guerra contra Irán – en la iglesia.
En tanto que los círculos
informados en Washington se preguntan lo que significa que
republicanos como Mehlman y los aspirantes a presidente Gingrich y
McCain apunten a Irán como el participante central en un épico
choque de civilizaciones, Hagee ya ha pasado meses movilizando a sus
guardias de asalto en apoyo a otra guerra. Mientras diplomáticos,
expertos y eruditos discuten cuántos años necesitará Irán para
desarrollar armas nucleares viables, Hagee dice que los ulemas ya
poseen los medios para destruir a Israel y USA. Y aunque Bush insiste
en que todavía existen opciones diplomáticas, Hagee ha rechazado la
pusilánime diplomacia y ha preparado a sus partidarios para una
conflagración.
Hagee blande un
“inmenso megáfono” que llega “a un grupo muy grande de
personas”, dice el rabino James Rudin del Comité Judío
Usamericano, que ha estudiado a la derecha cristiana durante 30 años.
Con CUFI, el pastor ha expandido exponencialmente el alcance de su megáfono
más allá de su audiencia televisiva. Gracias al mercadeo viral
posibilitado por cientos de dirigentes evangélicos que se han
registrado en su nueva organización, su belicismo se ha extendido a
través de mega-iglesias en todo USA durante meses. Hagee califica a
los pastores de “generales espirituales de USA,” una frase
adecuada en vista de la confianza que deposita en ellos para que unan
a sus tropas tras su mensaje.
El consejo de
directores del CUFI incluye al reverendo Jerry Falwell, ex candidato
presidencial republicano y al activista de la derecha religiosa Gary
Bauer, así como a George Morrison, pastor de la Capilla Faith Bible
en Arvada, Colorado, de 8.000 miembros, y presidente del consejo de
Promise Keepers. Rod Parsley, el televangelista de Ohio que se está
convirtiendo rápidamente en un importante actor político de la
derecha cristiana, fue reclutado como director regional.
Es probable que su
influencia en Washington sea menos importante para el nuevo proyecto
de Hagee que su ascendiente sobre su audiencia. Con el peso de sus
oyentes, puede servir a los halcones de Bush al infundir ímpetu al
apoyo en la base para un ataque militar contra Irán. Más de 700.000
personas compraron su libro, "Jerusalem Countdown," e
innumerables más lo han escuchado cuando lo promueve en los programas
cristianos de radio y televisión. Los oyentes de medios cristianos
han escuchado una publicidad dramática, apocalíptica, así como los
programas de radio de Sean Hannity y Bill O'Reilly. Las páginas de
"Jerusalem Countdown" presentan una mezcla peculiar de
profecía bíblica, destilada junto con información filtrada de
funcionarios gubernamentales israelíes y una lección confusa,
reducida, de física nuclear.
“Escribí este
libro en abril de 2005, y al leerlo la gente pensará que lo escribí
tarde ayer por la noche después de las noticias de FOX News,"
dice el autor sin un ápice de ironía. “Es tan cercano a donde nos
encontramos y va más lejos.”
Hagee habla simultáneamente
a dos audiencias sobre la capacidad nuclear de Irán: una que teme un
ataque terrorista de Irán, y otra que adopta un Apocalipsis prescrito
por la Biblia. Para impresionar a los temerosos, imita los engaños de
Bush sobre la capacidad de Iraq para atacar a USA con armas de
destrucción Masiva, las advertencias de Condoleezza Rice sobre nubes
en forma de hongos, y la hipocresía de Dick Cheney sobre una alianza
entre Sadam Husein y Al Qaeda. Comparando al presidente iraní Mahmoud
Ahmadinejad con Hitler, Hagee arguye que hay que detener el desarrollo
de armas nucleares de Irán para proteger a USA e Israel de un ataque
nuclear.
Aprovechando las legítimas
preocupaciones sobre el terrorismo, e invocando el 11-S, describe vívidamente
un supuesto plan dirigido por Irán para hacer estallar simultáneamente
bombas en valijas en siete ciudades usamericanas, o de utilizar un
artefacto de pulso electromagnético para crear “un Hiroshima
usamericano.”
Cuando se dirige a públicos
abiertos a la profecía de las Escrituras, sin embargo, Hagee acepta
la confrontación por venir. Argumenta que un ataque contra Irán
llevará a las naciones árabes a unirse bajo la dirección rusa, como
lo describen los capítulos 38 y 39 del Libro de Ezequiel, conduciendo
a un “infierno que estallará en todo Oriente Próximo, sumergiendo
al mundo en el Apocalipsis.” En las palabras de Hagee, Israel no
tiene otra alternativa que atacar las instalaciones nucleares de Irán,
con o sin la ayuda de USA. El ataque llevará a Rusia – que quiere
el petróleo del Golfo Pérsico – a dirigir un ejército de naciones
árabes contra Israel. Entonces Dios eliminará a todo el ejército
dirigido por los rusos, menos un sexto, mientras el mundo contempla
“con conmoción y pavor,” dice, otorgando una cualidad divina a la
frase del gobierno de Bush o una cualidad similar a Bush a la cólera
divina.
Pero Hagee no se
detiene allí. Agrega que Ezequiel predice el fuego “sobre los que
viven confiados en las costas lejanas.” De esta oración, concluye
que se juzgará a todos los que permanecieran como espectadores
mientras las fuerzas dirigidas por los rusos invadían Israel, y lanza
una enérgica advertencia a USA para que intervenga: “¿Podría ser
que USA, que se niega a defender a Israel de la invasión rusa, sufrirá
la guerra nuclear en nuestras costas orientales y occidentales?”
Dice que sí, citando a Génesis 12:3, donde Dios dijo a Israel:
“Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren
maldeciré;”
Para llenar el vacío
del poder dejado por la masacre divina del ejército ruso, el
Anticristo – el jefe de la UE – regirá “un gobierno del mundo,
una moneda del mundo y una religión del mundo” durante tres años y
medio. (Hagee agrega que “basta con ser un observador accidental de
los eventos actuales para ver que todas estas tres cosas se están
convirtiendo en realidad.” El “demoníaco líder mundial” será
entonces enfrentado por un falso profeta, identificado por Hagee como
China, en Harmaguedón, el Monte de Megiddo en Israel. Mientras se
preparan para la batalla final, Jesús retornará en un caballo blanco
y lanzará a ambos villanos – y presumiblemente a todos los
no-creyentes – a un “lago de fuego ardiente de azufre,” marcando
así el comienzo de su reino milenario.
Hagee no teme una
conflagración nuclear, sino la cólera de Dios contra los que se
mantengan al margen mientras Irán ejecuta su presunto plan para
destruir a Israel. Una confrontación nuclear entre USA e Irán, que
según él es presagiada en el Libro de Jeremías, no llevará al fin
del mundo, sino más bien a la renovación divina del Jardín de Edén.
Pero, en última instancia, a Hagee le preocupa menos el destino de
Israel o el de los judíos que una agenda teocrática de la derecha
cristiana. Cuando Jesús vuelve, para su reino milenario, dice a su
audiencia en la televisión: “los justos van a gobernar a las
naciones de la tierra. Cuando Jesucristo vuelva, no va a preguntar a
la ACLU [siglas en inglés de la Unión Usamericana de Libertades
Civiles] si orar está bien, no va a preguntar a las iglesias si
pueden ordenar a obispos y sacerdotes pedófilos, no va a preguntar si
está bien colocar los Diez Mandamientos en las municipalidades. No va
a apoyar el aborto, va a dirigir el mundo siguiendo la palabra de
Dios. El mundo nunca se acabará. Se convertirá en el Jardín de Edén,
y será gobernado por Cristo.”
.-
Sarah Posner ha informado sobre la derecha religiosa para The
American Prospect, The Gadflyer, y AlterNet.
Este artículo fue adoptado de "Pastor Strangelove," que
apareció en la edición de junio de 2006 de The American
Prospect.
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