A casi un año
del Katrina, la “reconstrucción” es peor que el huracán
Las profundas
diferencias raciales y la pobreza institucionalizada en EEUU
AFP, 23/08/06
Nueva
Orleans, 23 de agosto. Para los millones de estadounidenses que creían
que el movimiento por los derechos civiles había llegado a su fin, el
caos que siguió al huracán Katrina expuso las profundas
diferencias raciales y las privaciones originadas en un racismo y una
pobreza institucionalizados.
La nación se
horrorizó al ver las imágenes de tropeles de rostros negros clamando
por una ayuda que demoró días en llegar y al conocer historias de
policías que apartaban a punta de pistola a evacuados desesperados
que intentaban huir del caos.
Pero para
muchos de los que crecieron en una ciudad que había sido centro neurálgico
del comercio de esclavos, y que se adhirió a la segregación, el
impacto inicial se transformó en ira al constatar que sus sospechas
eran ciertas: al gobierno estadounidense, los negros no le importaban.
"El
racismo es muy crudo aquí", dijo Barbara Major, una activista
comunitaria que copresidió la comisión del alcalde llamada Bring
New Orleans Back (Trae de Vuelta a Nueva Orleáns).
"La
gente estaba enfurecida de que hubiera gente muriendo", señaló.
"Deberían haberse enfurecido porque los niños no tenían
educación decente; de que no hubiera viviendas decentes, como en
cualquier otra ciudad de Estados Unidos".
Más de 140 años
después de la abolición de la esclavitud en Estados Unidos y a más
de 50 años de un histórico fallo que determinó que la separación
racial no es igualitaria, Nueva Orleáns seguía siendo una ciudad
altamente segregada.
La pobreza se
extendía, mientras quienes asistían a las arruinadas escuelas públicas
quedaban estancados en los sectores de servicios de bajo salario, base
de la industria del turismo masivo de la ciudad.
Major afirmó
que antes de Katrina, que azotó la ciudad hace casi un año,
no se hacía nada para corregir las enfermedades e inequidades
sociales que plagaban Nueva Orleáns. La activista culpó de ello a la
debilidad de los líderes locales y al racismo institucionalizado que
halló cuando intentaba crear un plan de reconstrucción para la urbe.
Algunos
dirigentes locales y estatales dijeron que no se podían proteger de
futuras tormentas las zonas bajas de Nueva Orleáns, decisión que
borraría del mapa a varios de los más arraigados vecindarios negros
de la ciudad.
El
subsiguiente escándalo hizo que el alcalde abandonara el plan de
reconstrucción, lo que le dificultó todavía más las cosas a los
residentes que no tienen los recursos para reconstruir por su propia
cuenta a fin de volver.
Así, más de
la mitad de la población sigue desperdigada a lo largo y ancho del país,
y una ciudad que una vez fue dos tercios negra ahora es
mayoritariamente blanca.
Muchos
blancos de la ciudad responden a la defensiva a las preguntas sobre
temas raciales. Cuando se estrenó el documental de Spike Lee When
the levees broke: a requiem in four acts, sobre Katrina, el
periódico de la ciudad publicó una crítica en portada en que se
lamenta que el filme no haga sentir las voces de las víctimas
blancas.
La decisión
de abandonar el plan de reconstrucción, para reconstruir solamente
las zonas de la ciudad que pueden defenderse razonablemente contra
otra inundación masiva, enfureció a muchos residentes que ven en los
esfuerzos de reconstrucción un desorden sin pies ni cabeza.
Y la policía
rural continúa generando inquietantes titulares de prensa: en junio,
el sheriff Jack Strain, del vecino condado Saint Tammany,
deploró ante un reportero de la televisión la afluencia de
"matones y basura de Nueva Orleáns", y advirtió a la gente
con dreadlocks (rizos al estilo rastafari) que se
mantenga lejos de su ciudad.
La sensación
de aislamiento social y frustración ayudó a incrementar la violencia
en el área, aseguró John Penny, criminólogo profesor de la
predominantemente negra Universidad Southern de Nueva Orleáns.
"La única
forma de cerrar la brecha que ya existía es diciéndole a la gente
que es bienvenida a casa y ayudarla a volver", dijo. "Existe
la sensación de que al gobierno le importa un bledo la gente pobre.
Es su prioridad la guerra, comprar bombas y reconstruir otra
ciudad".
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