De
cara a las elecciones legislativas en EEUU algunos republicanos se
deslindan del presidente
Enfrentamos
la guerra ideológica decisiva del siglo XXI, dice Bush
Por
David Brooks
Corresponsal
en EEUU
La
Jornada, 01/09/06
Nueva
York.- El gobierno de George W. Bush ha declarado que el nuevo enemigo
es el "fascismo", y que todo crítico de su política de
guerra global por la "libertad" se asemeja a un
"apaciguador" de los nazis en los años treinta.
Hoy
en Salt Lake City, en el estado de Utah, el presidente Bush ofreció
el primero de una serie de discursos destinados a defender sus políticas
bélicas, en una estrategia dedicada a evitar que su partido pierda el
control del Congreso en las elecciones legislativas de noviembre, ya
que la creciente desaprobación de la guerra en Irak y de la gestión
presidencial en general han dejado políticamente vulnerables a los
republicanos.
Bush
definió su política como una guerra épica y divina entre la
libertad y la tiranía a nivel mundial, y a Irak como el campo de
batalla central. "La guerra que luchamos hoy es más que un
conflicto militar; es la lucha ideológica decisiva del siglo XXI. De
un lado están aquellos que creen en los valores de la libertad y la
moderación... del otro están aquellos promovidos por los valores de
la tiranía y el extremismo". Estos últimos, añadió, "son
los sucesores de los fascistas, los nazis, los comunistas, y otros
totalitarios del siglo XX". (Al parecer, quienes redactaron el
discurso confían en que nadie recordaría que Osama Bin Laden y los líderes
del talibán, entre otros nuevos "enemigos", fueron
considerados antes "aliados" de Washington precisamente en
la guerra contra el "comunismo"; pero esas fueron batallas
del siglo pasado, esto es algo "nuevo").
Al
defender la guerra en Irak, Bush reafirmó: "todos deberíamos
estar de acuerdo en que la batalla en Irak es central en la lucha
ideológica del siglo XXI. No permitiremos que los terroristas dicten
el futuro de este siglo, y por eso los derrotaremos en Irak."
Quienes proponen un retiro de tropas de Irak, señaló, están
equivocados, ya que cederían ese terreno a los
"terroristas", mismo que se convertiría en una base mundial
de operaciones para "nuestros peores enemigos". Y advirtió:
"si abandonamos la lucha en las calles de Bagdad, enfrentaremos a
los terroristas en las calles de nuestras propias ciudades".
Este
mensaje se repetirá durante las próximas semanas, empleando el
quinto aniversario de los atentados del 11 de septiembre como eje, así
como también en su próxima presentación ante la Asamblea General de
la Organización de Naciones Unidas, en una estrategia electoral de la
Casa Blanca que una vez más pondrá al centro del debate la seguridad
nacional.
El
secretario de Defensa Donald Rumsfeld se encargó de iniciar esta
nueva campaña de defensa de la política bélica ante el mismo foro
de la agrupación de veteranos de guerra American Legion, donde habló
su jefe hoy. Los críticos de esta guerra, sostuvo, "no han
aprendido las lecciones históricas", afirmó que Estados Unidos
enfrenta "un nuevo tipo de fascismo" y quienes critican esta
guerra -señalando a grupos de derechos humanos y también a algunos
medios- sufren de "una confusión moral o intelectual sobre quién
o qué es el bien o el mal".
Al
criticar a los opositores, Rumsfeld señaló que no hay manera de
apaciguar a un enemigo dedicado a emplear cualquier método de
destrucción contra Estados Unidos y otros países
"civilizados", y fue en este contexto que aludió a quienes
optaron por la vía del apaciguamiento en los años 30 ante la
creciente amenaza de Hitler en lugar de enfrentar a los nazis, y los
comparó con los que se oponen a la guerra contra el enemigo hoy.
El
vicepresidente Dick Cheney y la secretaria de Estado Condoleezza Rice
también participan en esta nueva ofensiva retórica al ofrecer estos
mensajes ante diversos foros por el país.
Pero
en Salt Lake City, como en miles de pueblos y ciudades del país, este
mensaje no es bien recibido por todos e incluso, según las encuestas,
la mayoría lo ha rechazado. De hecho, miles en Salt Lake City
respondieron a la visita de Bush y su equipo con una manifestación,
ayer, en la que participó el propio alcalde de la ciudad, Rocky
Anderson.
Ante
unos 5 mil manifestantes, el alcalde declaró: "continuaremos
resistiendo las mentiras, los engaños, las atrocidades del gobierno
de Bush y este Congreso complaciente, cómplice... Tenemos que romper
el ciclo de odio, intolerancia, explotación. Tenemos que promover la
paz tan vigorosamente como el gobierno de Bush ha promovido la
guerra", dijo ante las ovaciones de manifestantes de todo tipo,
desde activistas antiguerra, músicos y agrupaciones políticas, hasta
veteranos de guerra.
El
alcalde había invitado a Cindy Sheehan, la madre de un soldado muerto
en Irak y que se ha convertido en la figura más reconocida del
movimiento contra la guerra, pero por problemas de salud no pudo
viajar. Estas expresiones de repudio, prometen activistas, se repetirán
por todo el país.
Es
así que las elecciones legislativas de noviembre serán en parte un
referéndum sobre la política bélica de Bush. Está en juego el
control de la Legislatura y el futuro de esta presidencia.
Aunque
el gobierno de Bush y algunos estrategas de su partido creen que el
tema de la lucha contra el "terrorismo" será, como en las
últimas dos elecciones, la clave política para derrotar a la oposición,
otros dudan que ésta funcionará. Algunos republicanos se han
distanciado del presidente en esta coyuntura, precisamente ante
indicios de la creciente desaprobación a la guerra.
Por
ejemplo, el representante republicano, Christopher Asís, dio un giro
en su posición, y ahora favorece establecer un calendario para el
retiro de tropas de Irak, ya que el tema se ha vuelto clave para
determinar si ganará su relección contra una candidata demócrata.
Por lo menos dos otros legisladores republicanos han hecho lo mismo en
los últimos días.
El
gobernante sigue sin aceptar "su error histórico"
Líderes
del Partido Demócrata creen que el presidente ha dejado políticamente
vulnerables a los republicanos por la guerra en Irak, aunque aún no
se atreven a cuestionar la llamada "guerra contra el
terrorismo" en general. Hoy la representante Nancy Pelosi, líder
de la minoría demócrata en la Cámara, ofreció lo que es la
respuesta oficial de los demócratas ante esta "ofensiva"
electoral de sus contrincantes. "Hoy, una vez más, el presidente
Bush demostró que sigue sin aceptar su error histórico en Irak.
Tenemos que ganar la guerra sobre el terror, pero la guerra en Irak es
la guerra equivocada", afirmó, y agregó que Irak está
"debilitando nuestra capacidad" en la lucha contra el
"terrorismo".
Los
demócratas necesitan ganar seis curules más de las que tienen ahora
(45) en el Senado para recuperar el control de la Cámara alta, y 15 más
para hacer lo mismo en la Cámara baja. La guerra en Irak se volverá,
cada vez más, un asunto de política interna en este país, aunque la
sangre, sufrimiento y destrucción que resultan de esta pugna política
continúan ocurriendo muy lejos de aquí.
|